Ponderando las noticias
Una cosa lleva a otra
● Hace décadas, el transfundir la sangre de una persona en las venas de otra se convirtió en práctica común. Entonces el trasplantar órganos llegó a estar en voga. ¿Adónde podría llevar todo esto? Un artículo por el presidente del Instituto de Sociedad, Ética y las Ciencias de la Vida, intitulado “Cosechando a los muertos,” suministra alguna idea.
Según el artículo, muchos “grupos científicos y teológicos” favorecen una redefinición de la muerte. La nueva definición clasificaría como “muerto” a cualquier persona cuyas funciones cerebrales hubiesen cesado plenamente, produciendo un estado de “coma irreversible.” ¿Entonces qué? Se hace la sugerencia de que, aunque ahora están legalmente “muertos,” los cuerpos todavía se podrían mantener respirando y funcionando por medio de respiradores en hospitales especiales, si se deseara, por un período de años. Esto podría abrir el camino para “granjas de cadáveres que requieren alimentación y conservación, a fin de ser cosechados.” Estos “neomorts” —legalmente “muertos,” pero en realidad cuerpos vivos— se podrían usar entonces, dice el artículo, para entrenar a estudiantes e internos médicos, que podrían practicar procedimientos quirúrgicos, incluyendo amputaciones. Órganos principales podrían ser catalogados y “computarizados” para pronta disponibilidad en trasplantes. Las personas ‘legalmente muertas’ podrían ser “sangradas periódicamente” a fin de suministrar sangre para transfusión.
Reconocidamente, el artículo presenta estas ideas solo como posibilidades. Sin embargo, es interesante notar que el autor dice que el precedente inicial de todo esto es la “donación de sangre” y el “precedente en la sangre de mercantilismo.” En contraste, la Biblia inculca respeto para los cuerpos de la gente, aun para los que realmente están muertos (no solo en un “coma irreversible”). (Gén. 23:1-6; 49:29; 50:24-26; 1 Sam. 31:8-13) Pero hoy los hombres se proponen ‘canibalizar’ a cuerpos al por mayor. Y aun ese término parece demasiado benigno... pues los caníbales nunca mantuvieron “granjas” de cuerpos humanos para ser “cosechados.” Esto muestra adónde pueden llevar las cosas una vez que los hombres empiezan a violar las normas de la Biblia, incluso su prohibición de introducir la sangre de otra criatura en el propio cuerpo de uno.—Vea Deuteronomio 12:23; Hechos 15:28, 29.
Alojamiento de la YMCA... ¿cuán seguro?
● La Asociación Cristiana de los Jóvenes, conocida mejor como la YMCA o la Y, empezó como medio para suministrar alojamiento y esparcimiento en medio de un ambiente “cristiano.” Sin embargo, un informe en el “National Observer” (7 de septiembre de 1974) indica que la YMCA se enfrenta a un problema serio: la homosexualidad.
Un homosexual prominente dice, según se le cita: “Las Ys son ideales porque hay un ambiente casi enteramente masculino, a menudo jóvenes, . . . y a menudo hombres que están dispuestos —y no simplemente receptivos, sino anuentes— a buscar encuentros sexuales.” El comentario de un lector (en un número posterior del periódico) indica que el problema no es nuevo. Un miembro de la YMCA por seis años durante los años veinte, escribe que renunció a ser miembro “después de haber sido robado varias veces, atacado dos veces, y haber recibido proposiciones muchas veces.”
Aunque protestó contra la inferencia de que sea grande el problema, un director ejecutivo de la YMCA escribió: “Yo, así como todos los otros profesionales de la YMCA, reconocemos que sí tenemos el problema del homosexual en las filas de los miembros de la YMCA.” Un director de Nueva York dijo: “No podemos examinar las habitaciones todas las noches. . . . A veces entrecortamos el aliento y admitimos a los que desaprobaríamos, dándonos cuenta de que no solo podemos suministrarles una cama sino también la oportunidad de recibir consejo y otra ayuda.”
El aconsejar a personas inmorales es una cosa, pero el invitarlas a dormir en su medio mientras llevan a cabo su inmoralidad es otra. ¿Nunca leyeron los oficiales de la Y que el apóstol Pablo advirtió: “Un poco de levadura hace fermentar toda la masa”?—1 Cor. 5:6.