Liberación a un mundo justo
“El Dios nuestro es Dios de salvación, y a Jehová, el Señor, pertenece librar de la muerte.”—Sal. 68:20.
1. ¿A qué acción por parte de hombres y naciones induce el temor, y con qué resultado?
TIEMPOS peligrosos, llenos de ansiedad y temor al posible fin cercano de la civilización, impulsan a los hombres a buscar alianzas de fuerza. No es extraño esto, pues un gran profeta de Dios predijo para el tiempo del fin “angustia de naciones, no conociendo la salida . . . mientras que los hombres se desmayan debido al temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada”. (Luc. 21:25, 26, NM) Una garantía de supervivencia y liberación en contra de cualquier eventualidad es lo que los hombres buscan hoy. El temor a la muerte, posiblemente la muerte prematura en combate atómico entre naciones, envuelve a la gente en sus garras de hierro y la hace esclava a los sistemas y arreglos que ella espera le garantizarán la supervivencia.—Heb. 2:15, NM.
2. ¿Qué fracaso ha producido desilusión? y ¿con qué medidas tratan las naciones de compensar este fracaso?
2 Las acariciadas esperanzas de unir a las naciones en una sola familia feliz rápidamente se están desvaneciendo en el olvido. El arreglo principal para solucionar pacíficamente las diferencias ha traído desilusión. Las Naciones Unidas, que iban a proveer un sistema practicable para mantener a la familia de naciones en unidad y armonía, hasta ahora se han mostrado ser poco más que un foro para debate y divulgación de propagandas nacionales. (Isa. 8:9, 10) No teniendo confianza en la manifiestamente débil N. U., las grandes potencias de nuevo han recurrido a una edificación de fuerza militar para asegurar su duración en medio de un mundo hostil, así como la primera potencia mundial del antiguo Egipto reunió miles de caballos y carros bélicos para garantizar su seguridad. Se pasa por alto la advertencia de la Biblia de calamidad para los que recurren a tales medidas para obtener liberación: “¡Ay de los que . . . se apoyan en caballos; y ponen su confianza en carros de guerra, porque son muchos, y en caballería, por ser muy fuerte!”—Isa. 31:1.
3. Pasando por alto el consejo de Jehová, ¿de qué manera se ponen a razonar? ¿Cuál es la porción de la gente?
3 No se escatima ningún esfuerzo ni se retiene dinero en la carrera para desarrollar los medios más eficaces de descargar destrucción “defensiva”. Oriente y Occidente sostienen a grandes fuerzas militares, cada lado esperando (1) evitar el desastre por medio de desanimar al enemigo de lanzar un ataque y (2) estar en posición de enfrentarse y sobrevivir con buen éxito a un ataque si se efectuara. Otras naciones más pequeñas se unen en pactos y alianzas con las grandes potencias, tratando de esa manera de acrecentar la posibilidad de su propia supervivencia. La grande mayoría de los pueblos del mundo, mediante selección o compulsión, echan su suerte con un lado o el otro. Todo el mundo tiene presente la misma idea, a saber, la liberación por medio de la alianza con el más fuerte poder posible.
4. ¿Qué registro suministra la historia con respecto a confiar en lo militar?
4 Pero esta filosofía de supervivencia no es nada nuevo. Ha sido intentada antes por grandes potencias, y los resultados bajo ningún concepto han sido animadores. La historia seglar demuestra que toda potencia mundial desde el tiempo del antiguo Egipto ha confiado en la fuerza militar para efectuar su liberación en tiempo de dificultad, y sin embargo dichas potencias no pudieron sostenerse indefinidamente. Tarde o temprano en un tiempo de gran prueba ellas cayeron. El registro de las guerras conservado en la Biblia agrega prueba al hecho de que la fuerza militar no garantiza seguridad y liberación. A menudo grandes potencias militares, aunque aparentemente eran abrumadoramente fuertes y supuestamente capaces de resistir cualquier prueba de armas, fueron derrotadas a manos de los que comparativamente estaban desarmados. Digno de atención, también, es el hecho de que en todas sus medidas defensivas dichas naciones derrotadas escogieron pasar por alto a Jehová.—Isa. 60:12.
5, 6. Cite ejemplos en que el poder armado fracasó como fuerza salvadora.
