El camino a la seguridad
“Yo soy el camino y la verdad y la vida.”—Juan 14:6.
1. ¿Qué representan las ciudades de refugio?
ENTRE el antiguo pueblo de Israel la provisión de las ciudades de refugio a menudo debe haber resultado ser salvavidas. Su propósito era conceder protección y seguridad a los homicidas involuntarios, en vista de la amenaza de muerte por manos del vengador legal de la sangre. Estas ciudades no se mantenían para ofrecer protección a criminales. Y puesto que la provisión de estas ciudades, como sucede con muchas otras “sombras” de la Ley (Heb. 10:1), fue un tipo profético, del cual los cristianos pueden aprender mucho, es inevitable la conclusión de que representa la magnífica provisión de salvación que Dios, Jehová, puso en funcionamiento para el provecho eterno de hombres de toda clase, para exonerarlos y salvarlos del castigo por culpabilidad de derramamiento homicida de sangre. ¿Cómo?
2. ¿Cuáles fueron algunas de las razones por las que Jesucristo vino a la Tierra?
2 Dios envió a su Hijo más elevado, Jesucristo, a la Tierra para dar a conocer aquí las grandes verdades de esta provisión y también para morir como sacrificio, a fin de salvar a los que verdaderamente ejercen fe en él de una muerte segura y eterna, y darles vida sin fin. Por eso leemos en Efesios 1:7: “Por medio de él tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de ése, sí, el perdón de nuestras ofensas, según las riquezas de su bondad inmerecida.”—Mat. 20:28.
3. ¿Qué se muestra por el hecho de que tanto los israelitas como los residentes forasteros podían hallar refugio en la ciudad de refugio?
3 Tal como sucedió con la ciudad típica de refugio, también la ciudad antitípica de refugio es una provisión misericordiosa de Dios, para perdonar a los violadores de Su ley que se arrepienten sobre la base del rescate de Jesucristo y para aceptarlos bajo su cuidado y protección. Escribe el apóstol Pablo: “Por eso es que él es mediador de un nuevo pacto, para que, habiendo ocurrido una muerte para la liberación de ellos por rescate de las transgresiones bajo el pacto anterior, los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna.” (Heb. 9:15) En la ciudad literal de refugio, tanto los israelitas como los residentes forasteros podían hallar refugio. (Núm. 35:15) Eso representa que la ciudad antitípica de refugio ofrece su poderosa protección, no solo a los israelitas espirituales, es decir, a los que llegan a ser miembros de la clase celestial y gobiernan y sirven como sacerdotes con Cristo Jesús, sino también a todos los que esperan recibir vida eterna en la Tierra, las “otras ovejas.”—Juan 10:16.
4. (a) ¿Qué no se puede pasar por alto en la provisión de salvación? (b) ¿Con qué fin trabajan el espíritu de Dios y sus ángeles?
4 El homicida involuntario en Israel no huía al extranjero, abandonando su país, sino que se dirigía a la ciudad de refugio, que pertenecía a los levitas no sacerdotales; la ciudad de Hebrón pertenecía a los sacerdotes aarónicos. Esto significa que la provisión de salvación está conectada estrechamente con la organización de Jehová. Un resto de la clase sacerdotal espiritual todavía está en la Tierra hoy día, formando el núcleo de la congregación del pueblo de Jehová. No podemos pasar por alto el papel que desempeña la congregación visible de los testigos de Jehová en esta provisión de salvación. En Hechos 2:47 leemos: “Al mismo tiempo Jehová continuó uniendo diariamente a ellos los que se iban salvando.” Eso significa que los que se “iban salvando” eran agregados al cuerpo visible de la congregación cristiana primitiva. Eran reunidos en una sola familia unida de la fe. De modo que la congregación visible del pueblo de Dios tiene algo que ver con la provisión de salvación hoy en día. De veras, tiene un lugar importante en esa provisión. Toda congregación forma una parte pequeña del pueblo de Dios. No podemos permanecer fuera de la organización del pueblo de Dios, separados de ella, si queremos tener la protección de Jehová. El espíritu de Jehová y todos sus ángeles obran para lograr unidad de pensamiento, mira y acción. De modo que hay una conexión vital entre la protección de Jehová en la ciudad antitípica de refugio y Su congregación visible de israelitas espirituales, supervisada por el “esclavo fiel y discreto.”—Efe. 4:3-6; Mat. 24:45-47.
