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    La Atalaya 1968 | 15 de abril
    • Tampoco ha de pasarse por alto el uso que pudiera dársele a un cadáver. Si un cristiano cuando vivo rehusó dar su sangre para que fuera transfundida a otra persona, ¿permitiría que su cuerpo fuera entregado a un grupo o a una persona y posiblemente en ese tiempo se le quitara la sangre y se usara para transfusión, como se ha hecho con algunos cadáveres? (Vea, por ejemplo, ¡Despertad! del 8 de noviembre de 1962, página 30.) Quizás alguien crea que podría estipular que su cuerpo no se usara así; pero si muchas personas con autoridad rehúsan cumplir con los deseos de un cristiano en cuanto a la sangre cuando está vivo, ¿qué razón hay para creer que mostrarán más respeto a sus deseos después de su muerte? ¿Usarían sus órganos en experimentos médicos caníbales?

      Nuestros cuerpos son creación de Jehová Dios. (Sal. 100:3; 95:6; Job 10:8) Los cristianos podrían permitir que se efectuara cirugía aparentemente necesaria, como amputar un miembro enfermo del cuerpo, pero no mutilan innecesariamente sus cuerpos creados por Jehová. ¿Sería mostrar respeto y aprecio a la creación de Dios el permitir que un cuerpo fuera mutilado después de la muerte? Es verdad que en algunos casos quizás haya requisitos legales que los cristianos obedecen, como cuando la ley requiere una necropsia para determinar la causa de la muerte. (Rom. 13:1, 7; Mar. 12:17) En tales casos los parientes más cercanos por lo general pueden pedir que los órganos no sean quitados para trasplante o para volverse a usar. De esta manera, aunque se requiera una autopsia, el cristiano puede impedir que se use incorrectamente el cuerpo de un amado. Pero cuando tales leyes no aplican, el cristiano puede decidir de tal manera que evite mutilación innecesaria y cualquier uso incorrecto posible del cuerpo. Así podrá tener una buena conciencia ante Dios.—1 Ped. 3:16.

      Debería ser evidente por esta discusión que los cristianos que han sido iluminados con la Palabra de Dios no tienen que tomar estas decisiones simplemente basándose en un antojo o emoción personal. Ellos consideran los principios divinos registrados en las Escrituras y usan éstos para tomar decisiones personales a la vez que acuden a Dios por dirección, confiando en él y cifrando su confianza en el futuro que tiene reservado para los que lo aman.—Pro. 3:5, 6; Sal. 119:105.

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    La Atalaya 1968 | 15 de abril
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      MINISTERIO DEL CAMPO

      Las fiestas son ocasiones de felicidad. Para los fieles judíos del antiguo Israel, las fiestas anuales eran recordatorios de su bendita porción como pueblo de Dios que llevaba a cabo su adoración con pureza y verdad. Hoy los cristianos verdaderos celebran esas fiestas de una manera antitípica. Por ejemplo, celebran la fiesta de las tortas no fermentadas por mantenerse puros, por evitar la levadura de la injusticia y por adherirse a la verdad de la Palabra de Dios. (1 Cor. 5:8) Para ayudar a otros a adherirse a la verdad que significa vida eterna, los testigos de Jehová gratuitamente les enseñan la Biblia. Como ayuda adicional para las personas interesadas, durante abril ofrecerán una suscripción a esta excelente ayuda para estudio de la Biblia, La Atalaya, con tres folletos, por solo un dólar. Aprovéchese de esta oportunidad para obtenerla.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      5 de mayo: Lo que el Sumo Sacerdote de Dios hará para la gente, §1-27. Página 229.

      12 de mayo: Lo que el Sumo Sacerdote de Dios hará para la gente, §28-55. Página 236.

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