Atesoran su espiritualidad
¡LOS vecinos movían la cabeza en son de incredulidad! No podían entender por qué el joven testigo de Jehová que se graduaba de la segunda enseñanza había rechazado una beca universitaria. Cuando se enteraron de que había hecho esto porque quería ser predicador y maestro de la Biblia de tiempo cabal, susurraron: “¡Oh, cuán disparatado e impráctico!” Sí, y así es como muchos reaccionan cuando se enteran de que un Testigo adulto rehúsa una oferta para adelantar en el mundo de los negocios o de un Testigo que estando en una posición de importancia que consume mucho tiempo renuncia a ella para tener tiempo para dedicarlo a asuntos espirituales.
¿Por qué razón ponen los testigos de Jehová la espiritualidad delante de todo lo que este mundo ofrece? Porque la espiritualidad hace que puedan llevar vidas que agradan a Dios ahora y fortalece su esperanza de sobrevivir a la destrucción de este inicuo sistema de cosas a manos de Dios en el futuro cercano. Saben que el hacer que sus vidas se desarrollen en torno de este viejo orden condenado a la destrucción sería como empezar a pintar la chimenea de un barco que se está hundiendo. El cultivar y atesorar la espiritualidad de uno es lo más sensato y práctico que uno puede hacer en el corto tiempo que queda.—Sof. 2:2, 3.
Servicio de Betel... un tesoro espiritual
Un ejemplo excelente que muestra lo intensamente que atesoran los testigos de Jehová su espiritualidad es la familia del Betel de Brooklyn. Se compone de más de mil Testigos que se han ofrecido voluntariamente para vivir y trabajar en la central de la Sociedad Watch Tower en Brooklyn, Nueva York. A cada miembro de la familia de Betel se le suministra un cuarto, comidas, una modesta ayuda para ropa y 14 dólares al mes para gastos personales. A los edificios en los cuales viven se les llama “Betel,” que significa “casa de Dios.” Este es un nombre apropiado, pues la predicación que los testigos de Jehová están efectuando en toda la Tierra, dirigiendo la atención a Jehová Dios y su Palabra la Biblia, se dirige desde allí. Como bien pudiera esperarse, la actividad y la vida en Betel conducen a la espiritualidad.
Para emprender el servicio de Betel los diversos miembros de esta familia grande dejaron atrás muchas ofertas que el mundo consideraría como tentadoras, para concentrar sus esfuerzos y talentos en intereses espirituales. Por ejemplo, considere a un joven que se especializaba en la ciencia cuando estaba en la escuela secundaria. Se le ofreció ayuda por valor de 10.000 dólares para que emprendiera el estudio de bioquímica en la universidad. Tuvo que decidir qué hacer. Dijo: “Comprendí que no podía haber terreno neutral. O me dedicaba enteramente a la ciencia o a servir a Jehová Dios de toda alma.”
Más tarde habló con algunos amigos que se expresaron con sumo entusiasmo acerca de Betel. Lo que consideraron le ayudó a comprender que éste sería el lugar donde podría dar lo más de sí en el servicio de Dios. Ha pasado ocho años felices haciendo precisamente esto, y Jehová Dios lo ha bendecido abundantemente por ello.
Una joven talentosa que tiene una excelente voz para cantar también sirve en Betel. Su padre le ofreció una educación universitaria o pagar lo que se necesitara para que ella tuviera éxito en la música. También, le dijo que si entraba en la predicación de tiempo cabal no habría de esperar un solo centavo de él. Su maestro de canto le dijo que debería usar su “talento o don dado por Dios” de la música. Sin embargo, esta Testigo optó por predicar de tiempo cabal y llenó su solicitud para el servicio de Betel.
Cuando llegó a ser miembro de la familia de Betel fue asignada a efectuar trabajo de limpieza. ¿Cómo contribuyó este trabajo a su espiritualidad? Sabía que el hacer las camas y conservar limpios los cuartos que se le asignaron contribuiría mucho al bienestar de los ministros que vivían en ellos. El trabajo de ella permitía que ellos fueran a cumplir con sus deberes sin necesidad de preocuparse acerca de estos asuntos, y ellos podrían dar atención plena a otros trabajos como el imprimir y encuadernar literatura bíblica. Ahora ella misma está ayudando a atender las suscripciones para las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Ella dijo: “Creo que Betel es el mejor lugar de este lado del Armagedón y que lo ayuda a uno más que estar en cualquier otro campo de actividad.”