5 El Egipto de los faraones juntó todo el equipo bélico del dominio, seiscientos carros de guerra fuertes, y persiguió a un pueblo desarmado que era considerado como una amenaza a su existencia. Todos los seiscientos carros fueron destruídos, y fueron ahogadas en el mar Rojo las tropas empedernidas que los acompañaban. (Éxodo 14) Un poderoso ejército filisteo de 30,000 carros y 6,000 soldados de caballería, supuestamente invencible, avanzó en contra de Israel. Hubo una demostración de fuerza militar comparable en ese día a la fuerza de las grandes potencias modernas. Y esa fuerza parecía más abrumadora porque no había una sola espada en todo Israel en ese tiempo, ni siquiera un herrero en el país. No obstante las poderosas huestes filisteas fueron esparcidas y sus fuerzas militares no pudieron librarlas.—1 Sam. 13:5, 19, 22; 14:22, 23.
6 Jabín, rey de Canaán, vió a 900 de sus mejores carros destruídos por lo que se consideraba un pueblo indefenso. (Jue. 4:13-17) El rey asirio Senaquerib presenció la gran mortandad de su poderosa fuerza militar en una sola noche, cuando 185,000 soldados de sus mejores tropas fueron encontrados “cuerpos muertos”. (Isa. 37:35, 36) No se halla nada en la historia del combate moderno que pueda compararse con la destrucción de 100,000 soldados de infantería sirios en un solo día.—1 Rey. 20:29.
7. ¿Qué deberían haber aprendido para este tiempo las naciones, como lo demuestran las experiencias recientes?
7 Las naciones deberían haber aprendido de las lecciones de la historia que la seguridad y la liberación no son sinónimos de fuerza militar. No hay un solo ejemplo de la historia en que la confianza en el ejército haya conservado indefinidamente a una nación. Ni ha sido la fuerza militar un libertador seguro en todas las grandes crisis. La subida y caída sucesivas de las naciones prueban ese hecho. Ahora la más grande crisis de todos los tiempos está sobre el mundo. Muy naturalmente los hombres están ansiosos de una garantía de liberación. ¿Continuarán ellos ahora confiando en métodos que siempre han resultado inadecuados? Además, aunque la liberación por medios militares fuera segura en alguna crisis, los sobrevivientes todavía se enfrentarían a dificultades subsecuentes y crisis subsiguientes causadas por todavía otras circunstancias. Las consecuencias terribles de la II Guerra Mundial ilustran bien este punto. El poder militar no puede librar a las naciones o pueblos de las dificultades y ansiedades de este mundo. Se necesita algo más que eso.
8. Diferente a los planes humanos para obtener liberación, ¿qué revela la Biblia?
8 Una mirada sincera a la historia, antigua y moderna, revela la ineficacia de ejércitos, alianzas, pactos, acuerdos, armas de destrucción, etc., para verdaderamente efectuar una liberación genuina. No es una manifestación de sabiduría el continuar repitiendo errores del pasado. Los hombres sabios escuchan el consejo y éste les es útil. (Pro. 12:15; 9:9) “Los que buscan a Jehová lo entienden todo,” porque él es el gran Consejero. (Pro. 28:5) La Palabra de Jehová lo revela como un poderoso Libertador. Él ha prometido para estos últimos días una liberación sin precedente en la historia—el librar a personas de las opresiones y terrores de este viejo sistema de cosas a un nuevo mundo justo, libres para siempre y resplandecientes con el vigor, la frescura y la confianza que resultan de la seguridad genuina. Este nuevo mundo es especialmente preparado por Jehová, pues él dice de sí mismo: “Porque voy a crear cielos nuevos y una tierra nueva, y ya no se recordará lo pasado, y ya no habrá de ello memoria.” (Isa. 65:17, NC) Ningún arreglo que los hombres pudieran concebir hoy podría lograr tal liberación de la humanidad de sus aflicciones.
