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  • El “hacha” y el que corta
    La Atalaya 1976 | 15 de junio
    • los dioses introducidos por los reyes apóstatas de la nación ser algo que no fuera dioses que nada valen”? Después que Israel persistió en rechazar a Jehová como Dios por más de doscientos cincuenta años, Él tenía toda razón para llamarlos “el pueblo de mi furor,” en los cuales había de usar la “vara para mi cólera.”—1 Rey. 12:25 a 13:6; 16:8-33; Isa. 10:5, 6.

      11. ¿Qué organización religiosa de hoy día corresponde con el reino apóstata de diez tribus de Israel, y por qué no queremos que se nos halle ahora en esa organización?

      11 ¡Qué bien corresponde la cristiandad de hoy día con la apóstata nación de diez tribus de Israel! El que la cristiandad apostataría del cristianismo verdadero fue más que simplemente prefigurado por la rebelión de la antigua Israel contra Jehová como Dios. También Jesucristo y sus apóstoles predijeron con claridad esa apostasía. (Mat. 13:24-43; Hech. 20:29-31; 2 Tes. 2:1-12; 2 Tim. 4:3, 4) Por lo tanto, todo el que cree en la Biblia puede esperar con seguridad que, al debido tiempo, Jehová de los ejércitos use la simbólica “vara” para Su cólera, sí, el “hacha” simbólica, sobre este “pueblo de mi furor” de la actualidad. ¡Ciertamente que no queremos que se nos halle entre personas como ésas! Siendo así las cosas, será bueno que aprendamos lo que simbolizan hoy la “vara” y el “hacha.”

      12. (a) ¿De qué manera usó Jehová al “asirio” como un “hacha” tocante al Israel de la antigüedad? (b) En aquel tiempo, ¿qué relación existía entre Asiria y la organización de Jehová?

      12 En los días del profeta Isaías, Jehová manejó a la Potencia Mundial Asiria precisamente como una “vara” al asestar el golpe final al reino apóstata de diez tribus de Israel. El año fatal fue 740 a. de la E.C. Entonces Jehová usó a la Potencia Mundial Asiria como su “hacha” para derribar a la idólatra nación de Israel. Esto lo hizo al permitir que los ejércitos asirios culminaran su sitio de tres años de Samaria la capital con la captura de ésta y haciendo que fuera como un lodoso lugar de holladura. (2 Rey. 17:7-23; 18:9-12) Ejerzamos cuidado ahora para notar una cosa en particular. ¿Qué? Lo siguiente: Aunque Jehová usó a la Potencia Mundial Asiria como instrumento suyo para la destrucción de quienes habían apostatado de Su adoración, Asiria no era parte de la organización de Jehová. Era parte de la organización visible de Satanás el Diablo. A la tierra de Asiria se le llamó “la tierra de Nemrod.” Este era el Nemrod que había fundado la ciudad de Nínive, que llegó a ser la capital de Asiria. El fundador se había hecho notorio como “Nemrod poderoso cazador en oposición a Jehová.” (Miq. 5:6; Gén. 10:8-12) Otro factor que debemos notar aquí es éste: Aunque Jehová usó a Asiria como su “vara” y “hacha,” aquella potencia mundial no llegó a ser por eso parte de la organización visible de Jehová. ¡No abrazó Su adoración!

      EL “HACHA” TRATA DE ENCARECERSE SOBRE EL QUE CORTA

      13. ¿Cuál era la actitud del “asirio” en cuanto a ser usado como instrumento de Jehová?

      13 La Asiria antigua nunca tuvo la idea de servir a Jehová y no tuvo deseo alguno de continuar sirviendo según el propósito de Él para Su vindicación y gloria. Por eso Él pasó a decir lo siguiente acerca del “asirio”: “Aunque él no sea así, se sentirá inclinado; aunque su corazón no sea así, él tramará, porque el aniquilar está en su corazón, y el cortar naciones no pocas.”—Isa. 10:7.

      14. (a) Aunque al “asirio” se le usó simplemente como instrumento, ¿cómo se ‘sentía inclinado’ él mismo? (b) En armonía con esa inclinación, ¿qué intención hay en su corazón, y por qué?

      14 “El asirio” se sintió inclinado a ir en una dirección en la cual no se suponía que fuera. En aquel tiempo Jehová se proponía que “el asirio” simplemente fuese un instrumento en la mano divina, que sirviera para cumplir el propósito divino de administrar disciplina a una nación descarriada. Pero, contrario a eso, “el asirio” se sintió inclinado a hacer otra cosa, algo en armonía con su propia ambición. Sí, él trama, pero ¿se debe a que su corazón lo impela amorosamente a servir de instrumento en la mano del Dios contra quien se había levantado en oposición el poderoso cazador Nemrod? No, su corazón no es así; así no es su corazón. No lo impele a trazarse propósitos y planes en armonía con el propósito justo de Jehová. Él trama aniquilar y cortar naciones simplemente por hacerlo, con el vivo deleite del cazador a quien le gusta matar animales con desenfreno. Así espera agradar a sus propios dioses falsos, y no a Jehová. Se empeña en conquista mundial. No quiere ser lo que Jehová escoge que sea y lo comisiona a ser, es decir, una agencia disciplinaria. El derrotero adicional del “asirio” demostró esta realidad.

