Portugal
“Donde termina la tierra y empieza el mar”... éste es Portugal, el país más al occidente de la Europa continental. Su nombre viene de la ciudad de Oporto, que empezó como comunidad comercial romana cerca de la desembocadura del río Duero (en portugués: Douro); era un portucalle o puerto de escala para los barcos.
Esta esquina occidental de la península ibérica tiene una población de nueve millones y medio de personas que hablan portugués, un idioma romance que se parece al español en estructura y vocabulario, pero que se distingue en gran manera de él en fonética y pronunciación. Portugal tiene menos de la quinta parte del tamaño de España, su país vecino al este y norte. ¡Pero qué variedad se observa en el paisaje aquí!
La campiña meridional tiene excelentes huertos, almendros, higueras y bosquecillos de algarrobos. Al dirigirnos hacia el norte pasamos por llanuras sembradas de trigo y lozanas praderas de las tierras ganaderas de Ribatejo, entonces por viñas y olivares junto con pinos piñoneros y eucaliptos. En el centro del país, en la cordillera de la provincia de Beira, la nieve del lugar da algún esplendor al cuadro. El norte se distingue por las hermosas viñas en bancales del profundo valle del Duero, cuna del mundialmente famoso vino oporto.
LAS BUENAS NUEVAS LLEGAN A PORTUGAL
Portugal alcanzó fama mundial como nación dada a surcar los mares. Su edad de oro fue el siglo XV, cuando sus navegantes y exploradores descubrieron a Brasil, las islas de Madera, Azores, Cabo Verde, São Tomé, gran parte de África, así como una ruta por mar a la India. Pero no fue sino hasta 1925 cuando Portugal empezó a descubrir el significado de Mateo 24:14. Fue entonces cuando George Young, un canadiense que servía en Brasil, vino a explorar a Portugal para dar adelanto a los intereses del Reino. Él hizo arreglos para que el 13 de mayo de 1925 el presidente de la Sociedad Watch Tower, J. F. Rutherford, pronunciara en Lisboa el discurso público “Cómo vivir en la Tierra para siempre.”
A pesar de la oposición que presentaron unos sacerdotes católicos, aquella ocasión estuvo señalada por gran éxito, pues más de dos mil personas llenaron el gimnasio de una escuela secundaria y otras dos mil tuvieron que ser despedidas debido a que no había espacio para ellas. Francisco Ullán, testigo ocular de lo sucedido, recordó el acontecimiento: “El clero católico se esforzó inútilmente por desbaratar esta reunión. Unas personas empezaron a gritar y rompieron algunas sillas. Felizmente, el hermano Rutherford se las arregló para mantener bajo control la situación.”
Al fin del discurso, a los que se interesaban en aprender más se les invitó a dejar su nombre y dirección en manos de los acomodadores. Varias personas, entre ellas Francisco Ullán y Ángel de Castro, hicieron precisamente eso. Sí, aceptaron la verdad y estuvieron entre los primeros siervos fieles de Jehová en este país. Aquel notable acontecimiento dio principio a la obra del Reino en Portugal.
Los acontecimientos que siguieron en rápida sucesión muestran claramente que el espíritu de Jehová estaba dando vigorosa dirección. Durante este primer año se publicó en Lisboa la edición portuguesa de La Torre del Vigía. El primer número salió en septiembre de 1925, y en su primera página se daba el nombre de George Young como director. A fines de 1925 se abrió una oficina para encargarse de las suscripciones y la correspondencia en el 95 de la calle de Santa Justa, en Lisboa. En aquel solo año La Torre del Vigía, edición portuguesa, llegó a ser tan conocida que se recibieron suscripciones de lugares tan lejanos como las islas Azores.
PERÍODO DE LA REPÚBLICA
¿Cómo eran posibles tales cosas en un país católico tradicionalmente ultraconservador? Las circunstancias políticas permitían un ambiente de gran libertad. La monarquía había sufrido un golpe severo con el asesinato del rey don Carlos I y el príncipe heredero don Luís Filipe el 1 de febrero de 1908. Después, el 5 de octubre de 1910, una revolución republicana puso fin a la gobernación de don Manuel II, con lo cual terminó la monarquía portuguesa como poder gobernante. Ahora hubo libertad de palabra y prensa.
El poder de la Iglesia Católica empezó a vacilar, a medida que la gente manifestó oposición al clero. La gente hizo manifestaciones en las calles de Lisboa con el fin de influir en el gobierno para que éste suspendiera al representante portugués en la ciudad del Vaticano. Los periódicos imprimieron discursos de líderes republicanos en los cuales se manifestaban actitudes anticlericales. Se prohibió que el ejército participara en las prácticas religiosas, y ya no se observaban como días festivos los días de los “santos.” Los juramentos religiosos perdieron su vigencia legal. El gobierno abolió la instrucción religiosa en las escuelas y la enseñanza de teología en las universidades. En abril de 1911 la Ley de Separación describió el rebajamiento de la Iglesia Católica Romana. Los padres de la república consideraban al Trono y la Iglesia como instituciones de poca valía.
Durante este tiempo un grupito de personas de Lisboa manifestó interés en la verdad, pero fue en 1926 cuando se celebraron clases regulares para estudiar la Biblia. Desde el número de abril de 1926 de la versión portuguesa de La Torre del Vigía se señaló que el director era Virgílio Ferguson. George Young había permanecido en Portugal solamente poco tiempo para organizar la obra. El hermano Ferguson, acompañado de su esposa, recibió entonces la asignación de atender los intereses del Reino en este país.
El discurso público especial que pronunció J. F. Rutherford en el Alexandra Palace, en Londres, en mayo de 1926, recibió amplia publicidad en Lisboa. Esta conferencia presentaba una resolución que llevaba el título de “Un testimonio a los gobernantes del mundo.” Esta resolución fue traducida al portugués e impresa como un tratado grande que se distribuyó gratuitamente.
BAJO UN GOBIERNO DIFERENTE
Entonces, el 28 de mayo de 1926, hubo un golpe de estado militar sin disparos de armas de fuego, estimulado por facciones conservadoras apoyadas por la jerarquía católica. Como resultado de esto se estableció una dictadura militar. Esta llegó a ser conocida como O Estado Novo (El Nuevo Estado). La personalidad dominante en este nuevo régimen político fue la del ministro de Finanzas, el Dr. António de Oliveira Salazar. En 1932 él llegó a ser presidente del consejo (primer ministro).
Debido al establecimiento de la dictadura del Nuevo Estado en 1926, desde entonces hubo mucho menos libertad de palabra. Empezando con La Torre del Vigía de noviembre de 1926, cada número era sometido a censura gubernamental, y en la cubierta aparecía la siguiente notificación: “Aprobada por el Comité de Censura.”
El primer informe del Anuario, publicado en 1927, relata lo siguiente: “En Portugal la obra se conduce desde la sucursal local de la Sociedad en Lisboa. Ahora hay 450 suscritores a La Torre del Vigía portuguesa. Un total de 764 libros y folletos se distribuyeron durante el año. Por correspondencia han venido muchas preguntas en cuanto a la Verdad, y éstas han recibido atención. A continuación se da la cita del informe del hermano Ferguson, el administrador local:
“‘Creo que todavía se ha de dar un gran testimonio a la gente aquí, y parece que ha llegado el tiempo para que la gente escuche el mensaje de la Verdad, y que más personas manifestarán interés en él.’” ¡Cuánta razón tenía!
Estas mismas palabras estaban cumpliéndose en la isla de Flores, en las Azores. En este tiempo había muerto un hombre que se había interesado en La Torre del Vigía. Cuando la hija y el hijo de él estaban limpiando la oficina de su padre, hallaron ejemplares viejos de la revista. El hijo, Abílio Carlos Flores, se interesó especialmente en las revistas. Él relata lo siguiente: “La Torre del Vigía explicaba tan claramente la Biblia que inmediatamente escribí a Virgílio Ferguson y solicité una suscripción.” Las semillas de la verdad dieron fruto. Hasta su muerte en 1974, el hermano Flores fue siervo activo de Jehová.
Para mayo de 1927 La Torre del Vigía portuguesa se estaba imprimiendo en Berna, Suiza, y se distribuía bajo intensa censura gubernamental. El Nuevo Estado político aumentaba su control de la prensa y su restricción de la libertad de la gente, pero esto no detuvo la expansión. En 1927 los hermanos distribuyeron un total de 3.920 libros y folletos y 61.000 ejemplares de La Torre del Vigía.
EL PRIMER BAUTISMO
El verano de 1927 dio razón para verdadera alegría: el primer bautismo. Dos de los 14 hermanos recién bautizados eran españoles, Francisco Ullán y Ángel de Castro. Con celo ardiente por su nueva fe, éstos fueron a su país nativo para esparcir allí el mensaje del Reino. El 15 de agosto de 1927 viajaron a sus aldeas respectivas. En su pueblo de origen, Francisco Ullán se atrajo rápidamente la oposición del clero español, y en quince días desde su llegada se le ordenó que saliera del país. A Ángel de Castro se le trató de modo similar en su pueblo. Su distribución de tratados bíblicos dio comienzo a un alboroto. El hermano Castro envió un tratado al cura local, quien replicó mediante su emisario: “Dígale a ese hombre que lamento que la Inquisición española haya pasado, pues entonces podría liquidarlo.”
AYUDA DESDE EL EXTERIOR
El 4 de enero de 1929 João Feliciano regresó a Portugal desde los Estados Unidos con la intención de esparcir las buenas nuevas que había aprendido. Se comunicó con el hermano Ferguson, y se comenzaron clases de estudio de la Biblia en otra sección de Lisboa. Él fue de casa en casa y distribuyó con gran celo literatura bíblica. Ayudó a muchas personas y llegó a ser conocido como “el hombre del canasto,” puesto que usaba un gran canasto de frutas para llevar las publicaciones. Hasta su muerte en 1961 fue siervo fiel de Jehová.
En noviembre de 1931 se adoptó el nuevo nombre de “testigos de Jehová.” Hubo una distribución fenomenal de 260.000 ejemplares de Luz e Verdade (Luz y Verdad), en los que se hallaba el discurso completo del hermano Rutherford sobre “El reino de Dios... la única esperanza para el mundo.”
EL PRIMER REPARTIDOR
Para este tiempo Manuel da Silva Jordão trabajaba como repartidor, viajando de un extremo del país al otro, visitando a todos los suscritores y predicando las buenas nuevas. Puesto que algunos suscritores del norte del país habían manifestado interés, él fue a Braga. Cierto día, en la calle, un hombre se le acercó corriendo y dijo: “Buenos días, señor. Me alegro muchísimo de verle. He venido para que me enseñe acerca de la Biblia.” El hermano Jordão le preguntó si sabía algo de la Biblia. “Sí,” respondió él, “estoy suscrito a La Torre del Vigía, y tengo correspondencia con un hombre llamado Virgílio Ferguson, que está en Lisboa. Lo he estado buscando desde su llegada a esta ciudad.”
En la casa de este hombre que mostraba interés, en Braga, un grupito de unas siete personas empezó a estudiar la Biblia. Puesto que esta ciudad es conocida como el “Vaticano de Portugal,” no pasó mucho tiempo antes de que se manifestara la oposición de la Iglesia Católica. El clero informó acerca del hermano Jordão a la policía, y ésta lo despertó a medianoche y lo metió en la cárcel.
Después que el hermano Jordão fue puesto en libertad el día siguiente, un cura del lugar hizo arreglos para que el registrador principal del tribunal planeara un encuentro con él en la plaza principal de la ciudad. El plan de ellos era desenmascarar a Jordão como un cristiano falso que carecía de educación académica superior. Unas cincuenta personas se presentaron para esta “reunión informal.” El sacerdote se presentó y hubo una animada discusión en cuanto a quiénes son los cristianos y qué trabajo hacen. Finalmente, el registrador del tribunal dijo en voz alta al cura: “Yo creía que usted había venido a defender a la Iglesia Católica, ¡pero no ha podido mostrar ni siquiera un texto de la Sagrada Biblia!” Testigos oculares relatan que el sacerdote, avergonzado, se apresuró a irse de allí.
CERRADA LA SUCURSAL
Hacia el fin de 1933 el hermano Ferguson y su esposa salieron de Portugal, y se suspendió la publicación de Luz e Verdade. Se pudiera decir que el contacto directo con la sucursal quedó cortado. La sucursal fue cerrada, y desde entonces no hubo suministro de alimento espiritual desde dentro del país. Es significativo el hecho de que esto aconteciera durante el mismo año en que en Portugal se adoptó una nueva constitución política. La nueva constitución dio mayores poderes al Estado, entre ellos autoridad absoluta y control completo de la prensa.
Más tarde, en mayo de 1940, Portugal firmó un concordato con el Vaticano y dio a la Iglesia Católica Romana una posición muy favorecida. Se restauró la instrucción religiosa en las escuelas estatales, y la propiedad que la Iglesia había poseído antes de 1910 le fue devuelta.
EMPIEZAN TIEMPOS DIFÍCILES
Ahora la obra tuvo que ser atendida por el repartidor Manuel da Silva Jordão. Durante el tiempo difícil que siguió, él se las arregló para comunicarse con algunos hermanos que se hallaban en España. En varias ocasiones Herbert F. Gabler visitó a los hermanos de Portugal. Para 1938 el hermano O. E. Roselli, ciudadano estadounidense, visitó a Portugal y estimuló a los hermanos a predicar de casa en casa, usando para ello lo que se llamaba una tarjeta de testimonio. Con el tiempo toda predicación organizada cesó, y se introdujo un período de inactividad.
UN NUEVO COMIENZO
En 1940 Ángel de Castro fue a Lisboa a visitar a un amigo con quien frecuentemente había considerado asuntos bíblicos. El hijo de este amigo, Eliseu Garrido, de unos catorce años de edad, empezó a interesarse en las conversaciones. Castro le dio varias Atalayas viejas para que las leyera. Más tarde le mostró un libro manuscrito que había compilado, lleno de textos bíblicos sobre varias doctrinas. El jovencito apreció este libro de referencia de 300 páginas y empezó a hacerse una copia. Mientras tanto, leyó el libro que contenía las fotografías del Foto-Drama de la Creación. Este dejó gran impresión en él. Tan pronto como terminó de copiar el libro de consulta de Castro, preguntó: “¿No hay nadie más en Lisboa que crea estas cosas?”
En pocos días Manuel da Silva Jordão vino a su hogar para darle más ayuda. El hermano Jordão puso a Eliseu en comunicación con Joaquim Carvalho, un zapatero cuyo hogar era ahora el lugar general de reunión de los Estudiantes de la Biblia.
Joaquim Carvalho había aprendido la verdad en los primeros años treinta. Toda la literatura que estaba a mano cuando la sucursal fue cerrada en 1933 fue almacenada en su zapatería de Lisboa.
Estos estudios empezaron a celebrarse con mayor frecuencia. Pero surgió una tendencia a desviarse del material publicado y a dar interpretaciones privadas. Finalmente, el joven Garrido se expresó así: “¿Por qué no nos apegamos al material publicado en las revistas en vez de presentar otra información? Después de todo, ¿no publica la Sociedad todo lo que necesitamos? Ya hemos confirmado que podemos confiar plenamente en la organización de Jehová. Sugiero que limitemos nuestro estudio a hacer las preguntas, buscar los textos bíblicos y entonces leer todos los párrafos de la revista, y no solamente los que nos gustan.”
Durante este período del nuevo despertamiento los hermanos empezaron a usar el Foto-Drama de la Creación. Joaquim Carvalho conocía a muchas personas que pertenecían a grupitos protestantes, principalmente de la secta adventista. Estas personas se enteraron de la existencia del Foto-Drama y solicitaron que los hermanos lo exhibieran en su lugar de reunión. Algunos también querían usar nuestra literatura en su estudio de la Biblia. Un grupo adventista llegó al extremo de sacar de los libros de la Sociedad la primera página, que mostraba el nombre de la casa editorial. ¡Entonces ponían con un sello la hora y la dirección de sus propias reuniones!
Se hizo obvio que Joaquim Carvalho quería mantenerse en comunicación con los líderes de estos grupos protestantes. Los encuentros frecuentes entre ellos revelaban que los protestantes persistían en un deseo de formar una unión con los Estudiantes de la Biblia. Cuando esto quedó claro, los Estudiantes de la Biblia se dieron cuenta de que tenía que haber una separación más clara para que ellos tuvieran las bendiciones de Jehová. Por eso, cortaron toda conexión de aquella índole.
SE DA IMPORTANCIA A LA PREDICACIÓN
Hasta este tiempo la testificación pública consistía principalmente en distribuir tratados. Pero para 1944 el grupo manifestó un intenso deseo de efectuar más que eso en el ministerio. Se daban cuenta de que era necesario que se adhirieran estrechamente a lo que decían las publicaciones de la organización. Mediante correspondencia con hermanos que vivían en Brasil, ahora recibían con regularidad ejemplares del Informador, que despertaba el interés de ellos en el servicio ministerial en el campo.
Por eso, los hermanos decidieron que era tiempo de ir de casa en casa y presentar al amo de casa la tarjeta de testimonio impresa. Después de la lectura de la tarjeta, ofrecían literatura al amo de casa.
Llegó a ser costumbre el que los domingos dos hermanos salieran a predicar las buenas nuevas de casa en casa, con el uso de estas tarjetas de testimonio. Sin embargo, el informar esta actividad ministerial todavía quedaba para el futuro.