A otro joven se le ofreció la oportunidad de ir a la universidad. Su padre le ofreció pagar su instrucción durante seis años y comprarle todos los libros de texto que necesitara durante ese tiempo. El joven podía estudiar cualquier carrera que deseara, y su padre le prometió que ni siquiera necesitaría trabajar parte de su tiempo para sufragar los gastos. Cuando su padre le hizo esta oferta, el joven estaba pasando sus vacaciones en la predicación de tiempo cabal como testigo de Jehová. Después de una semana de deliberar, decidió que, en vez de ir a la universidad, trabajaría con la mira de llegar a ser un predicador regular de tiempo cabal, con la meta de ir a Betel con el tiempo.
Hoy este joven ministro está en Betel disfrutando del privilegio de estampar en relieve los títulos en las cubiertas de las diversas ayudas para el estudio de la Biblia publicadas por la Sociedad Watch Tower. Esto es lo que piensa: “Me alegro de haber tomado las decisiones que tomé porque estoy más feliz aquí; tengo tranquilidad de ánimo; disfruto de buenas asociaciones y mi espiritualidad ha aumentado muchísimo.”
Una miembro de la familia de Betel dice que tenía en su corazón venir a Betel desde que tenía doce años de edad. De hecho, pasó parte de sus vacaciones del verano cada año en la predicación de tiempo cabal desde que cumplió siete años de edad. Aunque se encontró entre las primeras diez de su clase graduanda y se le ofreció una beca para una universidad, siguió en pos de la predicación de tiempo cabal y hoy está sirviendo felizmente donde había puesto su corazón.
Dejando atrás las cosas del mundo
Hay miembros de la familia de Betel que en otro tiempo ocuparon puestos de responsabilidad en el mundo. Uno de ellos fue un ingeniero de Diesel que trabajaba en un gran barco comercial de salmón que traía 200 toneladas al día. Cuando ocupaba este puesto recibía un salario muy bueno. Que él nos cuente su historia:
“En ese tiempo yo no estaba bautizado ni demasiado interesado en la verdad de la Biblia que mi madre había tratado de inculcar en mí cuando era más joven. Sin embargo, asistí a una asamblea y oí al presidente de la Sociedad Watch Tower, J. F. Rutherford, conferenciar sobre el servicio de tiempo cabal. Decidí allí mismo que esto es lo que debería estar haciendo, y me bauticé en aquella asamblea. Cuando alguien en son de broma me invitó a participar con él en la predicación de tiempo cabal, contesté: Sí. De modo que renuncié a mi trabajo y me puse a predicar.
“Después de dos meses, visité a un amigo que me habló en cuanto al servicio de Betel. Hablamos juntos desde las 9:30 p.m. hasta las 4:00 de la mañana siguiente. Mencionó la maquinaria que había en la fábrica, y yo pensé que preferiría operar maquinaria para Jehová a operarla afuera. Antes de acostarme esa mañana, envié por correo mi carta solicitando el servicio de Betel. Cuatro meses después me llamaron.” Después de treinta años de servicio de Betel, dijo: “Betel se hace más valioso cada año. Es un tesoro que aumenta.” Hoy sirve de gerente de la fábrica.
Otro trabajador de Betel está sirviendo como superintendente del departamento de compras de la planta impresora. En otro tiempo ocupaba una posición de responsabilidad como ingeniero metalúrgico en una corporación siderúrgica. Después de encontrar la verdad de la Palabra de Dios, él y su esposa pensaron en el servicio ministerial de tiempo cabal como matrimonio. ¿Le pesa haber venido a Betel y haber dejado lo que el mundo le ofrecía? Él contesta:
“Betel es el cenit de los privilegios de servicio para cualquier persona. Mi esposa y yo deseamos quedarnos aquí y no podemos pensar que haya otro lugar mejor en el cual estar cuando terminemos nuestra carrera terrestre.” El que hayan permanecido en el servicio de tiempo cabal juntos por más de veintiséis años demuestra su aprecio.
Otros miembros de la familia de Betel han renunciado a excelentes negocios que establecieron en otro tiempo. Algunos han dejado magníficas casas para venir a Betel. Saben que todo lo que este mundo ofrece es solo temporal, porque está “pasando.” Están bien conscientes del hecho de que ‘las cosas valiosas no serán de ningún provecho en el día del furor de Dios en el Armagedón.’ Puesto que la justicia “librará de la muerte,” sabiamente se esfuerzan por cultivarla. (1 Juan 2:15-17; Pro. 11:4) Para ellos, el servicio de Betel es la manera ideal de hacer esto.
Ambición reemplazada por espiritualidad
Entre los de la familia de Betel hay personas que en otro tiempo tuvieron ambiciones de adelantar en algún campo. Sin embargo, al aprender los propósitos de Dios, pusieron a un lado estas ambiciones para hacer Su voluntad. Por ejemplo, un joven Testigo chino trabaja en una oficina en Betel. En otro tiempo estaba estudiando para llegar a ser doctor de medicina e iba a la escuela con ese propósito. En su segundo año de estudio aprendió el mensaje de verdad de la Biblia y comenzó a estudiarla. Diez meses después se bautizó. Renunció a su ambición de ser médico y seis meses después de su bautismo entró en la predicación de tiempo cabal. Declara que no le parece que podría servir a Jehová en ninguna otra capacidad tan plenamente como está sirviendo ahora en Betel.
