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  • Los años de cambio de la mujer
    ¡Despertad! 1983 | 8 de octubre
    • Los años de cambio de la mujer

      Este artículo es de interés particularmente a las mujeres que están pasando por la menopausia, o que se preguntan cómo será la menopausia. La información que sigue es valiosa también para los esposos, hijos, familiares y amistades de dichas mujeres.

      EL SOL brillaba tenuemente a través de las cortinas medio abiertas. Afuera, un pájaro cantaba alegremente. Verdaderamente era una mañana muy hermosa.

      No obstante, por alguna razón, para cierta mujer, que todavía estaba en cama, aquella mañana parecía diferente a las demás. Con una expresión triste en los ojos, quedó echada mirando fijamente el techo. Por alguna razón inexplicable, tenía ganas de llorar.

      Oyó los pasos de su esposo, quien venía por el pasillo silbando. Pero aun eso parecía irritarla.

      “Es hora de levantarse”, dijo él en un tono alegre. Al ver que ella no respondía, él se acercó a la cama y, riendo, tiró de las cubiertas un poco. “Vamos, querida, es hora de levantarse.”

      De repente, ella se sentó en la cama y gritó enojada: “¡Déjame tranquila! ¡Déjame tranquila!”.

      Antes de que su espantado esposo pudiera darse cuenta de lo que estaba sucediendo, ella volvió a echarse y ocultó la cara en la almohada mientras sollozaba como si su mundo se le hubiera desmoronado.

      La menopausia

      Esta mujer estaba pasando un día malo durante su menopausia. En general, la condición no es tan violenta o severa como ésta, pero cuando lo es, afecta a toda la familia. El esposo no sabe qué hacer, y los hijos tal vez se sientan perturbados. No obstante, la madre es la que está pasando por la experiencia desagradable.

      El comprender lo que está sucediendo puede ayudar a todas las personas en cuestión. Se circulan muchos cuentos respecto a la menopausia. Cierta mujer que acaba de pasar por esta etapa de la vida hizo el siguiente comentario: “A menudo se sufre más ansiedad debido a lo que dice la gente que debido a la menopausia misma”. Nadie tiene que sufrir ansiedad innecesariamente, si tiene la información debida.

      En inglés y en español, frecuentemente se refiere a la menopausia como el cambio de vida. Pero hay quienes se oponen a este término. ¿Por qué? Porque da a entender que, en esta etapa, la vida de algún modo cambia por completo. Esto no tiene que ser así necesariamente. Claro, a algunas mujeres les parece que han perdido algo debido a que ya no pueden tener más niños. Pero en lo que tiene que ver con su trabajo, su matrimonio, el entretenimiento y muchos otros aspectos de la vida, las cosas pueden permanecer prácticamente igual que antes o, en ciertos sentidos, llegar a ser aun mejor que antes.

      Además, el llamar esta etapa el cambio, da a entender que es el único cambio que ocurre en la vida. Éste no es el caso. La vida de la mujer está llena de cambios dramáticos, tales como el principio de la adolescencia, el casarse y tener hijos. La menopausia es un cambio más en esta serie de cambios. Por lo tanto, en alemán hay un término más bondadoso para la menopausia: die Wechseljahre. Éste significa “los años de cambio”. ¿Cuáles son algunas de las cosas que todos deberíamos saber acerca de los “años de cambio” de la mujer?

      ● ¿De qué se trata?

      Se trata del tiempo en que la mujer deja de experimentar el ciclo mensual, o la menstruación, y, por consiguiente, también cesa de concebir hijos. Este hecho se refleja en la palabra “menopausia”, que se deriva de dos palabras griegas que significan “mes” y “cesar”.

      ● ¿De qué no se trata?

      Los “años de cambio” no son el principio del envejecimiento. La vejez nos sobreviene gradualmente. A una edad tan temprana como la de los 25 años, empezamos a experimentar el deterioro de la tonicidad de los músculos finos. A los 30 años de edad, empezamos a perder tejido de los músculos y de los huesos, y el cabello puede empezar a encanecer. Estos procesos continúan durante la menopausia, y ésta tal vez los acelere, pero no es la causa de dichos procesos. Así, la mujer de 40 ó 50 años de edad que esté experimentando la menopausia todavía está muy lejos de la vejez.

      Además, la menopausia no es una enfermedad, aunque a veces los síntomas quizás hagan que uno se sienta como si fuese una enfermedad.

      ● ¿A qué se debe?

      El cuerpo se está ajustando a una nueva situación. En la adolescencia el cuerpo de la joven empieza a producir hormonas que estimulan a los ovarios a proporcionar huevos maduros con regularidad.