EL ANTITÍPICO HOMICIDA INVOLUNTARIO
5. ¿Quién fue prefigurado por el homicida involuntario?
5 Pero, ¿quién, entonces, realmente se representa por el homicida involuntario que hallaba refugio en la ciudad protectora? Es un cuadro de todos los que llegan a estar conscientes del hecho de que ellos, de alguna manera y desde el punto de vista de Jehová, comparten la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre. Este hecho les llega a ser evidente a tales personas sinceras cuando se ponen en contacto con el mensaje esclarecedor de la Palabra de Dios, la Biblia, la cual enseña la santidad de la vida humana. Como en el Israel antiguo, así también hoy, quizás una persona haya sido causa de un accidente, fatal para alguna otra persona o personas. Años tras año, decenas de millares de personas pierden la vida en las calles del mundo debido a accidentes de tránsito. Aunque no hay intención mala presente, no obstante, hay cierta cantidad de culpabilidad implicada, y, como regla, los códigos jurídicos de las naciones estipulan sanciones penales para tales casos.
6. ¿Cómo han compartido muchas personas la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre en nuestra era?
6 Pero la aplicación del significado del homicida involuntario en el antitipo presente es de mayor alcance y no se limita a los casos que se acaban de mencionar. Nuestra era es el período de las mayores guerras de la historia humana. Considere la I Guerra Mundial y la II Guerra Mundial. Millones de hombres fueron obligados a participar en estos acontecimientos sangrientos, sin realmente desearlo. Decenas de millones de hombres han muerto así desde 1914, debido a la lucha por dominación mundial y también en el curso de crueles revoluciones ideológicas. En realidad, tan solo desde 1914 E.C. la cuenta de sangre de la humanidad ha ascendido como nunca antes en toda la historia. No necesita decirse que el Creador del hombre, el que declaró la santidad de la vida, debe haber visto todo esto con sumo desagrado.—Hab. 1:13.
7. (a) ¿Cómo ha venido a atañerle fuerte culpabilidad por derramamiento homicida de sangre a la religión falsa? (b) ¿Cómo describe esto Revelación 17:5, 6?
7 El hecho de que caudillos religiosos en todo el mundo dieron su bendición y apoyo a tal derramamiento organizado y en masa de sangre humana ha resultado en que muchas personas crean que realmente fue la voluntad de Dios y que hasta era compatible con el cristianismo. De modo que puede suponerse que muchos han hecho mal mientras creían que su derrotero era correcto. El hecho de que numerosas iglesias y religiones dentro y fuera de la cristiandad apoyan el derramamiento organizado de sangre revela muy claramente una cosa: la inmensa culpabilidad por derramamiento homicida de sangre que le atañe a la religión falsa a través de todo el mundo. Esta culpabilidad por derramamiento homicida de sangre se ha acumulado, no solo en las pocas décadas pasadas, sino también durante los muchos siglos del pasado. La sangre de veras ha fluido en corrientes en muchas guerras religiosas, en guerras inspiradas por caudillos religiosos y apoyadas por ellos, en cruzadas, durante la llamada Inquisición y durante la persecución de siervos fieles de Dios antes y después de Cristo. En Revelación, capítulo 17, este imperio mundial de religión falsa se representa o se describe en símbolo como una mujer inmoral, llamada “Babilonia la Grande.” Leemos: “Y sobre su frente estaba escrito un nombre, un misterio: ‘Babilonia la Grande, la madre de las rameras y de las cosas repugnantes de la tierra.’ Y vi que la mujer estaba borracha con la sangre de los santos y con la sangre de los testigos de Jesús.”—Rev. 17:5, 6.
