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  • La desastrosa historia de Masada
    La Atalaya 1967 | 15 de abril
    • en los ojos se despidió de su esposa e hijos y luego los mató. Diez hombres escogidos por suerte procedieron a matar violentamente a los demás y, a su vez, fueron muertos hasta que solo quedó un hombre. Después de prenderle fuego a la fortaleza, se suicidó lanzándose contra su espada, culminando el desastre de Masada.

      Los romanos regresaron por la mañana esperando enfrentarse a una pelea dura, pero solo hallaron vivos a dos mujeres y cinco niños que se habían escondido en una cueva y así sobrevivieron para describir la matanza suicida de 960 hombres, mujeres y niños. La historia desastrosa de Masada subraya trágicamente la veracidad de las palabras de Jesús en cuanto a los “días para hacer justicia” que habrían de venir sobre los judíos que rehusaron prestar atención a su advertencia profética.

  • ‘Felices son los que tienen parte en la primera resurrección’
    La Atalaya 1967 | 15 de abril
    • ‘Felices son los que tienen parte en la primera resurrección’

      Muchos lectores de La Atalaya conocen bien a Guillermo R. Brown y a Tomás E. Banks, quienes fallecieron a fines de enero próximo pasado. Guillermo R. Brown, conocido por mucho tiempo en el África Occidental como “Biblia Brown,” se aproximaba a la edad de 90 años. De sus cincuenta y siete años como ministro de tiempo cabal, pasó veintisiete años en el África Occidental, donde vio crecer numéricamente a los testigos de Jehová de uno a más de diez mil ministros. Terminó su carrera terrenal en Puerto de España, Trinidad, el 25 de enero de 1967. Tomás E. Banks fue representante de la Sociedad por muchos años en los estados del sur de los EE. UU. y en las islas del Caribe. Después sirvió como siervo de sucursal de Jamaica. Allí terminó su ministerio terrenal, que comenzó con su dedicación en 1901, el 29 de enero de 1967. Cierto es que estos siervos devotos, por su fiel proceder hasta la muerte, pueden ahora disfrutar de la primera resurrección, triunfantes sobre la muerte.—Rev. 20:6.

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    La Atalaya 1967 | 15 de abril
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      MINISTERIO DEL CAMPO

      Antes de su ascensión al cielo, el Señor Jesús ordenó a sus seguidores: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos . . . enseñándoles.” (Mat. 28:19, 20) Es en obediencia a ese mandato que los testigos de Jehová tocan a su puerta. Sí, son maestros de las cosas que están registradas en la Biblia, y ofrecen sus servicios personales gratuitamente. Como ayuda adicional para las personas interesadas, ofrecerán durante abril la suscripción anual para esta excelente ayuda para el estudio de la Biblia, La Atalaya, junto con tres folletos, por solo un dólar. Aprovéchese de la oportunidad para conseguirla.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      14 de mayo: El milenio de la humanidad bajo el reino de Dios... ¿por qué será literal?, §1-24. Página 229.

      21 de mayo: El milenio de la humanidad bajo el reino de Dios... ¿por qué será literal?, §25-31 y Los beneficios del milenio de la humanidad. Página 235.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1967 | 15 de abril
    • Preguntas de los lectores

      ● En la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, Habacuc 1:12 dice en parte: “Oh Dios mío, mi Santo, tú no mueres.” Sin embargo, otras traducciones dicen “no moriremos.” (Mod, Val) ¿A qué se debe esta diferencia?—S. C., EE. UU.

      Al copiar los manuscritos bíblicos, los escribas judíos primitivos, o soferim, se esforzaban por ser escrupulosamente exactos. Pero más tarde estos copistas se arrogaron ciertas libertades. Por ejemplo, hicieron dieciocho enmiendas en el texto hebreo de las Escrituras. Tales cambios fueron supuestas correcciones. Sin embargo, los masoretas, sucesores escribas de los soferim, notaron estas alteraciones, haciendo un registro de ellas en el margen del texto hebreo. Estas notas se conocen como la Masora. Una de las Dieciocho Enmiendas de los soferim, o tiqqunei soferim, se encuentra en Habacuc 1:12.

      Algunas traducciones, como la Versión Valera, vierten Habacuc 1:12 según el texto hebreo masorético cambiado por los soferim. Por eso, dicen: “no moriremos.” Pero el Comité de Traducción de la Biblia del Nuevo Mundo escrupulosamente restauró la lectura original, que expresa al dirigirse a Jehová: “tú no mueres.” Esta manera de verter también es consistente con el resto del versículo.

      Según la Versión Valera, Habacuc 1:12 dice: “¿No eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca, lo fundaste para castigar.” Se hace referencia repetida a Dios, pero con este hecho las palabras “no moriremos,” una referencia al pueblo, parece inconsistente. Sin embargo, la manera en que lo vierte la Traducción del Nuevo Mundo no plantea tal problema. Presenta un paralelismo de frases, diciendo: “¿No eres tú desde mucho tiempo atrás, oh Jehová? Oh Dios mío, mi Santo, tú no mueres. Oh Jehová, para juicio lo has puesto; y, oh Roca, para un censurar lo has fundado.”

      Otras traducciones de tiempo recientes están de acuerdo con la Traducción del Nuevo Mundo en Habacuc 1:12. Por ejemplo, la Versión de Bover—Cantera dice: “¿No eres tú desde antiguo, ¡oh Yahveh!, mi Dios, mi Santo? ¡No morirás!” La Versión del Dr. Evaristo Martín Nieto dice allí: “¿No eres tú desde antiguo, Yavé, mi Dios, mi santo? ¡No puedes tú morir!”

      El docto C. D. Ginsburg hizo los siguientes comentarios significativos en cuanto a Habacuc 1:12: “Todos los antiguos registros expresan enfáticamente que esto exhibe el texto corregido por los soferim y que la lectura original era: ‘¿No eres tú desde la eternidad? Oh Señor mi Dios, mi Santo, tú no mueres.’ El paralelismo claramente muestra que ésta es la lectura correcta. El dirigirse en ambas cláusulas es al Señor que se describe en la primera cláusula como siendo desde la eternidad y en la segunda cláusula como nunca muriendo o durando para siempre. La introducción, por lo tanto, de un nuevo tema en el plural con el predicado ‘nosotros no moriremos’ atribuyendo así inmortalidad a la gente es contrario al alcance del pasaje . . . No es difícil de hallarse la razón para la alteración. Se consideraba ofensivo predicar del Señor ‘tú no mueres.’ Por consiguiente se sustituyó con ‘nosotros no moriremos.’”—Introduction to the Massoretico-Critical Edition of the Hebrew Bible, 1897, pág. 358.

      Los soferim judíos evidentemente hicieron su enmienda en Habacuc 1:12 porque pensaron que era blasfemo asociar la idea de mortalidad con Dios de modo alguno. Sin embargo, de ningún modo es irreverente decir al dirigirse a Jehová Dios: “Tú no mueres.” De hecho, estas palabras asestan un golpe bíblico a la actitud del día moderno de que Dios está muerto y armonizan con el salmo inspirado de Moisés donde se dice a Jehová: “Aun desde tiempo indefinido hasta tiempo indefinido tú eres Dios.”—Sal. 90:1, 2.

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