-
Pastores del rebaño bajo un solo SeñorLa Atalaya 1976 | 15 de noviembre
-
-
“ayudan” en todo caso posible, son una gran bendición en la congregación.—Sal. 149:1.
21. ¿En qué resultara el que se sirva en unión al ‘hablar la verdad’?
21 A medida que los superintendentes, siervos ministeriales y todos los demás de la congregación se unan para ‘hablar la verdad’ celosamente en el servicio del Reino y unos con otros, y a medida que la entera congregación coopere en todo detalle con la mira de adelantar la predicación del Reino y la obra de hacer discípulos, todos realmente crecerán “por el amor . . . en todas las cosas en aquel que es la cabeza, Cristo.”—Efe. 4:15.
-
-
Ponderando las noticiasLa Atalaya 1976 | 15 de noviembre
-
-
Ponderando las noticias
Castigando a los delincuentes
● Aumenta el número de peritos en justicia penal que están descontentos con el actual sistema de imponer el cumplimiento de la ley. Opinan que se presta mucha atención rehabilitar a los delincuentes, pero no se da suficiente atención a ‘rehabilitar la ley.’ Señalan que a menudo se le muestra mucha más consideración al delincuente que a la víctima. La pena capital ha sido abandonada en gran parte, y, como resultado, con el tiempo muchos asesinos que cometieron su crimen deliberadamente son devueltos a las calles. También, como hace notar el sociólogo Ernest van Den Haag en su libro “Punishing Criminals” (Castigando al delincuente), la justicia penal no es uniforme: un delincuente pudiera recibir cierta sentencia en un tribunal, pero otra persona que hubiese cometido el mismo delito pudiera recibir una sentencia diferente en un tribunal diferente.
Es de interés el sistema de justicia penal que Dios le dio a la antigua nación de Israel. A los intencionalmente asesinos se les administraba la sentencia de muerte, así como a los secuestradores, idólatras, y a los que cometían otros crímenes de diversa índole, incluso diversos delitos sexuales graves. No se usaban prisiones; en vez de eso, para delitos menores la regla era un sistema de efectuar compensación. Por ejemplo, en casos de robo, a la parte culpable se le exigía que restaurara varias veces el valor de lo que había tomado. Si el individuo implicado no tenía el dinero para hacer esta restitución, entonces tenía que pagar la deuda con trabajo.
Lo que se hace patente es que mientras más se han desviado los sistemas de justicia de la actualidad del modo de pensar de Dios acerca de esos asuntos, más se han desorientado y más inaceptables se han hecho.
‘Caben en un armario pequeño’
● La Palabra de Dios declara que el hombre fue creado directamente por Jehová Dios. Pero por más de un siglo los científicos que creen en la evolución han tratado de hallar apoyo para su teoría en los restos fósiles de las cosas vivientes. A menudo han dado la impresión de que han hallado mucha evidencia acerca de los supuestos antepasados “simiescos” del hombre. Uno de esos supuestos antepasados era una criaturita llamada Australopiteco, encontrada en África. Sin embargo, ahora los científicos dicen que Australopiteco no pudo haber sido antepasado del hombre.
Además, después de todas las décadas de investigación intensa, ¿cuánta evidencia se ha hallado en los fósiles? “Nature/Science Annual” para 1976 dice: “Nueve de cada 10 fósiles de los australopitecos son un diente, y no siempre un diente muy bueno. Todo lo demás existe en trocitos y pedazos, algunos de los cuales son simples pizcas. . . . Y a pesar de la aparente plétora de hallazgos, en realidad las piezas todavía son sumamente raras. Todas ellas —juntas en su totalidad— cabrían en un solo armario de reducida capacidad. El reconstruir individuos enteros . . . con solamente del contenido de ese único armario es una tarea de aturdidora dificultad.”
Sí, ¡qué difícil es tratar de probar una teoría que no se puede probar, una teoría que se basa en una mentira! La Biblia nos suministra la información correcta en cuanto a cómo llegó a existir el hombre. Esa información proviene de Aquel que debe saberlo, Aquel que estuvo allí en aquel tiempo, el Creador, Jehová Dios. Así, pues, el humilde escritor bíblico reconoció: “Sepan que Jehová es Dios. Es él quien nos ha hecho, y no nosotros mismos.”—Sal. 100:3.
-