-
Reuniones para el servicio del campoMinisterio del Reino 1983 | junio
-
-
Reuniones para el servicio del campo
30 DE MAYO AL 5 DE JUNIO
Presentación de la oferta
1. Considérese el Tema de Conversación.
2. ¿Qué introducciones podrían utilizarse?
3. ¿Qué puntos del libro “Venga tu reino” pueden señalarse?
6 AL 12 DE JUNIO
¿Qué puntos hará resaltar usted...
1) del número corriente de ¡Despertad!?
2) del número corriente de La Atalaya?
3) en sus comentarios de introducción?
13 AL 19 DE JUNIO
¿Cómo planea usted...
1) ayudar al amo de casa a razonar sobre Lucas 21:10, 11?
2) infundir en el amo de casa el deseo de examinar la información que contiene la publicación que se le ofrece?
20 AL 26 DE JUNIO
Al usar el Tema de Conversación...
1) ¿cómo lo adaptaría usted a los jóvenes?
2) ¿qué pudiera usarse como base para una revisita?
27 DE JUNIO AL 3 DE JULIO
Al hacer las revisitas...
1) ¿qué considerará usted con la persona que haya aceptado el libro “Venga tu reino”?
2) ¿cómo comenzaría usted un estudio bíblico con el libro “Venga tu reino”?
-
-
¿Está edificando usted con materiales incombustibles?Ministerio del Reino 1983 | junio
-
-
¿Está edificando usted con materiales incombustibles?
1 El apóstol Pedro dio la siguiente advertencia a los cristianos primitivos: “Su adversario, el Diablo, anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien” (1 Ped. 5:8). ¿Ha disminuido el Diablo sus ataques en nuestro día? No, más bien los ha intensificado, puesto que sabe que le queda poco tiempo (Rev. 12:12). Por consiguiente, podemos esperar que las pruebas a las que se someterá nuestra fe serán aún más severas en los días venideros. ¿Cuál es la mejor manera de protegerse a sí mismo y de proteger a su familia a fin de que todos puedan sobrevivir el “fuego” de estas pruebas? Por medio de asegurarse de que haya establecido su fe sobre el fundamento correcto y de que la haya edificado con materiales incombustibles. (1 Cor. 3:10-15.)
2 Los metales y las piedras preciosas con los que edificamos son las leyes, los mandamientos, los principios y los preceptos que la Palabra de Dios enseña y los cuales Jesús personificó en su vida. Hemos aprendido éstos mediante el estudio personal y en la congregación, y los hemos reforzado al ponerlos en práctica en nuestra vida.
LA ATALAYA... UNA AYUDA
3 ¿No es cierto que el estudiar La Atalaya ha edificado su fe con materiales incombustibles de alta calidad? Si da una mirada retrospectiva a algunas de las revistas que se han publicado últimamente, verá los artículos sobre la lealtad (1 de septiembre, 1 de diciembre de 1982), la esperanza de la resurrección (1 de octubre de 1982), cómo viene el Reino (1 de agosto de 1982), la conciencia (15 de noviembre de 1982), guía para los jóvenes (15 de abril de 1983), la perseverancia (15 de mayo de 1983) y el amor (15 de febrero de 1983), solo para mencionar unos cuantos. ¿No le emocionó aprender o repasar lo que la Biblia enseña sobre estos temas y considerar ejemplos, del pasado y presente, de personas que han mantenido su fe a través de pruebas? Probablemente usted pensó: ‘Si ellos pudieron hacerlo, yo también puedo’. Sí, La Atalaya ha sido y es una poderosa ayuda para fortalecer nuestra fe.
4 Aunque la mayoría de los hermanos han intensificado sus esfuerzos por fortalecer su fe y su confianza en las promesas seguras procedentes de Jehová, parece que algunos no han estado edificando con cualidades incombustibles. Esto se hace patente, ya que participan poco, o no participan en absoluto, en el ministerio; no asisten a las reuniones; o se envuelven en la comisión de algún mal, lo cual los conduce a que se les tenga que censurar o expulsar. Los que son fuertes se sienten obligados, por su deuda de amor a Jehová, a “soportar las debilidades de los que no son fuertes” (Rom. 15:1; 13:8; Hech. 20:35; Gál. 6:10). Los esfuerzos bondadosos y amorosos de éstos son dignos de encomio, y Jehová los ha bendecido por ello. Pero todos debemos reconocer la necesidad de desarrollar cualidades semejantes a las de Cristo, las cuales pueden hacer que nuestra fe sea ininflamable.
5 El aplicarnos al estudio personal es una manera importante de comenzar el programa para hacer que nuestra fe sea ininflamable. Llegue a conocer mejor a Jehová mediante leer acerca de sus cualidades, tratos, actitudes y propósitos. Estudie la vida y las enseñanzas de Jesús e imítelo por medio de dejar que los pensamientos de Dios rijan su vida (Juan 14:9-11). Acuda a Jehová en oración incesantemente (1 Tes. 5:17). Obre en armonía con sus oraciones y, entonces, respetuosamente acepte las respuestas que él dé a éstas y póngalas en práctica en su vida. Descubrirá que cuando se tope con el “fuego” de las pruebas en el futuro, en vez de que éste devore su fe, la refinará y purificará.
