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  • La “radioafición”... puede ayudar a otros
    ¡Despertad! 1976 | 8 de octubre
    • La “radioafición”... puede ayudar a otros

      “AYÚDENNOS, por favor,” imploraba un operador radioaficionado en la costa septentrional de Honduras. “¡Lo que aquí está sucediendo es horrible! ¡No se lo pueden imaginar!” El huracán Fifí había azotado su país con una furia devastadora. “Noticias sin confirmar de operadores radioaficionados en la zona indican unas 200 víctimas,” dijo la primera información acerca de la tormenta que apareció en el Times de Nueva York.

      Una vez más, los radioaficionados, que se conocen familiarmente en inglés por el nombre de “hams,” estuvieron entre los primeros en dar a conocer la noticia al mundo exterior. El desarrollo de los acontecimientos de esa tragedia de 1974 conmovió al mundo por días después. Y los radioaficionados desempeñaron su acostumbrado papel valioso transmitiendo la información y comunicando mensajes de los sobrevivientes a sus preocupados familiares amados.

      Miles de casos registrados atestiguan de la valiosa ayuda de los radioaficionados en tiempos de emergencia o de desastre nacional, cuando su equipo quizás haya sido el único modo que quedaba para comunicarse con el mundo exterior. Frecuentemente también ayudan en emergencias médicas. Recientemente unos diez diferentes radioaficionados en por lo menos tres países tuvieron que ver con la tarea de rastrear y localizar un antibiótico poco común y en organizar su entrega en un esfuerzo por salvar la vida de una niña ecuatoriana.

      Entre las más de 750.000 personas en todo el mundo que hallan en la radioafición una actividad fascinante y educativa se encuentran por lo menos un senador estadounidense, un actor muy conocido, un astronauta y un rey del Oriente Medio. Algunos radioaficionados tienen antecedentes técnicos. Pero por mucho la mayoría se compone de hombres, mujeres y niños de término medio, de todo nivel social, algunos tan jóvenes como de siete años de edad y otros ya octogenarios. Lo que tienen en común es una fascinación por la comunicación —el hablar a amigos o a personas totalmente extrañas al otro lado de la ciudad, o del mundo— con un equipo que solo ellos controlan.

      Un entusiasta asemejó la radioafición a “tener acceso a la más grande línea (telefónica) compartida del mundo. Uno nunca sabe quién será el próximo en ‘levantar el teléfono,’ dónde estará, o qué es lo que dirá.” Los aficionados también pueden aprender mucho acerca de cómo vive la gente en lugares alejados. La mayoría de los radioaficionados del mundo conocen algo de inglés.

      Muchos radioaficionados desarrollan amistades por todo el mundo y se hablan uno al otro con regularidad por radio aunque nunca se hayan conocido personalmente. Hay uno que se comunica con regularidad con ‘una joven en Houston, y con un veterano en Nueva York cuya esposa murió recientemente. Él ya no duerme mucho, pero permanece junto a su equipo día y noche. Los radioaficionados son casi los únicos amigos que tiene ahora.’ Así el ambiente que por lo general es cálido y amigable y el espíritu de querer ayudar que prevalece en el aire pueden ser una verdadera bendición para los radioaficionados ancianos e impedidos a medida que visitan el mundo sin jamás moverse de sus sillones.

      Cómo comenzó

      Allá en 1895, un hombre llamado Marconi demostró por primera vez que se podían enviar mensajes por lo que llegó a llamarse la transmisión “inalámbrica.” No pasó mucho antes que personas entusiastas con inclinación a lo científico aprendieran a construir sencillos transmisores y receptores caseros, y comenzaran a comunicarse unos con otros. Así, la radioafición se inició a principios del siglo.

      Pronto estuvieron en el aire numerosas estaciones gubernamentales y comerciales, así como cientos de aficionados. Se hizo necesaria una regulación para impedir la interferencia entre los operadores. Por lo tanto, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) en los Estados Unidos, y los gobiernos de la mayoría de los otros países, ahora requieren que cada estación y operador aficionado tenga su licencia. También se asignan específicamente las bandas de radiofrecuencia que pueden usar.

      Las licencias de la FCC también asignan “letras de llamada” a todas las estaciones de radioaficionados, tales como “WA2RIK.” El prefijo “W” o “K” indican una estación estadounidense mientras que “J” es Japón, “F” es Francia, y así por el estilo. El número “2” representa una de diez “zonas de llamadas” de aficionados en los Estados Unidos, que incluye a Nueva York y a Nueva Jersey. Así es que un radioaficionado sabe aproximadamente qué lugar ha alcanzado cuando oye las “letras de llamada” de una estación emisora.