8. ¿Cómo han extraviado las iglesias a la gente?
8 Hasta qué grado han tergiversado las iglesias el propósito de Dios y han justificado las guerras lo subraya la siguiente cita de un periódico dominical protestante alemán durante la I Guerra Mundial: “Nuestros combatientes no son simplemente peleadores por la tierra natal y el hogar, por el rey y la madre patria, sino que son ejércitos de Dios, peleando en su servicio como sus instrumentos y administradores. Es bueno que nuestros soldados cristianos sepan que realmente se hallan en un servicio y cargo mucho más elevados, que ellos atienden los asuntos de Dios y que por lo tanto el Señor ha estado tan maravillosamente con nosotros . . . para llevar la guerra a un fin bueno. ¡Honor sea dado solo a Dios! También esta guerra es un paso hacia adelante en el camino a la realización del reino de Dios.” (Kirche, Krieg, Kriegsdienst, por Gualterio Dignath, página 51) ¡Cuán reveladoramente aplican las palabras del profeta Jeremías a la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre que les atañe a los sistemas religiosos falsos de la cristiandad! Dice el profeta: “También, en tus faldas se han hallado las marcas de sangre de las almas de los inocentes pobres.” (Jer. 2:34) Pero la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre también les atañe a las organizaciones religiosas paganas.
EL ANTITÍPICO VENGADOR DE LA SANGRE
9. (a) ¿Cuándo les vendrá el castigo a los culpables de derramamiento homicida de sangre? (b) ¿Quién es el antitípico vengador de la sangre?
9 Donde hay tanta culpabilidad por derramamiento homicida de sangre corresponde y es inevitable el castigo. Vendrá sin falta, velozmente, sí, dentro de nuestra generación. Hablando de este castigo divino, escribió el profeta Isaías: “Porque, ¡mira! Jehová está saliendo de su lugar para pedir cuenta del error del habitante de la tierra contra él, y la tierra ciertamente expondrá su derramamiento de sangre y ya no encubrirá a los de ella a quienes han matado.” (Isa. 26:21) En el antiguo Israel el vengador legal de la sangre era quien finiquitaba la cuenta e imponía el castigo. ¿Quién, preguntamos, es el vengador de la sangre en el antitipo? Es Jesucristo, a quien ‘le ha sido dada toda autoridad en el cielo y sobre la tierra.’ En Revelación, capítulo 19, se le describe como el jinete de un caballo blanco, que lleva a cabo guerra en justicia. Los ejércitos del cielo le siguen. Hace aproximadamente diecinueve siglos Jesús nació en la Tierra como humano perfecto, y por esta razón a menudo se refirió a sí mismo como el “Hijo del hombre.” (Mat. 28:18; 25:31) Debido a esto él llegó a ser, por decirlo así, el pariente más allegado de la humanidad y por lo tanto tiene pleno derecho de ser el antitípico vengador de la sangre.
10. ¿Desde cuándo en particular aplica el cuadro de la ciudad de refugio, y por qué?
10 En 1914 E.C. llegó el “tiempo del fin” sobre este orden de la sociedad humana, y particularmente desde ese tiempo ha llegado a ser oportuno y aplicable el cuadro de la ciudad de refugio. ¿Por qué se dice eso? Porque es en nuestro tiempo, dentro de esta generación, que obrará Jesucristo como grande y poderoso vengador de la sangre. Terminará por completo con este orden de la sociedad culpable de derramamiento homicida de sangre. (Dan. 2:44) El vengador de la sangre y su inmenso ejército de ángeles santos alcanzarán a todos los que no se hayan escapado a tiempo a la ciudad protectora de refugio. Absolutamente nada puede detener esta catástrofe venidera. Ninguna nación se escapará. Pero los individuos pueden escaparse de ella.—Pro. 1:24-33.
HUIDA A LA SEGURIDAD
11. ¿Cómo puede una persona evitar que le alcance el vengador de la sangre?
