¡Bienvenidos a la Asamblea de 1985, “Mantenedores de Integridad”!
LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ son bien conocidos no solo por su ministerio celoso de casa en casa, sino también por sus grandes asambleas cristianas. Éstas han venido celebrándose por más de cien años ya, desde 1879 en adelante. Hay buen precedente bíblico para celebrar estas asambleas.
Los israelitas tenían que reunirse tres veces al año para celebrar sus fiestas. Jehová las consideraba tan importantes que hizo que Moisés recalcara la importancia de éstas en el Pentateuco. Lea Éxodo 23:14-17; 34:22-24; Levítico 23:4-22; Números 28:16–29:12; Deuteronomio 16:1-16. También hemos leído que los padres de Jesús subían con regularidad a Jerusalén para asistir a la fiesta de la Pascua. (Lucas 2:41, 42.)
Ya hace 38 años que las asambleas de los testigos de Jehová han seguido un patrón similar al de las fiestas que se celebraban en el antiguo Israel. Dos veces al año disfrutamos de reunirnos en nuestras asambleas de circuito, a cada una de las cuales asisten entre 8 y 20 congregaciones. Entonces esperamos con anhelo reunirnos una vez al año en nuestras asambleas de distrito, nacionales o internacionales. ¿Apreciamos estas reuniones tanto como deberíamos? No todos nuestros hermanos alrededor de la Tierra disfrutan de esta bendición. De aquí que un informe reciente procedente de un país balcánico donde la obra ha estado bajo restricciones desde hace mucho tiempo diga que “por primera vez pudimos celebrar una asamblea de distrito en un salón público [...] Los hermanos se alegraron muchísimo por esto”.
Tenían motivo para sentirse felices, pues parece que mientras mayor es la cantidad de Testigos que se reúnen, mayor felicidad hay. Cierto país informó en 1983 que “la asamblea ‘Unidad del Reino’ que se celebró en diciembre fue sin duda el suceso más importante del año”, y otro país la describió como “el punto culminante del año”. No es de extrañar que la mayoría de los testigos de Jehová hagan planes, a menudo a costa de muchos sacrificios personales, para asistir los tres días y medio a la asamblea de distrito.
El año pasado tuvimos el privilegio de asistir a las asambleas “Aumento del Reino”. El programa mostró lo apropiado que era este tema en vista de los grandes aumentos que ha habido por toda la Tierra en lo relacionado con la cantidad de publicadores del Reino. Además, dio énfasis a las obligaciones de cada Testigo individual respecto a tal aumento. ¡Y qué instrumentos excelentes recibimos para nuestro ministerio... La Edición con Referencias de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras (en inglés), el libro Sobrevivientes que entran en una nueva Tierra, una ayuda para estudiar la Biblia, y el folleto El nombre divino que durará para siempre! ¡Este año les tenemos reservadas otras sorpresas! Nos regocija reunirnos en la asamblea “Mantenedores de Integridad”. Este tema atrae nuestra atención a la importancia de participar en la vindicación del nombre de Jehová por medio de mantener nuestra integridad hasta el fin del sistema de Satanás.
¡Qué importante es dicho tema! Está estrechamente relacionado con la cuestión más importante a que se encaran todas las criaturas inteligentes, a saber, que la soberanía de Jehová es recta y tiene el apoyo de criaturas que mantienen su integridad a pesar de todo lo que Satanás el Diablo haga. No es fácil ser un mantenedor de integridad en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar” (2 Timoteo 3:1-5). Es completamente lo opuesto a seguir el proceder de menor resistencia. Significa ‘entrar por la puerta angosta y caminar por el camino estrecho que conduce a la vida’. (Mateo 7:13, 14.)
El mantener integridad como ministros de Jehová Dios envuelve dos requisitos básicos. En primer lugar, tenemos que manifestar el fruto del espíritu para que ‘en todas las cosas adornemos la enseñanza de nuestro Salvador, Dios’ (Tito 2:10). Por otro lado, tenemos la comisión de predicar y hacer discípulos, obra en la que participamos en cumplimiento de la profecía bíblica. (Mateo 24:14; 28:19, 20.)
Para satisfacer estos dos requisitos tenemos que seguir buscando primero el Reino y la justicia de Dios. Tenemos que luchar contra todas las maquinaciones de Satanás el Diablo, contra todas las tentaciones que este viejo mundo nos pone en el camino en la forma del materialismo y la búsqueda de placeres, y tenemos que hacer lo que Pablo hizo: ‘Aporrear nuestro cuerpo y conducirlo como a esclavo’ (1 Corintios 9:27; 1 Pedro 5:8; 1 Juan 2:15-17). No es nada fácil vencer los peligros que amenazan nuestra integridad.
Si entendemos plenamente el desafío que tenemos de mantener nuestra integridad, asistiremos a la asamblea de distrito ‘conscientes de nuestra necesidad espiritual’ (Mateo 5:3). Prestaremos cuidadosa atención a lo que se diga desde la plataforma, tomaremos notas, entonaremos de corazón los cánticos y nos esforzaremos por captar el sentido de las oraciones que se ofrezcan. También escucharemos atentamente el consejo que se dé respecto a cómo mantener nuestra integridad para con Jehová Dios, nuestro cónyuge y nuestros compañeros cristianos. Por medio de discursos, entrevistas, demostraciones y dramas recibiremos estímulo que nos equipará para estar más resueltos que nunca antes a mantener integridad hasta el fin de este viejo e inicuo sistema de cosas.
Tampoco queremos pasar por alto el hecho de que nuestras asambleas dan testimonio al mundo. El pasado mes de enero se celebró en el estadio River Plate, de Buenos Aires, Argentina, la asamblea “Aumento del Reino”, la cual duró cuatro días. ¡Ésta recibió gran publicidad! Bajo el titular “La fe llena estadios”, la revista argentina de noticias Ahora presentó un excelente reportaje con fotografías en colores sobre la asamblea.
Bajo el encabezamiento “El de los Testigos, un Reino que crece”, el artículo de dos páginas dijo en parte: “Verdaderamente algo increíble. Ver para creer. La fe mueve montañas. Debe ser eso, la fe, lo que movilizó durante cuatro días de este tórrido verano a un promedio de 42.000 personas que silenciosamente y en un admirable orden poblaron las futboleras tribunas del estadio de River Plate. Tiene que ser esa fe, también, la que es capaz de convocar en la última jornada de la asamblea de distrito de los testigos de Jehová a nada menos que 46.000 fieles, sin distinción de sexo, edad, cultura, raza o nacionalidad. [...] Compartamos o no sus ideas y credos, toda esa multitud merece el mayor respeto. Se muestran humildes, como lejos de las banalidades de la vida diaria y el mundo moderno que nos toca compartir; hacen un dogma de la paz y el amor entre hermanos”.
El artículo siguió diciendo: “¿Y qué hay de la organización? Todo fue perfecto. La policía destacada en el lugar no hizo más que aburrirse [...] En los cuatro días no se produjo el menor incidente, la más mínima provocación o alteración del orden. [...] Nos quedamos con esa inconmensurable paz interior que parecen tener los Testigos [...] Equivocados o no, se ganaron nuestro respeto. ¿Qué los mueve? Esa fe. Esa fe que mueve montañas”.
No hay duda de que al comportarnos como ministros cristianos de Jehová Dios damos un testimonio excelente a los que nos observan. Es cierto, no es fácil ser cristiano. Jesús dijo que significaba tomar un madero de tormento. El aprovechar plenamente nuestra asamblea “Mantenedores de Integridad” nos ayudará a ser excelentes seguidores de Jesucristo. (Mateo 16:24.)