      15. ¿A quién da el crédito “el asirio” por su conquista, y cómo indican esto sus palabras registradas en Isaías 10:8-11?

      15 Puesto que “el asirio” no reconoce al Dios Todopoderoso que lo usa como simple instrumento, no le da ningún crédito a Jehová, sino que se queda con todo el crédito. Es fácil notar esta actitud del “asirio” cuando se acerca el derribo del reino de diez tribus de Israel y la captura de su ciudad capital, Samaria. Aquel reino israelita era una de las naciones que “el asirio” estaba resuelto a aniquilar y cortar: “Porque él dirá: ‘¿No son mis príncipes al mismo tiempo reyes? ¿No es Calno justamente como Carquemis? ¿No es Hamat justamente como Arpad? ¿No es Samaria justamente como Damasco? Cuando quiera que mi mano haya alcanzado los reinos del dios que nada vale cuyas imágenes esculpidas son más que las que están en Jerusalén y en Samaria, ¿no será que tal como le habré hecho a Samaria y a sus dioses que nada valen, aun así le haré a Jerusalén y a sus ídolos?’”—Isa. 10:8-11.

      16. ¿Contra quién eran aquellas palabras del “asirio” palabras de blasfemia, y a pesar de qué fuerzas religiosas había llegado a ser “Rey de reyes”?

      16 ¡Qué blasfemas son estas palabras, pues se dirigen con desdén al único Dios vivo y verdadero, Jehová! Para “el asirio,” las ciudades hacia las cuales extiende las manos en conquista resultarán ser exactamente como las ciudades que ya ha conquistado. Los territorios que él había conquistado habían sido gobernados por reyes locales. Ahora los había hecho príncipes vasallos. De modo que sus príncipes eran en realidad “reyes,” y por esta razón podía hacer alarde de ser “Rey de reyes.” “El asirio” notó el hecho de que las ciudades cuyos reyes había subyugado tenían muchos “dioses” junto con muchas imágenes de hechura humana, muchas más, de hecho, que las de Samaria y de Jerusalén. Y sin embargo, a pesar de la numerosidad de todos aquellos dioses e imágenes artificiales de aquellas ciudades no israelitas, “el asirio” había vencido a aquellas ciudades paganas. ¿No demostraba esto que él era más poderoso que todos aquellos dioses? Para sus adentros “el asirio” contestaba: ¡Sí!

      17. Por eso, ¿por qué razonaba “el asirio” que sería fácil conquistar a Samaria y Jerusalén?

      17 ¡Aquellos “dioses” tenían tan poco valor como si no existieran! Por consiguiente, debería ser fácil conquistar a las ciudades capitales de Samaria y Jerusalén, porque estas ciudades tenían menos dioses e imágenes esculpidas que las ciudades no israelitas que se habían inclinado en sujeción al “asirio.” Así era que razonaba “el asirio” Rey de reyes.

      18. ¿A qué cosas importantes se debió el que “el asirio” pudiera conquistar a Samaria?

      18 ¡En aquel tiempo el reino de diez tribus de Israel había llegado a ser una nación apóstata, una renegada religiosa! Se había pasado a la adoración de becerros de oro, sí, aun de los Baales paganos. Samaria no tenía a Jehová como su Dios. En lugar de él tenía dioses que nada valían e imágenes-ídolos artificiales. ¡Con razón, entonces, “el asirio” coronó su sitio de tres años de Samaria con la captura de ella en 740 a. de la E.C.! Ante esta hazaña la arrogancia del “asirio” se haría más vigorosa, e igual sucedería con su insolencia para con la adoración de Jehová en Jerusalén. Por la victoria militar sobre Samaria y por saquearla y hacerla “un lugar de holladura como el barro de las calles,” el conquistador asirio se quedó con la gloria. Se enorgulleció de su máquina bélica aparentemente irresistible. ¡Qué poco se daba cuenta de que estaba siendo usado como instrumento de ejecución en la mano del Dios de quien Israel había apostatado!

      19. Por eso, ¿qué pregunta surge ahora?

      19 Ahora surge una pregunta muy interesante. Es ésta: Puesto que la cristiandad fue prefigurada por Samaria y el reino de diez tribus de Israel, ¿vamos a ver en nuestro día una copia de la experiencia del Israel apóstata con relación a la cristiandad de la actualidad?

