Carta de la Sucursal

Estimados publicadores:

Durante los últimos meses de 1977, además de nuestra actividad normal, estuvimos muy ocupados haciendo arreglos para que todos los ancianos de este país pasaran por el nuevo Curso de la Escuela del Ministerio del Reino.

Durante la semana del 4-8 de octubre, 372 superintendentes de circuito y de distrito asistieron a las primeras clases del nuevo Curso de la Escuela del Ministerio del Reino y lo disfrutaron inmensamente. El curso ha sido ajustado para ayudar a los ancianos a fin de que éstos puedan dar mejor servicio al pastorear a sus hermanos, enseñar, proveer un ejemplo útil en el servicio del campo, aconsejar y juzgar y cooperar como un cuerpo.

Un hermano dijo: “El curso ha excedido todas mis esperanzas.” Otro: “Muy a menudo se nos recordó que ‘predicáramos la Palabra’ al ofrecer consejo y al contestar preguntas.” Y otro dijo: “Se nos ha llenado de ideas en cuanto a lo que podemos hacer de manera positiva para ayudar a nuestros hermanos.”

Estos mismos hermanos también recibieron un repaso breve del nuevo Curso de la Escuela del Servicio de Precursor. El curso los emocionó. Algunos de sus comentarios fueron: “¡Es práctico!” “Es un verdadero estudio de la Biblia.” “Es obvio que Jehová está muy interesado en los precursores.”

Entonces, durante la semana del 11 al 15 de octubre, otros 662 hermanos, que participarán en enseñar el Curso de la Escuela del Ministerio del Reino en sus propios circuitos, asistieron a la escuela a fin de ayudarles a prepararse para enseñar. Más de 900 hermanos participarán en enseñar el curso.

Entonces, durante noviembre y la primera parte de diciembre se programó a todos los ancianos de este país para asistir al nuevo

¿Está usted instruyendo a su familia?

¹ El apóstol Pablo escribió: “Doblo mis rodillas ante el Padre, a quien toda familia en el cielo y en la tierra debe su nombre.” (Efe. 3:14, 15) Sí, Jehová es el Padre de la humanidad y también el Originador del arreglo de familia. Él sabe y puede decirnos lo que se necesita para edificar una familia espiritualmente fuerte y feliz.

² Jehová ha puesto el ejemplo perfecto para todos los padres al instruirnos eficazmente por medio de su Palabra y el esclavo fiel y discreto. (Juan 6:45) ¿Están ustedes, padres, suministrando con regularidad el alimento espiritual a su esposa e hijos? ¿Están estudiando con ellos, utilizando publicaciones e información que se ajustan a sus necesidades? Tome la iniciativa en proveer la ayuda necesaria. Estimule a los miembros de su familia a ser sinceros en sus consideraciones. Ayúdelos a crecer espiritualmente. Si lo hace segará buen fruto por su ardua labor.—Pro. 22:6.

PARTICIPE EN LA PREDICACIÓN DEL REINO COMO FAMILIA

³ Durante febrero, los padres tienen una oportunidad excelente de participar en la predicación del Reino con sus hijos. Juntos pueden esforzarse por envolver al amo de casa en la conversación y presentar el libro La vida sí tiene propósito por la contribución de 25c. Sería provechoso que su familia tuviera ‘sesiones de práctica.’ Esto también se puede hacer con otros del grupo de estudio de libro. El prepararse de antemano lo ayudará en su esfuerzo por envolver al amo de casa en la conversación y presentar la oferta de manera interesante.

⁴ Sea que el esposo y la esposa estén en la verdad, o solo uno, el participar con sus hijos en el campo puede ser muy placentero tanto para usted como para ellos. Encómielos por el esfuerzo y progreso que hagan. Al servir juntos, usted también tiene la excelente oportunidad de ayudar a sus hijos a progresar en el servicio de Jehová. ¿Necesitan ayuda para estimular al amo de casa a participar de la conversación? Si usted nota esto, puede ayudarlos. ¿Carecen de aprecio por el verdadero propósito del servicio del campo? Ayúdelos a ver que hay vidas envueltas y que nuestro servicio es una honra a Jehová. ¿Se desaniman cuando el amo de casa los trata con rudeza? Ayúdelos a ver que el amo de casa no estaba enfadado con nosotros personalmente. ¿Necesitan sus hijos entender por qué debemos participar regularmente en la predicación del Reino? (Rev. 22:2) A medida que usted los acompaña, estará al tanto de sus necesidades y podrá estimularlos y ayudarlos.

⁵ Al participar con sus hijos en el servicio del campo, no deje de incluirlos en la conversación. También, sin falta, invite a la persona con quien está hablando a expresarse. Todos disfrutamos de una conversación cuando participamos en ella. ¿Cómo puede hacer esto?