11 Pero, ¿cómo pueden los individuos evitar que los alcance el venidero vengador de la sangre, Jesucristo? La respuesta es: huyendo a la seguridad mientras todavía hay tiempo. De veras es posible huir a la seguridad. En el antiguo Israel había seis ciudades de refugio, más o menos equidistantes en el territorio de la nación. De manera que el camino al lugar de seguridad no era demasiado largo para cualquiera que lo necesitara. La seguridad se hallaba al alcance. Así sucede en el cumplimiento de este cuadro profético. Hombres honrados y amadores de la verdad, que realmente quieren hallar esta seguridad verdadera, pueden hallarla. La salvación está al alcance. El camino a ella no está demasiado lejos. La ciudad protectora, la provisión de Dios de salvación, está cerca. Pero se necesita algo de esfuerzo para llegar allí. El camino a la seguridad no se asemeja a un paseo alegre en la primavera. Significa trabajo duro, sí, una pelea, la “pelea de la fe.”—1 Tim. 6:12.
12. ¿El derrotero de quién nos suministra un ejemplo excelente de cómo deberían actuar las personas culpables de derramamiento homicida de sangre?
12 En cuanto a esto tenemos un ejemplo excelente en el apóstol Pablo. El también compartió la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre que descansaba en el sistema religioso judío, cuando se llamaba Saulo. Aprobaba la matanza de cristianos verdaderos. Respecto al asesinato de Esteban, por ejemplo, leemos: “Saulo, por su parte, aprobaba el asesinato de él.” (Hech. 8:1) Pero después que este Saulo se hubo convertido al cristianismo, ¡qué excelente pelea libró entonces por la fe verdadera! ¡Qué esfuerzos hizo para correr por el camino hasta su fin, a fin de asegurar su salvación! Predicó, escribió numerosas cartas a sus hermanos cristianos, pasó a través de toda clase de dificultades y finalmente fue ejecutado por ser cristiano. El ejemplo de Pablo y el de muchos otros nos muestran que se requiere verdadero esfuerzo para conseguir la vida eterna.—2 Cor. 11:23-27; 2 Tim. 4:6-8.
EL CAMINO A LA SEGURIDAD
13. (a) ¿Cuáles son algunos requisitos para emprender esta huida? (b) ¿Qué, realmente, significa fe?
13 Básico para iniciar esta huida a la seguridad es el conocimiento de que uno ha actuado incorrectamente delante de Jehová Dios y es culpable a su vista. (Sal. 51:3-5) Esto conducirá a la persona honrada al arrepentimiento, lo cual también significa un cambio de mente. Junto con esto se necesita fe en la Biblia, en Jehová Dios, en Jesucristo y en el reino de Dios. (Hech. 3:19; Heb. 11:6; Hech. 16:31) Pero fe significa mucho más que solo creer que Dios existe y que Jesucristo vino a salvar pecadores. Muchas personas tienen esta clase de fe, pero es enteramente insuficiente. La fe según la Biblia significa mucho más: significa confiar completamente en Jehová; significa obedecer completamente a Dios y significa acción. (Heb. 11:1) Realmente significa dedicarse uno mismo a Jehová y llegar a ser seguidor de Cristo, es decir, su discípulo, uno que vive según la voluntad divina como se manifiesta en la Biblia. ¿Discierne usted la gran diferencia entre la fe como se entiende comúnmente este término y la fe en el sentido bíblico verdadero y profundo? Jesucristo declaró: “Muy verdaderamente les digo: El que ejerce fe en mí, ése también hará las obras que yo hago.” (Juan 14:12) El camino a la seguridad a la antitípica y salvavidas ciudad de refugio realmente es idéntico al camino estrecho de que habló Jesús: “Angosta es la puerta y estrecho el camino que conduce a la vida, y pocos son los que la hallan.”—Mat. 7:14.
14. ¿De qué debe separarse una persona, y por qué?