Para este mismo tiempo el grupito se alegró mucho de enterarse de que existía equipo sonoro y el fonógrafo. Hermanos brasileños enviaron al grupo 10 grabaciones en portugués y un fonógrafo. Los hermanos se emocionaron muchísimo con esta nueva provisión para dar el testimonio. Las grabaciones explicaban la verdad sobre temas como el purgatorio, el alma, las llaves del Reino, y así por el estilo.
Valerosamente, el grupo decidió empezar a usar este equipo. Eliseu Garrido recuerda una de las primeras ocasiones. “Fuimos a un patio pequeño donde había unas cuantas casas en la zona de Campolide, en Lisboa,” relató. “Aquí preparamos el fonógrafo e invitamos a los amos de casa a venir al patio y oír un interesante mensaje bíblico. Unas treinta personas vinieron y escucharon atentamente. Después les ofrecimos gustosamente literatura bíblica.”
EL PREDICAR ESTIMULA LA ASOCIACIÓN
Desde este tiempo en adelante los hermanos alcanzaron mejor comprensión de que tenían que asociarse más estrechamente. El grupo de las personas interesadas en la verdad que asistían con regularidad al estudio bíblico del domingo creció hasta constar de unas quince personas. Debido al aumento en la concurrencia, decidieron alquilar un saloncito que sirviera exclusivamente como lugar de reuniones. La publicación principal que usaban en estas reuniones era La Atalaya. Gradualmente los hermanos empezaron a comprender que era necesario que se adhirieran más estrechamente a la organización mundial del pueblo de Jehová.
Una decisión verdaderamente histórica se tomó en octubre de 1946, cuando Joaquim Carvalho y Eliseu Garrido decidieron que era tiempo de establecer comunicación con la central de la Sociedad en Brooklyn. En su carta solicitaron que la Sociedad enviara un misionero a Portugal.
EMPIEZAN A BROTAR OTRAS SEMILLAS DE LA VERDAD
Sin que lo supieran los Estudiantes de la Biblia allá en Lisboa, en otras partes del país estaban teniendo lugar ciertos desenvolvimientos interesantes. Precisamente al otro lado del río Tajo (en portugués: Tagus), en Almada, Delmira Mariana dos Santos Figueiredo había sufrido una gran sacudida debido a la muerte de su hijo de 16 años de edad. Ella recuerda lo siguiente: “Me pasaba los días en el cementerio pensando en mi hijo, dónde estaba y por qué habría permitido Dios su muerte. Empecé a recordar cosas que mi padre me había dicho acerca de la Biblia. Él había conocido a Virgílio Ferguson allá en 1927 y había asistido a unas reuniones.”
Al regresar a su casa desde el cementerio cierto día, Delmira empezó a buscar los libros viejos que su padre había guardado. En poco tiempo se dio cuenta de que había hallado la verdad de la Palabra de Dios, y en 1945 escribió a Brooklyn. Cuando vino la respuesta, Delmira derramó lágrimas de gozo. Por fin había establecido comunicación con el pueblo de Dios.
La carta le fue escrita por un hermano que había nacido en las Azores, John Perry, miembro de la familia de Betel de Brooklyn. Él sugirió que si ella no poseía una Biblia debería comprar una y leer las referencias que él daba, las cuales trataban de la esperanza de la resurrección y de la promesa divina de un Nuevo Orden justo. Mediante John Perry, la Sociedad empezó a enviar pequeños paquetes de libros y folletos a Delmira y a estimularla a distribuirlos gratuitamente. Ella empezó a hacer aquello inmediatamente. Su territorio principal era el cementerio, puesto que allí había sido donde ella misma había empezado a pensar en Dios. Sus amigos y vecinos pensaban que se había vuelto loca por la muerte de su hijo. Completamente sola, ella iba varias veces a la semana al cementerio y trataba de hablar acerca de la esperanza de la resurrección a las personas afligidas. La reputación que entonces adquirió de ser “la loca” no apagó su celo por predicar las buenas nuevas, y mientras más predicaba, más se fortalecía su fe.
“Cierto día en el cementerio,” recuerda Delmira, “noté a una señora que había venido al cementerio un día tras otro por algún tiempo y que estaba arrodillada frente a una tumba. Fui a hablarle y me enteré de que lloraba la muerte de su hija de 22 años. Cuando oyó acerca de la resurrección y el propósito de Dios de que haya un paraíso, esta señora, Deolinda Pinto Costa, estuvo tan dispuesta a aprender más que me invitó a su hogar para estudiar la Biblia una vez a la semana. En poco tiempo las dos estábamos yendo al cementerio, no para lamentarnos, sino para compartir con otros nuestra maravillosa esperanza.”
El amor a la verdad movió a estas mujeres celosas a organizar un estudio bíblico para las varias personas que mostraban interés en la verdad. Cada miércoles por la tarde, en el hogar de Deolinda Pinto Costa, un grupo de seis o más mujeres se reunía para estudiar la Biblia con la ayuda de las publicaciones de la Sociedad. Mediante correspondencia con John Perry, quien se hallaba en Brooklyn, este grupo de mujeres interesadas en la verdad se enteró de que había un núcleo de hermanos en Lisboa.
Al mismo tiempo, a los hermanos de Lisboa se les había avisado que en Almada había personas interesadas en la verdad. Ellos hicieron arreglos para una reunión de los dos grupos. Cuando eso sucedió, los hermanos se sorprendieron al hallar un grupo de ocho personas, todas mujeres, que celebraban un estudio bíblico semanal. Inmediatamente se organizaron reuniones regulares en el hogar de Deolinda, con los hermanos de Lisboa presentes. ¡Qué gozo es declarar que las primeras hermanas de este grupo de Almada todavía mantienen su integridad y están activas en el servicio del Reino hasta este día!
LA VERDAD SE EXTIENDE MÁS AL NORTE
En este tiempo sucedió algo interesante en la provincia más distante de Portugal, llamada Trás-os-Montes. En noviembre de 1945, Purificação de Jesus Barbosa, quien aprendió la verdad en los Estados Unidos, regresó a su país natal para predicar las buenas nuevas a sus parientes. El pueblo de donde había venido, Lousa, se halla a más de cuatrocientos kilómetros de Lisboa. Aunque la mayoría de sus parientes rechazaron la verdad y despreciaron a Purificação, dos primos jóvenes de ella mostraron interés en el mensaje bíblico. Purificação dio una Biblia y varios folletos como regalo a Maria Cordeiro, de 22 años de edad. Su primo, menor que Maria, António Manuel Cordeiro, de 13 años de edad, se alegró muchísimo de tener una Biblia en las manos por primera vez. Él recuerda la primera conversación de su prima con él acerca de la Biblia:
“Me leyó el primer capítulo 1 de Génesis y entonces me mostró el nombre de este Dios que había creado a la hermosa Tierra y todas las cosas que hay en ella. Por primera vez en la vida oí el nombre de Dios, Jehová, y desde aquel día en adelante empecé a desarrollar amor y aprecio profundos para mi Magnífico Creador.”
Por más de un año, cada día el hermano y la hermana anhelaban volver a casa desde su trabajo en los campos para, después que su padre hubiera salido a jugarse el dinero y beber, ellos pudieran ir a casa de su prima para aprender más acerca de la Biblia. Llegaron a aprender muchas de las verdades fundamentales de la Palabra de Dios además de leer los libros Jehová, Salvación e Hijos. Poco más de un año después la prima que los había visitado regresó a los Estados Unidos. Sin embargo, sus esfuerzos habían sido bendecidos abundantemente, porque dejó allá a dos primos y a una señora que ahora estaban interesados en la verdad.
SE DECLARAN POR LA VERDAD
Maria y António Cordeiro, quienes estaban enteramente aislados, se enfrentaron en poco tiempo a situaciones que pusieron a prueba su integridad. Ellos terminaron su asociación con la Iglesia Católica. Cuando el cura visitó el hogar de sus padres, se burló de António y Maria porque éstos rehusaban besar la cruz. En los días festivos religiosos, para evitar dificultad, ellos salían temprano de su casa y se iban a los bosques y pasaban todo el día leyendo allá la Biblia y las publicaciones de la Sociedad.
Unos dos años después, el muchacho, que ahora tenía quince años, enfermó y fue llevado a un hospital católico. Antes de una operación él rehusó confesarse y recibir una “bendición,” y esto enfureció al cura y a las monjas. Cuando su padre vino para llevarlo a casa, recibió un informe acerca del comportamiento de António. En casa, el padre ordenó a António que fuera a confesarse, y exigió que buscara perdón por todas sus “iniquidades.” Obligado de este modo, António fue. A solas con el cura, le explicó por qué había rehusado hacer lo que se le había pedido, puesto que la Biblia muestra que solo Dios, mediante Cristo Jesús, puede perdonar pecados. Esto fue muy diferente de lo que es una confesión, y el joven dio al cura un testimonio cabal acerca de su fe bíblica.
El joven António se dio cuenta de que tendría que permanecer en su hogar hasta que tuviera la edad que le permitiría independizarse. Por eso, según los deseos de sus padres, obedientemente trabajaba cada día en los campos, pero de noche estudiaba la Biblia con su hermana, y aprovechaba toda oportunidad para hablar a otras personas acerca de las cosas buenas que aprendía. Sí, ¡qué emocionante es decir que ‘el aguante tuvo su trabajo completo,’ porque, años después, estos dos jóvenes estuvieron entre los primeros precursores regulares del país! Posteriormente António se casó, sirvió de superintendente de circuito por muchos años, y todavía es precursor.—Sant. 1:4.
APRENDIENDO A ORGANIZARSE
Indudablemente había llegado el tiempo para dar mayor organización a la obra del Reino. En respuesta a la carta de Carvalho y Garrido, en mayo de 1947 la Sociedad envió a Portugal dos representantes. Un grupo de ocho hermanos recibió con alegría a los hermanos F. W. Franz y H. C. Covington en el aeropuerto de Lisboa el 5 de mayo. Para este puñado de siervos dedicados de Jehová que habían permanecido fieles a través de los años, éste fue un momento sobresaliente. Los hermanos se regocijaron sobremanera al oír al hermano Franz pronunciar un discurso en portugués sobre el tema: “Instrucciones de organización.” En esta ocasión se asignó temporeramente a cuatro siervos para que se encargaran de la primera congregación de Lisboa.
Durante esta visita los hermanos Covington, Franz, Carvalho y Garrido investigaron la posibilidad de obtener reconocimiento legal para la obra y conseguir permiso para el envío de misioneros al país. Esta solicitud les fue negada rotundamente.
En aquel mismo año, el 13 de diciembre, los hermanos Knorr y Henschel visitaron por primera vez a Portugal... otro paso de importancia. Con ellos estaba también John Cooke, quien había sido asignado de la clase octava de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower para servir en España y Portugal. El mal tiempo hizo que el avión se retardara considerablemente, de modo que la visita de dos días quedó reducida a una visita de unas cuantas horas. Los visitantes llegaron a medianoche y partieron a las ocho y quince de la mañana siguiente, después de pasar toda la noche contestando preguntas y considerando el progreso de la obra del Reino.
Quedó bien claro que este grupito no estaba completamente unido. Algunos de los presentes evidenciaron que eran individuos tercos que criticaban a la organización y la verdad misma. Debido a esta mala actitud, había poco progreso. La esperanza brillante en medio de esto era el grupo de hermanas de Almada.
Sin embargo, los hermanos recibieron la disciplina necesaria, y la obra adelantó. Algo que ayudó en esto fue el que se recibiera una cantidad mayor de Informadores desde Brasil, así como el folleto Instrucciones de la organización. Antes de la llegada del hermano Cooke el grupo de Lisboa envió a Brooklyn su primer informe de servicio de cuatro publicadores. Se les había dejado instrucción de que empezaran a trabajar de casa en casa sistemáticamente. ¡En la misma primera calle donde empezaron a testificar colocaron en manos de la gente 400 folletos, lo cual resultó en que consiguieran muchos estudios bíblicos!
COMIENZA LA ACTIVIDAD MISIONAL
Al llegar a Lisboa desde España por segunda vez, en agosto de 1948, el hermano Cooke fue recibido por un grupo que deseaba aprender los métodos de predicación teocráticos. Sin embargo, una o dos personas de las que habían conocido la verdad por mucho tiempo dieron evidencia de no querer obrar en conformidad con las instrucciones de la organización. Para el misionero la primera reunión fue una ocasión muy sorprendente. Relata el hermano Cooke: “Pronuncié mi primer discurso al grupo de Almada en español, y Eliseu Garrido lo tradujo al portugués. Al fin de la reunión, cerrada por el hermano Carvalho, quien presidía, él se puso de pie delante del grupo y, con aire de piedad fingida, extendió los brazos ante el auditorio y bendijo a la congregación. A través de los años Carvalho retuvo muchas costumbres e ideas de Babilonia la Grande, y por eso fue muy difícil tratar con él.”
El 27 de septiembre de 1948 se celebró el primer bautismo que hubo después de la llegada del hermano Cooke, y ocho personas se bautizaron, entre ellas Eliseu Garrido. Seis de estas personas eran hermanas, todas de Almada. El grupo de Lisboa, sin embargo, se caracterizaba por ser “de hombres solamente.” No daban buena acogida a las hermanas. Ahora, cuando se introdujeron métodos de organización, algunos de los hermanos que por mucho tiempo habían estado asociados con la verdad en Lisboa no dieron apoyo entusiástico al nuevo misionero. La concurrencia a las reuniones bajó. Sin embargo, las hermanas de Almada estuvieron muy dispuestas a participar en el ministerio de casa en casa. El hermano Cooke da este informe:
“Nunca olvidaré lo que sucedió en una de las primeras ocasiones en que salí a participar en el ministerio con las hermanas de Almada. Sí, seis de ellas fueron a la misma casa juntas. ¡Imagínese un grupo de seis mujeres alrededor de una sola puerta mientras una de ellas daba un sermón! Pero poco a poco las cosas empezaron a tomar forma y comenzó a haber adelanto.”
La llegada de un misionero fue una verdadera bendición. Se ayudó a los hermanos a poner a un lado sus opiniones personales y obrar en armonía con las instrucciones de la organización. Se organizaron la Escuela del Ministerio Teocrático y la Reunión de Servicio. Delmira Mariana dos Santos Figueiredo informa: “Después de la llegada del hermano Cooke empezamos a estudiar La Atalaya por preguntas y respuestas. Hasta aquel tiempo un solo hermano leía y los demás escuchábamos.”
Había llegado el tiempo para poner a un lado las tarjetas de testimonio impresas y preparar sermones cortos para usarlos en la obra de casa en casa. El hermano Cooke preparó a los hermanos para presentar La Atalaya, así como tratados, en las puertas de las casas.
PRIMER SALÓN DEL REINO
Cuando llegó el misionero, en Praça Ilha do Faial se había alquilado un cuartito para celebrar reuniones. A medida que la obra prosperó, quedó manifiesto que se necesitaría un lugar más amplio.
En 1949 el Memorial o Conmemoración de la muerte de Cristo se celebró en un hogar particular en Almada. ¡Los hermanos se llenaron de emoción al ver una concurrencia de 116 personas! Puesto que no fue posible acomodar a esta cantidad de personas en la sala que normalmente se usaba, los que no pudieron caber allí se apretujaron en un cuarto adyacente. El orador se situó en un vano de puerta y habló a los dos auditorios a la misma vez. Poco después de esto el grupo de Lisboa halló un excelente apartamento para celebrar reuniones en el 20 de la calle Passos Manuel, primer piso, y este lugar llegó a ser conocido como el primer Salón del Reino no oficial de los testigos de Jehová en Portugal. Por muchos años sirvió de centro de la adoración pura.
Para no atraer la atención de otros inquilinos, los hermanos no cantaban en el salón de Lisboa. Sin embargo, cuando cruzaban el río para visitar al grupo de Almada, en un hogar particular, con gusto cantaban vigorosamente y por largo tiempo.
SE ESTABLECE COMUNICACIÓN
Para este tiempo las personas aisladas que se hallaban en Lousa, Trás-os-Montes, habían obtenido de su prima que se hallaba en los Estados Unidos la dirección de los hermanos de Lisboa. Maria Cordeiro, quien en varias ocasiones había sido golpeada por su familia, los miembros de la cual estaban violentamente opuestos a la verdad, escribió: “¿Pudieran por favor enviar a alguien para que nos ayude y estimule?” John Cooke salió en un viaje de cuatrocientos kilómetros. Aquella resultó ser una experiencia muy excitante, como cuenta él:
“Desde la estación más cercana del ferrocarril tuve que subir por las montañas durante tres horas para llegar a la aldea de Lousa. A esta zona se le llama Trás-os-Montes, que significa ‘detrás de las montañas.’ Descubrí que el nombre le caía bien. No había carreteras que llevaran a la aldea, sino solo senderos ásperos; no había autobuses ni automóviles, ni médico ni farmacia, ni policía ni teléfono alguno. Las casas estaban hechas de piedra y cubiertas con tejados toscos sin chimenea. Para cocinar, la gente encendía un fuego en el suelo y el humo sencillamente hallaba la manera de salir por grietas en el techo o en la puerta. Eran personas muy supersticiosas, dominadas completamente por la Iglesia Católica.
“Debido a la oposición de la familia, se me hizo muy difícil visitar a Maria Cordeiro y a su hermano António. Me las arreglé para alojarme en casa de la madre de una Testigo que había traído la verdad a esta zona desde los Estados Unidos. Sin embargo, en algunas ocasiones pudimos reunirnos para tener una consideración animadora de asuntos bíblicos. Mientras tanto, empecé a trabajar de casa en casa. El cura no perdió tiempo en advertir a la gente contra mí. Me hallaba haciendo una revisita cuando unos vecinos me advirtieron que había rumores de que la casa donde me alojaba sería atacada y quemada. La familia a la cual yo estaba visitando confirmó los rumores y me convenció de que debía pasar la noche en el hogar de ellos, puesto que era demasiado peligroso para mí el regresar a casa en la oscuridad. La mañana siguiente el pueblo hervía de rumores y tensión.
