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  • “El sol será obscurecido”
    La Atalaya 1959 | 15 de febrero
    • comunión se aderezan en el presbiterio, y los parroquianos se acercan y se sirven a sí mismos.” Verdaderamente todo esto está en contraste vívido con la manera en que se practicaba la religión, digamos, hace unos cincuenta años. Aunque las varias religiones enseñaban mucho error en el nombre del cristianismo, al mismo tiempo tenían al menos una medida de respeto para la Biblia como la Palabra de Dios y cierta cantidad de temor a Dios.

      Luego, también, hay el asunto de contraste. La luz está brillando con fulgor siempre aumentante sobre la Palabra de Dios, y esto en cumplimiento de su promesa: “La senda de los justos es como la luz brillante que se está haciendo más y más clara hasta que el día queda firmemente establecido.” Pero “el camino de los inicuos es como la obscuridad; no han sabido en qué siguen tropezando.” Así también el profeta Isaías, después de relatar acerca de la obscuridad que hay sobre el mundo, sigue diciendo: “Mas Jehová, cual sol, se levantará sobre ti, y en ti será vista su gloria. Y naciones vendrán a tu luz.” Y Jesús predijo que al mismo tiempo del obscurecimiento del sol “estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones,” indicando un tiempo de iluminación para algunos a pesar de la obscuridad espiritual. En realidad, esto se prefiguró cuando la obscuridad envolvió a los egipcios por tres días poco antes del Éxodo. En ese tiempo, como ya hemos notado, había luz en las moradas de los israelitas.—Pro. 4:18, 19; Isa. 60:2, 3, Mod; Mat. 24:14.

      Prueba de la condición espiritualmente obscurecida del mundo y especialmente de la cristiandad puede verse por todos lados. Está claramente evidente en su aumentante inmoralidad, delincuencia y crimen y en la codiciosa adoración del materialismo. Como resultado de esto vemos el cumplimiento de las palabras de Jesús: “Y sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida por el rugir del mar y su agitación, mientras que los hombres se desmayan debido al temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Luc. 21:25, 26.

      Puesto que casi cada vez que se hace referencia al obscurecimiento del sol también se menciona la luna, bien pudiera hacerse la pregunta: ¿Ha de aplicarse algún significado especial al hecho de que la luna también se obscurece o ‘se torna en sangre,’ según lo describe una profecía? En tiempos pasados estudiantes de la Biblia han tratado de distinguir entre el obscurecimiento simbólico del sol y el de la luna; sin embargo, parece más razonable y también más en armonía con los hechos el concluir que ambos se refieren a la misma cosa. Sin el sol no podría brillar la luna, porque la luna solamente refleja la luz del sol. Y así como el sol ilumina el día, la luna ilumina la noche.

      De manera que el que se obscurezca tanto el sol como la luna da énfasis a cuán continua y cabal es la obscuridad espiritual que prevalece en el tiempo actual. Y efectivamente hallamos que así es.

  • Dos caras
    La Atalaya 1959 | 15 de febrero
    • Dos caras

      Poco antes de morir el papa Pío XII lamentó el hecho de que tantos católicos en Roma se hallen en un estado de “inercia espiritual.” Comentó que lo tenía “preocupado y casi sin poder conciliar el sueño” el hecho de que Roma tuviera dos caras. Una de ellas está “luminosa con glorias antiguas,” dijo él, mientras que la otra es “mediocre y falta de gloria y casi como la de otros lugares que se conocen tristemente por su apatía religiosa e insensibilidad moral.”—El Times de Nueva York, 19 de febrero de 1958.

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