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Educación sexual en las escuelas... ¿bueno o malo?¡Despertad! 1970 | 22 de agosto
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Educación sexual en las escuelas... ¿bueno o malo?
DE COSTA a costa en la América del Norte los defensores y los opositores de la educación sexual en las escuelas están librando una furiosa batalla.
¿Quiénes están envueltos en esta lucha que causa divisiones tan agudas aun en poblaciones pequeñas y en algunas iglesias? ¿Qué está detrás de esta agitación? ¿Qué efecto tendrá en usted y su familia? Y puesto que está sucediendo en un país que supuestamente es cristiano, ¿qué posición debe adoptar el cristiano verdadero en este asunto? ¿Es una cosa buena, o mala?
Quiénes están envueltos
Después de haberse asentado el polvo de las escaramuzas iniciales, quedaron claramente delineadas las líneas de batalla. Los proponentes constituyen un ejército formidable: El Consejo de Información y Educación Sexual de los Estados Unidos (SIECUS), la Asociación Médica Americana, la Asociación Educativa Nacional y el Concilio Nacional de Iglesias.
Movilizados para oponerse a ella, de una manera u otra, hay varias organizaciones sociales, grupos religiosos y un número creciente de organizaciones locales y nacionales de padres y comités de ciudadanos. Entre los que resisten están algunos que anteriormente fueron defensores hasta que vieron lo que para ellos fue resultados perturbadores. Parece que está aumentando la reacción.
El Instituto Canadiense de la Opinión Pública informa que el 73 por ciento de los canadienses apoya la educación sexual en las escuelas públicas. Una encuesta Gallup dice que el 71 por ciento de los adultos norteamericanos la desea para sus hijos (y quizás el 60 por ciento de las escuelas de los Estados Unidos tengan alguna forma de ella). No obstante, es interesante el hecho de que debido a la oposición ahora por lo menos hay veinte estados que han puesto en vigor proyectos de ley, o los tienen ante sus legislaturas, para poner coto a tal instrucción en las escuelas o prohibirla.
Por qué la lucha
Por lo general, estos enemigos parecen estar de acuerdo en que se necesita alguna forma de educación sexual para los jóvenes de esta generación. El desacuerdo está en cuándo debe iniciarse, el grado de información que se haya de suministrar a ciertas edades, quiénes transmitan la enseñanza y la fuente y el contenido de la materia.
Una causa principal del estallido de intensa oposición a la educación sexual parece ser el paso reciente de enseñarla en las escuelas primarias. Algunos padres quedaron sumamente alarmados y disgustados al oír el lenguaje que comenzaron a usar niños muy pequeños y al ver que algunos niños trataron de ‘practicar’ en miembros más jóvenes de la familia lo que se les había enseñado o demostrado en las clases. Esos padres creen que es un caso de enseñar “demasiado, y muy pronto.”
Algunos de estos padres no se oponen a la instrucción adecuada en años superiores, pero aun entonces creen tener causa para preocuparse acerca de quién enseña las clases y si está capacitado. Alegan que algunos maestros han cometido excesos, como el incidente en que un maestro pidió a algunos estudiantes que copiaran palabras obscenas de las paredes de los excusados y luego las definieran en clase. Hubo el caso de un maestro que pidió a los estudiantes que relataran sus propias experiencias con la masturbación, la homosexualidad y la experimentación sexual con los animales. Los padres temen el efecto de maestros que quizás tengan sus propios ‘problemas’ sexuales.
Los opositores creen firmemente que la educación sexual en las escuelas es una forma de invasión y usurpación de los derechos paternales. Para ellos éste es un tema que debe dejarse principalmente al entrenamiento paternal y religioso, por lo menos en sus detalles más íntimos. También en muchos casos ponen reparos a instrucción en grupo, o coeducativa.