      Por lo general los principiantes pueden obtener una licencia sin tener gran conocimiento técnico. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la FCC solo requiere que un principiante aprenda a enviar por el código Morse a razón de 5 palabras por minuto, y aprobar un examen escrito muy sencillo. Se concede una Clase de Licencia para Novicios que restringe al nuevo operador a solo enviar Morse hasta que adquiera suficiente experiencia para llenar los requisitos para una licencia más adelantada que permite la transmisión de la voz.

      Equipo

      ¿Se necesita un equipo costoso o complicado para disfrutar de la radioafición? Bueno, originalmente, todos los equipos de los radioaficionados eran de “fabricación casera,” construidos por los aficionados, y mucho de los equipos actuales todavía se construye de juegos que vienen preparados para armar. Pero a un novicio le es posible comprar un equipo nuevo solo para la emisión y recepción de código Morse por menos de 100 dólares.

      Pero, prescindiendo de lo bueno que sea un transmisor y receptor, por lo general es mucho más importante una buena antena. Algunos operadores han hablado a estaciones por todo el mundo con una buena antena y con un transmisor de no más de diez vatios de salida... ¡apenas suficiente para hacer titilar una lámpara de 60 vatios! En contraste, muchas radioemisoras comerciales operan con una potencia de entre 5.000 y 50.000 vatios.

      La comunicación también depende fuertemente de las condiciones atmosféricas. Debido a que las ondas de radio se reflejan en la ionosfera (de 48 a 402 kilómetros sobre la Tierra), pueden viajar a mucha mayor distancia que una señal directa al superar de este modo la curvatura de la Tierra. Los cambios atmosféricos a diferentes horas del día, la actividad de las manchas solares y hasta la aurora boreal pueden afectar la calidad de la transmisión y la recepción.

      Operando una estación

      Pero ahora usted está sentado frente a un escritorio con un receptor y transmisor delante de usted... ¿qué hace? Si sencillamente quiere hablar con alguien sin ninguna localidad particular en mente, sintonice su equipo en una frecuencia comúnmente usada por los radioaficionados. Ahora diga “CQ, CQ” varias veces en el micrófono, seguido por las letras de llamada de su estación, y entonces escuche. “CQ” es una de las numerosas abreviaturas que usan los radioaficionados. Significa que al llamador le gustaría hablar con alguien. Después de llamar tres o cuatro veces, quizás oiga responder a otra estación, y se entere con interés hasta dónde alcanzó su señal... 1.600 ó 3.200 kilómetros, tal vez hasta otro país.

      Por otra parte, quizás usted quiera enviar un mensaje a alguien específico... digamos a un amigo en el Perú. Primero, usted giraría su antena en esa dirección. Entonces sintonizaría su receptor en la banda de radioaficionados elegida para ver si parecen llegar estaciones de esa zona. Si no, quizás tenga que intentarlo a otra hora del día. Pero si usted oye las letras de llamada de la zona que usted quiere alcanzar, entonces puede llamar “CQ” dos o tres veces, mencionando la localidad deseada, tal como “CQ Lima.”

      Si aún no consigue respuesta, usted también puede sintonizar la frecuencia de una de las “redes” de aficionados internacionales que operan a diferentes horas del día. Este es un arreglo de citas de aficionados para ayudar con el tráfico de radio a todos los puntos, particularmente fuera del país. Como un servicio, un aficionado voluntariamente opera como una estación de control, permitiendo que cualquier radioaficionado establezca contacto con él con el propósito de transmitir un mensaje.

      Rasgos provechosos

      Muchos aficionados tienen una “conexión telefónica,” un dispositivo que puede enlazar legalmente su radio con un sistema telefónico local. A menudo esto hace posible hablar con amigos y parientes amados en países distantes aunque estos mismos no sean radioaficionados. Los misioneros que están lejos de su hogar a menudo se comunican de este modo por el coste de aproximadamente una llamada telefónica local.

      Cuando el huracán Fifí azotó a Honduras, se ilustró el valor de este sistema. Un radioaficionado, que también trabaja en la central de la Sociedad Watchtower en Brooklyn, Nueva York, pudo comunicarse con la sucursal de la Sociedad en Honduras por medio de la conexión telefónica de un aficionado en Tegucigalpa. Así, a tan solo uno o dos días del desastre, se pudo intercambiar información sobre los esfuerzos de socorro y pronto se supo que no se tenía conocimiento de ninguna muerte entre los aproximadamente 2.500 testigos de Jehová hondureños.