⁶ Podría decir: “¡Buenos días! Me llamo ..................., y éste es mi hijo (o hija). Sin duda usted se ha preguntado por qué las condiciones mundiales continúan deteriorándose. Mi hijo (o hija) y yo hemos encontrado un versículo en la Biblia que creemos que le interesará.” [Invite a su hijo (o hija) a leer Hechos 10:34, 35] Entonces continúe con la conversación como se muestra en “Presentando las buenas nuevas.” A medida que envuelva al amo de casa en la conversación, sea perspicaz. Podrá determinar si el amo de casa está interesado, o si no lo está. También podrá determinar si es apropiado ofrecer literatura o no.

⁷ Al testificar con sus hijos no subestime lo eficaz que pueden ser los publicadores jóvenes al presentar las buenas nuevas. De vez en cuando pueden ser más eficaces que los publicadores adultos para llegar a ciertas personas.

⁸ Un padre iba de casa en casa con sus dos hijos, uno de ocho años de edad y el otro de diez años. Al hablar con una señora que tenía diez hijos, dijo: “Los niños pueden aprender mucho de la Biblia, pero necesitan entenderla.” La señora respondió: “¿Dónde ha visto usted a niños de seis y doce años de edad leyendo y entendiendo la Biblia?” El hermano se volvió a su hijo de diez años de edad, y le pidió que leyera algunas de las promesas de vida eterna que Dios nos ha dado. El niño leyó y explicó Salmo 37:29. Cuando la señora mostró asombro y placer, el hermano se volvió a su hijo de ocho años de edad y le pidió que leyera y explicara Mateo 4:1-11. Inmediatamente la señora aceptó el libro La verdad y se hizo arreglos para un estudio bíblico con ella y sus hijos.

⁹ ¿Está usted tomando el tiempo para enseñar la verdad a sus hijos y compartir con ellos en el servicio del campo? Ustedes, publicadores jóvenes, ¿están mostrando el deseo de estudiar con sus padres y de acompañarlos en el servicio del campo? Pueden estar seguros de que Jehová se complacerá con ustedes si lo hacen. Sí, tanto los padres como los hijos tienen la obligación de mostrar aprecio por el arreglo de familia.

¿A cuántos puede usted llevar el mensaje?

¹ ¿A cuántas personas le pasa usted por el lado durante el día? ¿A cuántas de éstas ha saludado o les ha hablado? ¿Se ha preguntado cuántas de éstas habrán escuchado las buenas nuevas por medio de uno de nuestros hermanos? ¿Y cuántas no las habrán escuchado? Un día un hermano en una zona donde el territorio se trabaja a menudo, y gran parte de éste cada dos o tres semanas, se decidió a hablar a los que estaban en la calle.

² Al andar, se fijaba en los ojos de los que se le acercaban. Cuando ‘sus ojos se encontraban’ con los de una persona, se sonreía y decía: ‘Con su permiso. ¿Quisiera tener los últimos números de la revista La Atalaya y ¡Despertad!? ¿Las ha leído alguna vez?” Las primeras tres personas a las que abordó dijeron que nunca antes las habían visto. A pesar de que el hermano se sorprendió al oír esto... en un esfuerzo por proseguir la conversación, dijo: ‘Yo puedo entender eso. Nosotros vamos a los hogares de las personas del vecindario con bastante regularidad, pero muchos no están en casa, y puede ser que usted tampoco haya estado en casa cuando lo visitamos. Pero déjeme decirle algo acerca de ellas y de las buenas nuevas que encierran para usted.’

³ Ese día el hermano y su esposa abordaron a las personas de varias maneras. Colocaron literatura con algunos y hablaron con mucha personas. Para ellos fue una experiencia muy placentera, debido a sus conversaciones con las personas con quienes se encontraron.

⁴ ¿Cuántas personas hay en su territorio que nunca han tenido oportunidad de oír las buenas nuevas? Échele una mirada a las personas que le pasan por el lado cuando sale de su casa. Algunas de ellas están paradas y esperando. Algunas están sentadas en un banco o en un auto. Algunas están caminando y mirando. ¿Puede usted abordarlas? Quizás usted piensa para sí: “Eso me sería difícil. Nunca antes he hecho nada como eso.” Aunque eso pudiera ser cierto, la mayoría de nosotros nunca trabajó de casa en casa antes de aprender la verdad. Pero con la ayuda del espíritu de Jehová y de nuestros hermanos y con buen esfuerzo de nuestra parte aprendimos a hacerlo. Aunque el abordar a la gente en la calle pudiera ser un nuevo campo de servicio para usted, quizás