      SE PROMETE QUE SE LLAMARÁ A CUENTAS AL IMPERIALISTA

      20, 21. ¿Por qué debería interesarse Jehová en lo que dice “el asirio,” según Isaías 10:12-14?

      20 ¿Qué pensamos? Cuando se habla en son de amenaza contra una ciudad sobre la cual se ha colocado el nombre de Jehová, ¿debería interesarse Él mismo? ¡Naturalmente! Por consiguiente, mediante su profeta Isaías, Jehová irrumpe en el monólogo con el cual el edificador del imperio asirio se glorifica a sí mismo y dice:

      21 “Y tiene que suceder que cuando Jehová termine toda su obra en el monte Sión y en Jerusalén, me encargaré de la rendición de cuentas por el fruto de la insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de ojos. Porque él ha dicho: ‘Con el poder de mi mano ciertamente actuaré, y con mi sabiduría, porque sí tengo entendimiento; y quitaré los límites de los pueblos, y ciertamente saquearé sus cosas almacenadas, y echaré abajo a sus habitantes justamente como un poderoso. Y como si un nido, mi mano alcanzará los recursos de los pueblos; y justamente como cuando uno recoge huevos que han sido dejados, yo mismo ciertamente recogeré aun toda la tierra, y ciertamente no habrá quien menee sus alas ni abra su boca ni chirríe.’”—Isa. 10:12-14.

      22. A fin de que su conquista abarcara toda la Tierra, ¿qué premio de guerra tendría que tomar “el asirio”?

      22 De tal habla de la boca del “asirio” queda claro que la Potencia Mundial Asiria no estaría satisfecha con la captura de Samaria. Desearía ‘recoger aun toda la tierra.’ Jerusalén y la tierra de Judá serían bonitos huevos para recogerlos. El imperialista asirio pensaría que tenía el poder, la sabiduría y el entendimiento necesarios para abarcar con sus conquistas toda la Tierra.

      23, 24. (a) ¿De qué manera sería el recogimiento de toda la Tierra por el “asirio” como el de quien recogiera huevos de un nido abandonado, como él pensaba? (b) ¿Por qué le pareció a Jehová que tenía que decir algo acerca de esto?

      23 Esto, supuestamente, sería cosa fácil para “el asirio,” como si fuera recoger huevos del nido que hubiera sido abandonado por la atemorizada ave a la cual pertenecieran. No habría ningún meneo de alas para rechazar la mano agresiva que se estirara para apoderarse de los huevos. No habría una boca que se abriera en son de protesta. Ni siquiera habría un chirriar de queja ante el saqueo y la toma de botín y las deportaciones efectuadas por la maquinaria bélica asiria. De modo que “el asirio” haría lo que quisiera con los territorios conquistados, cambiando o eliminando los límites fronterizos o deportando a la gente de su tierra natal, como cuando “el asirio” tomó a los israelitas sobrevivientes de la tierra de Israel que Dios les había dado y los deportó a Asiria y repobló con otros grupos nacionales la tierra que había sido vaciada.

      24 Jehová sabía que el premio que el “asirio” especialmente codiciaba era Jerusalén y la tierra de Judá. Aquélla era la última plaza fuerte de la adoración de Jehová que quedaba en la Tierra. Correctamente Él debería tener algo que decir acerca de aquello. ¡Estaba obligado a actuar en tal caso!

      25. ¿Por qué, en aquel tiempo, tenía Jehová una obra que hacer en el monte Sión y en Jerusalén?

      25 En aquel tiempo crítico del siglo octavo a. de la E.C. Jehová, como “Luz de Israel . . . y su Santo,” tenía una obra que hacer en el monte Sión y en Jerusalén, que estaba ubicada en el monte Sión. (Isa. 10:17) Durante el reinado del rey apóstata Acaz la tierra de Judá, y Jerusalén con ella, se había contaminado de idolatría pagana. Pero temprano en el reinado del hijo de éste, Ezequías, el espíritu de Jehová impelió al nuevo rey de Jerusalén a limpiar de aquella tierra o país la adoración de dioses falsos, de ningún valor, y restaurar la adoración pura de Jehová en el monte Sión, y en Jerusalén, donde estaba el templo de Jehová. Ezequías empezó a reinar cinco años antes de que “el asirio” derribara a Samaria. Gobernó en justicia por veintinueve años, hasta 716 a. de la E.C.

      26. ¿Para hacer qué le fue ahora a propósito la ocasión a Jehová, y qué rey asirio en particular estuvo implicado en la situación?