      Durante los “años de cambio” sucede lo opuesto. El cuerpo deja de producir dichas hormonas, y el abastecimiento de huevos maduros va disminuyendo. Una de las hormonas que está envuelta en este proceso es el estrógeno. Si el cuerpo deja de producir estrógeno gradualmente, tal vez sea fácil pasar por la menopausia. Si la producción de estrógeno va cesando a paso acelerado, la menopausia generalmente se hace más difícil.

      ● ¿Cuándo empieza?

      En el caso de la mayor parte de las mujeres, la menopausia puede empezar entre los 45 y 55 años de edad. Unas cuantas mujeres experimentan la menopausia antes de los 40 años de edad, y aun menos mujeres la experimentan a una edad más avanzada, tal vez hasta a los sesenta y tantos años de edad. La menopausia puede empezar a una edad temprana debido a factores como la intervención quirúrgica o la mala salud en general.

      Usualmente, la irregularidad en la menstruación constituye un aviso de lo que está por suceder. En el caso de algunas mujeres, la menstruación se hace cada vez más irregular hasta que cesa por completo. Unas cuantas mujeres tienen la bendición de que la menstruación cesa súbitamente, y no sufren ningún otro trastorno. En el caso de otras, la menstruación tal vez les venga más a menudo que lo normal, o quizás se alternen flujos menstruales escasos con flujos abundantes, antes de que la menstruación cese por completo.

      ● ¿Cómo afecta a la mujer?

      La doctora Johanna Perlmutter, ginecóloga, dice: “Es reconfortante saber que, al pasar por la menopausia, la mayor parte de las mujeres experimentan síntomas relativamente menores, o quizás no experimenten ningún síntoma en absoluto” (The Menopause Book). Éstas son buenas noticias, pero ¿qué hay si usted es una de las que experimenta algo más que “síntomas relativamente menores”? La doctora Perlmutter dice: “La mayor parte de las mujeres que experimentan problemas más serios pueden conseguir ayuda médica”. ¿Cuáles son algunos de dichos “problemas más serios”?

      Uno que es común es el de las sofocaciones. Éstas se han descrito como una sensación repentina de calor que se extiende por la parte superior del cuerpo. La cara quizás se ponga roja, y a veces se transpira profusamente después. Las sofocaciones pueden ocurrir con frecuencia... hasta docenas de veces al día. Pueden durar por tan solo un segundo más o menos, o continuar por varios minutos. De noche, la que sufre de esto puede despertarse bañada en sudor.

      Nadie sabe con certeza cuál es la causa fisiológica de tales sofocaciones. ¿Constituyen éstas una experiencia traumática? En la mayor parte de los casos, no lo es. Las mujeres las califican mayormente de “molestosas”, “fastidiosas” o hasta “exasperantes”.

      Entre otros síntomas que pueden experimentarse, o no, figuran el insomnio y la fatiga repentina. Además, se mencionan el entumecimiento, los mareos, las náuseas, palpitaciones del corazón y dolores de espalda, como también dolores en el pecho, dolores de cabeza relacionados con la tensión, sequedad e irritación de la vagina. ¿Es ésta una lista de síntomas espantosa? Bueno, cobre ánimo. La mayor parte de las mujeres experimentan solo unos cuantos de éstos, o tal vez no experimenten ninguno. Y aun si usted experimenta problemas graves, generalmente hay modos de hallar alivio.

      ● ¿Qué hay de la depresión?

      Sí, ciertas mujeres se sienten levemente deprimidas durante los “años de cambio”... y usualmente es tan leve la depresión que solo la mujer misma, y tal vez su familia inmediata, se entere al respecto. Tal vez ella se ponga a llorar sin razón. O puede que su esposo y sus hijos, a quienes ella amaba tiernamente el día antes, repentinamente se hagan odiosos y molestosos. Además, tal vez la mujer que normalmente tiene todo organizado se vuelva temporáneamente olvidadiza y desorganizada. O quizás experimente sentimientos de pánico sin poder explicar por qué.

      Si usted experimenta síntomas como éstos, recuerde que no se trata por completo de algo que usted se imagine. Generalmente hay razones biológicas para dichos síntomas. Por eso, no piense que está perdiendo control de sí misma. Dése tiempo. Tales síntomas, aunque tal vez causen frustración y la desalienten, usualmente son pasajeros. ¡Tranquilícese, y las cosas que está sintiendo pasarána!

