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  • Ugandeses expresan aprecio por “la vida que lo es realmente”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
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  • Los primeros cuarenta años de esfuerzos
  • Tiempos turbulentos y de prueba
  • Aprecio a las asambleas
  • Experiencias de misioneros
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
w85 15/2 págs. 27-31

Ugandeses expresan aprecio por “la vida que lo es realmente”

EL AMANECER de Kampala, capital de Uganda, es a menudo extraordinariamente hermoso. Desde cualquiera de sus siete colinas, uno puede respirar el tonificante aire mañanero. Las flores del hibisco, la poinciana y la buganvilla en sus extensas gamas de colores contrastan con las lozanas alfombras de hierba verde que están bajo la sombra de árboles de diversas formas. Aves polícromas y brillantes, además de los cálaos y los alcaudones, vuelan de rama en rama, y el reclamo de los ibis resuena desde lo alto. ¡Qué maravillosa puede ser la vida!

Cuando alguien contempla estas escenas en este hermoso país, es difícil que no se sienta agradecido por la vida y por la maravillosa oportunidad que el Dador de vida ofrece: la de vivir para siempre en un paraíso terrestre.

Sin embargo, a muchas personas no se les hace fácil pensar en eso. Para ellas, Uganda no es “la Perla del África”. Uganda les trae recuerdos de dificultades. En el mismísimo país de Uganda hay muchas personas que temen ser víctimas de los delitos y les preocupa la inflación. En menos de diez años el precio del pan ha subido vertiginosamente de 1/20 de chelín a 200 chelines. Muchas familias han perdido, víctimas de muerte violenta, a parientes y amistades, lo cual hace que se llegue a la conclusión general de que “la vida no vale nada en estos días”. Pero el Originador de la vida, Jehová Dios, atribuye gran valor a la vida, como revela su Palabra escrita. Cerca de la mitad de los 15.000.000 de habitantes de Uganda afirman que la Biblia es la Palabra de Dios, y muchos de ellos responden favorablemente cuando se les explica lo que la Biblia dice sobre las causas fundamentales del sufrimiento y el propósito de Dios de que haya seres humanos felices que prueben “la vida que lo es realmente” en un paraíso terrestre. (1 Timoteo 6:19.)

Los primeros cuarenta años de esfuerzos

Las buenas nuevas del Reino de Dios y de “la vida que lo es realmente” llegaron por primera vez a Uganda en 1931. Algunos precursores o predicadores de tiempo completo de los testigos de Jehová procedentes de África del Sur viajaron en barco hasta Mombasa, cruzaron lo que hoy día es Kenia y llegaron a la fértil tierra de Uganda. Era un país de verano perpetuo y constantes precipitaciones... una tierra llena de algodón, café, plátanos, yuca y otras cosechas. Los visitantes encontraron una mezcla de más de 30 tribus, algunas de las cuales estaban muy orgullosas de una historia que incluía reinos pasados. Puesto que la mayoría de la gente sabía inglés como segundo idioma, se hizo fácil hallar a muchas personas que manifestaron interés inicial en el Reino de Dios. En 1935 varios precursores hicieron un viaje similar, pero tuvieron que marcharse, y pasaron los años sin que se efectuara mucha predicación en el campo ugandés.

Para 1952 había una pequeña congregación de cuatro publicadores en Kampala. Tres años después N. H. Knorr, quien entonces era el presidente de la Sociedad Watch Tower, y M. G. Henschel, quien actualmente es miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, fueron de visita a Kampala, y se llevó a cabo el primer bautismo en Uganda en el lago Victoria. Con el tiempo, algunos de los publicadores se mudaron a otros lugares, y ocurrieron otras bajas. Así, en 1958, quedaba solamente un publicador de las buenas nuevas dadoras de vida.

En 1962 Uganda cesó de ser una colonia. Entonces se mudó al país el primer grupo de Testigos extranjeros, que provenían principalmente de Gran Bretaña y Canadá, para ayudar donde había mayor necesidad de dar a conocer los propósitos de Jehová Dios. Al poco tiempo llegaron los primeros graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Sociedad Watch Tower, y el mensaje del Reino llegó a otros pueblos. Como resultado, la cantidad de publicadores aumentó constantemente, y para 1971 había 110 publicadores.

Tiempos turbulentos y de prueba

Entonces ocurrieron grandes cambios políticos, los cuales han llegado a conocerse bien alrededor del mundo. La inestabilidad y el temor provocaron un éxodo tanto de extranjeros como de ugandeses. Los misioneros de los testigos de Jehová salieron del país en 1973. Se restringió la libertad religiosa mediante proscripciones. Prevalecía un ambiente de temor. Los artículos de primera necesidad desaparecieron de las tiendas. Muchas personas desaparecían sin que se les sometiera a juicio. A diario, la gente vivía a la sombra de la muerte. Finalmente, en 1979, estalló la guerra, lo cual resultó en cambios consecutivos de gobierno.

