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Facilidades ensanchadas para imprimir la Palabra de DiosLa Atalaya 1968 | 15 de julio
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“en toda la tierra habitada,” como Jesucristo profetizó que se haría. (Mat. 24:3, 14) Por esa razón se han ofrecido voluntariamente para servir como miembros de la familia de Betel, y consideran un privilegio el desempeñar cualquier tarea para adelantar esa obra de predicación. No trabajan por ganancia monetaria, sino que a cada uno se le provee alimento y abrigo y una ayuda de 14 dólares al mes para artículos de primera necesidad personales. Carlos Adams hizo una excelente expresión de aprecio en cuanto a las cosas de que disfruta la familia de Betel diariamente. Dijo lo que todos los presentes opinaban.
Un punto relevante del programa de dedicación fue el exhibir una fotografía de la familia de Betel de 1926, treinta y uno de los cuales todavía están sirviendo en Betel. Es cierto que la apariencia exterior de ellos quizás haya cambiado considerablemente, pero su sincero deseo de participar en imprimir y distribuir la Palabra de Dios subsiste tan fuerte como siempre, aun después de cuarenta y dos años de servicio en Betel.
Fue animador para estos de mayor edad, así como para los miembros más nuevos de la familia, el considerar la prueba que se presentó durante el programa de dedicación que mostró que la profecía de Jesús se está cumpliendo en la actualidad. ¡Sí, el mensaje del Reino que se encuentra en la Palabra de Dios verdaderamente se está imprimiendo y proclamando al grado que Jesús había predicho para este tiempo... “en toda la tierra habitada”!
Ahora todos tenían un gran deseo de hacer un recorrido del nuevo edificio de imprenta y de ver las facilidades ensanchadas para esparcir el mensaje del Reino en toda la Tierra.
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Inspeccionando las facilidades ensanchadasLa Atalaya 1968 | 15 de julio
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Inspeccionando las facilidades ensanchadas
¡QUE impresionante vista tiene el nuevo edificio de imprenta que costó cuatro millones de dólares! Al entrar en él, los que acababan de asistir al programa de dedicación fueron dirigidos a la izquierda a un Salón del Reino de unos 19 metros de largo por 7 metros de ancho, que ya dos congregaciones locales de testigos de Jehová están usando como lugar regular de reunión. ¡Cuán hermosos la alfombra de azul marino, las cortinas doradas y los canceles de madera de color castaño claro!
Les esperaban más sorpresas en el piso de arriba, donde había sido mudado el departamento de embarques. ¡Qué diferente es! Inmediatamente se dirige la atención hacia arriba, donde hay un trayecto para circulación de unos 35 metros de largo. En éste hay una cadena móvil, impulsada por un motor, de la cual penden cajas hechas en forma especial para transportar literatura de diversos tamaños. Y abajo, todo en derredor, hay un laberinto de rodillos en serie arreglados en trayecto que alcanza hasta la cintura del observador, extendiéndose por un total de 137 metros; sobre los rodillos se mueven las cajas de forma especial y las cajas de tamaño normal de la literatura.
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