Ayuda inesperada
UN TESTIGO de Jehová de Terranova perdió su trabajo como obrero de construcción. Además, sus hijos, de cuatro y seis años de edad, necesitaban ayuda médica especial debido a que eran víctimas de fibrosis cística. Sin embargo, el intenso anhelo de la familia era asistir a una asamblea cristiana en Montreal, Quebec, Canadá.
SIN EMBARGO, puesto que parecía imposible que la familia pudiera estar presente en la asamblea, el padre empezó a ayudar a otras personas a asistir. Pero el deseo personal de atender aquella reunión nunca se desvaneció.
APROXIMADAMENTE una semana antes de la asamblea, este Testigo se preguntó: “¿Sería posible que yo pudiera pescar suficiente salmón como para pagar por el viaje?” Esta posibilidad ciertamente era remota, puesto que en aquella zona rara vez se pescaba mucho salmón. Además, el Testigo no tenía licencia para pescar.
SIN ARREDRARSE, el Testigo hizo arreglos para conseguir la licencia de pesca y después preparó debidamente la red de pescar. Sorprendentemente, en unos cuantos días había pescado 22 excelentes salmones. Uno de estos pescados, solo, se vendió por 34 dólares.
OTROS problemas se resolvieron y la familia pudo asistir a la asamblea. No se sabe con certeza si el Testigo pensó en la gran redada de peces que Jesucristo una vez supervisó. (Luc. 5:4-9) Pero, estaba convencido de que Dios había bendecido sus esfuerzos.
¿ESTÁ USTED planeando asistir a una próxima Asamblea de Distrito “Amor Divino” de los Testigos de Jehová? ¿Se le han presentado problemas? Si así es, ¿por qué no acude a Jehová por ayuda? La mano de él no se ha acortado, y usted quizás disfrute de ayuda inesperada que le permita asistir a esa asamblea cristiana espiritualmente remuneradora.—Isa. 59:1.