“Mientras yo todavía estaba en casa de la persona que había mostrado interés en la verdad, el regedor (administrador del pueblo) local vino a visitarme para investigar por sí mismo qué estaba haciendo yo. Después de oír una explicación breve, se fue satisfecho. Entonces vino el cura. Puesto que no entró en la casa, nos quedamos de pie en la calle, afuera, y hablamos. Antes de que me diera cuenta de ello, una gran muchedumbre se había reunido para escuchar la conversación. Aunque el cura era joven, no era fanático, de modo que me las arreglé para mantener la conversación calmada y amigable. Para salir de situaciones embarazosas respecto a doctrina, él citaba con frecuencia frases en latín, para dar a los habitantes del pueblo la impresión de tener ‘conocimiento superior.’ Admitió que no tenía una Biblia y preguntó si yo podría hacer arreglos para que él consiguiera una; entonces se fue. Este incidente acabó con la tensión. Pronuncié un discurso improvisado y pasé a los presentes muchos tratados, de modo que terminé mi visita en paz.”
PROGRESO A PESAR DEL ESPIRITISMO
Se comenzó un estudio bíblico con una viuda que escribía poesía en francés bajo influencia demoníaca, por creer que la dirigía el espíritu del famoso autor francés Victor Hugo. Una consideración detallada de la resurrección ayudó a esta señora a entender la verdad; abandonó el espiritismo y se bautizó. Otro estudio se condujo con una espiritista que era bien conocida como médium en Lisboa. Esta señora experimentó una gran batalla mental para librarse de la influencia de los demonios, pero con el tiempo también se bautizó.
Indudablemente debido a estos acontecimientos, varios prominentes espiritistas vinieron al Salón del Reino con la intención de que los testigos de Jehová debatieran con ellos. El misionero señaló que los testigos de Jehová no estaban interesados en debates públicos. Los directores de estos grupos insistieron en que la consideración de asuntos sería privada, puesto que el principal objetivo de ellos era ver qué punto de vista teníamos acerca de temas religiosos. Concordaron en venir al Salón del Reino y fundar en la Biblia lo que dijeran.
En la noche de la reunión se presentó un grupo de unos cincuenta espiritistas. En la plataforma, dos representantes sirvieron de voceros para cada lado. La primera pregunta que presentó el líder espiritista se basó en Mateo 10:28; preguntó: “¿Cómo pueden los testigos de Jehová creer que el alma muere cuando la Biblia dice que no muere?” El hermano Cooke le dijo, desapasionadamente, que eso era fácil. Si tan solo él quisiera leer la última parte de aquel mismo texto, vería que éste dice que “más bien, teman al que puede destruir tanto el alma como el cuerpo en Gehena.” Esto destruyó el argumento del grupo de intelectuales. Al ver éstos que una consideración basada únicamente en la Biblia era demasiado difícil para ellos, pidieron al hermano Cooke que pronunciara un discurso bíblico que explicara brevemente nuestras creencias. El resultado de esto fue un excelente testimonio.
COMIENZA LA OBRA EN LAS AZORES
Mientras tanto, en las Azores estaban sucediendo cosas interesantes. Con la excepción de la isla de Santa María, las nueve islas que componen el archipiélago de las Azores son volcánicas. Debido a manantiales termales, mucha lluvia y veranos soleados, la vegetación florece. Abundan los árboles frutales, como el naranjo, el albaricoquero, el limonero, el plátano y la higuera. La pesca, que abunda, alimenta a la población de las islas.
En las Azores, la Iglesia Católica ha controlado la vida de la gente por siglos. Además, todo el mundo se conoce. En medio de tal situación, varios hombres que se inclinaban hacia lo justo manifestaron amor genuino a la Biblia. Sí, muchos años antes de que las buenas nuevas llegaran a estas islas, en la isla del Pico tuvo lugar un notable incidente en 1902.
Seis hombres de las Azores que temían a Dios condujeron el funeral de un niño de cinco años de edad. Hicieron esto sin la presencia de un cura católico; cantaron un himno evangélico. Este atrevimiento se atrajo la ira del cura local, quien hizo que los hombres fueran llevados al tribunal y fueran acusados de ofender, no solo a la religión del país, sino también a Dios mismo. El caso fue llevado al Tribunal de Apelaciones de las Azores en 1903, y con el tiempo llegó al Tribunal Supremo de Lisboa, donde fue rechazado por falta de prueba.
Antes de que el caso fuera al tribunal, uno de estos seis hombres, João Alves Pereira (John Perry), emigró a los Estados Unidos. Él llegó a conocer al pueblo de Jehová y, como ya se ha mencionado, llegó a ser miembro de la familia del Betel de Brooklyn, donde sirvió hasta su muerte en 1965. Entre las primeras publicaciones que envió a su familia y amigos en la isla del Pico estuvieron los libros El Arpa de Dios y Millones que ahora viven no morirán jamás.
Posteriormente, los hijos de otros dos de aquellos hombres que asistieron a aquel funeral en 1902 también emigraron a los Estados Unidos, y ambos aprendieron la verdad. Uno de éstos, Isaac Ávila Fontes, envió literatura a su padre, José Silveira Fontes, quien estudió por sí mismo y entonces empezó a anunciar a otras personas las buenas nuevas. Después, en 1940, Aníbal Nunes, el hijo de otro hombre que asistió a aquel funeral, fue visitado por los Testigos.
Aníbal y su esposa, llenos de celo evangelizador y de la resolución de ayudar a sus paisanos, partieron de los Estados Unidos en 1947 para regresar a su tierra natal de la isla del Pico. Una de las primeras personas a quienes hablaron fue una joven vecina casada, Maria Ávila Leal. Mientras Aníbal le testificaba, las campanas de la iglesia tocaron tres veces, y ella, que era católica devota, empezó a explicar lo importante que era recitar el Ave María.
El hermano Nunes le preguntó si ella sabía quién era el Creador de la Tierra. Ella contestó: “Sí, por supuesto; es Dios.” “¿Está usted segura?,” preguntó él. Después que ella hubo confirmado su respuesta, él preguntó: “¿Dónde estaba la madre de él cuando hizo la Tierra?” Ella respondió rápidamente: “Dios no puede tener madre.” Ahora él preguntó: “¿Qué quiere decir usted cuando dice: ‘Santa María, madre de Dios’? ¿Está refiriéndose a Dios, o a Jesús, que es el Hijo de Dios?” Instantáneamente ella entendió lo erróneo de la enseñanza de la Trinidad. En aquel mismo momento comprendió que Jesús no era Dios, sino que María era la madre carnal de Jesús, quien es el Hijo de Dios.
Dentro de diez días desde su llegada, el hermano Nunes había persuadido a muchas personas a escuchar la verdad. Hizo arreglos para celebrar una reunión pública en el hogar de su hermano, y 82 personas, muchas de las cuales estuvieron de pie fuera de la puerta y las ventanas para oír, asistieron. El discurso se pronunció de noche a la luz de unas velas. Este discurso, junto con el hecho de que Maria Ávila Leal dejó de ir a la iglesia, causó una tremenda conmoción en la pequeña comunidad de varios cientos de casas. De un grupo de hogares y aldeas a otro, en la isla de 461 kilómetros cuadrados, solo hay caminos abiertos por carretas, pero las noticias de que la iglesia había perdido a uno de sus más celosos miembros se propagó como un reguero de pólvora.
El cura, amargado, intentó desesperadamente inculcar temor en el corazón de la joven Maria. Hizo toda clase de declaraciones falsas acerca de ella. Sus vecinos la hicieron objeto de burla e insultos. Nada de esto tuvo éxito. La verdad de la Palabra de Dios cayó en buen terreno, y Maria llegó a ser una publicadora muy celosa y denodada que sirvió por algunos años como precursora especial.
En 1949 el hermano de Maria, un joven de 23 años de edad, intentó persuadirla para que no siguiera esta nueva religión. Cierto día ella le dio el folleto La religión siega el torbellino. Aunque lleno de prejuicio hasta el punto de no querer siquiera tocar el folleto, por alguna razón él lo aceptó. Para que no lo hallaran con literatura de los Testigos, se llevó el folleto a una cueva en los cerros y allí lo leyó cuidadosamente de cabo a rabo. El mensaje del folleto tuvo influencia inmediata en Manuel Ávila Leal. Él dejó de asociarse con la Iglesia Católica y empezó a reunirse con los Testigos. Todavía recuerda con claridad la fuerte sacudida que le dio el mensaje de este folleto por sí solo. Dice:
“Lo que me convenció de la verdad de la Palabra de Dios fue el que las verdades bíblicas estuvieran tan clara y definidamente contrastadas con la religión falsa en aquel inolvidable folleto.”
Para aquel mismo tiempo, José Silveira Fontes, otro de los seis hombres a quienes se había sometido a juicio allá en 1902 por conducir un funeral sin sacerdote, se mudó a la isla de São Miguel. Esta es la mayor de las nueve islas, y se formó de dos volcanes que arrojaron tanta lava y ceniza que con el tiempo se unieron. En esta isla de orquídeas y arbustos de té él contó a otras personas lo que estaba aprendiendo de La Atalaya. Su predicación incidental en la ciudad principal, Ponta Delgada, resultó en los primeros cuatro Testigos nativos. Las dos hermanas, Maria Rosa y Maria Leite, todavía declaran celosamente el nombre de Jehová.
En otra isla, Graciosa, un hombre que trabajaba en los muelles notó un impreso que caía del bolsillo de un compañero de trabajo. Recogió el impreso y preguntó si podía leerlo. Su compañero de trabajo le dijo que sí, y le contó que un pasajero de uno de los barcos se lo había dado, pero que él no sabía leer. El trabajador de los muelles, Manuel Moniz Bettencourt, leyó el tratado, que llevaba el título de “El Nuevo Mundo.” Escribió a la Sociedad pidiendo más tratados y empezó a distribuirlos por toda la isla. Las semillas de la verdad estaban esparciéndose en la isla llamada Graciosa. Así comenzó el ministerio de otro Testigo.
LLEGAN MÁS MISIONEROS
En 1950 comenzó un nuevo período para la obra en las Azores, con la llegada de dos graduados de Galaad, Paul Baker y Kenneth Williams, a la isla del Pico. En esta isla ultraconservadora y dominada por el catolicismo, la obra empezó a progresar. Pero el gobierno, bajo presión por el clero, expulsó a los misioneros. Sin embargo, ya se había hecho buen trabajo, y como resultado se alcanzó un nuevo máximo de 21 publicadores. Paul Baker volvió a solicitar un visado, y se le concedió. Pero poco tiempo después la policía fue a la pensión donde él estaba, para arrestarlo bajo la acusación de que él participaba en actividades comunistas. Fue llevado al primer barco que salía hacia Lisboa, y en Lisboa pasó una semana en la cárcel. Allí se retiraron las acusaciones que se habían levantado contra él, y se le ordenó que saliera del país.
Durante este tiempo la obra en Portugal había seguido adelantando constantemente. John Cooke, después de haber pasado tres años solo en la península ibérica, se alegró de que dos misioneros, Mervyn Passlow y Bernard Backhouse, vinieran a acompañarlo en 1951.
VISITA DE F. W. FRANZ EN 1951
Hubo mucha excitación en Lisboa en espera de la nueva visita que haría el hermano F. W. Franz. La culminación de una semana de mucho trabajo fue una asamblea de un día bajo grandes árboles que parecían enormes quitasoles. Hubo una concurrencia de 90 personas, y 11 se bautizaron. En aquellos días en que la obra principiaba en Portugal, las visitas frecuentes de miembros del Cuerpo Gobernante ayudaron a los hermanos a sentirse cerca del corazón de la obra.
En la última noche de su visita el hermano Franz pronunció un discurso de despedida en el hogar misional. El tema absorbente que consideró fue “Bautismo de fuego.” Después de eso, una muchedumbre mayor de la usual estuvo moviéndose en los alrededores. Quizás algún vecino dio una queja, porque la mañana siguiente, bien temprano, un agente de la policía secreta se presentó para investigar. Dio la impresión de quedar satisfecho. Pero los misioneros verían de nuevo a la policía secreta. Sin embargo, habían aprendido una lección valiosa: Desde entonces en adelante no podrían llevar a cabo sus actividades de manera tan pública.
El hermano Cooke salió de Lisboa para acompañar al hermano Franz en una visita a las congregaciones de España y después asistir a la asamblea internacional que se celebraría en Inglaterra. El visado del hermano Backhouse caducó y las autoridades rehusaron renovarlo. Por eso, poco después él tuvo que partir hacia España. El hermano Cooke enfermó y no pudo regresar. El único misionero que quedó para atender la obra fue el hermano Passlow, y él también estaba gravemente enfermo. Más tarde, éste, mientras todavía era comparativamente joven, murió después de una vida de servicio devoto llena de gran diversidad de experiencias en Australia y Portugal.
LIMPIEZA EN LA ORGANIZACIÓN
El futuro presentaba serios problemas. Ciertos individuos empezaron a criticar y murmurar. Dos hermanos, particularmente, se sentían perturbados por la manera como se estaba dirigiendo la obra. Uno de éstos, un relojero llamado Santos, empezó a vender fotografías de John Cooke que llevaban las palabras O Nosso Pastor (Nuestro pastor). Este hombre voluntarioso logró que algunos de los hermanos de más tiempo en la obra le siguieran.
Santos no podía entender por qué no había sido nombrado siervo, de modo que escribió largas cartas a Brooklyn. Su estado mental se puede ver en esta declaración que hizo en una carta a Brooklyn: “Hasta di un reloj a los misioneros para que lo pusieran en el Salón del Reino y, con todo, no me hicieron siervo.”
Empezó a confiar continuamente sus quejas a Joaquim Carvalho, quien por varios meses no había asistido a las reuniones. Los dos decían a otros que los misioneros no eran portugueses, que no hablaban bien el idioma y en realidad no entendían la situación local como ellos sí la entendían. De este modo sembraban semillas de descontento. ¿Qué efecto tuvo esto en la mayoría de los publicadores? Hubo disminución en la concurrencia a las reuniones. Algunos hasta se apartaron de la organización y empezaron a tener reuniones por separado. El fiel misionero perseveró, sin embargo, pues confiaba en que Jehová dirigiría los asuntos.
La respuesta a sus oraciones fue una visita por los hermanos Knorr y Henschel y el regreso del hermano Cooke con la salud restaurada en febrero de 1952. Tuvo lugar una reunión de los que se quejaban y los siervos y los misioneros. Fue una ocasión notable. Los que se quejaban y los siervos habían preparado largas declaraciones escritas a máquina. Pero con un solo ademán el hermano Knorr puso todos los papeles a un lado y dijo: “No; no quiero papeles. Aquí están sus hermanos. Por eso, si tienen algo que decir contra ellos, simplemente díganlo.” Esta manera directa, sencilla y bíblica de tratar el asunto dejó completamente asombrados a los que estaban causando problemas. Pasó un rato bastante largo antes de que se expresaran con claridad, pues quedaron sin saber exactamente qué decir.
El hermano Knorr entonces dijo: “Bueno, he estado aquí una hora ya y de lo único que ustedes en realidad se han quejado es de que esta hermana (la que estaba interpretando) se sonrió por algo que uno de ustedes dijo en una reunión.” Entonces varios de los presentes mencionaron puntos específicos respecto a casos en que ellos pensaban que se les había despreciado. Los dos quejosos principales, los hermanos Santos y Carvalho, manifestaron claramente un mal espíritu, y recibieron reprensión. Por supuesto, toda persona presente recibió consejo bueno y franco acerca de poner a un lado las diferencias personales y pasar adelante con el trabajo verdaderamente importante de predicar las buenas nuevas.
Aquella tarde, en una reunión celebrada en Almada, el hermano Knorr dio consejo firme a los 122 hermanos que asistieron. Explicó la actitud correcta que todos debían manifestar para con la organización de Jehová. Entonces el hermano Cooke recibió nombramiento como superintendente para la única congregación, que consistía en dos grupos.
Hubo rápida reacción a esto. El hermano Santos rehusó reconocer el nombramiento y anunció que el grupo de estudio era suyo, pues se celebraba en su propio hogar; y que si alguien quería seguir a la organización, tenía libertad para hacerlo. También pidió que se le devolviera su reloj. Cuando el hermano Cooke quiso asistir al estudio de libro que conducía el hermano Carvalho, se le negó la entrada. En poco tiempo estos grupos independientes cesaron de funcionar y, al fin, Santos y Carvalho fueron expulsados de la congregación.
Era obvio que Satanás estaba tratando de socavar y hundir la organización teocrática en Portugal. Pero no tuvo éxito. Después de la visita del hermano Knorr la situación entera manifestó rápida mejora. Al fin del año de servicio había 62 publicadores entregando informe, y en la Conmemoración de la muerte de Cristo hubo un nuevo máximo de 207 personas, y surgía nuevo interés entre la gente.
El informe del 1954 Yearbook (Anuario, en inglés, para 1954), resumió la situación diciendo: “En cuanto a los testigos de Jehová, en 1952 hubo una limpieza drástica. El informe de este año acerca de ese país muestra la importancia de mantener limpia la organización del nuevo mundo, pues se ha producido un excelente aumento. . . . Las congregaciones nunca deben temer la pérdida de publicadores cuando hay que tratar con los que no se comportan en armonía con la Palabra de Dios y cuando siguen los excelentes principios que él constantemente nos enseña. Tenemos que recordar que Jehová está atendiendo a su organización.”