Pero las objeciones sobresalientes que han producido los intercambios más enconados son las de que los cursos omiten instrucción en cuanto a la moralidad y que esto está relacionado con la mira de los grupos “izquierdistas” que promueven la educación sexual para debilitar la fibra moral de una nación para hacerla blanco fácil para el comunismo.
¿Se necesita?
Sus defensores contraatacan diciendo que la oposición está aguijoneada por ‘derechistas extremados’ y por sectas fundamentalistas que están cegadas por un código moral anticuado. Alegan que el descuido y el abandono de la responsabilidad paternal de enseñar a sus propios hijos ha producido una proporción creciente de promiscuidad e ilegitimidad y diseminación de enfermedades venéreas entre los jóvenes. También, los jóvenes tienen poca protección contra los continuos estímulos de la publicidad, la literatura y las películas y el mal ejemplo de algunos adultos. Estas cosas, dicen ellos, han ocasionado la campaña vigorosa por instrucción sexual.
En Ontario la proporción de madres solteras que dan a luz es el doble de hace diez años. Algunos opinan que hasta el 50 por ciento de las novias adolescentes están encintas el día de su boda. Un periódico alegó que a Quebec van diez muchachas de Toronto por semana para abortar. En los Estados Unidos se informa que el año pasado 6.000 bebés les nacieron fuera del matrimonio a muchachas menores de quince años. Un doctor lamentó el hecho de que vinieran a verlo niñas de doce años que no sabían cómo habían llegado a estar encintas. Otro deploró la “ignorancia absoluta” de los pacientes en cuanto a los problemas sexuales. Y las estadísticas demuestran que muchas naciones están experimentando un aumento alarmante de enfermedades venéreas entre los jóvenes.
Tampoco puede haber duda acerca de la influencia hacia lo malo que se ejerce en los jóvenes por la manera en que el sexo y la desnudez se usan en las películas, la TV, los libros, la publicidad y los periódicos. Aun la letra de la música moderna hace que las relaciones sexuales ilícitas parezcan ser lo ‘de moda.’ Comentando sobre la temprana exposición a las relaciones sexuales ilícitas que esto representa para los niños, un médico dijo: “Mi hijo de 9 años sabe lo que es una lesbiana por los anuncios de las películas.”
Por consiguiente, los proponentes instan a que en las escuelas se suministre educación sexual desde la escuela de párvulos.
Soluciones
Se puede comprender el deseo que tienen los educadores de llenar el vacío que dejan los padres imprudentes y proporcionar a los jóvenes el conocimiento que necesitan. Sin embargo, en la frenética acometida para hacerlo deben tener cuidado para no pisotear ciegamente la relación natural y obvia entre los padres y el hijo. Si a los educadores les parece que ahora los padres no están equipados para instruir a sus propios hijos o que no quieren cumplir con la responsabilidad de hacerlo, entonces, ¿por qué no tratan esta causa en vez de solo enfrentarse a los efectos?
¿Por qué no educar a los padres en cuanto a qué y cómo enseñar a sus propios hijos? Muchos padres recibirían con regocijo esto. Ello mantendría la importante relación de padre e hijo, conservando la estructura de la familia como unidad. También haría posible el que la instrucción fuera adaptada a las necesidades individuales del niño, algo que los padres entenderían mejor que alguien que no hubiese vivido con el niño. El lugar ideal para enseñar estos asuntos es el hogar.
El retiro del hogar eliminaría bochorno posible delante de extraños y abusos posibles de parte de algunas personas que tuvieran motivos incorrectos... maestros u otros estudiantes. Mantendría la consideración en el ambiente de un ‘asunto de familia,’ lo cual es. Aun a los proponentes de cursos de educación sexual en las escuelas les gusta llamarlos cursos de ‘vida de familia.’