14 El seguir este camino estrecho significa que no podemos seguir al mismo tiempo el camino ancho y espacioso que conduce a la destrucción. Esto significa que tenemos que separarnos del presente sistema de cosas inicuo. (Rom. 12:2) El cristiano verdadero se alejará de cualquier movimiento que pudiera implicarlo en culpabilidad por derramamiento homicida de sangre. Adoptará una posición neutral para con los asuntos de este mundo. (Juan 18:36) Como ya se indicó, hay una tremenda culpabilidad por derramamiento homicida de sangre que le atañe a este mundo, y especialmente a la parte religiosa de él. Si nos quedamos en estos sistemas, somos parte de ellos y por consiguiente compartimos la culpabilidad por derramamiento homicida de sangre que descansa colectivamente en estos sistemas. Por eso, así como el apóstol Pablo se separó del judaísmo culpable por derramamiento homicida de sangre, las personas honradas hoy se separan de Babilonia la Grande. Esto significa que rompen sus conexiones con toda la religión falsa. La Biblia hace obligatorio esto para cualquiera que no quiere participar del juicio destructor sobre ella. “Sálganse de ella, pueblo mío, si no quieren participar con ella en sus pecados, y si no quieren recibir parte de sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta llegar al cielo, y Dios ha recordado sus actos de injusticia.”—Rev. 18:4, 5.
15. ¿Cómo se confesó que las iglesias de la cristiandad son parte de Babilonia la Grande?
15 El que las iglesias de la cristiandad son una parte de esta Babilonia la Grande hasta lo confiesan sus propios miembros prominentes. Un individuo que ciertamente tiene que estar muy familiarizado con la situación en que se encuentran las iglesias es el ex-secretario general del Concilio Ecuménico de Iglesias, el Dr. Visser’t Hooft. Comentando sobre un discurso que dio recientemente, dijo un boletín de prensa religioso: “Como otro obstáculo en el camino a la unidad [religiosa], el Dr. Visser’t Hooft mencionó el ‘cautiverio babilónico’ de la iglesia. Cada iglesia ha entrado en alguna alianza con las potencias mundanas, no solo con estados y pueblos, sino también con razas y culturas y realidades nacionales.”—Schweiz. evang. Pressedienst del 30 de sept.e de 1964.
16. ¿Por qué no debe demorarse la huida?
16 La persona sabia que ama la vida y quiere hacer lo que es correcto a la vista de Dios no demorará su separación de este mundo culpable por derramamiento homicida de sangre en el cual vivimos, de cualquier parte en que haya estado, política, social o religiosa. Es ya hora de huir, no cuando sea demasiado tarde, cuando el vengador de la sangre comience a ejecutar el castigo. Recalcando la necesidad de huir a tiempo, el antitípico vengador de la sangre, Jesucristo, dice: “Sigan orando que su huida no ocurra en tiempo de invierno, ni en día de sábado; porque habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:20, 21) Vendrá el tiempo cuando las circunstancias ya no permitirán una huida con éxito, a saber, en la destrucción de Babilonia la Grande y en la subsiguiente guerra del Armagedón.—Rev. 16:14 a 17:18.
PERMANECIENDO EN LA “CIUDAD DE REFUGIO”
17. ¿Quién es el sumo sacerdote en la ciudad de refugio de hoy en día?
17 Como hemos visto, el homicida involuntario que hallaba protección en una ciudad de refugio tenía que quedarse allí hasta que hubiese muerto el sumo sacerdote que estaba en funciones cuando él huyera. Entonces estaba libre para regresar a su morada anterior. Entonces el vengador de la sangre ya no tenía ningún derecho de tocarlo. En cumplimiento del tipo profético Jesucristo también cumple el papel del sumo sacerdote, porque realmente es tal sumo sacerdote, como leemos en Hebreos 3:1: “Por consiguiente, hermanos santos, . . . consideren al apóstol y sumo sacerdote que nosotros confesamos: a Jesús.”
18. ¿Qué significa permanecer en la ciudad de refugio hasta que muera el sumo sacerdote, (a) para la clase celestial? (b) ¿para los sobrevivientes del Armagedón?