      26 El rey Ezequías rompió la alianza política que su padre, el rey Acaz, había hecho con Asiria. Esto produjo un careo entre “el asirio” y Jehová, el Dios de Ezequías. En medio de aquellas circunstancias fue que para Jehová llegó la ocasión justamente a propósito para castigar,al rey de Asiria, que desafiaba a Dios, y así exigir “la rendición de cuentas por el fruto de la insolencia del corazón del rey de Asiria y por el engreimiento de su altanería de ojos.” (Isa. 10:12) El rey que en particular estuvo implicado en esta situación fue Senaquerib, hijo de Sargón II. Su largo nombre significa “Sin Han Multiplicado Los Hermanos,” o, “Reemplace Sin A Los Hermanos (Perdidos),” y la palabra “Sin” es el nombre del dios Luna asirio.

      27. Sin intervenir en la organización interna de Asiria, ¿cómo pudo Jehová sin embargo usarla como su “hacha” simbólica?

      27 Senaquerib tiene su correspondencia en nuestro día. La manera en que Jehová maneja el “hacha” antitípica de la actualidad con la cual se propone cortar nos suministra ahora un interesante tema que vamos a considerar. Al emprender este estudio, tengamos presente que Jehová permitió que el antiguo Imperio Asirio tuviera su propia organización. No intervino en los propios arreglos internos de éste. No obstante, le fue posible usar a la Potencia Mundial Asiria como “hacha” suya. ¿Cómo? Por medio de dirigir los golpes de ésta, por guiar dónde daría el “hacha” simbólica. De esa manera Jehová hizo que fuera cortado lo que él quería que fuera cortado.b

  • Cómo se nos librará del “hacha” antirreligiosa
    La Atalaya 1976 | 15 de junio
    • Cómo se nos librará del “hacha” antirreligiosa

      1. ¿Qué hecho sobre religión tendrá que ser demostrado para muchas personas, y cómo?

      UNA cosa que se les hace difícil entender a muchas personas hoy es que pueda haber y haya una sola religión verdadera. ¿Por qué se rebelan contra ese hecho? Eso se debe a que esto significaría que todas las demás religiones serían falsas, y esto incluiría a su propia religión. Por consiguiente, habrá necesidad de que el verdadero hecho se les demuestre por la fuerza. Esto se efectuará en el futuro cercano, pues entonces, en medio de la mayor tribulación del mundo, todas las religiones falsas serán borradas de la existencia y solo sobrevivirá la única religión verdadera. Esta será librada del más tremendo movimiento antirreligioso de toda la historia humana.

      2. ¿Qué tiene que hacer Jehová ahora para eliminar todas las guerras religiosas?

      2 ¿A quién presenta la Sagrada Biblia como el Único a quien debe adorar toda la humanidad? Es al Dios Altísimo y Todopoderoso, cuyo nombre se da como Jehová. (Vea Éxodo 6:3; Salmo 83:18; Isaías 12:2 y Isa. 26:4 en la Versión Valera de la Biblia.) Tal como hay un solo Dios vivo y verdadero, solo puede haber una religión correcta, la religión pura e incontaminada que Él ha revelado en la Sagrada Biblia. (Vea Santiago 1:27.) La humanidad empezó con la única religión pura. Ha llegado ahora el tiempo en que el Dios Todopoderoso ha de unir a toda la humanidad en la única forma correcta de adoración de Él y así eliminará todas las guerras religiosas.—Sof. 3:8, 9; Efe. 1:9, 10; 4:4-6.

      3. ¿Cómo fue que les llegó el tiempo crucial tanto al reino de Israel como al reino de Judá durante el reinado del rey Ezequías?

      3 En el siglo octavo antes de nuestra era común se prefiguró la destrucción de toda la religión falsa. En aquel tiempo el Imperio Asirio, con su capital en Nínive, era la potencia mundial. A medida que este imperio adquirió expansión, el reino de diez tribus de Israel, con capital en Samaria, fue destruido, y el adyacente reino de dos tribus de Judá, con capital en Jerusalén, se halló bajo tremendo ataque. El tiempo crucial para estos dos reinos vino durante el reinado del rey Ezequías de Jerusalén, que empezó a reinar en el año 745 a. de la E.C. Cinco años después, o en 740 a. de la E.C., el reino de diez tribus de Israel cayó ante los agresores asirios. Entonces parecía que el vecino reino de Judá sería el siguiente en caer, ¡y pronto! Sin embargo, pasaron ocho años, y Ezequías todavía estaba en el trono en Jerusalén. También, Senaquerib, el hijo de Sargón II, había llegado a ser rey del Imperio Asirio en expansión.

      4. ¿Por qué fueron las conquistas militares de las naciones, incluso la de Israel, una campaña antirreligiosa por el Imperio Asirio... indirectamente?

      4 La línea de reyes asirios que estuvo implicada en este derrotero de conquista mundial puso de manifiesto la falsedad de los dioses de los reinos y naciones conquistados,

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