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  • Liberación a causa de retener integridad a Dios
    La Atalaya 1957 | 15 de diciembre
    • ni a su imagen y que no habían recibido la marca sobre la frente ni en la mano. Y llegaron a vivir y gobernaron como reyes con el Cristo por mil años.” El versículo 6 agrega: “Feliz y santo es cualquiera que tiene parte en la primera resurrección; sobre éstos la segunda muerte no tiene autoridad, sino que serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y gobernarán como reyes con él por los mil años.” Estos son los santos que aguantan hasta el fin mientras observan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. En estos últimos días ellos tienen una grande muchedumbre de compañeros de buena voluntad.

      27. ¿De qué son librados por retener integridad, y en el servicio de quién sacrifican su vida?

      27 Por retener integridad todos éstos son librados de tener que beber el simbólico “vino de la ira de Dios” y de ser ‘atormentados con fuego y azufre [simbólicos] a la vista de los santos ángeles y a la vista del Cordero.’ Rehusan someterse a la compulsión que se aplica para hacer que los hombres violen el principio de la devoción exclusiva a Dios únicamente, como se predijo en Apocalipsis 13:15-17. Ellos sacrifican su vida a favor de Dios y el Cordero Jesucristo, no en el servicio de la bestia salvaje y su imagen. Esa bestia salvaje, representada por su sexta cabeza, ejecutó a Jesucristo y después persiguió a los cristianos verdaderos en todo su imperio, ejecutándolos con el hacha o atormentándolos y matándolos de otras maneras crueles. Las reliquias modernas del imperio romano continúan manifestando el mismo espíritu maligno hacia los cristianos semejantes a Cristo.

      28. ¿Al servicio de quién se hallaba el centurión Cornelio cuando lo alcanzó por primera vez el cristianismo? ¿Dimitió él del servicio militar después de bautizarse?

      28 Cornelio, como “un oficial del ejército [o, centurión] de la ‘banda italiana’ como se llamaba,” estaba al servicio de la sexta cabeza de la bestia salvaje cuando lo alcanzó por primera vez el cristianismo. Él no se hallaba sirviendo en el campo, sino orando en su casa en Cesarea cuando un ángel de Dios apareció en una visión y le dijo que mandara a llamar a Pedro el apóstol. También fué en casa de Cornelio que Pedro le predicó a él y a sus parientes e íntimos amigos cuatro días después. Fué en medio de esas circunstancias que Dios derramó su espíritu sobre Cornelio y los otros que creyeron el mensaje junto con él. Al mandarlo Pedro, Cornelio y los otros nuevos creyentes fueron bautizados en agua así como habían sido bautizados con espíritu santo. (Hech. 10:1-48) Lo que el centurión Cornelio hizo después de eso, es decir, que haya dimitido del servicio militar como centurión romano o no, el libro de los Hechos de los Apóstoles no lo declara.

      29. (a) Si Pedro hubiera dado a Cornelio la instrucción de que dimitiera, ¿qué pudiera haber sucedido? (b) Si la Santa Biblia hubiera dado instrucciones directas, ¿qué le habría sucedido?

      29 Sin duda, bajo el funcionamiento del espíritu santo de Dios Cornelio aplicó a sus asuntos y relaciones personales los principios del cristianismo de que él trató con Pedro “por algunos días” después de eso. Cornelio no era judío circunciso, y, como centurión romano, no estaba peleando guerra teocrática como lo hicieron muchos siglos antes de eso Josué el hijo de Nun y David el matador del gigante Goliat. (Jos. 10:1-11:23; 1 Sam. 17:4-54; 2 Sam. 8:6-14) Si Pedro le hubiera dicho a Cornelio que dimitiera, Pedro pudiera haber sido acusado de estorbar el programa militar de la sexta cabeza de la “bestia salvaje,” y pudiera haber sido ejecutado por esa acción en vez de por predicar el mensaje de Dios sin transigir o sin parar. Asimismo, si la Palabra escrita de Dios, en particular el llamado Nuevo Testamento escrito por cristianos bajo inspiración, hubiera dicho directamente a los cristianos dedicados exactamente lo que deberían hacer cuando se enfrentaran a la llamada a servicio militar para la sexta y séptima cabezas de la simbólica bestia salvaje, sin duda la Santa Biblia habría sido prohibida o proscrita en todo país bajo el dominio de la “bestia salvaje,” particularmente por sus instrucciones en cuanto a la cuestión militar.

      30. Por eso, ¿qué ayuda dan las Santas Escrituras a los cristianos en este asunto, y quiénes tienen que aceptar la responsabilidad de hacer una decisión?

      30 Por eso en la sabiduría de Jehová Dios sus Santas Escrituras inspiradas se abstienen de dar consejo directo. Sus Escrituras sólo declaran los principios teocráticos que deben gobernar a los cristianos y luego dejan que los cristianos dedicados semejantes a Cornelio apliquen consistentemente esos principios en su caso personal, bajo su propia responsabilidad, de modo que retengan integridad a Dios. Aparte de explicar lo que son los verdaderos principios cristianos bíblicos en la Palabra de Dios, ningún cristiano individual o grupo de cristianos tiene la comisión divina o la responsabilidad de instruir directamente a otro cristiano en cuanto a qué hacer en este asunto. Cada uno tiene que decidir por sí mismo qué hacer.

  • Ejemplos de retener integridad
    La Atalaya 1957 | 15 de diciembre
    • Ejemplos de retener integridad

      1. Durante el gobierno mundial de la tercera cabeza de la bestia salvaje, ¿qué caso sobresaliente tenemos de rehusar adorar a la bestia?

      LA “BESTIA salvaje” de Apocalipsis 13:1-8, según lo explican los comentarios católicos romanos y otros comentarios bíblicos, incluye a la antigua Babilonia o Caldea, la tercera potencia mundial. Suponiendo que así sea, en la historia dada en la Biblia tocante a Babilonia como la tercera cabeza de la simbólica bestia salvaje, hallamos un caso sobresaliente de hombres que rehusaron adorar a esa bestia hace dos mil quinientos años. Daniel 3:1-30 (Mod) nos dice que los tres hombres que retuvieron integridad se llamaban Sadrac, Mesac y Abed-nego (o Sidrac, Misac y Abdénago, TA). Cuando los acusaron ante Nabucodonosor, el emperador de Babilonia, sus enemigos se refirieron a ellos como “ciertos judíos.” A petición del profeta Daniel estos tres judíos habían sido nombrados por el emperador Nabucodonosor a puestos encumbrados sobre los asuntos de la provincia de Babilonia, mientras que Daniel mismo estaba a las puertas del emperador como gobernador sobre la entera provincia de Babilonia y como principal príncipe sobre todos los sabios de Babilonia.—Dan. 2:48, 49, Mod.

      2, 3. ¿Por qué no estaban violando su pacto con Jehová esos judíos al servir en dichos puestos encumbrados de un gobierno político pagano?

      2 Pero ¿cómo era que estos judíos, que

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