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Cómo se construyen los Salones del Reino¡Despertad! 1972 | 8 de diciembre
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otras cuarenta o cincuenta personas. Altavoces llevan el sonido desde el salón, o éste puede ser desconectado cuando la biblioteca se usa como una segunda aula durante las sesiones de la Escuela del Ministerio Teocrático.
Un Salón del Reino mucho más pequeño fue construido por la congregación de North Bonneville, Washington, de unos cuarenta Testigos. Ubicado en un marco rodeado de árboles con un frente de rocas, este Salón del Reino, con su techo de duelas, paramento de cedro y puertas de cedro sólido, ciertamente es pintoresco. El interior está pintado de un color veteado que hace juego con las molduras y muebles de arce.
En ciudades más grandes, con frecuencia se remodelan edificios viejos para hacer Salones del Reino. Por ejemplo, en Brooklyn, Nueva York, una tienda de muebles fue recientemente transformada en un salón en forma de L. El edificio no tiene ventanas como un resguardo contra el vandalismo (una característica común de muchos Salones del Reino en las ciudades), y es grande, pues puede acomodar cómodamente a más de 400 personas. Se están haciendo más corrientes salones más grandes para acomodar el número en aumento de personas interesadas que concurren a las reuniones en los Salones del Reino.
Tal vez hay un Salón del Reino en su comunidad. Si es así, es muy probable que haya sido construido por los testigos de Jehová. ¿Por qué no lo visita y lo ve por sí mismo? Con seguridad que será bien recibido. Los testigos de Jehová se sentirán felices de darle un recorrido y mostrarle sus características. Y si se queda y escucha el programa tal vez vea por qué tantas personas ahora concurren a los Salones del Reino para instrucción bíblica.
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Más eficaz que el tratamiento psiquiátrico¡Despertad! 1972 | 8 de diciembre
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Más eficaz que el tratamiento psiquiátrico
◆ En 1959 una mujer en Connecticut empezó a recibir tratamiento psiquiátrico. Estaba plagada de problemas conyugales, enfermedades físicas, graves ansiedades mentales y excesivo uso de las bebidas alcohólicas. Para 1960 su estado llegó a tal punto que de por sí decidió entrar en un hospital para dementes.
Al tratar su condición emocional un médico prescribió varios sedativos. Ella preguntó cuánto tiempo tendría que tomar las píldoras. Él contestó: “Tal vez por el resto de su vida.” A través de los años repetidamente entró y salió de clínicas que tratan de ayudar a los alcohólicos. Los consejeros matrimoniales y el tratamiento psiquiátrico parecían ayudar poco. En adición al alcohol llegó a depender de los sedativos. Su matrimonio empeoró y su familia y amigos se trataban poco con ella. Las cosas fueron de mal en peor hasta que finalmente trató de suicidarse.
Mientras se recuperaba en la sección de cuidado intensivo del hospital, se resolvió a buscar a Dios y tratar de hacer la paz con él. Al volver a su hogar sacó y comenzó a leer algunas ayudas para el estudio de la Biblia que años antes ella había adquirido de los testigos de Jehová.
Poco tiempo después de eso un ministro de los testigos de Jehová que predicaba de casa en casa la encontró y comenzó a darle instrucción bíblica con regularidad. Pronto comenzó a concurrir a las reuniones de los testigos de Jehová. Sinceramente trató de aplicar el consejo bíblico a su propia vida. Aunque todavía tenía problemas difíciles a los que enfrentarse, no quiso volver a usar las bebidas alcohólicas o los sedativos, adoptando el punto de vista de: “No los necesito. Tengo la verdad y a Jehová a quienes recurrir.”
¿Qué pasó con el tratamiento psiquiátrico que de vez en cuando había estado recibiendo por unos diez años? Por fin el psiquíatra le dijo: “No será necesario volver a hacer otra cita en el futuro. Los testigos de Jehová están haciendo por usted más de lo que jamás podremos hacer nosotros.” Con el tiempo llegó a ser una ministra bautizada de los testigos de Jehová. Ahora está encontrando gran placer en ayudar a otros a beneficiarse de la ayuda bíblica que para ella resultó de más valor que el tratamiento psiquiátrico.
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