EL HERMANO COOKE OBLIGADO A PARTIR
Las dos congregaciones de Portugal iban desarrollándose en tamaño y madurez. En enero, Eliseu Garrido se mudó a Oporto, que abría la puerta al servicio del Reino en la segunda ciudad de Portugal respecto a tamaño. Sin embargo, algo inesperado sucedería. Las autoridades rehusaron renovar el visado del hermano Cooke. Su servicio como misionero en Portugal había terminado. ¡Adiós, Portugal!... ¡Adelante a Angola! Él sirve ahora fielmente en la sucursal sudafricana.
LA ISLA DE MADERA
La obra del Reino estaba comenzando ahora en la isla de Madera, llamada en portugués Madeira. Cuando esta isla montañosa fue descubierta para el año 1420, estaba inhabitada y cubierta de densos bosques, por lo cual se le dio el nombre que lleva. La población de unas 257.000 personas vive anidada en pueblos y aldeas a la entrada de barrancos o en las pendientes inferiores. Un precursor procedente de Nueva York, el hermano Freitas, pasó unos meses en esta isla y parece que inició allí la predicación de las buenas nuevas. Sus esfuerzos recibieron abundante bendición, y dentro de poco hubo cuatro publicadores informando servicio allí. La primera Conmemoración de la muerte de Cristo que se celebró en Madera, en 1954, tuvo una excelente concurrencia de 21 personas.
CORDEIRO ESPARCE LAS BUENAS NUEVAS
Mientras tanto, en Portugal, António Manuel Cordeiro, el joven que había venido de Trás-os-Montes, llegó a ser uno de los primeros precursores auxiliares del país. Había venido a Lisboa, donde se ocupaba en asociarse con los hermanos y participar en el servicio ministerial en el campo. Su prima llegó por segunda vez desde los Estados Unidos, y esta vez trajo consigo al hijo de ella. Cordeiro recuerda lo siguiente:
“En el verano de 1954 el hijo de mi prima y yo decidimos pasar seis meses difundiendo las buenas nuevas en territorio aislado. Testificamos en docenas de aldeas en los lejanos distritos de Bragança y Guarda, y en la aldea de Sandim se nos arrestó debido a la queja que presentó un cura. Nos llevaron a la ciudad de Guarda y nos arrojaron en un calabozo donde pasamos la noche. Después de un largo interrogatorio nos tomaron las huellas digitales y nos pusieron en libertad. Nuestro único medio de transportación consistía en caminar y a veces en viajar en alguna carreta tirada por bueyes. Llevábamos alimentos en un lío y comprábamos pan y queso por el camino. A veces teníamos una buena comida caliente en una pensão [pensión].”
Al llegar a Seixo de Carrazeda de Ansiães, descubrieron que allí no había nada que se pareciera a una pensão, pero, felizmente, una de las primeras familias a las cuales testificó António les ofreció comidas y alojamiento mientras estuvieran testificando a toda familia de la aldea. Al llegar tarde a otra aldea, descubrieron que el único lugar disponible para dormir era una cama de paja cerca de un burro. Al recordar aquellos días, António dice: “Estas condiciones no nos desanimaron ni disgustaron. Más bien, nos llenaba de felicidad el privilegio de llevar las buenas nuevas a estas personas.”
NUBES EN EL HORIZONTE
En noviembre de 1954 llegó de Brasil junto con su esposa, Christine, para atender la sucursal portuguesa, el misionero galaadita Eric Britten. Se convirtió en costumbre el tener “comidas campestres” regulares en una zona arbolada cerca de la playa. Más tarde, a estas áreas arboladas se les llamó O Salão do Reino Verde (El Salón del Reino Verde). Estas ocasiones eran tiempos de gran refrigerio espiritual. En mayo de 1955 se hicieron arreglos para tener una “comida campestre” especial de un solo día para la zona de Cova de Vapor. Los hermanos alquilaron una barca de pasaje para cruzar el río Tajo hasta la zona de la playa. Pronto descubrieron que los visitaban personas a quienes ellos no habían invitado. Dos detectives los acompañaron durante todo el día. En esta “comida campestre” hubo una concurrencia sin precedente de 230 personas.
La mañana siguiente agentes secretos de la policía visitaron los hogares de algunos hermanos. Hicieron preguntas como éstas: ¿A qué clase de organización pertenece usted? ¿Quiénes son los oradores? ¿No son extranjeros algunos de ellos? ¿Es verdad que ustedes celebraron una reunión ayer en la playa? ¿Cuántas de estas comidas campestres celebran ustedes? Este fue uno de los primeros incidentes que mostraron que la policía estaba observando de cerca a los Testigos.
En 1956 la policía secreta, conocida como P.I.D.E. (Policia Internacional e Defesa do Estado), se presentó con mayor frecuencia en las reuniones. En julio un vecino amigable dijo al misionero Mervyn Passlow que la policía estaba observando lo que el misionero y su esposa hacían. Poco después esta pareja de misioneros fue echada de Portugal, aunque la esposa era ciudadana del país y había nacido allí. Por la intromisión policíaca también se cerraron dos lugares de reunión en Lisboa.
PROGRESO EN OPORTO
Para este tiempo en Oporto la obra progresaba excelentemente. En 1955 se formó la primera congregación. En 1956 se alquiló el primer Salón del Reino, y en 1957 el hermano F. W. Franz pronunció un discurso allí a un alegre auditorio de unas treinta personas. Entre los que poco después comenzaron a estudiar estuvieron Armando y Luiza Monteiro, una pareja devota que habría de dar adelanto a los intereses del Reino en esta histórica ciudad. Oporto ahora recibió una nueva bendición... dos misioneros, Domenick A. Piccone y su esposa Elsa, quienes habían sido echados de España. En 1959 llegó más ayuda misional a Portugal de la 33 clase de Galaad cuando llegaron los matrimonios Roberts y Beveridge.
TESTIMONIO INFORMAL
Fuera en Oporto o en otros lugares de Portugal, para los hermanos la testificación informal era una manera excelente de ayudar a otras personas a aprender la verdad. Por ejemplo, una persona que se contó entre los primeros publicadores de Portugal, Alpina Mendes, estuvo tratándose en un manantial de agua mineral en Caldelas. Mientras estaba allí, testificó a José Maria Lança, un periodista. Por los siguientes 15 días hablaron diariamente acerca de los propósitos de Dios. Lança leyó dos veces “Sea Dios veraz” durante este tiempo. Cuando regresó a Lisboa se comenzó un estudio bíblico con él, y pronto estuvo asistiendo a las reuniones. Cuatro meses después se bautizó, y en la actualidad es superintendente viajante.
Los parques y jardines de Lisboa sirven de excelente escenario natural en el cual hablar acerca del Paraíso restaurado. Armando Lourenço, ahora anciano de congregación, dice cómo aprendió la verdad en 1956: “Cierta tarde soleada yo estaba sentado en el parque Campo Grande de Lisboa leyendo mi Biblia, cuando Josué Guilhermino se sentó a mi lado y me hizo la pregunta que Felipe le había hecho al etíope: ‘¿Realmente entiendes lo que estás leyendo?’ Respondí con la misma pregunta que el etíope le presentó a Felipe: ‘¿Realmente, cómo puedo, a menos que alguien me ayude?’” (Hechos 8:30, 31) El hermano Lourenço se bautizó cuatro meses después y con el tiempo fue a la Escuela de Galaad, regresó a Portugal y sirvió de superintendente de circuito por muchos años en diferentes partes del país.
CABO VERDE RECIBE LA VERDAD
Las primeras semillas de la verdad del Reino fueron llevadas a las islas de Cabo Verde en 1958. Este grupo de 10 islas está situado en el océano Atlántico, a unos cuatrocientos cuarenta kilómetros de la costa occidental de África. Un nativo que había emigrado a los Estados Unidos regresó para una visita en 1958 y dejó en manos de la gente una considerable cantidad de literatura y suscripciones a La Atalaya.
Para el fin de 1958, en la isla de São Tiago, alguna de la literatura de la Sociedad llegó a manos de alguien que la recibió con gusto. Mientras visitaba a un amigo fotógrafo, Luis Alves Andrade notó dos folletos, “Estas buenas nuevas del reino” y “¡Miren! Estoy haciendo nuevas todas las cosas,” y pidió que el fotógrafo le permitiera leerlos. Este hombre estudió cuidadosamente cada folleto y buscó toda referencia en una vieja Biblia. Una semana después regresó a ver a su amigo y se emocionó mucho al hallar un libro, “Sea Dios veraz.” Con gusto lo aceptó y, por sí mismo, lo estudió de principio a fin. Ahora no le quedaron dudas de que los testigos de Jehová estaban enseñando la verdad de la Palabra de Dios. Se suscribió a las dos revistas, y, por una buena cantidad de años, éstas fueron su único medio de recibir alimento espiritual.
TIEMPO DE EXPANSIÓN
El interés iba aumentando, y los Salones del Reino estaban atestados de gente. Era tiempo para expansión en Portugal. Por eso, el hermano Piccone fue asignado como el primer superintendente de circuito de tiempo completo, y salió a visitar a grupos aislados y a personas interesadas en la verdad por todas partes del país. Cuando llegó al hogar de una señora que había mostrado interés y que vivía en Monção, en la provincia más septentrional, Minho, el pueblo enseguida se enteró de que en él había un forastero. Apenas había empezado él a darle el testimonio a aquella señora cuando los vecinos empezaron a llegar. No fue necesario salir de aquella casa para visitar a otros, puesto que la casa llegó a estar constantemente llena de personas que querían oír las buenas nuevas.
En el otoño de 1959 el hermano Piccone visitó a las Azores. Relata lo siguiente: “Visitar a las Azores es una experiencia memorable, puesto que solo dos de las nueve islas tienen desembarcadero. Puesto que estas islas están situadas en medio del Atlántico, las aguas alrededor de ellas suelen estar agitadas, como sucedió cuando llegamos. Fue un desafío el pasar de la escalera del vapor al bote de remos que nos esperaba. ¡Tuvimos que esperar hasta que una ola puso al bote de remos al nivel preciso de la escalera, y entonces saltar, con la esperanza de caer en el bote al momento preciso! Fue trabajoso pasar el equipo de películas de la Sociedad, el equipaje y la literatura desde el barco hasta el bote sin que hubiera un accidente. Entonces, remeros experimentados nos llevaron sobre las olas, cuidando que la llegada a la orilla fuera en el momento apropiado, de modo que el bote no se volcara.
“Pero el exhibir la película en la isla del Pico presentó más obstáculos. Puesto que los hermanos vivían en una aldea donde no había electricidad, tuvimos que caminar unos ocho kilómetros hasta el pueblo siguiente para ver qué podíamos hacer. Mientras nos dirigíamos al pueblo, un hombre que estaba recogiendo uvas notó que yo era extranjero, de modo que nos invitó a visitar su bodega, y, desplegando hospitalidad, nos ofreció vino. La conversación pasó al asunto de la exhibición de la película, ¡y para sorpresa nuestra, el hermano de este señor, quien en aquel momento estaba pisando uvas en el lagar, era dueño del cinematógrafo local! Hicimos arreglos para exhibir la película de la Sociedad allí la noche siguiente. El día siguiente, mientras nos acercábamos a aquel lugar, recibimos una agradable sorpresa. Se estaban disparando cohetes para informar a todo el vecindario que se exhibiría una película. Una concurrencia de unas ciento cincuenta personas vino para ver la película.”
La verdad continuó esparciéndose por todas las Azores. En 1960 recibió la verdad la isla de Santa María, una isla bien conocida a los que atraviesan el Atlántico en avión. Un hermano que tuvo que esperar en el aeropuerto mientras su avión era sometido a reparaciones aprovechó el tiempo y testificó a un hombre, quien se suscribió a La Atalaya y recibió estímulo para hablar a otras personas. Se le dijo que si podía conseguir que una cantidad suficiente de personas se suscribiera a la revista podría recibir la visita de un representante de la Sociedad para conseguir ayuda respecto a entender la Biblia. El hombre visitó a sus amigos y obtuvo varias suscripciones. Entonces escribió a la Sociedad y solicitó que alguien les visitara. El superintendente viajante se sorprendió cuando 19 personas se presentaron para ver la película de la Sociedad.
¡Qué excitación vino en el año 1961! Por varios años los publicadores de Portugal habían anhelado alcanzar la marca de 1.000 predicadores del Reino. ¡Esa importante ocasión vino en enero, cuando hubo un aumento de 30 por ciento sobre el promedio del año anterior!
DISTRIBUCIÓN DE LA BIBLIA
En la década de los cuarenta, cuando no era fácil conseguir Biblias, Eliseu Garrido fue a librerías donde había libros de segunda mano y compró muchas Biblias usadas. En una ocasión compró hasta veinticinco por tan solo cinco escudos (17c E.U.A.) el ejemplar.
El hermano Manuel Almeida tuvo una interesante experiencia con una prominente sociedad bíblica en 1960. He aquí su explicación: “Me hallé comprando una cantidad cada vez mayor de Biblias para todos los Testigos de Lisboa, y recibía un descuento de 20 por ciento. Cierto día el director me dijo que presentara un pedido regular continuo para que la sociedad bíblica supiera cuántas Biblias importar. Cuando mencioné que los Testigos podían usar por lo menos 125 ejemplares mensualmente quedó sorprendido, puesto que el pedido mensual total de aquella sociedad bíblica era de solo 250 ejemplares.”
¡Qué animador es enterarse de que los testigos de Jehová estaban distribuyendo la mitad de la cantidad total de Biblias que recibía aquella sociedad bíblica! Evidentemente la intolerancia se apoderó de la mente de estos ‘amantes de la Biblia,’ porque a fines de 1960 el hermano Almeida recibió aviso de que ya no se suplirían grandes cantidades de Biblias a los Testigos.
MACAO RECIBE LAS BUENAS NUEVAS
En 1961 se introdujo la obra del Reino en la ciudad-provincia portuguesa de Macao, situada en la costa meridional de China, en el delta de los ríos Cantón y Pearl. Macao se distingue por ser el más antiguo puesto avanzado europeo para comercio con la China continental, fundado en 1557 E.C. Una hermana se mudó a Macao con su esposo, quien estaba en las fuerzas armadas. Aunque ella halló pocas personas que pudieran hablar su idioma, plantó semillas de la verdad del Reino. El año siguiente regresó a Portugal, y desde entonces un puñado de personas interesadas en la verdad y suscritores llegaron a estar bajo el cuidado de la sucursal de Hong Kong.
TIEMPOS DIFÍCILES EN ANGOLA
En 1960, para mantener mejor comunicación, la superintendencia de la obra en Angola fue transferida de la República de Sudáfrica a Portugal. En Angola la policía aumentó su vigilancia de los Testigos. En febrero de 1959 la P.I.D.E. rehusó permitir que el hermano Arnott, el superintendente de zona, entrara en el país. Entonces la policía dio órdenes estrictas en las cuales prohibía las reuniones y toda asociación entre los Testigos europeos y nuestros hermanos africanos. Por eso, desde ese tiempo en adelante ambos grupos celebraron reuniones clandestinas por separado.
En marzo de 1961 barrió sobre Angola una ola de terror, violencia y destrucción que vino desde la frontera congolesa. Aldeas enteras fueron completamente quemadas, y se hallaron cadáveres de blancos y negros que habían sido mutilados hasta no poder ser reconocidos. A ciertos hombres los colgaron y mataron como si fueran cerdos; a mujeres les abrieron el estómago con armas cortantes y a niños los descuartizaron. Poco después de este brote de matanza sin sentido se comenzó a acusar a los testigos de Jehová de actos de terrorismo. La Iglesia Católica Romana tuvo voz dominante en esta violenta difamación. Una publicación católica, A Provincia de Angola, denunció las publicaciones de los Testigos como subversivas.
A medida que la guerra contra el terrorismo se desarrolló en conflicto abierto, publicaciones oficiales del gobierno procuraron culpar a los Testigos de fomentar terrorismo en Angola. Una de esas publicaciones, Ultramar, declaró: “El profesor Silva Cunha admite que antes de que estallara el terrorismo esta secta ejercía influencia en la población de Angola, especialmente en las regiones de Luanda y Moxico. También creemos que las suposiciones de él tienen buena base. . . . La Watch Tower es un movimiento estadounidense de grandes proporciones y capital. Si los E.U.A. no hubieran de recibir otros resultados, por lo menos se beneficiarían inmediatamente de gran prestigio. . . . No sería cosa inimaginable el que la Casa Blanca haya dado a este movimiento alguna protección en África.”—Vol. 5, 1964, número 17, pág. 54.
No es difícil imaginarse el que esta clase de pensamiento torcido haya desatado un fiero espíritu nacionalista que estuviera acompañado de vigilancia estrecha de nuestros hermanos. Se introdujeron medidas estrictas por las cuales se limitaba toda asociación de los africanos a no más de tres personas. Desde entonces en adelante nuestros hermanos de Luanda reorganizaron sus reuniones y las celebraron en grupos más pequeños. A pesar de la gran tensión, les alegró tener una concurrencia de 130 personas para el Memorial en marzo de 1961.