  • Encarándose a los “años de cambio”
    ¡Despertad! 1983 | 8 de octubre
    • Encarándose a los “años de cambio”

      La escritora Madeline Gray, quien experimentó una menopausia dificultosa después de haberse sometido a una histerectomía, dice: “El cuerpo es una máquina que es una dádiva de Dios. Puede hacer lo que ninguna máquina de hechura humana puede hacer... repararse a sí misma. Pero dicha reparación requiere tiempo” (The Changing Years). Los síntomas que se experimentan durante los “años de cambio” se deben al hecho de que el cuerpo se está ajustando a una nueva situación. Estos síntomas tal vez causen incomodidad, pero no son peligrosos. Por lo tanto, ¿cómo se pueden tratar?

      El médico puede ayudar

      Cuando los síntomas empiezan a manifestarse, es prudente ir al médico para hacerse un reconocimiento general, simplemente a fin de estar segura. En muchos casos, cuando la mujer está a principios de los “años de cambio” cree que le sucede algo grave. Un médico dijo: “Frecuentemente he visto en el rostro de la mujer el alivio que siente cuando le digo que no está enferma, sino que sencillamente está entrando en la menopausia. Esto de veras la tranquiliza”. Vale la pena someterse a un reconocimiento médico, tan solo para experimentar dicho alivio y enterarse de que no se trata de ningún problema grave.

      Además, la mayor parte de las autoridades en la materia recomiendan que una se mande a hacer un reconocimiento médico una vez al año hasta que pase la menopausia. Esto le servirá de garantía de que todo está progresando normalmente y que ningún otro problema se está desarrollando bajo la cubierta de la menopausia.

      Cuídese

      Algunas mujeres aumentan de peso durante este período. Pero parece que esto no tiene que suceder. En primer lugar, el comer menos alimentos que contengan grasa animal ayudará a la mujer a no aumentar de peso, y esto proporciona ciertos beneficios para la salud, como el de mantener un nivel bajo de colesterol en la sangre. Madeline Gray insiste: “La mujer no engorda tan solo por naturaleza durante la menopausia. Si esto sucede, puede hacer algo al respecto”. Pasa a decir: “Tal vez usted [...] esté comiendo más ahora simplemente debido a nerviosismo. O debido a aburrimiento. O para compensar otras cosas que usted echa de menos”. Por lo tanto, controle sus hábitos de comer, y evite aumentar de peso innecesariamente.

      Durante los “años de cambio” los huesos de la mujer tienden a perder calcio. El consumir alimentos ricos en calcio, además de hacer ejercicio con regularidad, puede ayudar a contrarrestar esto. En ciertos casos, tal vez sea aconsejable tomar suplementos de calcio también.

      Muchas mujeres hallan que lo mejor es mantenerse ocupada. Cierta mujer aconsejó: “Salga de la casa siquiera parte del día. Salga y haga cosas que le presenten un desafío”. Algunas recomiendan caminar un poco, hacer algo en el jardín o emprender otra actividad que sirva de ejercicio. Pero no se exceda hasta el grado de quedar agotada. Duerma lo suficiente de noche y, si es necesario, trate de apartar tiempo para una siesta durante el día.

      Si los síntomas le causan incomodidad temporáneamente, tal vez le interese saber lo que otras recomiendan para aliviarlos. Algunas mujeres han informado que les ha sido de ayuda la medicina homeopática, ciertas hierbas, la acupuntura o tratamientos quiroprácticos.

      Otras mujeres han probado suplementos de vitaminas, como la vitamina E. Mary Catherine Tyson sugiere que el tomar diariamente una tableta de complejo vitamínico B puede ayudar a controlar hasta cierto grado las sofocaciones... aunque no las elimine.

      Pero recuerde que si realmente se le hace difícil vivir con sus síntomas, su médico sí puede ayudarle de varias maneras. Puede darle un ungüento inofensivo para aliviar la molestosa picazón interna. Tal vez recomiende que a intervalos usted tome ciertos tranquilizantes o sedativos suaves para los dolores de cabeza o síntomas de nerviosismo. O quizás sugiera suplementos de hormonas u otras medicinas que puedan aliviar las sofocaciones.

      Muchas mujeres se sienten recelosas de tomar tranquilizantes u hormonas al recordar que dichos tratamientos pueden producir efectos secundarios, como lo puede hacer cualquier medicina fuerte. Es prudente estar informada de cualquier riesgo que dichas drogas puedan encerrar. No obstante, si usted padece de síntomas que le causan mucha incomodidad, estas medicinas pueden proveerle alivio, y puede estar segura de que correrá menos riesgos si se somete a un reconocimiento médico con regularidad y sigue cuidadosamente las instrucciones del médico mientras toma dichas medicinas.

      ¿Pueden ayudar otras personas?