9. Previendo los tiempos críticos que ahora le han sobrevenido al mundo, ¿qué curso recomendó Jesús?
9 Cristo Jesús apreció las dificultades de la humanidad y su necesidad de un libertador. Pero no les mandó que idearan métodos para efectuar su propia liberación. Más bien enseñó a la gente a que orara a Dios por liberación, y así le señaló la fuente correcta de liberación. Esto quiso decir que los hombres habrían de confiar en Jehová para que los librara, no en las legiones de la Roma imperial, ni en alguna potencia subsiguiente que consiguiera el poder, subyugara los ejércitos de César y dominara al mundo. Recuerde que Jesús previó y predijo los tiempos turbulentos que ahora le han sobrevenido al mundo. Él predijo que nación se levantaría contra nación y reino contra reino, lo que precipitaría a angustia de la clase más crítica. Sin embargo él no abogó por confianza en algún proyecto u organización de hombres para obtener liberación, sino que mandó a los hombres que dirigieran sus oraciones a Jehová Dios por liberación. Que la voluntad de Dios se hiciera en la tierra, como en el cielo, había de ser su oración. Así ellos habían de esperar que la liberación viniera de una manera y de una fuente mucho más elevada que las cosas terrestres.—Mat. 6:9-13; 24:1-14; 2 Tim. 3:1.
10. ¿A quiénes libra Jehová y con qué medios? ¿Qué sostiene a los que confían en su liberación?
10 Jehová es el gran Libertador; de esto no hay duda. Pero él no suministra la liberación indistintamente. Él libra sólo a los que son dignos de liberación, y abandona a la destrucción a los que no merecen ser salvos. “Jehová sabe librar de la prueba a gente de devoción piadosa, pero preservar a gente injusta para el día de juicio para ser arrasada.” (2 Ped. 2:9, NM) Él mismo se proclama como el único Libertador y Salvador de la humanidad, por medio de su Hijo Jesucristo. Pedro testifica que así es, diciendo: “Además, no hay salvación en ningún otro, porque no hay otro nombre bajo el cielo que se haya dado entre los hombres mediante el cual hayamos de ser salvos.” (Hech. 4:12, NM) La Palabra de Jehová realmente es una gran canción de liberación que fomenta valor, fuerza y confianza en él. Él nunca deja que los que lo aman olviden su poder para librar, aunque atraviesen por tiempos difíciles. Él los cerca con canciones de liberación, todas las cuales lo manifiestan como el Único que con toda seguridad puede librar.—Sal. 32:7.
11. ¿Cómo difiere la liberación de Jehová de los esfuerzos de los hombres para liberación propia?
11 La manera que Dios tiene de librar es tan maravillosamente diferente a las maneras del mundo que es incomprensible para los hombres que carecen de fe. De igual manera, también, es infinitamente más efectiva que lo que cualquier liberación mundana jamás pudiera ser. Dios no necesita confiar en poder armado ni en estratagemas militares hábiles para tener poder de liberación. Con completa confianza en su propia habilidad, él dice: “Tendré misericordia . . . y los salvaré por Yavé, Dios; no los salvaré con arco, ni con espada, ni con guerra, ni con caballos y jinetes.” (Ose. 1:7, NC) Sería una confesión de debilidad el que él adoptara medios militares a manera de los hombres. ¡Si su mismo nombre es una torre fuerte a la cual el justo puede correr para estar seguro! (Pro. 18:10) Jesús apreció que la liberación de los hombres por parte de Dios no dependía de la espada. Por lo tanto, “vuelve tu espada a su lugar, porque todos los que toman la espada perecerán por la espada,” dijo Jesús a un compañero bien intencionado que deseó librarlo de las manos de sus enemigos.—Mat. 26:52, NM.
NECESIDAD DE CONOCIMIENTO
12. ¿En qué tenemos que creer si hemos de llenar los requisitos para ser librados por Dios, y cómo proclamó Jesús la liberación venidera?
12 Cristo Jesús es el Principal Agente de Jehová para librar. Necesitamos creer en él si hemos de llenar los requisitos para ser librados por mano de Dios, pues Dios envió a Jesús “para que todo aquel que ejerza fe en él no sea destruído sino tenga vida eterna”. (Juan 3:16, NM) Jesús proclamó la liberación de Jehová esparciendo conocimiento—conocimiento de Dios como el que está determinado a librar a la humanidad de sus dificultades; y conocimiento de sí mismo como el ungido de Dios que efectuará tal liberación. No habría liberación a la vida sin el conocimiento de Dios y su Hijo. En consecuencia Jesús declaró: “Esto significa vida eterna, el que ellos adquieran conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú has enviado, Jesucristo.”—Juan 17:3, NM.
13. ¿El conocimiento de qué lo hace a uno apto, apoyado por qué clase de proceder en la vida?