LA NEUTRALIDAD ES BENDICIÓN
Cuando el terrorismo estalló, muchas personas estaban confundidas en cuanto a si los Testigos realmente pudieran ser responsables de tal clase de acciones. Carlos Agostinho Cadi estaba trabajando en una plantación de Angola septentrional, cerca de la frontera congolesa. El peligro de perder la vida era tan grande que el dueño de la plantación huyó al Congo y dejó encargado de ésta al hermano Cadi. Apenas había salido de allí el dueño cuando llegó el ejército portugués en avanzada y buscó a todos los trabajadores africanos. Los portugueses, sospechando que los trabajadores eran terroristas, dieron la orden de matarlos a todos.
Las súplicas de misericordia cayeron en oídos sordos. Entonces Carlos Cadi mostró a los soldados documentos que él tenía que daban prueba de que era testigo de Jehová y de ninguna manera estaba envuelto en el terrorismo. Con esto se logró que la ejecución fuera suspendida. Cuando el oficial al mando llegó y examinó las cartas, entregó a Cadi a la P.I.D.E. para que ésta lo investigara. Así, vio salvada su vida.
UN HOMBRE DE FE
En este tiempo João Mancoca, un africano que había llegado a conocer las publicaciones de la Sociedad allá en 1943, se hallaba en Luanda. El 25 de junio de 1961, mientras él conducía un estudio de La Atalaya en Luanda, de repente se presentó en el lugar la policía militar con bayonetas caladas. La policía envió a casa a las hermanas y los niños; entonces sometió a los hermanos a terrible trato. Mancoca mismo declara:
“No tengo palabras para describir la manera como se nos trató. El cabo que mandaba a los soldados declaró francamente que nos iban a matar a golpes. Nos golpearon brutalmente hasta que parecíamos solo una masa de carne, y parecía que el cabo había tenido razón. Mientras yo yacía sobre el suelo, esposado, recibí golpes tan tremendos con un palo que después estuve vomitando sangre por 90 días. Pero lo que me preocupaba entonces era la vida de mis compañeros que habían sido salvajemente golpeados con palos. Oré a Jehová que cuidara la vida de estas ovejas suyas. Los soldados, convencidos de que algunos de nosotros moriríamos, regresaron casi cada media hora durante la noche para preguntar si alguien había muerto. Parecían estar muy sorprendidos de que hubiéramos sobrevivido a tan inhumana tortura, y a algunos se les oyó decir que nuestro Dios tenía que ser el verdadero, puesto que habíamos sobrevivido.”
Por cinco meses los hermanos permanecieron en la prisión de São Paulo, en Luanda. Cuando fueron transferidos a un gran dormitorio donde había unos seiscientos hombres, aprovecharon oportunidades de testificar, y en tres ocasiones el hermano Mancoca pudo pronunciar un discurso a más de trescientos compañeros de prisión. Muchas de estas personas que más tarde salieron de la prisión aceptaron la verdad. Algunos de estos hombres sirven hoy como ancianos de congregación en Luanda. El plan de las autoridades de la prisión para imponer silencio a los siervos de Jehová e intimidarlos les salió mal.
Después los hermanos fueron transferidos al sur de Angola y mantenidos durante otros cinco meses en las prisiones de la Policía de Seguridad en Mossâmedes. Aunque se les vigilaba cuidadosamente, pudieron aprovechar oportunidades de testificar de manera informal y hasta celebraron un estudio de libro regularmente. Aquí se dio otro espléndido testimonio. En poco tiempo algunos prisioneros que habían sido culpables de actividades políticas ilegales comprendieron que el reino de Dios era la única esperanza para el hombre. Entonces los hermanos fueron transferidos a Baía dos Tigres, una isla penal, y sentenciados a “residencia fija” o movimiento restringido en campamentos de trabajo gubernamentales.
En un campamento de trabajo se interceptó literatura enviada a los hermanos. El administrador del campamento, encolerizado, castigó a nuestros hermanos mediante enviarlos a un campamento de trabajo recién construido que se hallaba bien en el interior, cerca de Serpa Pinto. Tres meses más tarde, en carretas de bueyes fueron transportados Sala Ramos Filemon, João Mancoca y otros tres hermanos, junto con otros 130 prisioneros, a este campamento. La recepción que recibieron allí les dio una idea del sombrío futuro que les esperaba.
Nuestros hermanos, arreados de las carretas como si fueron animales, recibieron una cruel golpeadura. Una vez más los golpes llovieron sobre ellos tan salvajemente que ellos pensaron que morirían. El campamento estaba completamente rodeado de alambre de púas. La rutina diaria llegó a ser condiciones de opresión que consistían en trabajo arduo, poco alimento y ninguna ropa. Nuestros hermanos se mantenían con pescado seco, harina de maíz de mala calidad y una fe firme. Cuatro prisioneros políticos que ya no pudieron aguantar el tratamiento bestial trataron de escapar, pero se les capturó y, como advertencia a otros, se les torturó hasta que murieron en presencia de todos.
COMIENZA LA OPOSICIÓN EN PORTUGAL
El estallido de terrorismo en Angola en 1961 tuvo efectos inmediatos en la obra en Portugal. Debido a que el país fue inundado con falsa propaganda que acusaba a los Testigos de incitar a las masas a rebelarse, la policía portuguesa empezó a intervenir en las actividades de predicar de los Testigos. En el pueblo de Évora, a unos ciento treinta kilómetros al este de Lisboa, un precursor, Horácio Arnaldo Duarte, fue llamado al cuartel local de la P.I.D.E. para ser sometido a interrogatorio. Allí la policía le mostró fotografías de soldados portugueses que habían sido descuartizados y acusó a los Testigos de ser responsables de aquellos actos.
En el verano de 1961, un precursor especial, Artur Canaveira, fue seguido durante muchas semanas por agentes de la P.I.D.E. Entonces, en septiembre, lo arrestaron. Él relata lo que sucedió: “Me acusaron de actividades subversivas y de estar conectado de alguna manera con el comunismo. Por tres meses me sometieron a interrogatorios y golpeaduras brutales en un esfuerzo por obligarme a admitir que era comunista. Cuatro o cinco agentes a la vez me acribillaban con preguntas, tratando de confundirme. Los interrogatorios siempre tenían lugar de noche, cuando más débil podía encontrarme, y siempre había un radiorreceptor a todo volumen para ahogar los gritos que diera.”
Durante todo este tiempo mantuvieron al hermano completamente aislado hasta que fue transferido a la prisión de la P.I.D.E. en Fort Caxias, un suburbio de Lisboa. Después, el 22 de enero de 1962, lo pusieron en libertad.
Solo cuatro días después, el 26 de enero de 1962, los hermanos Eric Britten, entonces superintendente de la sucursal, Domenick Piccone y Eric Beveridge y sus esposas, todos misioneros, fueron llamados a la jefatura de la P.I.D.E. y recibieron la orden de salir del país dentro de 30 días. Se les dijo que se les echaba por hablar a otras personas acerca de su religión y enseñar la neutralidad. En una entrevista con los hermanos Beveridge, el director de la P.I.D.E. se refirió a un incidente de poco tiempo antes en el cual un joven portugués había rehusado rendir servicio militar y había asegurado que los Testigos eran responsables de sus acciones. Añadió que en Portugal no se toleraría la objeción de conciencia.
Fue un duro golpe la partida de los misioneros, y se derramaron muchas lágrimas por ello. Ellos verdaderamente habían dado de sí a otros con toda sinceridad y eran muy amados por su celo y excelente ejemplo. Con el tiempo los Britten regresaron a Brasil, donde todavía sirven de tiempo completo en la obra de circuito. Para los hermanos Piccone, ésta fue la segunda expulsión que experimentaron de una asignación misional. Fueron a Marruecos, pero ahora se encuentran en El Salvador. Los Beveridge fueron asignados a España, donde sirvieron por 19 años antes de ser transferidos a la familia de Betel de Brooklyn.
ESCUELAS DEL MINISTERIO DEL REINO
¡Qué oportuno fue el que precisamente antes de la expulsión de los misioneros ellos pudieran celebrar la primera Escuela del Ministerio del Reino! Esta fue una muy oportuna provisión para los 20 siervos de congregación del país, una que los preparó para los difíciles tiempos del futuro. Nos regocijamos de que la mayoría de estos hermanos todavía sirvan fielmente. A través de los años, cursos sucesivos han suministrado valiosa instrucción, con el resultado de que la obra se ha unificado, y se ha mantenido vivo el espíritu evangelizador.
PRECURSORES AL FRENTE EN LA OBRA
Puesto que los misioneros se habían ido, los hermanos del país respondieron al desafío de seguir adelante con la predicación. Al recordar aquellos tiempos, Gilberto Sequeira, superintendente de circuito, dice:
“Cuando la Sociedad envió misioneros a Portugal en 1958, me di cuenta de que nosotros también deberíamos dar a Jehová lo óptimo, y, si fuera posible, deberíamos unirnos a las filas de los precursores. Aunque yo tenía una hijita, entré en el servicio de precursor especial en 1959, y jamás cambiaría por ningún otro tipo de vida todas las bendiciones que recibí. Mi primera asignación fue la Congregación de Moscavide, en las afueras de Lisboa. Comencé estudios en varios lugares. Muchas veces trocaba literatura por huevos, naranjas, limones, tortas, y así por el estilo, porque la gente tenía poco dinero. ¡Qué bendición es ver a algunas personas con las cuales estudié sirviendo ahora como ancianos en las congregaciones a las cuales tengo el privilegio de visitar! Nada se puede comparar con el servicio de tiempo completo y la relación preciosa que uno desarrolla con Jehová.”
El hermano Henrique Arques fue otro publicador que se sintió movido por su corazón a entrar en las filas de los precursores en aquel tiempo. Después de más de veinte años en el servicio de tiempo completo, junto con su esposa, dice: “Salió la llamada para más precursores y me ofrecí voluntariamente. He aprendido a nunca despreciar el día de los comienzos pequeños. Ha sido mi privilegio el ir a todas partes del país, e incluso servir en Madera, las Azores y las islas de Cabo Verde. Las ofertas de empleo lucrativo que recibí nunca pudieran compararse con lo que Jehová ofrece.”
SUCURSAL CLANDESTINA
Debido a que aumentaba la vigilancia policíaca, la sucursal tuvo que ser reorganizada ahora para actividad clandestina. Fue mudada a una barraca inconspicua en el patio de la casa de António Matias, un sastre de Lisboa. Un misionero galaadita, Paul Hundertmark, y su esposa, Evelyn, habían sido echados de España en 1960 y se hallaban ahora en Portugal, aprendiendo portugués. De súbito, Paul se halló encargado de una sucursal clandestina. ¡Y qué desafío sería aquello para él!
SE INTENSIFICA LA PERSECUCIÓN
Después de la expulsión de los misioneros en 1962, las autoridades intensificaron la campaña de persecución contra los testigos de Jehová. Emitieron a todas las oficinas de correo una comunicación en la que se prohibía la distribución de nuestra literatura bíblica, clasificada como “perniciosa.” Se apoderaron de grandes cantidades de Biblias y literatura publicadas por la Sociedad Watch Tower, y cortaron y quemaron esta literatura. A miles de personas que se habían suscrito a La Atalaya y ¡Despertad! se les negó el derecho de recibir estas revistas.
La policía prontamente efectuó registros en los hogares de muchísimos hermanos y confiscó literatura. Amenazó con encerrar en prisión a los hermanos si continuaban celebrando reuniones. Uno de los primeros hermanos que fueron visitados por la policía fue Manuel Almeida, quien en la actualidad sirve en el Comité de la Sucursal. Aunque la policía no tenía permiso legal para entrar en su casa, efectuó un registro allí y confiscó todas las publicaciones impresas por la Sociedad. Antes de que la ola de persecución terminara, la P.I.D.E. no solo había registrado la casa del hermano siete veces, sino que había llamado al hermano igual número de veces para someterlo a largos interrogatorios. La policía entonces empezó a entrar en batida en los Salones del Reino de Lisboa, y a principios de 1962 se clausuró el primero por orden de la policía.
PRIMER CASO EN LOS TRIBUNALES
En 1962 alguien informó a la policía que un grupo de 12 hermanos estaba celebrando una reunión. Los hermanos fueron llamados a la jefatura de la policía, donde se les interrogó y se les amenazó con enviarlos a prisión si continuaban reuniéndose para estudiar la Biblia. En enero de 1963 algunos hermanos recibieron la siguiente orden del comandante de la Policía de Seguridad Pública de Caldas da Rainha:
“Ordeno a cualquier agente autorizado, . . . notificar con toda formalidad legal a [nombre del hermano] residente en [dirección] Pueblo de Caldas da Rainha, Municipio de Caldas da Rainha, que: No puede continuar ejerciendo sus actividades de leer la Biblia ni la de los testigos de Jehová ni de ninguna otra índole religiosa, ni, además de esto, promover, establecer, organizar o dirigir asociaciones de carácter internacional como aquella a la que presuntamente pertenece.”
El Ministerio Público acusó a los hermanos de celebrar reuniones religiosas sin obtener autorización. Al comenzar el juicio el 21 de marzo de 1963, el juez se sorprendió al ver que la sala del tribunal estaba llena de espectadores. Por lo general, los casos como éste, en el cual el Estado era el acusador, tomaban solamente unos cuantos minutos. Pero el juez, de mente imparcial, se interesó tanto en que se efectuara justicia que el juicio duró casi tres horas. Permitió que hablaran tres testigos a favor de los acusados e hizo varias preguntas acerca de temas bíblicos. El veredicto resultó ser una decisión favorable para la adoración verdadera, pues a los acusados se les halló inocentes.
CANCELADA UNA ASAMBLEA DE CIRCUITO
En julio de 1963 se hicieron planes para celebrar una asamblea de circuito en Faro, en la costa sur de Portugal. Los hermanos alquilaron un gran almacén para exhibir allí una de las películas de la Sociedad, pero alguien se quejó a la policía. A última hora los hermanos cancelaron el arreglo. Fue una decisión sabia. Por el aviso que se había dado a la policía de que allí se celebraría una “reunión política,” para la medianoche un destacamento de la brigada de asalto de la policía rodeó el almacén. Los agentes se armaron con ametralladoras para entrar en acción y se prepararon para lo que pensaban que sería resistencia armada. ¡Qué sorprendidos quedaron cuando hallaron vacío el almacén! El superintendente de circuito, Césario Gomes, fue sometido a un largo interrogatorio posteriormente. Él relató lo que sucedió después:
“Todo lo que confiscaron de mi automóvil fue llevado a la comisaría y colocado sobre el escritorio del jefe de la policía. Lo que realmente me preocupaba era una lista de nombres y direcciones de superintendentes del circuito entero. Yo estaba seguro de que verían esta lista. Inmediatamente oré a Jehová y le pedí ayuda para proteger a mis hermanos, en armonía con los pensamientos de Salmo 118:6-8. Entonces, mientras el jefe de la policía examinaba cada artículo y escribía su descripción, pude colocar el codo sobre la esquina del escritorio. Cuando él se distrajo, me las arreglé para quitar de allí el pedazo de papel en el cual estaban escritos los nombres. Entonces pedí permiso para ir al lavabo y me apresuré a hacer que la lista bajara por el inodoro.”
MISIONERO A LAS ISLAS DE CABO VERDE
Un año sobresaliente en la historia de la obra con relación a las islas de Cabo Verde fue el de 1962, cuando llegó George Amado, graduado de Galaad. Poco después llegó un precursor especial, Jack Pina, para trabajar junto con el misionero en la isla Brava. Dentro de dos meses el misionero estuvo informando 14 estudios bíblicos en los hogares de la gente, y pronto se reunían 20 personas para el estudio bíblico semanal. Para la celebración de la Conmemoración de la muerte de Cristo en 1963 hubo una excelente concurrencia de 45 personas. Entonces hubo un cambio en los sucesos. A los dos precursores se les ordenó que salieran de las islas. Sin embargo, ya se habían sembrado semillas de la verdad que habían echado raíces.
AVENTURAS DE VIAJE
La Asamblea “Buenas Nuevas Eternas” que se celebró en Milán, Italia, en 1963, trae recuerdos especiales por diferentes razones. Fue la primera asamblea internacional a la que asistieron delegados portugueses, y el programa entero fue presentado por hermanos portugueses en su propio idioma. El viaje de cuatro mil kilómetros ida y vuelta también fue inolvidable. Para la mayoría de los hermanos fue su primer viaje al extranjero. Para hacer el viaje, algunos compraron su primer automóvil después de tomar un curso sobre cómo conducir. Un hermano tuvo dificultades con el embrague y la caja de velocidades, pues cada cambio le falló sucesivamente. Fue un espectáculo verlo finalmente entrar en el pueblo con marcha atrás, el único cambio que le funcionaba.
El hermano Américo Campos, de Almada, relata lo que sucedió a su grupo de tres automóviles: “En Barcelona, España, a dos hermanos unos ladrones les robaron todo el dinero y los pasaportes. En el viaje de regreso nos enteramos de que los ladrones franceses eran más experimentados que sus colegas españoles. Mientras dormíamos profundamente, se metieron en nuestros automóviles y se llevaron cuanto había en ellos. Hasta entraron en nuestras tiendas de campaña y se llevaron nuestro dinero y artículos que habíamos obtenido como recuerdo. En sentido material no nos quedó nada, pero en la asamblea habíamos recibido tanto en sentido espiritual que, con ánimo positivo, hablamos acerca de la verdad de las palabras de Jesús en Mateo 6:19: ‘Dejen de acumular para ustedes tesoros sobre la tierra, donde la polilla y el moho consumen, y donde ladrones entran por fuerza y hurtan.’”
CONTINÚA LA PERSECUCIÓN INSPIRADA POR LA IGLESIA
En los periódicos empezó a hacerse más frecuente la publicidad en contra de los Testigos. Durante el verano de 1963 se transmitió desde Lisboa una serie de cinco programas de televisión acerca de los Testigos. Un sacerdote católico romano condujo estos programas, y se deleitó en pintar un cuadro muy falso del pueblo de Jehová.