      La experiencia de cierta mujer sugiere que sí. Ella informa: “Dos muchachos estaban alojados en mi casa cuando yo estaba pasando por la menopausia. Eran jóvenes excelentes, pero tenían ciertos hábitos que me irritaban. Uno de ellos solía silbar muy a menudo. Yo me irritaba mucho con ellos, y entonces me sentía enojada conmigo misma. Por lo tanto, les di cierta literatura que describía lo que le sucede a la mujer durante la menopausia y les pedí que la leyeran. Después les expliqué: ‘Eso es lo que me está sucediendo a mí’. Después de eso, fueron muy bondadosos y considerados y querían saber qué podían hacer para aliviar mi situación”.

      Por lo tanto, ella sugiere: “Haga de la menopausia un proyecto de familia. No la haga parecer como una enfermedad, pero deje que el esposo y los hijos sepan lo que está sucediendo. Esto eliminará muchos malentendidos. Entonces, si cierto día usted parece estar algo tensa, ellos pensarán: ‘Éste debe ser uno de los días malos de mamá’, y le ayudarán a pasarlo”. Éste es un tiempo especialmente oportuno para que otros miembros de la familia apliquen el consejo de Pablo: “Vístanse de los tiernos cariños de compasión, bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros”. (Colosenses 3:12, 13.)

      El esposo, por medio de ayudar con los quehaceres domésticos, puede contribuir también a que su esposa conserve sus fuerzas y tenga una mejor actitud. Tal vez él pudiera sugerir que salieran a cenar de vez en cuando, o de algún otro modo variar de manera agradable la rutina diaria. Además debería recordar que éste no es el tiempo apropiado para bromear con su esposa respecto a asuntos personales. Más bien, es el tiempo de tratarla ‘de acuerdo con conocimiento, asignándole honra’. (1 Pedro 3:7.)

      Cómo usted misma puede ayudarse

      Pero su propia actitud mental es el factor más importante. Madeline Gray dice: “Pase lo que pase, el tiempo y la naturaleza le favorecen a usted. Habrá una mejora espontánea dentro de unos meses, o a lo más, en unos cuantos años”. Por lo tanto, sea paciente. Y, para desarrollar paciencia, cultive el dominio de sí misma. No ceda a toda emoción ni a todo sentimiento. Oblíguese a hacer cosas contra las cuales usted se rebela interiormente sin razón. Si se siente repentinamente irritada, salga del cuarto sin decir nada en vez de estallar en ira.

      La mujer que ya ha estado guiando su vida conforme a los principios bíblicos decididamente está aventajada en ese tiempo. Sabe que el gobierno de sí misma es un fruto del espíritu de Dios: “El fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo” (Gálatas 5:22). El haber estado cultivando estas cualidades en el transcurso de su vida le será muy útil a la mujer durante la menopausia.

      La fuente suprema de ayuda

      La mujer cristiana tiene acceso a la mayor fuente de ayuda. Puede dirigir una petición a Jehová Dios mediante la oración y pedir que Él le dé las fuerzas necesarias durante los “años de cambio”. La Biblia le asegura que Dios “nunca permitirá que tambalee el justo” (Salmo 55:22). Por eso, ‘eche sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por usted’. (1 Pedro 5:7.)

      Jesucristo dijo en cierta ocasión: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir” (Hechos 20:35). La mujer cristiana para quien el ayudar a otros ya ha llegado a ser parte de su vida —especialmente el ayudarles a estudiar la Biblia y adquirir conocimiento de ésta— será grandemente bendecida debido a esta buena práctica. Le ayudará a olvidar sus propios problemas y a lograr cosas de verdadero valor. Junto con su propio estudio personal de la Biblia y la asociación con compañeros cristianos, esta actividad hará mucho para darle la fuerza espiritual que ella ahora necesita.

      Por lo tanto, si usted se está acercando a la menopausia, no se preocupe indebidamente. Recuerde que la mayor parte de las mujeres solo experimentan dificultades menores durante este período.

      Si usted actualmente está experimentando las dificultades de la menopausia, confróntelas sin temor, encarándose a cada una de ellas a medida que se presenten. Recuerde que el tiempo le favorece. Y después de que todo haya pasado, la vida puede ser aun mejor que antes. Escuche el siguiente comentario de cierta mujer que acaba de pasar por los “años de cambio”: “Ahora me siento mejor que nunca. No experimento el dolor mensual ni el trastorno emocional. En muchos sentidos, después de este tiempo una puede esperar tiempos más tranquilos”.

      Mientras dure la menopausia, manténgase ocupada haciendo cosas que la edifiquen. Sométase a un reconocimiento médico con regularidad para asegurarse de que todo va progresando debidamente. Y, más importante aún, consulte la sabiduría que proviene de Dios mismo, pues, como el Creador de la mente y el cuerpo, él ciertamente sabe lo que usted necesita en sentido espiritual y emocional durante los “años de cambio”.

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