13 El conocimiento, entonces, es la llave para la liberación, porque “por medio del conocimiento el justo será librado”. (Pro. 11:9, AN) Esto no puede tener referencia al conocimiento superior de estratagemas militares, ni al conocimiento de fuerzas nucleares, la utilización del cual pudiera usarse como una fuerza libertadora. No, sino que se refiere al conocimiento de los propósitos de Dios. Apoyando a este conocimiento tiene que haber un modelo de vida moldeado en conformidad con los requisitos de Dios como se manifiestan en su Palabra. El conocimiento requerido es el entender que Jehová es “Dios de dioses y Señor de señores; Dios grande, y poderoso, y terrible, que no hace acepción de personas ni toma regalos”. (Deu. 10:17) Quiere decir conocimiento de él como el Edificador del justo nuevo mundo que suministrará permanente liberación para los que lo amen, y conocimiento de su intención de salvar hombres justos de este viejo mundo a ese nuevo sistema de cosas.
14. ¿En el cumplimiento de qué propósito de Jehová esperó liberación Pedro?
14 Desde el mismo tiempo de la rebelión en el Edén, Jehová se ha propuesto tener un mundo que sea enteramente justo, y ese propósito se efectuará. Ese mundo consistirá de los “cielos”, invisibles a los ojos humanos, y la “tierra”, que es visible. Todo en ese justo nuevo mundo tiene que ser justo y tiene que hacer lo que es recto, para la alabanza de Jehová. El apóstol Pedro esperaba ser librado a este nuevo sistema de cosas, diciendo concerniente a sí mismo y sus compañeros cristianos primitivos: “Conforme a su promesa, nosotros esperamos nuevos cielos y una tierra nueva, en los cuales habita la justicia.” (2 Ped. 3:13) Pedro quería ser librado de las dificultades del viejo mundo y sus ansiedades, sin embargo él sabía que sólo Dios podía efectuar eso, según sus promesas. Pedro no se puso de parte de Roma ni se colocó detrás de sus ejércitos para obtener liberación.
15. ¿De qué consistirá el mundo justo?
15 La parte de ese nuevo mundo que se llama “nuevos cielos” consiste de Cristo Jesús, junto con sus coherederos de la gloria celestial, apoyado por los ángeles del cielo, todos justos y plenamente leales a Dios y fieles en su devoción a él. La “tierra nueva” consistirá de hombres justos que demostrarán antes y después del Armagedón que son las otras ovejas del Señor Jesús, “el Pastor Propio.” (Juan 10:16 y Heb. 2:5, 6, NM) Y la “tierra nueva” incluirá a la prole de dichas otras ovejas en el mundo del pos-Armagedón. Toda criatura que more en la “tierra nueva” tiene que ser justa, y los justos jamás morirán.—Mat. 25:46.
16. ¿Por qué es tan deseable la clase correcta de conocimiento?
16 Innegablemente, una cosa que distingue a los librados de los que perecen es el conocimiento. El conocimiento es más deseable que cualquier otra cosa, porque el valor del conocimiento yace en la capacidad que éste proporciona a su poseedor de obrar ahora en armonía con los propósitos de Dios. Aplicando el conocimiento verdadero con un motivo puro, los hombres pueden conseguir sabiduría y entendimiento que va mucho más allá de cualquier cosa que este mundo ofrezca, no obstante sus grandes instituciones educativas. Por eso el hombre sabio de los Proverbios estima tan altamente el conseguir entendimiento de la Palabra de Dios. “Dichoso el hombre que halla la sabiduría, y el hombre que adquiere la inteligencia [entendimiento, AN]; porque su ganancia vale más que la ganancia de plata, y mejor es su rédito que el oro puro. Porque más preciosa es que los rubíes, y todo cuanto puedas desear no podrá compararse con ella. En su mano derecha trae la larga vida, y. en su izquierda riquezas y honores. Sus caminos son caminos de dulzura, y todos sus senderos paz: es árbol de vida para los que echan mano de ella, y dichoso es todo aquel que la tiene asida.”—Pro. 3:13-18.
ORGANIZACIÓN TEOCRÁTICA NECESARIA
17. ¿Por qué medio consigue uno conocimiento que conduce a la liberación, pero cómo les puede parecer a muchos este modo de ver las cosas?