A los que se quejan de que los padres se sienten muy abochornados para considerar estos asuntos con sus hijos se les da la respuesta de que no lo estarían, una vez que se les enseñara y se les entrenara en cuanto a qué decir y cómo encargarse de la situación. “Pero los padres no son maestros, no están preparados para tratar con la situación, estarían demasiado envueltos emocionalmente para hacerlo bien,” alegan algunos. Este comentario del Dr. David Reuben es apropiado: “Las escuelas están aun menos preparadas que los padres para ofrecer educación sexual. Los programas son del ‘Ratón Miguelito’ y los muchachos lo saben. Lo que se necesita es un enfoque enteramente nuevo: Educación sobre sexualidad para adultos.”
Aunque se instituyeran programas para enseñar a los padres a tratar con la educación sexual para los jóvenes, habría serias desventajas. No es probable que en tales cursos hubiese más equilibrio moral del que ahora hay en los cursos para los jóvenes. Tampoco es probable en absoluto que las leyes de Dios según se bosquejan en su Palabra, la Biblia, serían puestas de relieve para dar al curso su equilibrio moral necesario. ¿Por qué no? Porque muchos educadores respetan poco la Biblia. Y la mayoría de las iglesias no han inculcado en los adultos un verdadero sentido de responsabilidad moral. No solo hay muchos clérigos que rebajan el valor de la Biblia; también abrazan el código de la ‘nueva moralidad.’
En consecuencia, muchos son los puntos de vista en cuanto a la educación sexual en las escuelas. Ante estas opiniones incompatibles, los padres se preguntan qué deben hacer.
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Lo que pueden hacer los padres¡Despertad! 1970 | 22 de agosto
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Lo que pueden hacer los padres
CONSIDERANDO su propia falta de entrenamiento y habilidad, es posible que muchos padres crean que sería mucho más fácil dejar toda la educación sexual a la escuela. Pero, por otra parte, algunos padres concienzudos están confusos. Han oído contar que la educación sexual se proporciona sin base moral y se preocupan con razón. Ahora se les dice a los niños que las relaciones sexuales premaritales, la sodomía y otras formas de desviación sexual son normales y, aunque no son deseables, no deberían condenarse.
Algunos defensores dicen que las normas tradicionales de moralidad son inaplicables. Uno de ellos alega que “la esencia del problema ético no estriba en que un muchacho o una muchacha permanezca virgen o no, sino en si las relaciones sexuales se usan para explotar a otro y egocéntricamente, o de una manera significativa y digna.” ¿Es esto lo que usted quiere que se le enseñe a su hijo? ¿Cómo usa la gente no casada las relaciones sexuales de manera significativa y “digna” si viola el mandato divino de “huyan de la fornicación”?—1 Cor. 6:18.
¿Qué se puede hacer acerca de la situación? ¿Combatir contra el que se dé educación sexual en las escuelas? Al cristiano verdadero se le da este mandato: El siervo “del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, capacitado para enseñar, manteniéndose reprimido bajo lo malo.” (2 Tim. 2:24) Si un padre se opone a lo que se enseña y quiere proteger a su hijo, puede pedir que se exima a su hijo de esas clases.
Sin embargo, con imparcialidad para los cursos que se enseñan en algunas escuelas, tiene que reconocerse que no todo es malo. Hay enseñanza de higiene, prevención de enfermedades, atención a los niños, responsabilidades de familia, etc. Además, hay algún esfuerzo por dirigir a los estudiantes a otras agencias para obtener guía, como el libro de texto que insta a los que se preocupan en cuanto a la homosexualidad a hablar con su médico o con algún otro consejero. También habla contra “el abuso de uno mismo” al considerar la masturbación. Pero hay declaraciones veladas que dejan al lector creyendo que a cada uno le toca decidir el asunto por sí solo; no hay condenación honrada de los hechos incorrectos.