      A menudo se puede obtener otra información práctica muy rápidamente por medio de la comunicación de los radioaficionados. Un domingo por la tarde un grupo de radioaficionados estaban conversando por el aire cuando uno de ellos en Colombia, América del Sur, dijo que necesitaba información acerca del diseño de unos altavoces del tipo de columnas para una asamblea cristiana venidera. Uno de los aficionados en Texas telefoneó a un experto en ese campo y la información se transmitió de inmediato a Colombia.

      Entre las muchas redes de radioaficionados del mundo, hay ahora aproximadamente 600 testigos de Jehová en más de 30 países e islas que “se reúnen” con regularidad para hablar, intercambiar experiencias y retransmitir mensajes a otros países. El gráfico que se adjunta muestra las horas y las frecuencias usadas más a menudo por este grupo “JW rendezvous” (Reunión de testigos de Jehová).

      Así es que, cuando se usa de un modo equilibrado y no impide el cumplimiento de otras obligaciones, ciertamente la radioafición puede ser una afición recompensadora que suministra tanto placer como conocimiento. Además, puede ser una verdadera fuente de ayuda en emergencias y también cuando se desea hablar con personas a quienes uno ama en lugares apartados.—Contribuido.

      [Tabla de la página 22]

      (Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

      HORARIO DE LA RED “HAM” DE “JW RENDEZVOUS”

      VOZ

      Del De las Del Meridiano de

      este Central montañas Pacífico Greenwich Frecuencia

      Dom., lun., miér.

      8:00 pm 7:00 pm 6:00 pm 5:00 pm 01:00 14.300 Mhz

      Sáb. 4:00 pm 3:00 pm 2:00 pm 1:00 pm 21:00 21.375 Mhz

      Lun. a vier.

      7:30 am 6:30 am 12:30 7.245 Mhz

      Diario 6:00 am 5:00 am 11:00 3.965 Mhz

      Diario 6:00 pm 5:00 pm 01:00 3.977 Mhz

      Lun. (Europa-inglés) 18:00 3.660 Mhz

      Lun. (Europa-inglés/alemán) 20:00 3.745 Mhz

      CÓDIGO

      Dom., lun., miér.

      9:00 pm 8:00 pm 7:00 pm 6:00 pm 02:00 7.110 Mhza

      Dom., lun., miér.

      9:30 pm 8:30 pm 7:30 pm 6:30 pm 02:30 3.710 Mhzb

      Sáb. 4:30 pm 3:30 pm 2:30 pm 1:30 pm 21:30 21.119 Mhzc

      [Notas]

      a Frecuencias de novicios

      b Frecuencias de novicios

      c Frecuencias de novicios

  • Conozca al murciélago... el único mamífero volador
    ¡Despertad! 1976 | 8 de octubre
    • Conozca al murciélago... el único mamífero volador

      ‘LOS murciélagos son criaturas feas que viven en oscuras cavernas misteriosas. Su morada favorita son los cementerios, donde vuelan entre las lápidas en las noches de niebla. Son ciegos, asquerosos, portadores de chinches y una amenaza para el hombre.’

      En breve, eso es lo que muchas personas piensan de nosotros. Pero como un murciélago viejo, permítaseme decir algo en nuestra defensa. Incidentalmente, se me llama “viejo” porque voy a cumplir trece años de edad, pero conozco a murciélagos que han vivido hasta más de veinte años.

      ¡Oh, sí! Ese soy yo... ese gran murciélago pardo en la página siguiente. Estoy descansando sobre un vidrio con una luz brillante debajo para que usted pueda ver todo. Míreme bien mientras le cuento acerca de mí mismo y de mis parientes.

      Somos mamíferos del orden de los quirópteros. Hay varios cientos de especies de nosotros por todas las regiones templadas y tropicales de la Tierra; por lo tanto usted no podrá conocer a todos mis parientes.

      Básicamente, somos criaturas pequeñas, aladas, peludas, cuyos cuerpos se parecen a los de un ratón. De hecho, los alemanes llaman al murciélago Fledermaus, que significa “ratón volador.”

      Entre los mamíferos, solo nosotros podemos volar. “Oh, ¿de veras?” pregunta usted. “¿Qué hay de las ardillas voladoras?” Bueno, todo lo que ellas pueden hacer es planear. Nosotros somos diferentes. Como se explica en el tomo I de Mammals of the World: “Los murciélagos son los únicos mamíferos que vuelan, aunque se hace referencia a varios mamíferos que planean como ‘voladores.’”

      Dependiendo de la especie, la cabeza y cara de mis parientes se pueden parecer a un oso, a un perro, o quizás a un zorro. A veces la nariz tiene una protuberancia sobre ella que quizás se parezca a una hoja. En estos crecimientos se hallan las terminaciones de los nervios sensoriales.

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