17 Sin embargo, el conocimiento y entendimiento que garantizan la liberación no se conceden individualmente aparte de la Palabra de Dios y su organización. El mismo orden y organización que se manifestaron en su creación son evidentes en su obra de liberación. Aunque la luz de la verdad concerniente a su liberación brilla más y más clara, lo hace por medio de su organización teocrática, primero la parte celestial y luego la terrenal. La lectura individual y personal de la Biblia, aunque es necesaria, loable y meritoria, no conducirá en sí misma a una persona a la apreciación plena del arreglo de Jehová para liberación; así como el asistir a una iglesia regularmente por años no necesariamente equipará a uno para servir a Dios y lo colocará así en posición de recibir su liberación. Jehová usa a su organización para efectuar la liberación, y el que uno sea librado depende de su relación con Dios y con la organización de Dios. Quizás a muchos este modo de ver las cosas les parezca intolerante o estrecho, no obstante no podemos condenar como inconcebiblemente estrecho lo que Jehová provee para nuestra liberación. (Mat. 7:13, 14) Tenemos que buscar la liberación según las condiciones de Dios. Considere el registro bíblico a propósito.
18, 19. ¿Qué ejemplos hay que ilustran que el entendimiento y el favor no se consiguen aparte de la organización visible de Dios?
18 Un eunuco etíope era diligente en la lectura de la Palabra de Dios, pero eso no fué suficiente para colocarlo en posición de recibir la liberación de Dios. Felipe lo oyó leyendo en voz alta Isaías el profeta, y le dijo: “¿Sabe usted verdaderamente lo que está leyendo en voz alta?” El eunuco contestó: “¿Verdaderamente cómo podría hacerlo, a menos que alguien me guiara?” Felipe le ‘guió’ dándole las buenas nuevas de la liberación venidera, y el eunuco pidió bautismo, manifestando su deseo de aprovecharse de esa liberación mediante el amoldarse al camino estrecho de Dios. Felipe representaba a la organización visible de Dios de ese tiempo, habiendo sido enviado de Jerusalén para predicar.—Hech. 8:26-39, NM.
19 Cornelio, oficial militar italiano y el primer gentil que aceptó el cristianismo, aunque por años había sido un hombre devoto, que ejercía misericordia, bondad y caridad para con otros, necesitó que la organización visible de Dios le ayudara. Después que Pedro, representando a la congregación en Jerusalén, fué enviado a Cornelio y le dió instrucciones a él y a los que se habían reunido con él, todos recibieron el espíritu santo, manifestando tener el favor del gran Libertador, Jehová, y luego fueron bautizados. (Hechos 10) Aun Saulo de Tarso no recibió favor ni le fueron abiertos sus ojos, ni recibió el bautismo, hasta que se hubo puesto en contacto con Ananías, que representaba a la organización visible de Dios. (Hechos 9) Sin adherirse a la organización visible que Dios usa no puede haber liberación, ni ahora ni en ningún tiempo futuro.
20. ¿Cómo demuestran el mismo principio tratos toda vía más tempranos de Dios con hombres?
20 ¿No ha sido siempre lo mismo? No hubo liberación aparte de Noé y su organización de familia aprobada por Dios para construir el arca de liberación. (2 Ped. 2:5) No hubo liberación de los primogénitos israelitas en Egipto aparte del arreglo de organización visible por medio de Moisés. Ni hubo alguna liberación de Egipto aparte del arreglo visible de Dios. El justo hombre Lot recibió liberación de Sodoma sólo después de haber recibido la visita de los ángeles que se materializaron como representantes visibles de Dios para amonestarle. (2 Ped. 2:7, 8) La liberación de Rahab de la destrucción de Jericó dependió de su acuerdo con los espías israelitas que representaban a la organización aprobada de Jehová de ese tiempo.—Josué 6.
21. ¿Qué hay del arreglo de Dios para este tiempo del fin? ¿Qué papel vital desempeñaría la organización visible, como lo muestra Pablo?