Los padres cristianos emprenden el derrotero que recomienda el texto de 2 Timoteo 2:24, a saber, estar ‘capacitados para enseñar.’ Esos padres han aprendido a estar bien equipados para combatir la información errónea que sus hijos obtienen en algunas escuelas por la enseñanza de la evolución y el establecimiento de metas materialistas por maestros que quizás tengan buenas intenciones. Por las respuestas dadas en el entrenamiento hogareño, los padres pueden confiar en que sus hijos tienen una defensa.
Si su iglesia no le ha suministrado la información necesaria para combatir las enseñanzas de hoy que socavan la fe y ya no apoya la Biblia como la fuente de enseñanza moral, ¿por qué no averigua dónde se le puede enseñar y entrenar para ayudar a sus hijos?
Ayuda disponible
Los testigos de Jehová como cristianos perciben la necesidad de fortalecer a los jóvenes y equipar a los padres para que cumplan con lo que hoy día se necesita. Adoptan el punto de vista de que “la sabiduría es para una protección.” (Ecl. 7:12) Repetidas veces sus revistas La Atalaya y ¡Despertad! han presentado artículos para ayudar a los padres a tratar asuntos sexuales con sus hijos, qué considerar y cómo decirlo. Ejemplos de esto son los artículos de ¡Despertad! del 8 de marzo de 1969 y el 8 de septiembre de 1965 en cuanto a un padre que habla con sus hijos y el número del 8 de noviembre de 1965 en cuanto a una madre que habla con sus hijas. Estos consideraron asuntos como la concepción, el nacimiento, el uso apropiado de las facultades sexuales, las funciones corporales, el hacer citas y el gobierno de uno mismo. Otras de sus publicaciones también proporcionan instrucción útil, todo sobre una excelente base de moralidad bíblica.
En sus asambleas los Testigos reciben materia franca y directa en conferencias y hasta en dramas que aplican los puntos que se enseñan. En sesiones de la Asamblea Internacional “Paz en la Tierra” de 1969 oyeron discursos que advirtieron contra la satisfacción ilícita de la fornicación y el adulterio y los peligros de jugar con la inmoralidad sexual. Durante 1970 se proporcionará consejo adicional en sus asambleas en cuanto a esto. Se señala a mejor uso del tiempo y de las habilidades para beneficio de los jóvenes concurrentes que están con sus padres en las asambleas para recibir esta instrucción. Sí, a veces es provechoso recibir instrucción en grupo. Pero las circunstancias tienen que ser las correctas, estando presentes los padres u otros adultos responsables y de buenos motivos.
En su hogar, ponga la información acerca del sexo sobre la base correcta. Fúndela en la “disciplina y consejo autoritativo de Jehová.” (Efe. 6:4) Esto es fuente de material mucho más valiosa que los puntos de vista presuntuosos y que siempre cambian de los humanos que exigen “nuevos valores” en cuanto a “cuándo y cómo debemos tener experiencias sexuales.” La Dra. Mary Calderone, una de las principales sostenedoras de los cursos sobre el sexo en las escuelas, dice: “Sepárense de sus padres. Yo no creo que los antiguos mandamientos de ‘No hagas esto’ y ‘No hagas lo otro’ apliquen ya.” ¿Es esto lo que usted quiere que sus hijos oigan y crean sin defensa? ¡Es necesario fortalecerlos!
Algunas sugerencias
Enseñe a sus propios hijos que el poseer facultades sexuales significa que se lleva responsabilidad ante el Diseñador y exige respeto a su propósito original. ¡Use las Escrituras para mostrar cuál es el uso honorable, que éstas son facultades de procreación, una cosa maravillosa! (Gén. 1:28) Muestre que tiene que haber un profundo amor mutuo entre un esposo y su esposa, un dar que produzca placer al otro y en consecuencia discipline en cuanto a altruismo. (Pro. 5:15-23; Efe. 5:21-33) Explique que el circunscribir los intereses sexuales de uno a su cónyuge es un requisito sano para obtener vida.—Heb. 13:4.