En la noche del 22 de agosto de 1963, cinco agentes de la P.S.P. (Policía de Seguridad Pública) entraron, pistola en mano, en un hogar privado de la ciudad costera norteña de Aveiro e interrumpieron la reunión local. La policía arrestó a todos los que estaban reunidos allí y los llevó al cuartel policíaco. A las cuatro de la mañana pusieron en libertad a los niños. Las demás personas tuvieron que esperar hasta las siete y media de la noche siguiente. Se les acusó formalmente de celebrar una reunión ilegal. Así se preparó el escenario para el segundo caso de los Testigos que se llevaría a los tribunales en Portugal. La evidencia mostraba que se había invadido la intimidad de un hogar. El juez se dilató casi un mes antes de declarar culpables a los 10 Testigos. Al hermano António Beirão y su esposa se les consideró responsables de la reunión, y, aunque tenían dos hijitos, se les sentenció a un mes de prisión.
TESTIGOS PRISIONEROS EN ANGOLA
Mientras tanto, en Angola, el campamento de trabajo penal fue afectado por el Concilio Ecuménico Católico de 1963. Representantes de las sectas de la cristiandad solicitaron permiso del administrador del campo para celebrar ciertos días especiales de oración como actos de unión de fes. A los prisioneros más capacitados para representar a cada religión se les invitó a participar en estas sesiones de oración. El hermano Mancoca, a quien se invitó para que representara a los testigos de Jehová, rehusó hacerlo. Sin embargo, aprovechó la oportunidad para explicar claramente la posición de los Testigos de no envolverse en reuniones de unión de fes.
Los supuestos líderes amigables de la cristiandad consideraron muy atrevido al hermano Mancoca y procuraron vengarse de él. Mediante el administrador del campamento, intentaron imponerle silencio. Las autoridades del campamento le prohibieron expresamente el tener conversaciones religiosas con compañeros de la prisión o participar en actividad religiosa de cualquier índole, bajo pena de muerte. Le dijeron que sus ‘seguidores serían enviados a colonias penales en las islas de Cabo Verde si él desobedecía las órdenes.’ El hermano Mancoca escribió al administrador del campamento una carta en la que declaró cortésmente que él no podía obedecer tales órdenes y que en realidad éstas eran contrarias a la Constitución Portuguesa, que garantiza libertad de cultos.
Hubo una reacción rápida a su carta. Mancoca fue separado de todos los prisioneros y mantenido a una distancia de sesenta metros de ellos para que no pudiera hablar a nadie. Los guardias del campamento intensificaron su vigilancia para asegurarse de que él no estuviera practicando su religión ni leyendo la Biblia. A pesar de estas dificultades, Mancoca pudo traducir el folleto “Estas buenas nuevas del reino” al dialecto llamado umbundu.
Se hizo claro que los grupos aislados de Luanda necesitaban ayuda, de modo que en marzo de 1963 Manuel da Silva, su esposa y dos hijos se mudaron a Angola por invitación de la Sociedad. Puesto que Manuel y su esposa eran precursores especiales, la obra se organizó rápidamente y hubo excelentes resultados. Entonces, el 14 de octubre de 1963, en Luanda, Manuel da Silva y Manuel Acácio Santos fueron arrestados y enviados a prisión. El mes siguiente la P.I.D.E. arrestó al hermano que había estado atendiendo la obra en Luanda, Manuel Gonçalves Vieira. El jefe de la policía le dijo: “La obra de los testigos de Jehová ha sido proscrita en toda Angola.”
La policía ahora le presentó un ultimátum a Vieira: Firme una declaración en la que prometa renunciar a todas las actividades que tienen que ver con los testigos de Jehová, o vaya a prisión. Cuando él no se dejó intimidar, fue puesto en encierro solitario por dos meses, a pesar de que su esposa daría a luz a su tercer hijo en pocas semanas. Para este tiempo Manuel da Silva también había sido colocado en encierro solitario por haber predicado las buenas nuevas a compañeros de prisión.
Finalmente, el 23 de enero de 1964 los tres hermanos recibieron notificación de que se les deportaría a Portugal.
ACTIVIDADES DE LA POLICÍA
Mientras tanto, en Lisboa, el hermano Joaquim Martins, quien había sido fiel Testigo desde 1939, era ahora un próspero hombre de negocios, y tenía varios establecimientos de lavado en seco. ¡En febrero de 1964 tuvo visitantes inesperados! Agentes de la P.I.D.E. registraron todo lo que había en su hogar y en sus establecimientos en un esfuerzo por hallar publicaciones de la Sociedad. Confiscaron su literatura, lo que incluyó una preciosa biblioteca que databa de 1925.
En uno de sus establecimientos el hermano tenía una cisterna grande que se usaba para efectuar bautismos en secreto, y con el transcurso de los años veintenas de hermanos habían sido bautizados allí. Más tarde el hermano Martins vendió su negocio y sirvió de precursor hasta su muerte en fidelidad en 1979.
Durante 1964 varios números de la revista ¡Despertad!, así como cartas de todas partes del mundo, ayudaron a ciudadanos prominentes de Portugal a saber con exactitud lo que estaba sucediendo en su propio país.
En las Azores, el hermano Manuel Leal decidió que sería bueno colocar ejemplares de la ¡Despertad! en manos de las autoridades locales. Dio ejemplares al gobernador del distrito, a funcionarios policíacos, y así por el estilo. Varios días después la P.S.P. lo citó para que se presentara para una investigación. Después de haberlo sometido a severo interrogatorio, la policía le ordenó que revelara los nombres y direcciones de los lugares donde había dejado las revistas. Leal rehusó, diciendo que no daría información que pudiera resultar en que personas inocentes llegaran a ser objeto de persecución. El jefe subalterno empezó a escribir un informe sobre la investigación, pero no supo qué hacer cuando se vio ante la necesidad de declarar que la razón por la cual Leal no quería dar los nombres y las direcciones era que la policía entonces perseguiría a estas personas. Frustrado, rompió la hoja de papel y salió del cuarto.
Finalmente aquel trabajo fue pasado a un secretario que recibiría la ayuda del jefe subalterno. Ambos se confundieron. Al fin, cuando la declaración quedó terminada, el hermano Leal no quiso firmarla, porque no representaba la realidad de los hechos. Leal informa: “Cuando me esforcé por explicar nuestras creencias y usé el nombre de Jehová, el jefe subalterno gritó: ‘¡No use ese nombre! ¡Si lo dice de nuevo voy a ordenar que lo metan en la cárcel!’ Respondí que tenía que usar el nombre si quería defenderme, y, de todos modos, este mismo nombre estaba en el misal católico, que enseguida les mostré, para gran sorpresa de ellos. Pude presentar un buen testimonio.”
SE INTENSIFICA LA OPOSICIÓN GUBERNAMENTAL
La actitud de las autoridades se hacía cada vez más dura. Durante octubre de 1964 el ministro de la Gobernación o del Interior distribuyó un boletín que manifestaba prejuicio extremo; éste decía:
“Se tiene que entender rigurosamente que la secta ‘Testigos de Jehová’ no es una secta religiosa, porque sus propósitos son puramente materiales: extinción de los gobiernos, de las autoridades y de las iglesias y cultos existentes para preparar el camino para la instalación de la Teocracia Universal. El uso de la Biblia no es sino una simple técnica de propaganda y defensa, delante de las autoridades, de un movimiento de ambiciosos objetivos políticos [cursivas de ellos].”
La policía, con el apoyo de este boletín gubernamental, empezó a organizar batidas diarias contra los hogares de los hermanos por todo el país.
En un esfuerzo por aclarar nuestra posición, y con la ayuda del Departamento de Estado de los Estados Unidos, se hicieron arreglos para que una delegación extranjera de tres Testigos hablara con el Dr. Franco Nogueira, entonces ministro de Asuntos Exteriores. La delegación extranjera, compuesta de los hermanos Philip Rees, Richard Abrahamson y Domenick Piccone, viajó a Lisboa y, el 25 de febrero de 1965, explicó nuestra posición de neutralidad estricta. El Dr. Nogueira prometió examinar la situación, puesto que declaró que no había razón manifiesta para negar a los testigos de Jehová la libertad religiosa. La única respuesta que se recibió, sin embargo, fue un firme aumento de la intromisión policíaca.
A pesar de los tiempos difíciles, la organización crecía. En abril de 1965 se alcanzó un nuevo máximo de 2.839 publicadores, y se organizaron cuatro circuitos para atender a las muchas nuevas congregaciones que surgían.
MÉTODOS POLICÍACOS
La razón por la cual para muchas personas Portugal era un estado policíaco se puede ver fácilmente en la estructura diversificada de sus agencias para la observancia forzosa de la ley. Estas agencias eran: Policía de Seguridad Pública (P.S.P.); Guardia Nacional Republicana (G.N.R.); Policía Militar (P.M.); Policía de las Vías del Tránsito (P.V.T.); Policía Judicial (P.J.); y Policía Internacional y Defensa del Estado (P.I.D.E.), comúnmente conocida como la policía secreta. Nuestros hermanos recibieron duro trato de la G.N.R. y la P.I.D.E. El público en general temía especialmente a la P.I.D.E., que se apoyaba fuertemente en un sistema de informadores pagados. Se decía que había sido formada según el modelo de la Gestapo nazi con la ayuda de agentes de la Gestapo durante la segunda guerra mundial.
Debido a la neutralidad de los Testigos, la P.I.D.E. trató brutalmente a algunos hermanos jóvenes. Luís António de Silva Canilhas, de Larajeiro, Almada, nos cuenta lo que le sucedió durante dos horas de interrogatorio el 9 de julio de 1965.
“Cerraron todas las ventanas y puertas y empezaron a golpearme por todas partes. Un golpe en el estómago me derribó al suelo. Otro me dejó con un ojo amoratado. Porque cojeaba de una pierna no pude ponerme de pie, de modo que me levantaron por las orejas y una vez más empezaron a golpearme. Estos hombres no parecían humanos mientras me trataban como si yo fuera un perro.”
Personas de edad avanzada recibieron también vergonzoso trato. A Manuel Vaz, de 72 años de edad, lo llamaron al cuartel de la P.I.D.E. para someterlo a interrogatorio. Por cinco horas soportó rudos insultos e interrogatorio. “La religión verdadera es la religión católica,” dijo un agente de la P.I.D.E. al hermano Vaz. “Ella ha conservado la Biblia y está siguiendo a Jesucristo y a los apóstoles. A usted, un ignorante, no le toca enseñar la Biblia. Eso es solo para los que están autorizados. Pero usted quisiera que su religión tuviera libertad, ¿verdad? ¡Eso nunca sucederá! ¡No, jamás!”
A medida que se acercaba el verano de 1965, unos cuatrocientos hermanos se prepararon para el largo viaje que los llevaría a la Asamblea “Palabra de Verdad,” que se celebraría en Basilea, Suiza. A última hora la P.I.D.E. decidió intervenir en los planes de la asamblea. Un solo día antes de la fecha de partida, la policía dijo a 50 hermanos que habían recibido permiso para viajar que la autorización quedaba cancelada. Para desmayo de la policía, un autobús lleno de hermanos ya había partido. Una llamada telefónica urgente a la frontera resultó inútil. ¡El autobús estaba ya bien internado en España!
En noviembre de 1965, en Rossio ao Sul do Tejo, tres agentes de la policía llegaron adonde estaba un grupo de 17 hermanos reunido para el estudio de La Atalaya y disolvieron la reunión y se apoderaron de todas las Biblias y la literatura. Sometieron a registro a los hermanos y los llevaron al cuartel de la policía en medio de estallidos de mofa e insultos por parte de una muchedumbre de observadores curiosos que ahora adquirió características de chusma.
Aquella noche se informó a los hermanos que se les pondría en libertad bajo una fianza de 2.000 escudos cada uno ($70, E.U.A.). Solo siete pudieron conseguir esta suma. Entonces las autoridades policíacas soltaron a todos excepto a António Manuel Cordeiro y Tiago Jesus da Silva, a quienes se consideraba organizadores de la reunión. La fianza para ellos se fijó en 20.000 escudos ($700, E.U.A.), una suma exorbitante para el ciudadano de término medio, cuyo salario mensual era de solo 1.700 escudos ($60). A ellos se les mantuvo incomunicados por varios días y entonces en prisión por tres meses hasta que, al fin, los cargos contra ellos fueron retirados.
En el mismo día en que la policía disolvió la reunión en Rossio ao Sul do Tejo, agentes de la P.I.D.E. de la ciudad universitaria de Coimbra visitaron el Salón del Reino local. Después de escuchar durante unos veinte minutos, suspendieron la reunión; entonces confiscaron todas las Biblias y la literatura impresa de la Sociedad. ¡Cuando el superintendente solicitó que les permitieran retener sus ejemplares personales de la Biblia, la policía contestó: “No; no podemos permitir eso. Tenemos que llevárnoslas, porque las Biblias de ustedes están subrayadas, lo que quiere decir que esas referencias en particular han recibido una interpretación diferente”!
SUPERANDO LA ESTRATEGIA DE LOS OPOSITORES
Si estuvo aumentando la intensidad de la actividad policíaca, lo mismo era cierto de la ingeniosidad que demostraban los hermanos al enfrentarse a estas delicadas situaciones. Una ilustración de esto es la experiencia de un publicador de 17 años que relata lo siguiente:
“Por problemas que no pude evitar, llegué al Salón 15 minutos tarde. Inmediatamente noté algo extraño: Un hombre estaba caminando de acá para allá enfrente del Salón. Inmediatamente pensé que tenía que ser un agente de la P.I.D.E. Yo también empecé a caminar de un lado a otro, pero en la dirección opuesta. Nos pasamos el uno al otro varias veces. Finalmente, después de 15 minutos el hombre se me acercó y susurró: ‘Tenía la impresión de que tú eras uno de ellos, pero veo que no. No estarás haciendo lo mismo que yo, ¿eh?’ Respondí confidencialmente: ‘Es obvio que sí, pero lamento que llegué tarde.’ Él respondió: ‘No hay problema; si no te importa, sigue vigilando este sitio mientras yo voy a cenar. ¡Volveré pronto!’ Respondí: ‘No te preocupes, yo me encargaré de todo.’ Después de esperar unos minutos, entré en el Salón. Cuando expliqué a los hermanos lo que había sucedido, ¡todos salimos de allí apresuradamente!”
AUMENTO EN LA ISLA DE MADERA
Los hermanos también estaban enfrentándose a oposición en la isla de Madera, pero la obra seguía progresando. Durante 1966 un hermano de Madera tuvo la experiencia singular de que un agente de la policía lo acompañara de casa en casa. El hermano había sido arrestado mientras participaba en el ministerio de casa en casa, y en el cuartel de la policía surgieron dudas en cuanto a que su misión en los hogares fuera puramente bíblica. La policía decidió que la mejor manera de resolver la cuestión era regresar a los hogares que él había visitado para averiguar lo que había sucedido. De modo que allá fue el hermano, acompañado por el agente de la policía. En cada puerta quedó verificado lo que se había dicho y se dio un testimonio adicional. Muchos amos de casa que no habían escuchado la primera vez se sorprendieron al ver al agente con el hermano, ¡y esta vez prestaron cuidadosa atención! Aunque el agente quiso cesar de hacer visitas poco tiempo después, el hermano insistió en que continuaran para investigar en todos los hogares que él había visitado. ¡Al fin el policía quedó bastante cansado y dijo que ciertamente daría un informe favorable respecto a la persistencia del hermano y a su aptitud al explicar el mensaje de la Biblia!
CIERRE DE SALONES DEL REINO
Por todo Portugal los Salones del Reino seguían siendo, con mayor frecuencia, blanco de entradas por sorpresa de la policía. Se estaba perdiendo equipo valioso. Los esfuerzos por legalizar la organización no habían producido resultados tangibles. Por eso, en 1966 llegó el tiempo para examinar de modo práctico nuestras circunstancias. Varios factores indicaban que la obra del Reino podría lograrse mejor mediante reuniones en grupos pequeños en hogares privados. A pesar de que el gobierno rehusaba darnos reconocimiento legal, nuestra existencia no podía negarse. En cantidades siempre crecientes los testigos de Jehová estaban presentes, y predicaban con buen éxito las buenas nuevas.
Aunque los hermanos confiaban plenamente en la guía del “esclavo fiel y discreto,” éste fue un tiempo muy difícil para muchos de ellos. Algunos se preguntaban cómo adelantaría la organización. Varios se preguntaban cómo podría funcionar eficazmente una congregación en grupitos de estudio de libro de unos veinte publicadores. No había duda alguna de que esto representaba mucho más trabajo, puesto que era necesario que cada grupo presentara un programa entero de cinco reuniones semanales. ¡Muchos hermanos y hermanas tenían asignaciones en la Reunión de Servicio o en la Escuela del Ministerio Teocrático, o en ambas reuniones, cada semana! Sus vacilaciones, sin embargo, resultaron infundadas, puesto que la mayor cantidad de trabajo produjo más espiritualidad y desarrollo.
UN LITIGIO SIGNIFICATIVO
En junio de 1966 se vio una causa en el Tribunal de Juicio Plenario de Lisboa. Este caso, que envolvió a 49 miembros de la Congregación de Feijó, se atrajo la atención de todo Portugal. Empezó un año antes, cuando la policía disolvió una reunión de unas setenta personas en el hogar de Afonso Mendes y arrestó a los superintendentes, Arriaga Cardoso y José Fernandes Lourenço.
