generosidad que es mucho más hermosa y genuina que el “espíritu de la Navidad” que florece solo una vez al año. El espíritu de Dios produce bondad y altruismo que se pueden ver claramente cada día del año. Esto impulsa a los cristianos a dar, no con la esperanza de que se les pague de vuelta o porque se sientan obligados por otros a hacerlo, sino por genuino amor cristiano.—Luc. 6:35, 36; Hech. 20:35.

Los cristianos verdaderos pueden dar regalos y pasar buenos ratos juntos durante todo el año. (Luc. 6:38) Los padres no tienen que esperar a los cumpleaños o a la Navidad, sino que pueden dar regalos a sus hijos en varias ocasiones durante el año. Así los niños saben que son sus padres quienes les están dando los regalos, y que lo hacen por amor a ellos. Además, no estimula a los hijos a ser ingratos, al hacerlos pensar que tienen derecho a esperar regalos en ciertos días.—Col. 3:14.

El aprender la verdad acerca de los orígenes paganos de las costumbres populares puede tener un maravilloso efecto de liberación. Ya no nos sentimos obligados a seguir prácticas que han resultado ser una carga, financieramente y de otras maneras, para la gente del mundo. Y, lo que es más importante, el conocer la verdad nos libra para poder seguir el proceder que le agrada a Jehová Dios.

¿Quiere usted de veras agradar a Dios?

USANDO la Palabra de Dios, la Biblia, como nuestra guía, llega a ser evidente que ciertas costumbres que son muy populares hoy definidamente le son desagradables a Dios. Algunas de ellas, como las celebraciones de la Pascua Florida y la Navidad, están arraigadas en prácticas religiosas paganas. Otras, incluso la costumbre de conmemorar sucesos que exaltan a naciones e instituciones mundanas o hasta a hombres, están directamente en pugna con los principios bíblicos.

Es posible que usted no haya comprendido esto antes. Es posible que nunca se haya traído a su atención la evidencia que hay en cuanto a esto. Por lo tanto, sin duda usted ha seguido el derrotero de casi todos los demás del mundo y ha observado estas costumbres populares. Pero ahora que usted ha visto lo que Dios dice en su Palabra acerca de dichos asuntos, ¿qué hará usted? ¿Evitará usted las costumbres que Dios desaprueba? ¿Quiere usted de veras agradarle?

Todo lo que vale la pena lo podemos obtener y no perder nada de verdadero valor al esforzarnos por agradar a Dios en todo. A él el salmista dice: “Me harás conocer la senda de la vida. El regocijarse hasta quedar satisfecho está con tu rostro; hay agradabilidad a tu diestra para siempre.” (Sal. 16:11) Sí, si usted hace ahora lo que es grato a Jehová Dios, él lo bendecirá eternamente en un magnífico nuevo sistema de cosas de paz y felicidad perfectas.

Por lo tanto, ¡cuán prudente es el tomar la decisión de hacer lo que le agrada a Dios! Luego, ¡apéguese a esa decisión! Es verdad que no será fácil. Usted no estará siguiendo un proceder que sea popular en el mundo. Como resultado recibirá mofa y persecución, tal como predijo Jesucristo. (Juan 15:20; 2 Tim. 3:12) Pero acuérdese, si usted de veras quiere agradar a Dios, él lo respaldará y lo fortalecerá a usted en esta decisión. ¡Qué placer tendrá usted entonces al saber que está agradando a Dios ahora, y que tendrá la oportunidad de hacerlo eternamente en su nuevo sistema!