Como usted ve por las referencias bíblicas ya dadas, se puede usar la Biblia como fuente de información y como modelo de expresión de buen gusto y enérgica para enseñar. Úsela y así contraataque la influencia de las normas morales en decadencia.
Suministre esa enseñanza en un ambiente sano de respeto a Dios y de decencia. Use terminología apropiada. La enseñanza afectuosa, en la cual se asocie el conocimiento con su uso apropiado, es mejor que la presentación separada de hechos biológicos fríos con demasiados detalles. Si los niños quieren saber más, por lo general preguntarán. A veces hágales preguntas o anímelos a hacer preguntas. De esa manera aprenden lo que quieren y necesitan saber. Hágalo en forma de conversación más bien que de sermoneo o predicación. Busquen juntos la información. Asegúrese de que el niño discierna la sabiduría práctica así como la obediencia a la ley de Dios que están envueltas en esto, que no se trata de ser remilgado.
Con discernimiento se puede enseñar a varios niños juntos. Así llegan a enfrentarse al tema sin creer que es un secreto profundo, enigmático. Después que a los más pequeños se les ha enseñado con sencillez y se van, entonces los más grandes que pidan y necesiten más detalles pueden conseguir más extensa explicación de parte de los padres. O, quizás los padres escojan otra ocasión, como al caminar de regreso a casa de una visita o de haber ido de compras, para hablar con sus hijos que necesitan información a fin de prepararlos para los cambios de su cuerpo o para contraatacar la información errónea que estén oyendo de otros niños.
¿Cuándo es el mejor tiempo para comenzar con este entrenamiento de los hijos? Antes de que vayan a la escuela. Pero recuerde, una pregunta pequeña solo requiere una respuesta pequeña. Es imprudente el inundar al niño con todos los detalles clínicos. Haga las respuestas claras y directas, honradas y sencillas. Los niños pueden detectar fácilmente el engaño y la hipocresía. Eso resultará en una pérdida de confianza. Sea minucioso solo si surgen más preguntas. Por lo general basta con una respuesta sencilla.
Una de las razones para no proporcionarles más de lo que necesitan a una edad tan temprana suministra base para algunas de las más fuertes objeciones al forzar la enseñanza del sexo en niños que están en los primeros años. Se cree que la edad desde los cinco años hasta la adolescencia es el “período latente,” cuando los intereses sexuales de la criatura no son intensos, pues busca otras cosas. Es un tiempo en que se deja que el niño disfrute de crecer, siendo niño. Al niño se le puede causar daño o perturbación en este período por habla sexual indeseable que pudiera resultar en dificultades sexuales más tarde.
Después hay un período en la vida en que se tiene que dar más información sin esperar preguntas de parte del niño. Es cuando los cuerpos de los jovencitos comienzan a desarrollar la capacidad de llevar a cabo la función maravillosa de la procreación. Es preciso que a los niños se les diga con anticipación qué esperar. Se les debe enseñar qué cambios acontecerán en su cuerpo y en sus sentimientos para con el sexo opuesto. Pero, de nuevo, esto debe ser adecuado a su edad y necesidad. Es mejor no hacer una cosa “grande” de ello, ya sea entonces o con los niños en otras sesiones. No debe hacerse una obsesión. Un médico y autor, el Dr. Melvin Anchell, dice que puede enseñar todo lo que un niño tiene que saber acerca del sexo, proporcionándole el punto de vista médico, en aproximadamente quince minutos. Pero ése es el punto de vista médico; también hay el de Dios.
Hay otro asunto que es responsabilidad paternal. Lo que los padres no repriman en lo que se refiere a lectura y lo que se vea podría causar daño a la mente del niño. ¿Sabe usted realmente lo que lee su niño? ¿Qué lecturas le ofrecen otros, sus condiscípulos? Una madre quedó sumamente alarmada y disgustada al hallar cierta materia escandalosa metida debajo del colchón de la cama de su hijo. ¿Toma usted en serio la calidad del alimento de su hijo? Entonces tome en serio la calidad de su materia de lectura. Las historietas cómicas a menudo explotan el sexo y la violencia, así como lo hace la TV.