AYUDE A LOS JÓVENES, A LOS INACTIVOS Y A LOS NUEVOS
6 El que usemos la Palabra de Dios para educar a nuestros hijos y para ayudar a las personas interesadas en la verdad a rehacer su personalidad es una parte vital de nuestro ministerio. Últimamente se ha trabajado mucho en la obra de volver a edificar la fe de los inactivos por medio de conducir estudios bíblicos con ellos, y esto merece encomio. A medida que estudiamos con las personas, queremos educarlas, adiestrarlas y disciplinarlas en la sabiduría celestial y el discernimiento espiritual. Ayúdelas a que cultiven cualidades piadosas, la lealtad y devoción a los principios bíblicos. Es preciso que lleguen a ser discípulos verdaderos de Cristo. Ayúdelas a ver cómo La Atalaya le ha ayudado a usted. A medida que ellas vayan desarrollando la personalidad cristiana mediante el estudio y adiestramiento, las verá enfrentarse con éxito al “fuego” de las pruebas. ¡Qué gozo nos da saber que con la ayuda de Dios podemos ayudar a otras personas a que desarrollen cualidades incombustibles!
7 Nuevamente, durante junio tendremos gusto en ofrecer el libro “Venga tu reino”. Puesto que reconocemos que este libro es sumamente valioso y que ha influenciado de manera positiva nuestra vida, entusiásticamente debemos aprovechar toda oportunidad para animar a otras personas a que comiencen a leerlo.
8 Así como el apóstol Pablo escribió en 1 Corintios 3:9, somos “campo de Dios bajo cultivo, edificio de Dios”. Por eso debemos permitir que Jehová realice una obra de edificar en nosotros por medio de dar la debida atención a las provisiones que él ha suministrado mediante su organización. A medida que nos acercamos cada vez más al fin, podemos sentir que las presiones aumentan. Esto no hace que nos rindamos o nos derrumbemos bajo el calor de la presión a la que Satanás nos está sometiendo. Más bien, sabiamente fortalecemos nuestras defensas por medio de asegurarnos de que estamos edificando con materiales incombustibles. (Gál. 6:9, 10.)
-
-
Eduque a sus hijos para que sean predicadores de las buenas nuevasMinisterio del Reino 1983 | junio
-
-
Eduque a sus hijos para que sean predicadores de las buenas nuevas
1 Debido al excelente testimonio que dos niños cristianos dieron acerca de su fe y sus convicciones, los padres de estos jovencitos recibieron una carta que decía en parte: “Sigo encantada por la larga conversación que tuve con sus dos hijos esta mañana. [...] En verdad, no recuerdo haber escuchado jamás a niños que se expresaran sobre su fe de manera tan interesante, y con tanta convicción e inteligencia. [...] No los conozco, pero a juzgar por sus dos hijos, ustedes deben de ser padres dignos de elogio”. Estos niños no solo hacen honor a los padres, sino que en realidad hacen honor a Jehová, cuyos principios justos han llegado a ser una influencia guiadora en la vida de ellos. (Sal. 148:12, 13; Mat. 21:16.)
2 Ciertamente todo padre cristiano desea que sus hijos crezcan y lleguen a ser siervos dedicados de Jehová que le sirven de toda alma (Pro. 23:24, 25). Sin embargo, se sabe que el simple hecho de que los jóvenes sean parte de una familia cristiana no los convierte automáticamente en alabadores de Jehová. Los padres no deben suponer que se logrará esa meta si se dejan los asuntos a la casualidad. La experiencia que se acaba de relatar ilustra bien que se puede educar a los hijos para que sean predicadores de las buenas nuevas. Sin embargo, es importante que se haga un esfuerzo diligente y persistente.
ADIESTRE PROGRESIVAMENTE A SUS HIJOS
3 Jesús adiestró progresivamente a sus discípulos para que fueran predicadores de las buenas nuevas. Primero les explicó su objetivo al predicar (Mat. 4:19). Entonces los llevó consigo a medida que predicaba y enseñaba a la gente. Así adiestró a los discípulos en el servicio. Con el tiempo, los envió de dos en dos a predicar las buenas nuevas en un campo más amplio. Sin embargo, antes de hacer esto, les dio instrucciones más específicas (Mat. 10:1–11:1; Luc. 10:2). De vez en cuando trabajaba con ellos en el ministerio del campo y los adiestraba aún más.
4 Padres: en armonía con el ejemplo que Jesús dio, eduquen y adiestren progresivamente a sus hijos.
-
-
Estudio de libro de congregaciónMinisterio del Reino 1983 | junio
-
-
Estudio de libro de congregación
Programa para los estudios de libro de congregación con el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra:
5 de junio: páginas 1 a 15
12 de junio: páginas 16 a 24
19 de junio: páginas 25 a 33
26 de junio: páginas 34 a 46
-