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  • Parte 1—¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”?
    La Atalaya 1956 | 15 de abril
    • Jesucristo, cuando él levanta a sus fieles seguidores de entre los muertos. “Porque así como en Adán todos están muriendo, así también en el Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su propia categoría: Cristo las primicias, después los que pertenecen al Cristo durante su presencia. Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, se levanta en incorrupción. . . . y nosotros seremos cambiados.”—1 Cor. 15:22, 23, 42, 52, NM.

      51 Observe que aquí no se hace ninguna mención del alma humana. En vez de enseñar que la inmortalidad es inherente en el alma humana, los dos textos citados en que se menciona athanasía o inmortalidad enseñan directamente lo contrario.

      52 La restante o tercera mención de athanasía o inmortalidad se halla en la siguiente cita: “Que observes el mandamiento de manera inmaculada e irreprensible hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. Esta manifestación el feliz y único Potentado la mostrará en sus propios tiempos señalados, él el Rey de los que gobiernan como reyes y Señor de los que gobiernan como señores, el cual solo tiene inmortalidad.” (1 Tim. 6:14-16, NM) El apóstol Pablo le dice aquí a Timoteo que de todos los potentados terrestres que gobiernan como reyes y como señores y que pretenden tener inmortalidad ninguno verdaderamente la tiene, pero el “feliz y único Potentado” Jesucristo, el Rey de los reyes y Señor de los señores, la tiene exclusivamente desde su propia resurrección de entre los muertos. Convenimos con usted en que los babilonios, egipcios, griegos, romanos e hindúes paganos enseñaron su doctrina pagana de la inmortalidad e incorruptibilidad inherentes del alma humana. Pero Jesucristo, quien es el primero a quien el inmortal e ‘incorruptible Dios’ otorgó inmortalidad e incorruptibilidad cuando lo levantó de entre los muertos, es el primero que reveló la verdad concerniente a éstas mediante su predicación de las buenas nuevas acerca del reino de Dios. “Ahora se ha hecho claramente evidente por medio de la manifestación de nuestro Salvador, Cristo Jesús, quien ha abolido la muerte pero ha esparcido luz sobre la vida y la incorrupción por medio de las buenas nuevas.”—2 Tim. 1:10 y 1 Tim. 1:17, NM.

      53 De esto se ve que esta tercera mención bíblica de athanasía o inmortalidad categóricamente niega que hombre alguno, aunque sea potentado, dictador, rey o señor terrestre, tenga inmortalidad inherente del alma humana. En la versión católica romana de la Biblia, en los libros apócrifos o deuterocanónicos de su “Antiguo Testamento,” las palabras “inmortalidad” e “incorrupción” sí aparecen, pero ni siquiera estas referencias manifiestan o prueban que el alma humana sea inherentemente inmortal. Por ejemplo, Eclesiástico 17:29 (TA) dice claramente: “Porque no puede el hombre tener todas las cosas; puesto que no hay ningún hijo del hombre que sea inmortal.” Vea también Eclesiástico 6:16 y Sabiduría 1:15; 2:23, BC; 3:1, 4; 4:1; 6:18, 19, BC; 8:13, 17; 15:1, 3, todos los cuales textos, si muestran algo, muestran que la inmortalidad es un premio que ha de conseguirse en el futuro y no se posee inherentemente.

      ¿MUERE EL ALMA HUMANA?

      54. ¿A qué grado muestra la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras que el alma humana muere?

      54 Ahora bien, si la Biblia no enseña la inmortalidad inherente del alma humana, ¡debería decir que el alma humana es mortal, que muere! ¿Dice la Biblia eso? Lo dice directamente, en lenguaje claro que hasta un niño puede entender. Dado que los espiritistas, católicos romanos y los de otras religiones de la cristiandad no pueden producir un solo versículo de la Biblia que diga o pruebe que el alma humana no muere, que es inmortal, debería ser suficiente el que nosotros mostráramos sólo un versículo bíblico en testimonio de que el alma humana es mortal, que muere. Pero podemos mostrar muchos versículos en testimonio, y la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, que con regularidad traduce la palabra hebrea néfesh y la palabra griega psyqué como “alma” desde el Génesis 1:20 en adelante, muestra más plenamente que cualquier otra traducción que la Biblia dice que el alma humana muere.