También en la familia de Betel hay dos jóvenes que en otro tiempo tuvieron la ambición ardiente de llegar a ser pianistas de conciertos. Pasaban muchas horas practicando con su instrumento para perfeccionar su arte; no obstante, cuando aprendieron el mensaje de verdad que contiene la Biblia, pusieron a un lado esa ambición. Renunciaron a trabajar por las oportunidades de tocar con orquestas sinfónicas y viajar a varias ciudades para dar recitales con el fin de hacerse famosos. Ahora, en vez de buscar fama en este sistema de cosas, humildemente trabajan para magnificar el nombre de Dios, Jehová. Se regocijan en los privilegios de trabajo que les han asignado en Betel.
Sí, hay dentro de las filas de esta familia singular individuos, ministros dedicados, que eran o aspiraban llegar a ser artistas, químicos, científicos, oficiales militares, modelos, embellecedoras, etc. Pudieran haber adelantado en los campos que hubieran escogido, pero aquí están en Betel dedicando todo su tiempo y talentos a Jehová y sirviendo en su organización. ¡Cuánto se debe alegrar el corazón de Jehová al ver esa devoción tan altruista a su causa!
Al atesorar su espiritualidad y al encauzar sus talentos en dirección de servir a Jehová, estas personas aspiran a conseguir vida eterna en su nuevo orden que se aproxima. Allí tendrán el gozo supremo de usar cualesquier dones que tengan para la gloria de Dios y para deleite de sus consiervos. ¡Verdaderamente una ambición sumamente digna!
Vida en Betel edifica espiritualidad
Betel suministra a sus miembros las mejores oportunidades posibles para usar plenamente su tiempo en la obra de Jehová. Esto se ve en el número de horas que trabajan en sus deberes asignados. La semana de trabajo regular de Betel consta de cuarenta y seis horas y cincuenta minutos. Esto hace un total de más de 187 horas al mes. Esto no incluye las muchas otras horas que emplean en la predicación.
Los miembros de la familia de Betel amorosamente usan su tiempo libre para viajar a hogares y estudiar la Biblia con familias, viudas, adolescentes, huérfanos, ancianos, sí, cualquier persona que se interese en agradar a Dios. Descubren que el enseñar la Palabra de Dios a otros es un trabajo que satisface y produce gozo. El cambio de paso es provechoso. ¿De qué mejor manera podrían salvaguardar la espiritualidad que tanto atesoran?
El programa en Betel también está diseñado para mantener a sus miembros en la mejor salud espiritual. Cada mañana la familia emplea unos veinte minutos considerando un texto de la Biblia. ¡Qué edificante es esto! Además, la familia se reúne los lunes por la noche para un estudio bíblico de una hora usando la revista La Atalaya, seguido de la Escuela del Ministerio Teocrático, que es un curso de oratoria pública e investigación bíblica. Este programa diario y semanal le suministra a la familia de Betel la necesaria energía espiritual dinámica. Cada año pasan más de 200 horas en estudio juntos. ¡Esto equivale a más de cincuenta sesiones de estudio de cuatro horas! Esto no incluye el tiempo que pasen en estudio privado o en reuniones con la congregación local.
Desde cuando uno entra en Betel se da atención a su espiritualidad. Uno se matrícula en la escuela primaria, que es un curso de seis meses, durante el cual se requiere que el estudiante lea toda la Biblia. Diversas porciones se estudian detalladamente. Además, se escuchan discursos bíblicos oportunos. Verdaderamente este curso intensivo suministra a los nuevos miembros de la familia de Betel un buen comienzo de la vida en esta “casa de Dios.”
Se necesitarían muchas páginas más para hablar de todos los beneficios de vivir en Betel. Los miembros de esta familia feliz han dejado las cosas del mundo y están buscando primero el reino de Dios. Es mucho lo que uno recibe de la vida en Betel; cosas que no se pueden medir en dólares y centavos, si ante todo está uno anuente a dar de sí mismo de todo corazón en el servicio de Jehová. El gozo y la paz interiores de que disfruta uno valen mucho más que todo el oro del mundo. ¡Qué ilimitada felicidad proviene de la satisfacción de servir a Dios y cumplir nuestro propósito al estar en la Tierra!
La espiritualidad es el verdadero tesoro que trae felicidad hoy y lleva a vida eterna. ¡Cuán sabio es salvaguardarla y atesorarla ahora, prescindiendo de lo que cueste!