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¿Está cerca el día de venganza de Dios?La Atalaya 1981 | 1 de junio
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hermosa creación de Dios durante los pasados milenios! Solo entonces llegará a ser la Tierra el paraíso mundial que Dios se ha propuesto para la humanidad. Se ve, pues, que primero el incomparable ‘Dios de amor’ tiene que limpiar el camino para ello por medio de vengarse en sus enemigos. ¿No nos alegramos de que su día de venganza se haya acercado? Entonces, estemos nosotros entre los que aceptan la siguiente amorosa invitación de Jehová: “Alégrense, oh naciones, con su pueblo, porque él . . . pagará con venganza a sus adversarios.”—Deu. 32:43.
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Lo que ha dado verdadero significado a mi vidaLa Atalaya 1981 | 1 de junio
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Lo que ha dado verdadero significado a mi vida
Como lo relató Jaya Reddy
FUE mi amor a la lectura lo que despertó mi interés en la religión. No puedo recordar cuándo no me haya fascinado la lectura.
Un día, mientras buscaba en un montón de libros algo que leer, encontré un libro con el extraño título de De paraíso perdido a paraíso recobrado. Habíamos obtenido el libro de un testigo de Jehová que nos había visitado. El libro había quedado en una gaveta, y no lo habíamos vuelto a tocar ni lo habíamos recordado. Me embebí en la lectura. En una semana leí el libro de cubierta a cubierta.
Para entonces yo tenía 12 años de edad. El libro despertó mi interés en la Biblia, que era el libro de texto de una religión que difería de la mía. Nací en una familia hindú, pero en realidad nunca practiqué aquella religión. Vivíamos en Durbán, un bullicioso puerto de la costa oriental de Sudáfrica.
UN IMPEDIMENTO FÍSICO
Mi mamá tuvo tres hijos y los tres teníamos una cosa en común. Todos habíamos nacido con una enfermedad hereditaria llamada distrofia muscular. Hay tres diferentes tipos de este mal. Mi hermano mayor tenía el peor tipo, y murió a la edad de cuatro años.
Fue engañoso el hecho de que todos nacimos normales y con buena salud. No es sino hasta más tarde cuando los síntomas comienzan a aparecer... tal vez una debilidad en los brazos, cierta falta de fuerza en las piernas, que lleva a tropezar de repente, y, con el transcurso de los años, una languidez progresiva en las extremidades y los músculos.
Como resultado del mal, los músculos se me han ido debilitando continuamente a través de los años. Por eso, tareas sencillas como comer y peinarme requieren un esfuerzo extraordinario. Hasta el sentarme puede poner presión extrema en mis músculos. Porque tengo los músculos tan débiles, tengo que llevar ropa muy liviana, y solo puedo sentarme con la ayuda de un aparato ortopédico.
Cuando los músculos se me cansan debido a la presión, se me ponen tensos y adoloridos, y algunas veces esta condición dura por días. A veces la tensión muscular aumenta a tal grado que todo nervio y fibra en mí clama de dolor. Al transcurrir los años los músculos que permiten al cuerpo sentarse se me debilitaron, y desarrollé un encorvamiento espinal.
A la edad de 18 años me sometí a cirugía mayor que tenía el objeto de enderezarme la espina dorsal. Los médicos emplearon el método de Harrington, en el cual introducen varas de acero en la espina dorsal para enderezarla y mantenerla derecha, y sujetan las varas en su lugar con unos tornillos de acero. En el caso de mi hermano el mal progresó con mayor lentitud, pero con el transcurso del tiempo, durante su adolescencia, él quedó confinado a una silla de ruedas.
CULTIVO DIVERSIDAD DE INTERESES
El que yo me hallara en una silla de ruedas no impidió que cultivara interés en muchas cosas. Por esto debo las gracias a mi madre. Ella hizo cuanto pudo por nosotros; no retuvo nada y sacrificó mucho. Nos suministró una crianza normal.
Yo tenía 11 años de edad cuando mamá me sugirió por primera vez que me hiciera escritora. Dijo que eso sería lo ideal. Yo podría trabajar en casa, en las horas convenientes. Me gustó la idea. Además de pensar en el aspecto práctico de escribir, me gustaba el mundo del ensueño. También yo era de carácter introspectivo, dada a soñar despierta y a fantasías. De modo que todas mis primeras tentativas como escritora consistieron en cuentos de hadas.
En retrospección, me alegro de haber empezado a escribir a edad temprana, pues la profesión de una escritora no es fácil. No obstante, es algo que se va arraigando en una y se va desarrollando con una. Inevitablemente se hace tan importante parte de una que automáticamente una porción de la mente se halla siempre absorbiendo ideas y pensamientos que una pueda usar en el futuro.
Desarrollé interés particular en la historia y la naturaleza. Además, leía todo lo que llegaba a mis manos sobre el tema de la religión. Debido a que me gustaba la poesía y la literatura, me embelesaban el lirismo y la belleza excepcionales de la Biblia. Después, cuando llegué a estar más consciente de la vida y de las injusticias del hombre en su inhumanidad para con su prójimo, comencé a desarrollar interés en la sociología y las humanidades.
BUSCO RESPUESTAS EN LA RELIGIÓN
A la edad de 15 años me uní a una pequeña secta “cristiana” en un esfuerzo por encontrar algo satisfaciente y sano, y de vez en cuando asistía a sus reuniones. Pero quedé sumamente descontenta con mucho de lo que vi.
Noté que, con pocas excepciones, el sacerdote no se interesaba en los miembros del rebaño. Parecía que él llevaba una vida próspera, porque a menudo estrenaba un automóvil, y vivía holgadamente. También se practicaba la desigualdad racial en aquella secta. Un sacerdote de raza negra ganaba menos que su colega de raza blanca. Los sermones me aburrían. Los sermones no diferían mucho unos de otros, y parecían concentrarse en un mismo puñado de citas bíblicas.
Yo dudaba de la habilidad que supuestamente tenían algunos miembros de la iglesia de hablar en lenguas y sanar a los lisiados. A pesar de mi condición física,
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