Aunque algunos ugandeses se descorazonaron durante aquel período, otros tenían mayor hambre de consuelo. Los testigos de Jehová sabían que todo aquello era temporal y que Dios no solo proveería guía práctica durante aquellos tiempos difíciles, sino también la solución para todos los problemas del hombre. Mantuvieron su buena disposición por medio de asociarse estrechamente en las reuniones y participar con regularidad del alimento espiritual. Los que los observaban podían ver que los Testigos tenían algo especial que las demás religiones no tenían. Sucedieron experiencias interesantes durante aquellos tiempos turbulentos.

Un padre de familia experimentó la protección de Jehová en diferentes ocasiones. Pertenecía a una tribu cuyos miembros habían sido denunciados y eran perseguidos a fin de ser exterminados. En cierta ocasión, su casa fue atacada durante una hora con granadas y balas. Mientras esto ocurría, él recordó a su esposa y a sus hijos que tuvieran presente lo que Jehová dijo a Josué: “Sé animoso y fuerte”; la familia oró junta (Josué 1:6). Asombrosamente, ninguna bala penetró en la casa, y las granadas rebotaban en las paredes exteriores y explotaban a cierta distancia. Entonces el hermano salió y razonó con los atacantes. También, algunos vecinos hablaron a favor de él. Los atacantes registraron la casa y hallaron las ayudas que él usaba para estudiar la Biblia; de modo que lo dejaron en paz por ser religioso. Durante los siguientes dos días fue denunciado de nuevo y se encaró a la muerte otras dos veces; pero, con la ayuda de Jehová, sobrevivió.

Un ex alto funcionario que había aceptado el cristianismo verdadero fue arrestado varias veces. Dos de sus hijos desaparecieron y nunca los volvió a ver. Esto no destruyó su confianza en el Dador de vida ni empañó la fe que tenía en la maravillosa esperanza de la resurrección y en la futura “vida que lo es realmente”. Predicó celosamente a sus compañeros de prisión y comenzó varios estudios bíblicos. Particularmente cierto ex soldado mostró gran interés y aprecio, y progresó rápidamente. Después de varios meses, éste empezó a participar en la obra de predicar en la prisión. Por consiguiente, cuando pusieron en libertad al Testigo, el ex soldado se hizo cargo de seis personas que estudiaban la Biblia. El ex alto funcionario y el ex soldado recibieron una agradable sorpresa cuando, varios años después, volvieron a verse en la Escuela del Servicio de Precursor que los testigos de Jehová organizaron para los predicadores de tiempo completo. Sí, ¡el ex soldado también había emprendido el servicio de precursor! El hermano que le enseñó la verdad dijo: “He perdido a mis hijos carnales, pero ahora he ganado un hijo espiritual”.

Una madre de siete hijos, que ha sido Testigo por más de 13 años, ha pasado por muchas pruebas de aguante. Al principio, su esposo se oponía a su nueva fe. Entonces, ciertos sucesos turbulentos lo obligaron a huir a Kenia, y dejó sola a su esposa y a sus hijos por dos años. Cuando él regresó, fue arrestado y encarcelado; mientras estaba en prisión, unos ladrones se metieron a la casa de él y robaron casi todas las posesiones de la familia. Debido a que se mantuvo activa en la verdad y evitó las asociaciones mundanas, la hermana halló consuelo y pudo perseverar. La constancia y el gozo de ella impresionaron a su esposo; después que salió de la prisión, y antes de su muerte prematura, él mostró interés en la Biblia. Pero la congregación fortaleció a esta fiel cristiana. Un compañero testigo de Jehová la ayudó a establecer un negocio pequeño para que pudiera mantener a sus hijos. Ahora ella enseña a sus hijos y a otras personas acerca de la maravillosa esperanza de vida eterna en una Tierra donde no habrá problemas, y conduce seis estudios bíblicos.

Generalmente, en Uganda se respeta a las personas de edad avanzada, y Anna, que tiene más de sesenta años, aprovechó las oportunidades que se le presentaron y se hizo precursora. En vez de unirse a sus vecinos para hablar sobre las desgracias, les hablaba sobre las buenas nuevas que hay a pesar de los tiempos turbulentos. Además, tuvo el gozo de asistir a una escuela especial para ministros precursores que se condujo en el país vecino de Kenia. Mientras estuvo allí, recibió cartas de parientes que la instaban a no regresar a Uganda, pues era demasiado peligroso y difícil vivir allí. Un pariente que vive en Kenia ofreció darle alojamiento y cuidar de ella, pero Anna le dijo que la gente de Uganda necesitaba oír el mensaje de consuelo y esperanza relacionado con una vida mejor. Así, regresó a Uganda.

