“Vuélvanse a mí y sean salvos, todos ustedes los que están en los cabos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay ningún otro.” El apóstol Pedro declaró: “Cualquiera que invoque el nombre de Jehová será salvado.” Esta verdad todavía permanece, porque “Jehová es en verdad Dios. Él es el Dios vivo y el Rey hasta tiempo indefinido.” Vuélvase usted a él. Adórele y viva.—Sal. 96:5; 95:3; Isa. 43:10, 11; 45:22; Hech. 2:21; Jer. 10:10.

Parte 19—“Hágase tu voluntad en la tierra”

Nuestro progreso quincenal en el libro “Hágase tu voluntad en la tierra” nos ha introducido ahora en su Capítulo 8 intitulado “El ‘cuerno pequeño’ en oposición.” Este cuerno de importancia mundial se pone de manifiesto en el capítulo siete de la profecía de Daniel donde el profeta de Jehová describe el sueño horripilante que él tuvo en el primer año de Belsasar, el último rey de la potencia mundial babilónica. En este sueño profético subieron del mar agitado por los cuatro vientos del cielo cuatro bestias salvajes extraordinarias: la primera era como un león, la segunda como un oso, la tercera como un leopardo y la cuarta como un animal terrible y fuer te que era diferente. Entre los diez cuernos que tenía en su cabeza horrible subió un cuerno pequeño delante del cual fueron arrancados de raíz tres de los otros cuernos; y, “he aquí,” dice el profeta, “había en este cuerno, ojos como ojos de hombre, y una boca que hablaba cosas espantosas [grandes, BC].”—Dan. 7:2-8, Mod.

4. ¿Qué lo dijo el ángel a Daniel que representaban esas cuatro bestias salvajes, y con que otros simbolismos corresponden estas cuatro?

⁴ El mundo de hoy conoce al “león” británico, el “águila” estadounidense, el “oso” ruso, el lung o “dragón” chino, y el “águila explayada” imperial de dos cabezas alemana. Pero, ¿qué prefiguran históricamente las cuatro bestias diferentes del sueño de Daniel? Ansiosamente le preguntó Daniel a un ángel para que nosotros pudiéramos conocer la “verdad acerca de todo esto.” Daniel nos dice: “Entonces él habló, y me hizo saber la significación de aquellas cosas, diciendo: Estas grandes bestias, que son cuatro, son cuatro reinos [reyes, Val] que surgirán de la tierra.” Ah, entonces, las cuatro bestias corresponden con los cuatro metales de la imagen del sueño que Daniel le había interpretado al rey Nabucodonosor más de cincuenta años antes. (Dan. 7:15-17; 2:31-45, Mod) Por medio de dos sueños enviados desde el cielo se aseguró doblemente la marcha de las potencias mundiales desde 607 a. de J.C: hasta estos tiempos modernos, como si fuera por dos testigos.

5. En esta visión, ¿qué representa el mar, y qué representan los cuatro vientos?

⁵ De entre el mar turbulento subieron las cuatro bestias, de la misma manera en que siglos después el apóstol Juan vió en una visión a la bestia salvaje con siete cabezas y diez cuernos ascender del abismo del mar, siendo ésta parecida a un leopardo, pero siendo sus pies como de oso y su boca como de león. (Apo. 13:1, 2) En la Biblia se usa el mar simbólicamente para representar a “pueblos y multitudes y naciones y lenguas,” el gran cuerpo de la humanidad que cubre la tierra habitable como las aguas cubren las cuencas del mar. Representa a toda la gente que está alejada de Jehová Dios por el pecado y por el “gobernante de la autoridad del aire,” Satanás el Diablo. (Apo. 17:15; Isa. 57:20, 21; Efe. 2:2) Los cuatro vientos del cielo que agitan al gran mar para hacer que suban las cuatro bestias representan a las “inicuas fuerzas espirituales en los lugares celestiales”