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Apreciando lo sagrado de la vida y la sangreLa Atalaya 1978 | 1 de noviembre
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esas bendiciones, tenemos que ejercer fe en el rescate que pagó Jesús, lo cual envuelve tener conocimiento exacto con relación al hecho de que él cedió su vida representada por su sangre, y sentir aprecio por ese hecho.—1 Tim. 2:3, 4; Gál. 3:22.
16, 17. ¿Cómo han cambiado algunos traductores de la Biblia unos versículos que mencionan la sangre? (Rom. 5:9; Col. 1:20)
16 Con información fundamental sobre estos puntos acerca de los sacrificios, expiación, la sangre y el rescate que pagó Jesús, dirijamos nuestra atención de nuevo a Efesios 1:7. La mayoría de las traducciones de este versículo al español muestran que dice que “tenemos la liberación por rescate mediante la sangre de” Cristo. Sin embargo, algunas versiones modernas usan como sustituto la frase ‘muerte de Cristo.’ ¿Importa mucho esta diferencia?
17 En el griego original, Efesios 1:7 usa la palabra haima, que significa “sangre.” Entonces, ¿a qué se debe que algunas traducciones viertan esta palabra aquí y en otros lugares con el término “muerte”? Los traductores entendían que en ciertos textos que mencionan “sangre” se da a entender la muerte o la responsabilidad por el asesinato de alguien. (Luc. 11:50, 51; Hech. 5:28; Rev. 6:10) Por ejemplo, frente a judíos que exigían a gritos la ejecución de Jesús, Pilato ejecutó los movimientos de lavarse las manos, y entonces declaró: “Soy inocente de la sangre de este hombre.” Los judíos replicaron: “Venga su sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos.” (Mat. 27:24, 25; compare con Revelación 7:14.) Pero algunas versiones se han tomado la libertad de verter estos versículos así: “Yo no soy responsable de la muerte de este hombre,” y: “¡Nosotros y nuestros hijos nos hacemos responsables de su muerte!” (VP) Pero ¿cuál es el efecto de poner “muerte” en vez de “sangre” en los versículos que tienen que ver con el sacrificio de Jesús? ¿Sería posible que se perdiera algo que Dios quería comunicarnos?
18. ¿Por qué es importante la muerte de Cristo? (1 Cor. 11:26; Heb. 2:14)
18 No se puede negar el énfasis que la Biblia da a la muerte de Jesús. Pablo escribió: “Dios recomienda su propio amor a nosotros en que, siendo nosotros todavía pecadores, Cristo murió por nosotros.” También: “Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras.” (Rom. 5:8; 1 Cor. 15:3) El que él muriera, entregando voluntariamente su vida humana perfecta, pagó o equilibró lo que Adán había perdido para nosotros y que resultó en el estado pecaminoso en que nos encontramos.
19, 20. ¿Qué rasgos, que van más allá de solo la muerte de Jesús, se incluyen en las referencias a la sangre de Cristo? (Heb. 4:14-16)
19 Sin embargo, las referencias de la Biblia a la “sangre del Cristo” deben comunicarnos cosas importantes que quizás no se apreciaran al hablar solo de su muerte. (Efe. 2:13) No fue, ni podía ser, que Cristo sencillamente hubiera muerto y permanecido muerto.b En cumplimiento del patrón o modelo del Día de Expiación al cual Jehová dio origen, Jesús entonces tenía que entrar en el cielo, en la presencia misma de Dios. Allí Cristo podía presentar el valor o mérito de su sangre vital, tal como en el Día de Expiación el sumo sacerdote introducía la sangre de los sacrificios en el Santísimo. Pablo manifiesta claramente este paralelo: “Cristo entró, no en un lugar santo hecho de manos, el cual es copia de la realidad, sino en el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor nuestro.”—Heb. 9:24, 11, 12; 13:11.