21 Lo mismo pasa en esta consumación del sistema de cosas, cuando la destrucción de un mundo está muy cerca. Las buenas nuevas del arreglo del Reino para la liberación están siendo predicadas por la organización visible de Jehová, y por medio de la organización ha venido un entendimiento maravillosamente pleno del arreglo de Jehová para liberación. Incluye el entender la oportunidad de servir a Jehová en este tiempo del fin, el hacer cada individuo una confesión continua de alabanza pública a Dios que conduce a la salvación o liberación. Que esto sería necesario para la liberación se muestra por el apóstol Pablo, quien cita en parte de la profecía de liberación de Joel: “Porque ‘cualquiera que invoque el nombre de Jehová será salvo’. Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto su fe? ¿Cómo, en cambio, pondrán su fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, en cambio, oirán, sin alguien que predique? ¿Cómo, en cambio, predicarán a menos que sean enviados?” Esto es organización, tan seguramente como que Jesús organizó para enviar predicadores, y la asociación con esta organización que invoca el nombre de Jehová es el camino de la liberación.—Rom. 10:13-15, NM; Joel 2:32.
22. ¿Qué característica de Jehová arguye a favor de los mismos requisitos de liberación ahora?
22 Jehová dice: “Yo, Jehová, no cambio.” (Mal. 3:6) Él siempre ha tenido ciertas reglas que gobiernan a sus criaturas. En tiempos pasados hubo requisitos que ellas debían llenar para conseguir liberación, como, por ejemplo, el cumplir con las instrucciones minuciosas relativas al manejo del cordero sin tacha y su sangre en la noche que el ángel de la muerte pasó a través de Egipto. Ya que “los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y se están reservando para el día de juicio y de la destrucción de hombres impíos” para abrir paso al justo nuevo mundo, sólo el cumplir fielmente con las reglas de Jehová garantizará la liberación al fin del presente mundo. ¿Qué regla de Dios es inalterable y tiene que aplicar a las otras ovejas y a todos los que ahora buscan liberación? ¿Qué se requerirá de toda persona que desea la liberación al nuevo mundo de Jehová?
23. ¿Cómo aprende uno la obediencia? Y ¿qué notable contraste se hace en el registro de la Biblia?
23 Se requiere obediencia. La ley del Todopoderoso Dios demanda, sin excepción, que toda criatura que reciba vida eterna en los cielos o en la tierra aprenda la obediencia al Altísimo. Esto hace necesario un conocimiento de lo que Dios requiere, lo cual puede obtenerse sólo mediante un estudio cuidadoso de las Escrituras. Las Escrituras hace mucho fueron escritas “como una amonestación para nosotros a quienes los fines consumados de los sistemas de cosas han llegado”. (1 Cor. 10:11, NM) En la Biblia los obedientes se contrastan notablemente con los desobedientes, y se tiene un registro conservado de lo que les resultó a los unos y a los otros, de esta manera ayudando a los que ahora buscan la liberación. Es digno de notarse que la liberación no vino jamás a los desobedientes, sino sólo a los que buscaron a Jehová y prestaron atención a su Palabra, y quienes se amoldaron a su organización.
24. ¿Qué significa el ser obediente? Muestre ejemplos en Hebreos 11.
24 El ser obediente significa tener conocimiento de la voluntad de Dios y luego hacer su voluntad diligentemente. Después de la caída del hombre, Jehová anunció su propósito de producir una “simiente”, el Mesías, quien mediante el suministrar un precio redentor y luego establecer un gobierno de justicia abriría el camino para la liberación de los hombres dispuestos hacia la justicia. El Diablo negó la habilidad de Dios de llevar a cabo tal liberación, y hasta este día Satanás trata de impedir la liberación de hombre alguno. Pero el hombre que cree que Dios es el Supremo y que puede llevar a cabo su propósito de liberación conforme a su voluntad empieza a tener fe. (Heb. 11:6) En el capítulo once de Hebreos aparecen los nombres de hombres fieles de la antigüedad que tuvieron fe inmovible en el poder de Dios para librar y en su habilidad para llevar a cabo su propósito anunciado; y fueron diligentes en obedecer sus mandamientos. Por fe vieron este día cuando Dios establecería su reino, creando así un mundo justo, y ellos desearon vivir bajo ese gobierno perfecto. Esperaban los “nuevos cielos” como su poder gobernante. Rehusaban transigir con la mira de recibir alguna liberación transitoria de manos del Diablo de las cosas que sufrían por causa de la justicia.—Heb. 11:14-16, 35-38.
25, 26. (a) ¿Qué pregunta podría hacerse concerniente a los hombres fieles de la antigüedad? (b) ¿Qué hecho maravilloso se trae a colación respecto a Jehová?