Después de pasar 4 meses y 20 días en la prisión, a los dos hermanos se les puso en libertad bajo fianza. Durante el tiempo que pasaron en la prisión se les negó acceso a todo material de lectura, incluso la Biblia, y se les sujetó a horas de interrogatorio. El Estado preparó un pleito contra los dos superintendentes y otros 47 miembros de la congregación. A cada uno se le fijó una fianza de 2.000 escudos ($70, E.U.A.). El gobierno preparó un alegato de 416 páginas. Se acusó a los Testigos de “atentado criminal contra la seguridad del Estado.” La acusación añadía: “Constituyen un movimiento político, que viene de varios países con objetivos de desobediencia, agitación y subversión de las masas populares y especialmente los jóvenes de edad militar.”
Cuando llegó el día para el juicio, hermanos de todas partes del país se presentaron para dar apoyo moral a los Testigos. Hasta desde Oporto, en el norte, se alquiló un autobús. Los agentes de la policía nunca habían visto tal espectáculo, de centenares de Testigos convergiendo en el tribunal.
En un informe sobre lo sucedido, el periódico O Século, de Lisboa, declaró: “Cualquier persona que hubiese llegado ayer a Largo da Boa Hora [la plaza del palacio de Justicia] hubiera visto un espectáculo sorprendente. . . . Tanto las ventanas de los pisos segundo y tercero como los corredores, de los cuales hay muchos, estaban llenos de gente. El patio estaba atestado. . . . No hubo alboroto. Se calculó que había más de dos mil personas dentro y fuera del edificio. Era la primera vez que se veía a tantas personas allí. Eran mayormente simpatizadores de los acusados y de su religión.”
El juez António de Almeida Moura no perdió tiempo en decir al primer acusado, Arriaga Cardoso, que las garantías constitucionales de libertad de culto no aplican a una religión como la de los testigos de Jehová. El Diário Popular, de Lisboa, en su número del 24 de junio de 1966, informó lo que el juez dijo: “No hay libertad para nadie que inventa una religión y hace lo que desea en el nombre de Dios o de lo que sea. Esa persona tiene que someterse a los hombres que gobiernan las cosas en la Tierra. . . . A usted se le acusa de desobediencia de índole general a las leyes de la Nación.”
Cuando el hermano Cardoso empezó a levantar su Biblia, para leer Romanos 13:1 y señalar que es necesario que nos sujetemos a las “autoridades superiores” terrestres cuando sus leyes no están en conflicto con las leyes de Dios (Hech. 5:29), el juez se apresuró a interrumpir, declarando, como informó el periódico:
“¡No use la Biblia! Para usted la Biblia es lo que cuenta; para el tribunal lo que cuenta es la ley. La Biblia no gobierna la actividad civil. No la invoque; cada uno la interpreta a su propia manera y según sus propios intereses. La Biblia no es la constitución del Estado. El tribunal no tiene que aceptar la Biblia como la constitución política de la República de Portugal según la interpreta un estadounidense.”
Durante el segundo día del juicio la defensa presentó considerable prueba de que los testigos de Jehová no aconsejan a nadie que viole una ley de algún gobierno, ni estimulan a tomar tal acción. En la sesión final, el 7 de julio de 1966, el abogado defensor, Dr. Vasco de Almeida e Silva, denodadamente denunció el alegato del gobierno y señaló que era un documento que carecía de hechos. Vigorosamente señaló que no se había sometido ninguna prueba de que los Testigos ‘constituyeran un movimiento político’ y estimularan “agitación y subversión de las masas populares.”
Concluyó su denodada defensa con una magistral solicitud de que el tribunal considerara respetuosamente el consejo de Gamaliel, maestro de derecho del primer siglo. Citándolo, miró a los jueces y solicitó bondadosamente: “No se metan con estos hombres, sino déjenlos; (porque si este proyecto o esta obra proviene de hombres, será derribada; pero si proviene de Dios, no podrán derribarlos;) de otro modo, quizás sean ustedes hallados luchadores realmente contra Dios.”—Hechos 5:38, 39.
El fiscal no presentó ningún testigo durante los tres días del juicio, ni intentó interrogar a ningún acusado o testigo de la defensa. De hecho, había hablado una sola vez durante el juicio, y ahora, en la conclusión, sus únicas palabras fueron: “Pido que se haga justicia.”
Dos días después el Tribunal de Juicio Plenario sentenció a los 49 Testigos a términos de prisión que variaban desde 45 días a cinco meses y medio. Abogados portugueses llamaron el juicio “una burla,” “una farsa,” un “perjuicio de derechos.” Aunque inmediatamente se apeló de la decisión al Tribunal Supremo, pareció más claro que nunca que en el futuro habría una contienda por la adoración verdadera.
NECESIDAD DE CAUTELA
Apenas hubo terminado el juicio, fue tiempo de partir hacia Francia para asistir a la Asamblea de Distrito “Hijos de Libertad de Dios.” Una vez más subió a flote la animosidad de las autoridades para con los Testigos. Esta vez las autoridades negaron a unos ciento cincuenta hermanos su solicitud de pasaportes colectivos precisamente cuando los hermanos se preparaban para hacer el viaje.
Una interesante experiencia con relación a la asamblea de 1966 en Francia muestra que a veces se suministra protección de maneras notables. El superintendente de la sucursal, Paul Hundertmark, había escrito a la sucursal de París un memorando en el cual explicaba sus arreglos de viaje por avión. Se proponía sacar consigo del país unos documentos de importancia. Puesto que la dirección de la sucursal era secreta, usó la dirección de Manuel Almeida como la del remitente. Poco después la P.I.D.E. se presentó en el hogar de Manuel y lo registró en busca de literatura, sin éxito. El inspector de la policía amenazó a Manuel con que perdería su empleo a menos que revelara dónde estaba escondida la literatura. Para apoyar lo que decía, pidió la dirección del patrono de Manuel y la escribió en un pedazo de papel que tenía en la mano. Mientras se efectuaba la búsqueda de la literatura, el inspector dejó el papel sobre la mesa. Más tarde, cuando salió de la casa, olvidó la nota. Manuel se apresuró a quitarla de sobre la mesa y vio, al dorso, un mensaje extraño que sencillamente decía: “Correspondencia. L. Pontes, París.” Aquello no significó nada para él.
Pocos días después el hermano Hundertmark visitó a Manuel y éste le enseñó el papel. ¡El hermano Hundertmark inmediatamente supo lo que significaba! La P.I.D.E. había interceptado su memorando anónimo al superintendente de la sucursal de París, L. Jontes (habían escrito mal el apellido), y obviamente la policía estaba al tanto de todos los planes de viaje del hermano Hundertmark hacia París. No hay que decir que canceló su viaje a la asamblea, y tanto el superintendente de la sucursal como los documentos confidenciales quedaron a salvo de nuevo.
El 14 de julio de 1966 el periódico de Lisboa Diário da Manha publicó una historia de primera página que tuvo el efecto de despertar verdaderamente a los hermanos y enseñarles una valiosa lección. De alguna manera una carta confidencial que daba instrucciones sobre el viaje a la asamblea de distrito en Francia cayó en manos de las autoridades, y todo el contenido de ésta se publicó en el periódico. Ahora los hermanos tendrían que prestar más cuidadosa atención al consejo de Jesús de ‘resultar cautelosos como serpientes y sin embargo inocentes como palomas.’ (Mat. 10:16) No obstante, unos cuatrocientos treinta hermanos lograron asistir a la asamblea de distrito y todavía recuerdan los primeros dramas bíblicos, como el de José en Egipto y su rechazo de la seducción que le presentó la esposa de Potifar.
El valor de estos dramas oportunos fue demostrado por la experiencia de un hermano de Angola. Él trabajaba como conductor de camión en una plantación enorme, y otros solían burlarse de él porque rehusaba comer alimento preparado con sangre y no buscaba la compañía de rameras. Cierto día, después de una comida especial, en presencia de los obreros, dio un excelente testimonio en el que denunció las artes mágicas como prácticas que estaban contra la voluntad de Dios. Esto irritó muchísimo a un espiritista, quien, junto con otros trabajadores, decidió someter a prueba la resistencia del hermano a oportunidades de envolverse en inmoralidad sexual. Después que el hermano hubo partido para efectuar su trabajo nocturno, alquilaron a una ramera para que lo sedujera. Al regresar él a su habitación, se sorprendió al hallar a una mujer en su cama. Cuando ordenó a la mujer que saliera de su habitación, hubo un estallido de risa en la habitación adyacente. Pero la treta de ellos había fracasado.
LA VERDAD SE ESPARCE BAJO PERSECUCIÓN
Sin embargo, en Angola la prueba principal continuaba siendo la fiera persecución. En la colonia penal cerca de Serpa Pinto, el hermano Mancoca se enfrentó a continuas ofertas de firmar documentos en renuncia de su fe. La pequeña cantidad de literatura que él podía obtener fue confiscada de nuevo, pero el administrador del campamento le regaló dos libros para que los leyera... libros escritos por opositores de los Testigos. Mancoca recuerda lo siguiente: “Después de darme estos libros, me animaban vez tras vez a seguir el proceder de estas personas que escribían contra los Testigos. Me prometían libertad completa si cooperaba con las autoridades. Aunque se suponía que me dejaran en libertad después de servir una sentencia de cinco años, rehusaron hacerlo, porque no cooperé como ellos deseaban.”
De modo que Mancoca fue transferido en 1966 al aislado campamento de trabajo de São Nicolau, en la provincia de Mossâmedes. Se estremeció cuando vio la cara del nuevo administrador del campamento; era nada menos que el cabo que lo había golpeado hasta casi matarlo en Luanda, en 1961, en su arresto original. A Mancoca se le dijo que muy pronto aprendería quién tenía razón: los Testigos, o el Estado. Recordando aquellos días, Mancoca dice: “Aquí tampoco crucé los brazos y me puse a esperar la libertad, a pesar de interrogatorios constantes para obligarme a cambiar de opinión. Yo sabía que la inactividad es sinónimo de la muerte. Todavía no estaba muerto, así que continué usando mi aliento de vida para alabar a Jehová.”
Mancoca buscó oportunidades de dar testimonio informal a los prisioneros, con gran cautela. El ministerio de este fiel hermano fue muy bendecido, puesto que se desarrolló un grupo de 12 personas interesadas en el mensaje. A veces a algunas de estas personas, los prisioneros más dignos de confianza, las enviaban en misiones a Mossâmedes, y por esto lograban introducir en el campamento las preciosas revistas, escondidas dentro de los zapatos.
Los hermanos siguieron efectuando la obra en Angola en medio de grandes dificultades, bajo incesante vigilancia policíaca. En 1967, en Mossâmedes, los hermanos João Pedro Ginga y António Sequeira iban caminando por la calle, atendiendo asuntos rutinarios de la vida, cuando de súbito la policía se presentó y los arrestó. Fueron entregados a una junta administrativa y, sin que se les celebrara juicio, fueron condenados a dos años de trabajo forzado. Estos dos hermanos ya habían cumplido términos de prisión de tres años.
Como resultado de los celosos esfuerzos de los hermanos por diseminar el mensaje del Reino, grupos de prisioneros de todo campamento de trabajo penal aprendieron la verdad. Los prisioneros escribían a Lisboa pidiendo ayuda. Citamos parte de una de aquellas cartas recibidas de Mossâmedes: “Hemos pedido a Jehová que nos envíe un hermano capacitado que nos ayude. Una buena cantidad de nosotros estamos listos para simbolizar nuestra dedicación. Aunque hay mucha oposición, hemos sido más que protegidos. Aquí en el puerto se recibió alguna literatura con ayuda de un agente de la policía que nos muestra amistad. Ciertamente es grande el poder divino que nos sostiene.”
CAMBIO DE TÁCTICA
Los enemigos de la adoración pura nunca se cansan en sus intentos por difamar o atrapar a los siervos de Jehová. Durante octubre de 1966 las autoridades portuguesas inventaron un plan atrevido para provocar a los testigos de Jehová a celebrar una manifestación en masa contra el gobierno. A principios del mes varios superintendentes de Lisboa recibieron la siguiente nota, firmada con el nombre de un superintendente local:
“Hermano Jehová:
“Debido a la decisión de las Congregaciones de los Estados Unidos de apoyar Nuestra Gran Campaña de protesta para con el gobierno, se pide que se dé toda publicidad posible a una concentración de todos los testigos de Jehová que ha de presentarse en MANIFESTACIÓN SILENCIOSA de protesta ante el Ministerio del Interior, Praça do Comercio [una plaza de Lisboa], el 15 del mes actual, a la una de la tarde [sábado].
Por Nuestro Dios Jehová,
Silvério Silva”
La sucursal inmediatamente envió una nota con fecha de 12 de octubre de 1966 a las congregaciones de Lisboa y les informó acerca de esta trampa que se había preparado.
No hay que decir que este plan fue un fracaso completo para los lobos en ropa de oveja. Absolutamente nadie se presentó para la manifestación. ¡Dos hermanos fueron enviados a observar la situación y vieron a la policía y a brigadas militares de asalto preparadas con mangueras de agua y tinta azul, esperando para caer sobre cualquiera que se presentara para un acto de protesta!
AUMENTA LA PRESIÓN EN LAS AZORES
Mientras tanto, en las Azores, el precursor Manuel Leal hablaba con su vecino el 12 de octubre de 1966 cuando un agente de la P.I.D.E. lo arrestó. Mientras viajaban en el automóvil hacia el cuartel de la policía, el agente pidió varias veces que Manuel le diera el nombre y la dirección de las personas a quienes había testificado. Para gran desaliento del agente secreto, el precursor respondió: “¡El padre suyo fue una!” Leal en realidad había hablado varias veces con el padre del agente. Leal informa: “Pues bien, cuando dije el nombre de su padre él se perturbó tanto que me dijo: ‘¡No vuelva a mencionar el nombre de mi padre jamás!’ Durante el resto del viaje no hizo más preguntas.”
En el cuartel de la policía los agentes de la P.I.D.E. hablaron a Leal en lenguaje muy ultrajante. Le ordenaron que saliera de la isla de Terceira. ¿Qué hizo él? “Les expliqué que había vivido en esta isla por más de dieciséis años, que mis hijos habían nacido aquí, y que yo no estaba interesado en mudarme. Me amenazaron con 80 días de prisión si me hallaban predicando de nuevo. Me dijeron que para permanecer en la isla tendría que hallar a un ciudadano local de buena reputación que prestara fianza por mí y se hiciera responsable de mi residencia. Entonces me ordenaron que volviera a casa. Puesto que se habían apoderado de todas mis pertenencias, hasta de mi dinero, les pedí que me dieran por lo menos el dinero que necesitaba para hacer el viaje de 19 kilómetros a casa. El jefe de la policía se negó a hacer esto y me ordenó que me fuera andando.”
El hermano Leal se las arregló para hallar a un ciudadano influyente que ofreció prestar la fianza y aceptar la responsabilidad por la residencia de él a pesar de las amenazas de la policía. El clero, ahora con la aprobación tácita de la policía, empezó a incitar a los jóvenes del grupo de la Acción Católica a causar molestia a los Testigos. Varias veces en 1966 unas chusmas apedraron a los hermanos. Les echaron perros furiosos. ¡A algunos Testigos les dieron empujones repetidas veces, y a otros los perseguidores los amenazaron con azadones levantados como armas! Durante estos tiempos difíciles nuestros hermanos no se entristecieron ni adoptaron una actitud pesimista. ¿Qué actitud desplegaron? Leal informa: “Nuestro espíritu era el de 2 Corintios 6:10, ‘como apesadumbrados mas siempre regocijados, como pobres mas enriqueciendo a muchos, como no teniendo nada y sin embargo poseyendo todas las cosas.’”
EL TRIBUNAL SUPREMO DA SU FALLO
El 22 de febrero de 1967 el Tribunal Supremo dio su fallo con relación a la apelación que habíamos hecho en el caso de Feijó. Se sostuvo la decisión del Tribunal de Juicio Plenario de sentenciar a los 49 miembros de la congregación a términos en la cárcel. A los 49 se les suspendieron sus derechos políticos por un período de cuatro años. Diez personas que habían mostrado interés en la verdad, y que no eran Testigos bautizados, recibieron sentencias suspendidas. Los términos de prisión variaron desde un mínimo de mes y medio hasta cinco meses y medio. El tribunal también impuso a cada Testigo una multa que variaba desde 1.350 escudos ($47, E.U.A.) hasta 5.000 escudos ($175, E.U.A.) y exigió costos de tribunal de 1.000 escudos ($35, E.U.A.) por cada uno.
Puesto que algunos esposos no estaban en la verdad y desearon presentar los fondos necesarios para mantener fuera de prisión a sus esposas, finalmente un total de 24 Testigos fueron aprisionados. El más joven tenía 20 años de edad y el mayor 70. En algunos casos tanto el esposo como la esposa fueron encerrados en prisión, y así se creó un problema para sus hijos. Veinte niños, de quince meses hasta dieciséis años de edad, fueron separados de sus padres cristianos. Sin embargo, otros hermanos y hermanas manifestaron amor mediante ofrecerse para atender a estos jovencitos. ¡Sí, ofrecieron más hogares de los que eran necesarios! También se recibieron generosas contribuciones para atender a estos niños. De tan solo los Estados Unidos vino el equivalente de 130.000 escudos ($4.600, E.U.A.). ¡Qué maravillosa evidencia de interés amoroso!