Aprecio a las asambleas

Con los cambios de gobierno que hubo después de la guerra de 1979, se restauró la libertad de cultos y esto regocijó mucho a todos los testigos de Jehová. Otra vez se podían celebrar asambleas; la enorme demanda de literatura bíblica indicaba que había muchas personas que anhelaban las buenas nuevas de una vida mejor. Se hicieron arreglos para celebrar asambleas de distrito, y en diciembre de 1983 se presentó por primera vez un drama bíblico. Éste causó una impresión profunda en el auditorio, pues trataba sobre la vida de familia. El día siguiente 572 personas, más o menos el doble de la cantidad total de Testigos activos de Uganda, se presentaron en la Sala de Deportes del Estadio Lugogo, de Kampala, y disfrutaron de la unidad del Reino junto con personas que verdaderamente aprecian la vida.

Muchos habían hecho sacrificios para estar allí. En ciertos casos, la tarifa que tenía que pagar una pareja casada para viajar en tren era más alta que el salario mensual de un maestro de escuela. En el caso de varias familias, ¡el viaje a la asamblea les costó el equivalente de cuatro meses de sueldo! Muchas personas que asistieron a la asamblea mostraron así profundo aprecio por las riquezas espirituales.

Experiencias de misioneros

A fines de 1982, cuatro misioneros extranjeros pudieron emprender la obra en Kampala. Era como una nueva generación de misioneros, después de una interrupción que duró muchos años. La primerísima persona con quien uno de ellos compartió las buenas nuevas era un joven que tenía que haber estado esperando el mensaje de esperanza. Se comenzó inmediatamente un estudio bíblico que se celebraba dos veces a la semana. El primer día que el joven acompañó a otro Testigo en el ministerio del campo fueron asaltados por delincuentes armados. Aunque era inexperto, cifró su confianza en Jehová y comenzó a predicarles. Durante varios minutos llenos de tensión, los asaltantes discutieron en cuanto a si debían matarlos o no. Entonces uno de los asaltantes dijo a sus compañeros que los dejaran ir. ¿Qué hizo el joven después de aquella estremecedora experiencia? Sin vacilar, ¡tanto él como su compañero pasaron a la siguiente casa y siguieron predicando! Él se bautizó y tiene la vista fija en el tesoro del ministerio de precursor.

Uno de los misioneros habló con un hombre que había trabajado en Mozambique. Inmediatamente, éste le dijo al misionero que tenía en alta estima a los testigos de Jehová, pues había visto sus limpios y ordenados campamentos en Mozambiquea. Este hombre se conmovió particularmente cuando cierto día vio llegar al campamento a una familia desamparada. Hermanos espirituales de diferentes tribus le dieron una afectuosa bienvenida. Enseguida dieron atención a sus necesidades materiales, lo cual incluyó proveer a la familia una casa, una porción de terreno, utensilios y ropa. Ahora este hombre ha experimentado personalmente el mismísimo amor y la mismísima hermandad al disfrutar de un estudio bíblico y del compañerismo de los testigos de Jehová al asistir con regularidad a las reuniones cristianas.

Estas experiencias muestran claramente que los misioneros, junto con sus hermanos y hermanas ugandeses, tienen motivo para regocijarse. A menudo han experimentado escaseces de alimento, agua y electricidad, y han oído muchas veces el ruido de disparos y explosiones; sin embargo, están agradecidos por las mejoras que, gradualmente, se han efectuado. Se sienten satisfechos de poder ayudar a la gente a ver el valor de “la vida que lo es realmente”. Los 250 proclamadores del Reino de Dios dedicaron un promedio de 14 horas al mes a la actividad de predicar. Muchas personas tienen interés en el mensaje bíblico, y muchos Testigos están emprendiendo la obra de predicar de tiempo completo. Ahora se conducen más de 500 estudios bíblicos en este hermoso lugar de la Tierra, que tiene lugares que ofrecen una vislumbre del paraíso terrestre. Muchos ugandeses están aprendiendo a dirigir su atención a “la vida [de eternidad] que lo es realmente”, la cual Jehová, el amoroso Dador de la vida, se propone realizar en el futuro cercano.

[Nota a pie de página]

a Las autoridades han establecido campamentos para los testigos de Jehová de Mozambique y Malawi.

[Comentario en la página 28]

Mantuvieron su buena disposición por medio de asociarse estrechamente en las reuniones y participar con regularidad del alimento espiritual

[Fotografía en la página 29]

Las colinas del sudoeste de Uganda

[Fotografía en la página 30]

Grupo de Testigos recién bautizados

[Ilustración/Mapas en la página 27]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

UGANDA

Kampala

ZAIRE

SUDÁN

KENIA

Lago Victoria

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