25 ¿En qué resultará esto finalmente para dichos hombres fieles? Ellos mantuvieron su integridad y obediencia hacia Dios y tuvieron su aprobación, pero muchos de ellos murieron por violencia y sellaron su testimonio a la supremacía de Dios con su propia sangre. ¿Les falló la liberación de Jehová? ¿No demuestra el hecho de que perecieron ellos que Dios no puede librar, y que hasta los que son sus siervos devotos no tienen su salvación asegurada? ¡Ciertamente que no!
OTRO ASPECTO DE LA LIBERACIÓN
26 Más bien, esto trae a colación otro aspecto de la liberación que caracteriza a Jehová como el gran Libertador que no es segundo a nadie. Sí, ni aun la muerte misma puede impedir que Jehová ejerza su liberación a favor de su pueblo. Cualquier liberación humana sería interrumpida y frustrada por la intervención de la muerte, pero no es así con la liberación de Dios. “El justo tiene confianza en su muerte,” dice la Palabra infalible. ¿Por qué es eso? “Porque la hora viene en la cual todos los que están en las tumbas memorialescas oirán su voz y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida.” (Juan 5:28, 29, NM) Mantenidos en la memoria de Dios y destinados a una resurrección temprana están estos hombres de la antigüedad. Su liberación será del sepulcro a la vida eterna sobre la tierra, tan seguramente como que el Hijo de Dios mismo fué librado de la tumba después de tres días. Así se recalca la regla inalterable de que los obedientes fieles que tienen la aprobación de Dios recibirán liberación. Ni siquiera la muerte puede frustrar la liberación para ellos.
27. ¿Remueve la liberación garantizada la posibilidad de sufrimiento o muerte? ¿Por qué?
27 La liberación segura a manos de Dios por lo tanto no significa que no habrá sufrimiento, ni hasta muerte por parte de los que son librados finalmente. (2 Tim. 3:12; 4:5) Sólo mediante el aguantar pacientemente el reproche y la persecución con persistencia fiel puede uno mostrar su amor incondicional por lo que es recto y así demostrar que es digno de ser libertado por Dios. Cristo Jesús demostró que era digno de ser librado del sepulcro mediante la predicación paciente, fiel y obediente, a menudo en circunstancias muy adversas. Él sufrió dolor corporal y angustia mental, porque fué “varón de dolores y que sabe de padecimientos”. (Isa. 53:3) No obstante él siempre fué bondadoso y generoso. Él no hizo daño a nadie, sino que siempre hizo lo que era bueno, y habló palabras de bondad a los que tenían oído que oía. (1 Ped. 2:23, NM) Bajo sufrimiento aprendió la obediencia y así “vino a ser responsable por la salvación eterna de todos los que le obedecen”. (Heb. 5:8, 9, NM; Rom. 8:17) Él se declaró firmemente de parte del nombre de Jehová, y por el honor de su propio nombre Jehová libró a su Hijo.
28. ¿Mediante el seguir qué proceder consiguió Jesús el puesto de Principal Agente de Jehová para la liberación?
28 Jesús por las cosas que experimentó y observó pudo apreciar más plenamente la gran necesidad de liberación por parte de la humanidad. Habiendo transitado el camino de los humanos él mismo, él sabe bien cómo sostener y socorrer a los que buscan una liberación temprana a manos de Dios. Además, él demostró que llenaba los requisitos para servir como el gran siervo de Dios para librar a la humanidad, mostrándose anuente a pagar el precio requerido para efectuar esa liberación, conforme a la ley equitativa de Jehová. (Deu. 19:21) Por amor a Dios y al hombre, Jesús deseó en gran manera cumplir el papel de libertador que Dios le señaló. De modo que él obedientemente procedió de la manera descrita en Filipenses 2:7-11, NM: “Se despojó a sí mismo y tomó la forma de un esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, cuando se halló en forma de hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento. Por esta misma razón Dios también le exaltó a un puesto superior y bondadosamente le dió el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están en la tierra y de los que están debajo del suelo, y confiese toda lengua abiertamente que Jesucristo es Señor para gloria de Dios el Padre.” Por lo tanto la liberación requiere sujeción al glorificado Jesús. El despreciar su nombre es garantizarse uno su propia destrucción.