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Usando buena habla cada díaGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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Algunas personas creen que ese lenguaje da énfasis a lo que dicen. Pero hay muchísimas palabras buenas que son vigorosas. No es necesario imitar el habla ruda de esas personas cuando les hablamos. El lenguaje sencillo puede ser útil, pero debe ser limpio y correcto.
10 También deben evitarse ciertas expresiones y giros del habla que chocan con el uso gramatical. Muchas veces sucede que personas mundanas del campo del entretenimiento usan esa clase de habla o la popularizan en canciones modernas. La gente tiende a imitar a estas personas. No es bueno que los cristianos adopten esos patrones o modelos de habla. El hacer eso nos identificaría con el mundo y su modo de vivir. A menudo los vendedores de drogas y otros cuyo patrón entero de vida es criminal o inmoral tienen su propio vocabulario, usan palabras de una manera que no se le hace inmediatamente clara al que por casualidad escucha. Pero nuestra norma de habla no debe ser afectada por esas influencias mundanas.—Rom. 12:2.
11 Los cristianos deben ejercer cuidado para evitar lenguaje irreverente. Algunas personas usan los términos “Dios” y “Señor,” también “Jesús” y “Cristo,” simplemente para añadir énfasis al habla, o como sustituto para una mala palabra. Otras palabras también son objetables como interjecciones.—Éxo. 20:7; Mat. 5:34-37.
12 Lo que la gente dice o hace nos puede irritar a veces. Aun así, no sería correcto el que un cristiano replicara con habla colérica o abusiva. Dice el apóstol: “Realmente deséchenlas todas de ustedes, ira, cólera, nocividad, habla injuriosa y habla obscena de su boca.” (Col. 3:8) Por eso, aunque el habla de otros lo irrite, el proceder sabio es controlar su espíritu.—Pro. 14:29; Sant. 3:11.
13-16. ¿Qué nos ayudará a mejorar nuestra gramática y nuestros hábitos del habla?
13 Gramática correcta. Algunas personas quizás se den cuenta de que su gramática no es gramática de peritos. Quizás se hayan criado en un país extranjero o no hayan tenido oportunidad de adquirir mucha educación académica cuando más jóvenes. No deben desanimarse; más bien, deben hacer un esfuerzo genuino por mejorar, haciéndolo por amor de las buenas nuevas. Se pueden dar ciertos pasos provechosos. Por ejemplo, la lectura en grupo de familia ofrece oportunidades para hacer esas correcciones. Mucho de lo que sabemos acerca de la gramática lo aprendemos oyendo a otros hablar. Por eso, escuche cuidadosamente cuando hermanos maduros y bien educados hablan. Al leer la Biblia y las publicaciones de la Sociedad, note la estructura de las oraciones y la forma de las palabras que se usan en diferentes situaciones. Modele su propia habla en armonía con estos buenos ejemplos.
14 Los más jóvenes deben aprovecharse de la oportunidad de aprender buena gramática y dicción mientras asisten a la escuela. Mientras haya incertidumbre en ti, joven, en cuanto a la razón por la cual aplica esta o aquella regla gramatical, pídele más información a tu maestro o maestra. Tienes buena razón para perseverar, porque ciertamente quieres ser un ministro eficaz de las buenas nuevas.
15 Esfuércese por usar buena habla todos los días. El que tiene hábitos de habla descuidada en sus conversaciones diarias no puede esperar hablar bien en ocasiones especiales. Para eso se necesita práctica. Pero si usted usa habla de calidad en las circunstancias ordinarias de la vida, entonces le vendrá fácil y naturalmente cuando esté en la plataforma o al testificar a otros acerca de la verdad de Dios.
16 El practicar buen habla todos los días ayuda a llenar nuestra mente y corazón de palabras deleitables con las cuales podemos expresar nuestro aprecio por los magníficos propósitos de Jehová por medio de su reino. Entonces experimentaremos la verdad de las palabras de Jesús en Lucas 6:45: “El hombre bueno del buen tesoro de su corazón produce lo bueno.”
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Oratoria espontánea e improvisadaGuía para la Escuela del Ministerio Teocrático
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Estudio 12
Oratoria espontánea e improvisada
1, 2. ¿Cómo nos ayuda Jehová a hablar?
1 “No se inquieten acerca de cómo o qué han de hablar; porque se les dará en aquella hora lo que han de hablar; porque los que hablan no son únicamente ustedes, sino que el espíritu de su Padre es lo que habla por ustedes.” (Mat. 10:19, 20) Esas palabras deben haber infundido maravillosa confianza en los primeros discípulos de Jesús. Y fortalecen a los ministros de las buenas nuevas de Dios hoy día cuando se les exige que den un testimonio ante funcionarios gubernamentales. Eso no significa que los cristianos de
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