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¿Necesitan su ayuda los muertos?¿Es esta vida todo cuanto hay?
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acerca de la abundancia de sus riquezas, ninguno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él; (y el precio de redención del alma de ellos es tan precioso que ha cesado hasta tiempo indefinido) para que todavía viva para siempre y no vea el hoyo.”—Salmo 49:6-9.
No puede haber duda de que los esfuerzos por ayudar a los muertos son antibíblicos. La enseñanza de que los vivos pueden ayudar a los muertos solo ha puesto una carga pesada sobre la gente. Sin embargo, el conocimiento de la Palabra de Dios libra a uno de esta idea falsa. Esto puede suministrarnos verdadero incentivo para que hagamos lo mejor que podamos mientras los miembros de nuestra familia todavía están vivos para hacerles sentir que se les necesita, ama y aprecia. Después de la muerte de ellos ya es muy tarde para que alguien compense por actos de bondad y consideración que no se efectuaron.
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¿Se debe temer a los muertos?¿Es esta vida todo cuanto hay?
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Capítulo 8
¿Se debe temer a los muertos?
NO TODO el mundo tiene el punto de vista de que son los muertos quienes necesitan ayuda. Más difundida todavía está la creencia de que son los vivos quienes la necesitan... como protección contra los muertos. Hay la tendencia frecuente de no pasar por los cementerios de noche. Es extraño, pero se da el caso de que hasta a parientes y amigos a los cuales se amó mientras estaban vivos, después de la muerte se les llega a considerar una fuente de pavor y terror.
Entre los indios que habitan los cerros del Chiapas central, en México, se quema chile o ají el día del entierro. Esto se hace con la esperanza de que el humo desagradable espante de la casa el alma del difunto.
En algunas partes de Europa, la gente se apresura a abrir todas las puertas y ventanas al momento de ocurrir una muerte. Esto se hace con el fin de “liberar” el alma. Para que no caiga un hechizo sobre nadie, un miembro de la familia le coloca las manos sobre el corazón al muerto y le cierra con monedas los ojos.
Cuando un budista de Mongolia muere en una tienda de campaña, no sacan el cuerpo por la entrada corriente. Lo que puede suceder es que hagan otra abertura en la tienda y, después de sacar el cadáver por ella, la cierren. O se coloca una cubierta de paja enfrente de la entrada corriente. Después que se saca el cadáver, se quema la cubierta de paja. El propósito de esta medida es evitar que el espíritu del muerto entre de nuevo en la morada y cause daño a los vivos.
En muchas partes de África, cuando una enfermedad azota a una familia, cuando muere un niño, cuando fracasa un negocio o cuando ocurre cualquier otra clase de desgracia, el hombre se apresura a consultar a un sacerdote del yuyu. Por lo general el sacerdote le dice que se ha ofendido a un miembro de la familia ya muerto. Se consulta el oráculo y se prescriben sacrificios. El sacerdote cobra mucho dinero por esto, y también consigue la carne del animal que se ofrece en sacrificio.
¿Deberían las criaturas humanas tener ese temor a los muertos, y hasta hacer gastos considerables en su afán por protegerse?
La Biblia dice esto acerca de los muertos: “Su amor y su odio y sus celos ya han perecido, y no tienen ya más porción hasta tiempo indefinido en cosa alguna que tenga que hacerse bajo el sol.” (Eclesiastés 9:6) Por eso, de los muertos no puede venirle a uno
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