      55-57. ¿Cuáles son cuatro elementos fundamentales de la enseñanza de la Biblia sobre la muerte de la primera alma humana?

      55 En el jardín o paraíso original de Edén las almas humanas perfectas Adán y Eva no tenían que morir. Esas dos almas humanas perfectas pudieran haber vivido para siempre en su paraíso terrestre. ¿Cómo? Sustentando su cuerpo humano, material, con el alimento natural que Jehová Dios proveyó allí y obedientemente nutriendo su corazón y mente con el alimento espiritual que él proveía cuando les hablaba desde lo invisible. Pero Dios les advirtió que el alma humana, a pesar de que podía vivir eternamente sobre la tierra mediante las provisiones de Dios, era mortal, podía morir. El capítulo dos de Génesis, después de describir cómo Dios creó la primera alma humana, Adán, sigue diciendo: “Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y colocarlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara. Y Jehová Dios también impuso este mandamiento al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta que quedes satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.’” (Gén. 2:15-17, NM) Si Adán el alma desobedeciera a Dios, entonces Adán el alma moriría. Si Adán el alma obedeciera a Dios y comiera de todos los árboles del Edén salvo de este prohibido, entonces Adán el alma continuaría viviendo mientras persistiera su obediencia. Esto ofrecía la oportunidad de que el alma humana viviera eternamente, no en un mundo espiritual, sino en perfección humana en el paraíso terrestre de Edén.

      56 Cuando Dios le pronunció la sentencia de muerte a Adán después que éste aceptó desobedientemente algo del fruto prohibido de la mano de su esposa y lo comió, Dios dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás.” (Gén. 3:17-19, NM) Observe que Dios no dijo a Adán: ‘Tu cuerpo volverá al polvo, pero tu espíritu quedará libre del cuerpo y seguirá viviendo conscientemente en el mundo invisible donde yo habito, porque tu espíritu es inmortal y yo no puedo destruirlo.’ No, sino que Dios dijo: ‘Tú [no tu cuerpo, sino tú, el alma] fuiste tomado del suelo y al suelo volverás, porque tú [el alma] eres polvo y al polvo tú [el alma bajo sentencia de muerte] volverás.’

      57 Como alma viviente Adán era sólo un poco de polvo animado, activado, avivado o vivificado moldeado en forma de hombre, del mismo modo que los otros animales terrestres. Para poner en vigor la sentencia de muerte Dios echó al hombre del paraíso de Edén. ¿Por qué? “Jehová Dios prosiguió y dijo: ‘Aquí el hombre ha llegado a ser semejante a uno de nosotros en conocer el bien y el mal, y ahora, para que no extienda la mano y de hecho tome fruto también del árbol de la vida y coma y viva para siempre,—’ Con eso Jehová Dios lo echó del jardín de Edén para que cultivara el suelo de donde había sido tomado [y al cual ahora tenía que volver]. Y así arrojó al hombre y estacionó al oriente del jardín de Edén los querubines y la hoja llameante de una espada que daba vueltas ella misma continuamente para guardar el camino al árbol de la vida.” (Gén. 3:22-24, NM) Dios no lo mantuvo alejado del árbol de la vida para que Adán pudiera morir sólo en cuanto a su cuerpo pero pasara vivo en espíritu a un mundo espiritual, comenzando una jornada inmortal allí, sabiendo más y estando más libre allí y realmente recibiendo beneficios así por haber desobedecido a su Creador y haber muerto. Dios lo echó del paraíso de Edén lejos del árbol de la vida para que el alma humana Adán no viviera en absoluto en ninguna parte sino dejara de existir, para que ‘positivamente muriera,’ del mismo modo que una bestia bruta.

      58. ¿Cómo se explica el hecho que se informa de que Adán murió a la edad de 930 años?

