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  • Resolviendo dificultades de familia
  • ¡Despertad! 1977
¡Despertad! 1977
g77 22/1 págs. 7-8

Resolviendo dificultades de familia

AUN en hogares que son normalmente felices, es posible que a veces surjan dificultades. Estas a menudo se deben a la imperfección humana, o a las presiones del mundo en que vivimos. ¿Qué debe hacerse cuando se desarrolla fricción entre miembros de la familia?

La solución no es muy difícil de hallar si recordamos que todos nosotros somos imperfectos. No es solo fuera del hogar, sino también dentro del círculo de la familia que tenemos que aplicar el consejo inspirado: “Vístanse de los tiernos cariños de compasión, bondad, humildad de mente, apacibilidad y gran paciencia. Continúen soportándose los unos a los otros y perdonándose sin reserva los unos a los otros si alguno tiene causa de queja contra otro. Como Jehová los perdonó sin reserva a ustedes, así también háganlo ustedes. Pero, además de todas estas cosas, vístanse de amor, porque es un vínculo perfecto de unión.”—Col. 3:12-14.

Al mostrar perdón la persona imita a Jehová Dios, a quien dijo el salmista: “Si errores fuese lo que tú vigilas, . . . oh Jehová, ¿quién podría estar de pie? Porque hay el verdadero perdón contigo.” (Sal. 130:3, 4) La Biblia también dice: “El odio es lo que suscita contiendas, pero el amor cubre aun todas las transgresiones.” “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión.”—Pro. 10:12; 19:11.

Cuando parece que cierto problema es de naturaleza particularmente grave, hay pasos que se pueden dar para preparar el camino para perdón amoroso. Por ejemplo, cuando surge una disputa entre los hijos, uno de los padres podría sentarse con ellos, escuchar el problema, y entonces animar a que se presenten las disculpas apropiadas y se dé el perdón que se necesita. En estas ocasiones se pudieran repasar provechosamente textos bíblicos como los que acabamos de leer.

Cuando la dificultad es entre marido y mujer, ciertamente lo mejor es no considerarla delante de los hijos. Tampoco mejora la situación el contar las quejas a amigos y vecinos. Aunque uno haya sido herido profundamente, el gritar no mejora de ningún modo la situación. Como dice la Biblia: “El hombre dado a la cólera suscita contiendas, y cualquiera dispuesto a la furia tiene muchas transgresiones.”—Pro. 29:22.

Además, la brecha solo se ensanchará si el esposo y la esposa dejan pasar los días sin hablarse. El proceder cristiano es considerar el problema juntos, con la resolución firme de restaurar la paz. Aun si la otra persona es quien ha hecho lo que no debió hacer, haga más fácil la reconciliación por medio de ser bondadoso usted mismo. Si usted fue el que cometió la falta, pida perdón humildemente. No lo deje para más tarde; trate el problema sin pérdida de tiempo. “Que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado.”—Efe. 4:26; vea también Mateo 18:21-35.

Aunque el divorcio es cosa común en el mundo, la Biblia no lo recomienda como la manera de resolver problemas. El matrimonio es un vínculo de toda la vida, y no se debe considerar como de poca importancia. (Rom. 7:2) La Palabra de Dios permite solo una base apropiada sobre la cual el cristiano puede obtener un divorcio que lo libre para volver a casarse. ¿Cuál es esa base? El ayuntamiento sexual inmoral fuera del matrimonio. En ese caso, le toca al inocente decidir si quiere conseguir un divorcio o no. (Mat. 5:32) Sin embargo, nunca debe entablarse la acción de divorcio por meras sospechas; debe haber evidencia clara y precisa.

En el pasado, antes de enterarse de los requisitos justos de Dios, algunas personas quizás se hayan divorciado a gran prisa, y ahora han estado viviendo con otra persona del sexo opuesto. ¿Qué pueden hacer en cuanto a ello?

No pueden volver atrás y vivir su vida de nuevo. Pero, si quieren participar en el servicio de Jehová Dios, y están viviendo con un compañero del sexo opuesto, deben asegurarse de que su matrimonio actual esté registrado legalmente ante el gobierno. Deben acudir a Dios en oración y pedir su perdón por su proceder anterior. Entonces deben esforzarse fuertemente por vivir desde este tiempo en adelante según los requisitos de Dios.

¿Qué hay si su cónyuge no ha querido estudiar la Palabra de Dios con usted, y no pueden considerar los problemas juntos sobre la base de los principios bíblicos?

La Biblia todavía los estimula a permanecer juntos y no a considerar la separación como la manera fácil de salir de sus problemas. Haga lo que usted personalmente pueda hacer para mejorar la situación en su hogar por medio de aplicar lo que la Biblia dice en cuanto a su propia conducta. Con el tiempo, debido a su conducta cristiana, quizás logre atraer a la verdad a su cónyuge.—1 Cor. 7:10-16; 1 Ped. 3:1, 2.

Mucho es lo que se puede hacer en todo hogar para edificar una vida de familia más feliz. ¡Apliquen el consejo bíblico, y habrá buenos resultados! Que cada uno de la casa amorosamente busque el bien de los demás fortaleciendo así los vínculos de la familia. (Col. 3:14) Sobre todo, participen unidamente en la adoración verdadera, para que todos juntos disfruten de la abundante bendición de Jehová Dios, Aquel que puede coronar la felicidad de ustedes con vida eterna.—Pro. 3:11-18.

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