Lo que necesita su familia
Aunque las sugerencias ya dadas sirvan de ayuda, hay algo más que usted necesita para combatir la marea creciente de conducta relajada y los efectos adversos de instrucción sexual posiblemente perjudicial. Tal como uno debe tener algo firme y sólido a lo cual pueda afianzar una soga salvavidas para que ésta sea verdaderamente útil, así tiene que haber un conocimiento bien redondeado de la Biblia para que uno tenga la base que le suministre apoyo sólido a esta clase de información sexual enseñada por los padres. Esto se puede tener por medio de un estudio bíblico semanal, con regularidad, en su hogar.
Los testigos de Jehová proporcionan este servicio gratuitamente, a una hora conveniente para usted en el retiro de su propio hogar, usando su propia Biblia. No hay obligación salvo el concordar en prepararse con anticipación para obtener los mejores resultados. El libro La verdad que lleva a vida eterna contiene el curso de estudio. Solo se necesitan unos seis meses para abarcar el material. El hecho de que en menos de dos años esta publicación ha alcanzado la asombrosa circulación de 29 millones de ejemplares en muchos idiomas es prueba suficiente de que está satisfaciendo una necesidad.
Los testigos de Jehová están conduciendo más de un millón de estudios bíblicos de casa gratis cada semana alrededor de todo el mundo. ¿Por qué no se aprovecha usted de esta excelente provisión? De esta manera usted puede fortalecer a su familia con la base que necesita en la fe para aguantar en esta era de obsesión sexual. Eso le evitará muchas congojas y crisis en la vida de familia.
Padres, no permitan que la responsabilidad que les ha dado Dios para con sus hijos en este o en cualquier otro asunto les sea arrebatada, ya sea por la propia apatía de ustedes o por los motivos dudosos de otras personas. El que algunos defensores de la educación sexual en las escuelas den a sus seguidores el consejo de “introducir furtivamente” esos cursos y alegar que simplemente están ensanchando programas ya existentes muestra falta de honradez de parte de ellos y pone en tela de juicio sus motivos.
El efecto de la educación sexual puede ser malo, dependiendo de la manera en que se enseñe y el contenido de la materia. El padre concienzudo se familiarizará con lo que se enseña y sabrá quién ha publicado la materia. Así podrá contraatacar eficazmente cualquier información errónea que su hijo obtenga en las clases.
Si la información dada en algunos programas sirve para complementar lo que los padres son moralmente responsables de dar a sus hijos, entonces puede ser buena. Se puede aprender junto con otros hechos relacionados y otros estudios de la escuela.
Pero en cualquier caso, el efecto final en sus hijos se determinará en gran medida por lo que usted como el padre o la madre haga para cumplir con su propia responsabilidad en el asunto. Aprovéchese del curso de estudio bíblico que erigirá un fundamento firme de fe sobre el cual usted pueda edificar la espiritualidad de su familia. Use la materia oportuna de las publicaciones de la Watch Tower como ayuda para enseñar a sus hijos los principios bíblicos. Edifique todos los aspectos de una estrecha relación de familia. El ambiente afectuoso, amoroso, de la vida de familia cristiana es el clima sano en el cual criar a los jóvenes hasta que alcancen la masculinidad y feminidad responsables.—Efe. 5:15-23; 6:1-4.
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La gente que cultiva la tierra¡Despertad! 1970 | 22 de agosto
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La gente que cultiva la tierra
● En los Estados Unidos y el Canadá, menos de 8 de cada 100 personas viven en granjas. En Asia, América del Sur y partes de Europa, más de la mitad de la gente cultiva la tierra. Aproximadamente 70 de cada 100 africanos cultivan la tierra como modo de vivir.
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