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  • Terremoto devasta a Guatemala
    ¡Despertad! 1976 | 22 de mayo
    • se acerca.”—Luc. 21:7-28; Mat. 24:3-14.

      Por eso los testigos de Jehová, cuando ven evidencia tan poderosa como este terremoto de que se está cumpliendo la profecía bíblica, alzan la cabeza porque tienen confianza en que está muy cerca el nuevo sistema de cosas prometido por Dios. Hallamos que la gente perpleja de Guatemala ahora se muestra especialmente dispuesta a recibir este mensaje consolador de la Palabra de Dios. (2 Ped. 3:13; Rev. 21:3, 4) Aun antes del terremoto, cuando N. H. Knorr, un miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, visitó a la Ciudad de Guatemala en diciembre de 1975, más de 5.000 personas se reunieron para oír el discurso bíblico que pronunció en el parque de béisbol en el Hipódromo del Norte. ¡Los concurrentes fueron más de dos veces mayor que la cantidad de Testigos que hay en la Ciudad de Guatemala!

      El año 1976 habría de ser un año de gran importancia aquí. Un letrero en el edificio municipal de la Ciudad de Guatemala dice: 1776 DOSCIENTOS AÑOS 1976. El 6 de enero la ciudad había iniciado la celebración de su segundo centenario. La capital anterior había sido destruida por un terremoto, y el 6 de enero de 1776, se ocupó oficialmente la nueva capital.

      Por lo tanto, en enero de 1976 había un ambiente de optimismo respecto al futuro de la Ciudad de Guatemala moderna, creciente. Pero cuando uno ve a personas que trabajan juntamente para reconstruir, y que confían en las profecías verídicas de la Palabra de Dios, ciertamente hay aun más razón para tener confianza de que será brillante el futuro de esas personas.

  • Berlín Oriental y el Cercano Oriente de la antigüedad
    ¡Despertad! 1976 | 22 de mayo
    • Berlín Oriental y el Cercano Oriente de la antigüedad

      Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Alemania Occidental

      BERLÍN ORIENTAL... ¿Qué viene a su memoria al oír la mención de esta ciudad? Quizás usted solo piense en un moderno Estado europeo bajo el dominio comunista donde predomina el ateísmo.

      Sin embargo, ¿sabía usted, que Berlín Oriental tiene un tesoro de información acerca del Cercano Oriente de la antigüedad, parte del cual corrobora porciones de la Biblia? Estos materiales están ubicados en el famoso museo de Pérgamo cuyas colecciones del Cercano Oriente de la antigüedad se clasifican en el tercer lugar de importancia en el mundo, inmediatamente después del Museo Británico y el del Louvre.

      ¿Disfrutaría usted de saber algo acerca de los tesoros almacenados en este museo? Comencemos con los materiales de la ciudad de Pérgamo misma.

      Hallazgos de la antigua Pérgamo

      Este museo contiene una reconstrucción de un altar a Zeus conocido como “el altar de Pérgamo.” El altar mismo de la ofrenda quemada está ubicado en un recinto encima de un “edificio del altar.” Para llegar al altar hay que ascender una escalinata de 20 metros de ancho de 24 escalones, como si uno estuviera acercándose a una sala en que está un trono. A cada lado de la escalinata hay relieves de piedra grabados con figuras mitológicas. Pero, ¿por qué es de interés hoy esta reliquia de la antigua adoración pagana?

      La Dra. Elizabeth Rode, que dirigió el trabajo de la reconstrucción, comenta en Pergamon, Burgberg und Altar (Pérgamo, terraplén del castillo y altar): “Se cree que se puede hallar el más antiguo testimonio escrito acerca del altar en las palabras del evangelista Juan.” ¿En qué “palabras” del apóstol Juan estaba pensando esta autora?

      Evidentemente estaba pensando en lo que aparece en la Biblia en Revelación 2:12, 13: “Y al ángel de la congregación que está en Pérgamo escribe: ‘ . . . Sé donde moras, es decir, donde está el trono de Satanás; y sin embargo sigues teniendo firmemente asido mi nombre, y no negaste tu fe en mí ni siquiera en los días de Antipas, mi testigo, el fiel, que fue muerto al lado de ustedes, donde mora Satanás.’”

      ¿Se debió a que había este trono altar para Zeus en Pérgamo que las Escrituras dicen que “el trono de Satanás” estaba en Pérgamo? La Dra. Rode continúa:

      “Triste es decirlo pero la cuestión sigue sin resolverse en cuanto a si los cristianos primitivos consideraban que el ‘Trono de Satanás’ era este viejo altar de los dioses que está arraigado en la tradición, o si es que esta expresión se usaba con referencia al venerado altar de Augusto ubicado en Pérgamo, pero odiado por los cristianos, debido a que aquí se les obligaba a hacerle sacrificios a César.”

      El “terraplén del castillo” de Pérgamo es otro detalle interesante. Una mirada a su restauración aquí revela que la adoración del Estado fue un rasgo prominente de esta antigua ciudad. Por ejemplo, el santuario nacional de Atena contiene una estatua del rey de Pérgamo Atalo I. Una inscripción indica que este santuario también contenía un altar. El terraplén del castillo también contiene un templo, comenzado por el emperador romano Trajano y completado por su sucesor Adriano. Ambos eran adorados aquí. Y hay otro templo en esta ubicación, uno jónico con una terraza teatral que está dedicado a César Caracalla (Marco Aurelio Antonio).

      Se hace aún más evidente el dominio poderoso de la religión pagana en la antigua Pérgamo en el salón donde se exhiben las esculturas. Allí hay una de Esculapio, dios de la medicina, que se adoraba por medio de una serpiente viva que se mantenía en un templo. Otra escultura representa a Afrodita, la diosa de la belleza y la sensualidad, sentada sobre una tortuga. También está la gran “diosa madre,” Meter, la Isis egipcia y muchos otros dioses, griegos y romanos, así como algunos de Asia Menor. Ciertamente, los cristianos que vivían en Pérgamo estaban bajo presión para ‘negar su fe en Jesucristo.’

      Una mirada a Babilonia

      Otro rasgo del museo de Pérgamo es la restauración de la “calle de la Procesión” de Babilonia, construida por Nabucodonosor II para el dios Marduk. Un guijarro tomado de la calle lleva la inscripción: “Nabucodonosor, rey de Babilonia, hijo de Nabopolasar, rey de Babilonia soy yo. He empedrado la calle Babel para la procesión del gran Señor Marduk con guijarros shadu.”

      Imagínese que usted está caminando a lo largo de esta entrada hacia el portón de Istar. A cada lado suyo se elevan masizas paredes fortificadas. ¿Puede usted concebir cuán difícil hubiera sido para las fuerzas enemigas entrar a Babilonia por esta calle? El profesor R. Koldewey, que dirigió las excavaciones en Babilonia, explica en Das wieder Erstehende Babylon (Babilonia se levanta de nuevo):

      “Cuando los defensores estaban sobre la muralla la calle se convertía en una trampa

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