20 Además, en el cielo Jesucristo está vivo y puede abogar por todos los que ejercen fe en su rescate y ayudarles a obtener la salvación. Por consiguiente, Pablo escribió: “Porque si, cuando éramos enemigos, fuimos reconciliados con Dios mediante la muerte de su Hijo, mucho más, ahora que estamos reconciliados, seremos salvados por su vida.”—Rom. 5:10.
21, 22. ¿Cómo se relaciona con nuestra vida la expresión “sangre del Cristo”?
21 Con buena razón, pues, la obra “La religión en la historia y en la actualidad” declara que en la mayoría de los casos “no se puede poner muerte en lugar de Sangre de Cristo. La Sangre de Cristo significa más que esto. Da énfasis a estrechos enlaces entre la muerte de Jesús y tanto su vida como su triunfo en su resurrección y ensalzamiento.” Este libro añade que la expresión “Sangre de Cristo”
“adopta el concepto judío del Antiguo Testamento sobre el poder expiatorio de la sangre, que es la base para el modo en que se consideran los sacrificios y para la idea de que la muerte del justo tiene poder expiatorio. . . . Por una parte este término nos recuerda que se nos compró por un precio alto, quién pagó el rescate y en qué consistió. Por otra parte, se nos libra del pecado y de la muerte para siempre por fe en el pacto que se celebra con su sangre como base. La Sangre de Cristo abarca el efecto de su muerte y resurrección.”c
22 ¡Cuán significativos para nosotros, pues, cuán llenos de benditos pensamientos implicados, son muchos de los pasajes bíblicos que mencionan la sangre de Jesús! Por medio de ella se nos pueden perdonar los pecados. (Rev. 1:5; Heb. 10:29) Se nos hace posible librarnos de conducta infructífera. (1 Ped. 1:18, 19) Podemos estar entre una congregación de personas a quienes Dios aprueba y guía. (Hech. 20:28) Y hay la esperanza de alcanzar perfección y vida eterna bajo el mando de un reino en el cual se incorpora a personas que fueron compradas con esa sangre.—Rev. 5:9, 10; 12:10, 11; Col. 1:20.
23. ¿Cómo debemos considerar la sangre?
23 Es necesario, pues, que todos los que aprecian el valor de su propia vida aprecien lo que Dios dice acerca de la sangre. Él la considera sagrada. Él determinó su exclusiva utilidad y aceptabilidad para sacrificio sobre el altar. Y mostró claramente en su Palabra que todas nuestras esperanzas de un futuro duradero se fundan en la sangre sacrificatoria de su Hijo. Pero ¿cómo podemos nosotros personalmente manifestar nuestro aprecio y reconocimiento de lo sagrado de la sangre? Estos son asuntos importantes que consideraremos en el artículo siguiente.
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Firme resolución respecto a la vida y la sangreLa Atalaya 1978 | 1 de noviembre
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Firme resolución respecto a la vida y la sangre
1, 2. ¿De qué manera reciben prominencia a veces preguntas acerca de la sangre?
‘JUEZ autoriza transfusiones de sangre,’ declaró recientemente un encabezamiento de periódico en Virginia, E.U.A. El artículo empezaba así:
“El jueves por la mañana un juez federal autorizó al Hospital Naval de Portsmouth a administrar transfusiones de sangre a una enferma en condición crítica que por cuatro días había rehusado aceptarlas, según se alega al riesgo de la vida, . . .”
2 Informes como éste aparecen esporádicamente y enfocan mucha atención en el valor de la vida y la sangre. Antes de averiguar en qué resultó este caso, pudiéramos pensar en algunas preguntas fundamentales: ¿Qué creencias profundas hacen que personas como ésta se nieguen a aceptar transfusiones de sangre? ¿Realmente exige esto de todos los cristianos la Palabra de Dios? Si así es, ¿cuánta firmeza mostraríamos tener en nuestras convicciones religiosas si un médico nos dijera que necesitábamos una transfusión? Además, ¿pudiera haber aspectos, aparte del uso médico de la sangre, en los cuales nuestro punto de vista acerca de la vida y la sangre fuera importante y hasta pudiera afectar nuestro futuro?
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