      58 A causa de que cayó de la perfección humana, el alma humana Adán vivió muchos siglos aun sobre el maldecido suelo fuera del paraíso de Edén. “Entre tanto llegó a ser padre de hijos e hijas. De modo que todos los días de Adán que él vivió ascendieron a novecientos treinta años y murió.” (Gén. 5:4, 5, NM) En el mismo día que Adán pecó y Dios lo condenó y lo echó del paraíso de Edén, Adán estuvo muerto desde el punto de vista de Dios y por eso estuvo muerto en el pecado. Él llegó a ser un padre de desobediencia y produjo hijos de desobediencia. Por esta razón el apóstol Pablo dijo a los cristianos: “Estaban muertos en sus transgresiones y pecados, en los cuales en un tiempo anduvieron conforme al sistema de cosas de este mundo, conforme al gobernante de la autoridad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.” (Efe. 2:1, 2, 5, NM) Desde ese punto de vista, también, Eva así como Adán estaba “muerta aunque [estaba] viviendo.” (1 Tim. 5:6, NM) Ahora bien, el estar muertos en el pecado no era la plena medida de muerte para Adán y Eva; cuando dejaron de respirar y cuando el espíritu o la fuerza activa que causa la vida volvió a Dios quien se lo había dado, entonces las primeras dos almas humanas, Adán y Eva, murieron. Adán vivió setenta años menos que mil. Por eso, si tomamos la medida de tiempo del apóstol Pedro: “Un día para con el Señor es como mil años, y mil años como un día” (2 Ped. 3:8), entonces Adán y también Eva positivamente murieron “en el día” que él comió del árbol prohibido. Él murió en el primer día de mil años de la existencia del género humano.

      (Continuará en nuestro siguiente número)

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    La Atalaya 1956 | 15 de abril
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      AMANDO EN HECHOS Y EN VERDAD

      Cuando el apóstol inspirado nos dice, en 1 Juan 3:18 (NM), que amemos “no de palabra ni con la lengua” él no quiere decir que nunca hemos de hacer una expresión verbal de amor. Ciertamente debemos usar la lengua para expresar interés en otros, mostrándoles que les tenemos cariño. Pero el limitar las expresiones de amor a sólo palabras es dejar incumplido el requisito bíblico. Para manifestar el amor sincero que les tenemos a otros se requiere de nosotros algo más que sólo palabras. En cuanto a los ministros quiere decir dejar la comodidad de su hogar para llevar a otros el buen alimento espiritual que los fortalecerá para que puedan aguantar las tensiones nerviosas y las pruebas de la actualidad. Durante mayo los testigos de Jehová, en conformidad con el mandamiento de mostrar amor a otros, irán a las puertas de la gente con las buenas nuevas del reino de Dios y al encontrarse con personas interesadas les dejarán un libro que les ayudará a estudiar la Biblia, y un folleto, por una contribución de 50c (dinero de E.U.A.). Usted puede participar en esta obra y para hacerlo puede ponerse en contacto con el Salón del Reino más cercano a usted o escribirle a esta Sociedad.

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      La revista compañera de La Atalaya es ¡Despertad! En dicha revista encontrará usted una fuente de información que podrá mantenerlo despierto en cuanto a los asuntos importantes del día. El alcance de los temas que considera es tan amplio como el mundo e, igual que La Atalaya, está libre para declarar los hechos en todo y cualquier campo respecto al cual proporcione informe. Su adherencia a los principios de verdad y justicia, su lucha por las libertades de los hombres de toda clase traen consuelo y fuerzas y suministran esperanza para todos los hombres. Que ¡Despertad! llegue a su hogar quincenalmente, por $1 (dinero de E.U.A.) al año.

      ESTUDIOS DE “LA ATALAYA” PARA LAS SEMANAS

      20 de mayo: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §1-21. Página 236.

      27 de mayo: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §22-40. Página 243.

      3 de junio: ¿Qué dicen las Escrituras acerca de “supervivencia después de la muerte”? §41-58. Página 249.

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