18 En el interesante cuadro de la ciudad de refugio, Cristo por lo tanto asume un papel doble, el del vengador de la sangre y el del sumo sacerdote, cuya muerte significaba libertad para los que estaban en la ciudad protectora. ¿Qué, entonces, significa permanecer en la ciudad antitípica de refugio hasta la muerte del sumo sacerdote? Puesto que, realmente, miembros de dos clases buscan refugio en esa ciudad —“israelitas” y “residentes forasteros”— es decir, miembros de la clase del reino celestial y miembros de la clase terrestre, significa lo siguiente: Cuando los miembros de la clase celestial, los israelitas espirituales, terminan su derrotero terrestre como humanos imperfectos y son remunerados con una resurrección espiritual celestial, entonces el sumo sacerdote “muere” para con ellos, por decirlo así, es decir, cesa de funcionar en la capacidad de sumo sacerdote a favor de ellos. Puesto que ya no son humanos, ya no necesitan sus servicios que expían pecados, puesto que ellos mismos han sido levantados a la inmortalidad, para gobernar como reyes y sacerdotes con Cristo por mil años. (Rev. 20:6) Tocante a los sobrevivientes del Armagedón, Jesucristo cesará de funcionar a favor de ellos como sumo sacerdote cuando hayan terminado los mil años de su gobierno real y todos los hombres hayan sido traídos a la perfección humana en la Tierra. Hablando en los términos del cuadro de la ciudad de refugio, entonces Jesucristo “morirá” tocante a ellos, es decir, dejará la escena como sumo sacerdote expiador de pecados. Entonces ya no se necesitarán estos servicios. Entonces llegarán a estar directamente en las manos de Dios para demostrar su devoción perfecta a la justicia para siempre.—1 Cor. 15:24-28; Rom. 8:33; 6:7.
19. ¿Qué advertencia se nos da?
19 Sin embargo, si la persona que, en su imperfección humana, huyó a la ciudad de refugio saliera de la ciudad antes de la muerte del Sumo Sacerdote, se expondría al peligro de morir, al peligro de ser ejecutada por el Vengador legal de la Sangre, puesto que ya no estaría bajo el beneficio del sacrificio de rescate del Sumo Sacerdote, Jesucristo. Esta es una advertencia para nosotros. Nos muestra que tenemos que permanecer en la antitípica ciudad de refugio mientras lo exija la provisión divina. Si queremos asegurar nuestra salvación eterna, tenemos que permanecer dentro de los límites de la provisión amorosa de Jehová Dios que está asociada con su organización visible, presidida por su Sumo Sacerdote. No seamos tentados a abandonar la protectora y poderosa ciudad de refugio a fin de disfrutar por un corto tiempo de una libertad engañosa que nos exponga a la muerte eterna. Es verdad que el permanecer en la ciudad de refugio nos impone algunas restricciones. No estamos enteramente libres para hacer y decir lo que queramos. Tenemos que obedecer la voluntad de Dios, morando bajo nuestro Rescatador, Jesucristo el Sumo Sacerdote, y no obstante eso significa que tenemos libertad plena para hacer lo que es correcto y bueno.
20. ¿Qué consejo nos da el discípulo Santiago?
20 De modo que la provisión de la ciudad de refugio en la antigua ley mosaica habla con urgencia de vida o muerte. Transmite una lección sobria. Es una lección oportuna para nosotros que estamos viviendo en esta sociedad humana culpable de derramamiento homicida de sangre del siglo veinte. Nos muestra la manera en que como individuos podemos evitar tanto la culpabilidad colectiva del mundo por derramamiento homicida de sangre como el castigo divino que se le aproxima a este inicuo sistema de cosas. ¡Feliz de veras es la persona que, no solo lee y oye cuáles son los requisitos de Dios, sino que los aplica inmediata y diligentemente en su vida! Dice el discípulo Santiago: “Sin embargo, háganse hacedores de la palabra, y no solamente oidores, engañándose a ustedes mismos con razonamiento falso.”—Sant. 1:22.