El 18 de mayo de 1967 los Testigos hallados culpables se presentaron en el Tribunal de Juicio Plenario para ser internados en prisión. Las hermanas fueron asignadas a la prisión de Mónicas y los hermanos a la prisión de Limoeiro, y estas prisiones se hallaban a unos veinte minutos a pie desde el palacio de Justicia. Entonces se dio un espectáculo realmente sin precedente. A los hermanos se les dijo que caminaran a la prisión sin escolta y se entregaran allí a las autoridades. ¡Imagínese! ¡Aquí iban estos “ciudadanos peligrosos,” esposos y esposas —condenados a prisión por ser un riesgo a “la seguridad del Estado”— en completa libertad para ir caminando a la prisión! El abogado que defendía a nuestros hermanos, el Dr. Vasco de Almeida e Silva, personalmente se despidió de cada uno. Hizo el siguiente comentario: “No hubo alboroto ni grito. Las hermanas no se desbordaron en expresiones emocionales. Manifestaron una calma admirable y mostraron una actitud de dignidad y se condujeron como yo pensaría que verdaderos Testigos del Dios Altísimo deberían hacerlo. De una cosa se puede estar seguro: En esas prisiones habrá mucha testificación.” Aquellas palabras ciertamente resultaron verdaderas.
EL COMPORTAMIENTO DA TESTIMONIO
La matrona de la prisión escogió a la precursora especial Alda Vidal Antunes, de 55 años de edad, para darle trato especial. Cuando la matrona ordenó a la precursora especial que tejiera un mantel para el altar de la Iglesia Católica, la hermana Antunes cortésmente le dio a conocer la razón que tenía para negarse a hacer aquello, pero mencionó que gustosamente aceptaría otra clase de trabajo. Por esto, fue encerrada en una capilla por varias horas; finalmente fue transferida a la prisión de Tires, supervisada por monjas católicas.
Cuando la Testigo llegó, la madre superiora trató de obligarla a asistir a misa, pero ella rehusó firmemente. Las monjas entonces la pusieron en prisión incomunicada, en una fría celda de cemento, durante más de un mes. La conducta cristiana de nuestra hermana gradualmente ejerció influencia en otras prisioneras y éstas se comportaron mejor, de modo que ya no gritaban ni golpeaban las puertas de las celdas como acostumbraban hacerlo. Respecto a los testigos de Jehová, la madre superiora finalmente confesó: “Esta gente verdaderamente cree en la Biblia. Toda su personalidad parece diferente. Cuando miro a la gente de mi propia religión, veo un gran contraste.”
Mientras Afonso Costa Mendes, un hermano que tenía cuatro hijos, estuvo en prisión, su capataz, que tenía gran aversión a los Testigos, vio la oportunidad de conseguir que despidieran a Costa Mendes de su trabajo, y sometió un informe desfavorable acerca del trabajo que el hermano hacía. El hermano Mendes tenía en peligro ahora sus privilegios por antigüedad de casi treinta años en el trabajo, y sus beneficios de retiro, pero sabía que el asunto tenía que dejarse en manos de Jehová. Las autoridades de la prisión lo asignaron a trabajar con el director social, quien observó la excelente conducta del hermano. Entonces, cierto día, cuando ya se acercaba el fin del término del hermano en la prisión, el director social lo llamó a su oficina. ¡Qué sorpresa fue para el hermano Costa Mendes el verse ante el administrador del personal de su fábrica, a quien entonces se le dijo que nuestro hermano era un excelente trabajador, uno que merecía que cualquier patrono pusiera plena confianza en él! El director social recomendó que fuera restablecido, con plenos beneficios, a su trabajo anterior. Esto se hizo.
CONTINÚA EL HOSTIGAR
Mientras los hermanos cumplían sus sentencias de prisión, los arrestos continuaron por todo Portugal y Angola. El 28 de febrero de 1967, en Luanda, Angola, un grupo de siete hermanos que se hallaban reunidos en un hogar privado fue rodeado por siete agentes de la P.S.P. armados con rifles y ametralladoras. Estos agentes confiscaron toda la literatura, incluso las Biblias, e hicieron que el grupo marchara hacia el cuartel de la policía, donde se les interrogó hasta las dos de la mañana. El jefe de la policía puso fin al incidente diciendo que tenía buen consejo para el grupo: “Lo que les advierto es que dejen este asunto de estudiar la Biblia y usen su tiempo más sabiamente, como dedicándose a seducir a las jóvenes. Si realmente quieren aprender algo acerca de la Biblia, entonces vayan al cura, quien sabe de lo que habla.”
Durante este tiempo William Roberts y su esposa, Dorothy, habían estado efectuando obra de misioneros desde 1959 en el norte de Portugal. La policía finalmente notó al hermano Roberts en la ciudad más católica del país, Braga, durante una visita de circuito en abril de 1967. Las autoridades les confiscaron sus documentos de residencia y poco después este matrimonio lleno de celo evangelizador partió de Portugal para servir en Irlanda.
RECEPCIÓN EN LA FRONTERA
En el verano de 1967 se celebró en Marsella, Francia, la Asamblea de Distrito “Haciendo Discípulos” portuguesa. De regreso a Portugal en nueve autobuses alquilados, los hermanos fueron recibidos inesperadamente por un comité especial de recepción. Agentes de la P.I.D.E., junto con funcionarios de la aduana, confiscaron unas cuarenta cajas de literatura de los primeros seis autobuses que llegaron a la frontera cerca de Elvas. Cuando unos turistas preguntaron qué estaba confiscando la policía en las docenas de cajas apiladas, se les hizo difícil creer lo que oyeron cuando se les dijo: “Biblias y literatura bíblica.”
Un hermano alerta, mientras hablaba con un turista que partía hacia España, dijo: “¡Y eso no es todo! Atrás vienen otros tres autobuses con más de lo mismo.” El turista, enteramente desconocido, sugirió entonces: “Déjenme salir de aquí lo más pronto posible. Quizás pueda detener los otros autobuses y decirles lo que está sucediendo.” Y aquello mismo hizo. La preciosa literatura fue almacenada temporeramente en un cuarto alquilado en Badajoz, España. La evidencia muestra que alguien avisó a las autoridades acerca de la literatura que los hermanos traían consigo desde Francia.
Isabel Vargas, una hermana gruesa y bonachona de Lisboa, nos dice cómo, en otra ocasión, ella se las arregló para conservar parte de su literatura: “La policía entró en nuestro autobús y nos dijo que les diéramos toda la literatura bíblica, porque, si no, ellos la tomarían de todos modos. Apilaron la literatura en un asiento que estaba directamente enfrente de mí. Encima estaba mi Biblia personal, que contenía apuntes que por años yo había tomado. No pude resistirlo: Cuando ellos volvieron la cabeza, respiré profundamente y me apresuré a echarla por el frente de mi vestido. Hice lo mismo con otros libros. ¡No se notó que de súbito me hice más robusta!”
La policía tomó dura acción contra la hermana Emília Afonso Gonçalves, de Lisboa. Aunque ella había nacido en España y estaba casada con un español, su padre era portugués. Por 40 años ella había vivido en Lisboa. Ahora esta humilde viuda, de 52 años de edad, recibió notificación de que en solo 48 horas tenía que salir del país. El cónsul español en Lisboa no pudo lograr que se le diera más tiempo que este corto período y le mostró la notificación oficial de la P.I.D.E. que declaraba explícitamente que la deportación de ella se debía a que pertenecía a la “secta de los testigos de Jehová.” El 16 de septiembre de 1967 ella partió hacia España.
ACTITUD VALEROSA
El pueblo de Jehová no tiene nada que temer cuando se le llama ante las autoridades. En vez de encogerse de temor, y temblar, despliegan la actitud mencionada en Hebreos 13:6: “De modo que podemos tener buen ánimo y decir: ‘Jehová es mi ayudante; no tendré miedo. ¿Qué puede hacerme el hombre?’” La experiencia del hermano Joaquim Freitas ilustra esto. Él había sido católico, y tenía un negocio, y suministraba empleo a muchas personas. Cuando recibió una orden de presentarse en la jefatura de la P.I.D.E., se hizo obvio que las autoridades no sabían cómo empezar a tratar su caso. El hermano Freitas da el mejor relato de lo que sucedió:
“Fueron extremadamente corteses y me dijeron que lamentaban haber tenido que llamarme, puesto que mi tiempo era valioso. Puesto que parecía que vacilaban en decirme de qué querían hablarme, dije: ‘Sí, mi tiempo es valioso, y también el de ustedes. Ciertamente desean saber algo, caballeros. Quizás desean saber si soy o no testigo de Jehová. ¡Pues, lo soy! Y bien, ¿hay algo más que quisieran saber?’
“Esta manera franca de tratar el asunto inició la comunicación, y ellos me dijeron que la organización era mala, y que yo debería dejarla y hacerme buen católico de nuevo. Entonces me dieron permiso para hablar. Les dije que yo había sido criado en el catolicismo y hasta tenía un amigo que era cura a quien yo había visto borracho. Yo había sido inmoral, como muchas otras personas, pero desde que había empezado a estudiar la Biblia con los Testigos había limpiado mi vida y ahora vivía como era propio que viviera un esposo cristiano... con una sola esposa. Por eso: ‘Caballeros, quiero hacerles una pregunta: ¿Debería yo volver a ser católico, o seguir siendo testigo de Jehová?’” No hay que decir que no lo retuvieron más.
PROGRESO EN CABO VERDE
Desde la expulsión del misionero en 1963, había habido poco progreso en Cabo Verde. Pero en 1966 vino un visitante especial: Un hermano que vivía en los Estados Unidos regresó a las islas de donde había venido, y colocó mucha literatura en manos de la gente y dio un testimonio del Reino en las islas de São Vicente (San Vicente) y Santo Antão (San Antonio).
En la isla de São Tiago, o Santiago, un hombre que se había interesado en la verdad y la había aprendido por sí mismo en 1958 por la lectura del libro “Sea Dios veraz,” que había hallado en el hogar de un amigo fotógrafo, continuó manteniéndose en correspondencia con la sucursal de Lisboa. Para 1965 reunió a ocho personas para celebrar la Conmemoración de la muerte de Cristo. Al escribir a la sucursal acerca de esta feliz ocasión, declaró:
“Lamento informarles que solo seis de los ocho presentes participaron de los emblemas. No hay duda de que esto se debió a que los otros dos todavía carecen de madurez.” Estaba claro que necesitaban ayuda. ¡Qué gozo tuvieron al recibir su primera visita de un superintendente viajante en 1968! Al tiempo de la Conmemoración tres publicadores entregaron informe, y un total de 31 personas se reunieron. Esta vez nadie participó de los emblemas.
SALVÁNDOSE POR LOS PELOS
Durante el verano de 1968 había de celebrarse una asamblea de distrito en Francia. Esto exigía varios meses de preparación, puesto que el programa entero, incluso los dramas, tenían que traducirse, ensayarse y grabarse. La familia Ruas tuvo una experiencia a este respecto. Celeste dice lo que sucedió:
“Finalmente terminamos de grabar la cinta magnetofónica del drama acerca de la hija de Jefté, y la cinta quedó en nuestra casa para el siguiente ensayo. Por la mañana, a las siete en punto, sonó el timbre de la puerta. Cuando preguntamos: ‘¿Quién es?,’ los visitantes se identificaron como agentes de la P.I.D.E. Les dije que esperaran un momento mientras me vestía. Puesto que ya habíamos recibido varias visitas de la policía, teníamos poca literatura en casa, pero inmediatamente recordé la cinta. Me apresuré a llevarla a la cocina, levanté la tapa de la cocina de gas y metí debajo la cinta y cubrí de nuevo la cocina con la tapa.
“La policía entró y empezó a registrar la casa de arriba abajo y finalmente los agentes llegaron a la cocina. Estaban terminando su registro cuando nuestra hija Dina entró y dijo: ‘Mamá, voy a preparar el café,’ y se fue a encender el fuego. ¿Qué podía hacer yo? Si decía algo, la policía descubriría la cinta y la confiscaría. En la mente vi que horas y horas de preparación subían al aire en forma de humo. ¡Afortunadamente, nuestra hija encendió la cocinilla del lado opuesto! Se preparó el café y la policía nunca encontró la cinta.”
Varios días después agentes de la P.I.D.E. por poco se apoderaron de documentos de viaje para 100 delegados a la asamblea. El hermano Diamantino Fernandes nos cuenta lo que sucedió:
“Junto con mi esposa y el superintendente de distrito fuimos a la casa del hermano Almeida para entregar todos los documentos y fondos para dos autobuses fletados. Apenas entramos en el edificio donde él trabajaba como conserje y colocamos los sobres en la mesa de la entrada cuando tres agentes de la P.I.D.E. se presentaron inesperadamente para efectuar un registro en el apartamento del hermano Almeida. Dos agentes bajaron con el hermano Almeida, y el tercero empezó a examinar los sobres que estaban sobre la mesa. Nosotros contuvimos el aliento y oramos a Jehová para que le cegara los ojos. Sin una palabra, el agente puso los sobres nuevamente sobre la mesa y bajó adonde estaban sus compañeros. Tan pronto como él desapareció de la vista nos apoderamos de los preciosos documentos y salimos de allí. De nuevo la protección de Jehová quedó muy manifiesta.”
Las instrucciones de Jesús a sus discípulos en Mateo 10:17: “Guárdense de los hombres; porque los entregarán,” resulta ser consejo sabio, como lo muestra la siguiente experiencia:
“Hicimos planes para que la congregación tuviera una ‘comida campestre’ en un día festivo, el Día de las Madres, puesto que esta ocasión sería excelente para justificar una reunión en el bosque de Monsanto. Colocamos vigilantes en lugares estratégicos y los hermanos trajeron la comida en canastos, vino, una bola de fútbol, y un tocadiscos. Se acercaba el mediodía. El discurso público se había pronunciado, y estábamos en los últimos párrafos del estudio de La Atalaya cuando nuestros vigilantes dieron la señal de peligro. Todo el mundo entró en acción y en pocos minutos los canastos estaban abiertos, el vino se estaba sirviendo, el tocadiscos estaba funcionando, y los muchachos estaban pateando la bola por el lugar. Entonces apareció un agente de la policía. Después de examinar la situación, preguntó: ‘¿Qué pasa aquí? ¿Es esto alguna reunión religiosa?’ El hermano asignado para que fuera vocero del grupo en ocasiones de esta índole respondió: ‘Usted mismo puede ver lo que está pasando. Tenemos una comida campestre.’ Sin decir una palabra, el policía se fue.
“Como medida de precaución se dio el anuncio de recoger toda la literatura y las Biblias y ponerlas en uno de los automóviles que se hallaban bastante lejos en la carretera. Apenas se había hecho esto cuando el policía regresó, acompañado por 15 soldados de la G.N.R. con sus rifles. Estos hicieron un registro cuidadoso de los canastos donde estaba el alimento, pero no pudieron encontrar ni literatura ni Biblias. Con sonrisa amarga, el sargento y sus hombres se fueron con las manos vacías, diciendo: ‘Está bien; esta vez nos han engañado, ¡pero sabemos lo que están haciendo!’”
VA CAMBIANDO LA SITUACIÓN
A principios de septiembre de 1968 el primer ministro Salazar experimentó un ataque fulminante. Se formó un nuevo gobierno en el cual el profesor Marcello Caetano fue nombrado presidente del consejo. Salazar permaneció en ignorancia del cambio hasta su muerte en 1970. La transición respecto al poder fue considerablemente más pacífica de lo que muchos habían esperado.
Para principios de 1969 observamos una clara disminución en la intromisión policíaca. Cuando la policía arrestaba a los hermanos, los trataba con mejora notable en la cortesía que les mostraba. Un agente de la P.I.D.E. llamó la atención de un hermano a esto diciendo: “¿Se da cuenta de lo bondadosamente que se le está tratando? ¿Se le está insultando de manera alguna? ¿No está usted sentado en una silla cómoda?” Ciertamente fue animador experimentar un trato más humano. Hasta se recibían informes de protección policíaca, más bien que de abuso.
Uno de los informes cuenta lo que sucedió en una reunión en Lisboa cuando dos agentes de la policía tocaron el timbre de la puerta como a las diez de la noche. Cuando la hermana fue a la puerta, los agentes se identificaron diciendo que habían venido a investigar una queja de que allí se estaba celebrando una reunión. Discretamente, la hermana respondió: “Bueno, yo comprendo que ustedes están cumpliendo con su deber, pero mi esposo me ha dado órdenes estrictas de nunca dejar que ningún desconocido entre en la casa cuando él no está aquí. Por eso, espero que comprendan mi situación. Si ustedes desean, yo podría estar en el cuartel de la policía bien temprano por la mañana para contestar las preguntas que tengan.” La policía aceptó lo que ella dijo. La mañana siguiente los agentes la recibieron bien, y se desarrolló la siguiente conversación:
“Buenos días. ¿Cómo les fue en la reunión anoche?”
“Bien, gracias,” respondió la hermana.
“¿Cuántos hubo allí?”
“Pues, en verdad no sé; quizás veinticinco.”
“No; hubo más... exactamente 32, porque los contamos mientras salían del edificio,” dijo el agente. Añadió: “Mire, en ese edificio ustedes tienen unos vecinos bastante malos. Siempre están metiéndose en dificultades y quejándose acerca de algo. Nuestra visita de anoche fue solo una visita de rutina debido a una queja. Pero nosotros hemos sabido por algún tiempo que allí se celebran reuniones. Sugerimos que usted diga a su gente que haga el menos ruido posible al entrar en el edificio, para que nadie tenga causa de queja. También sería bueno que usaran otros hogares de vez en cuando.”
Otro cambio sin precedente tuvo lugar en Vila Nova de Gaia, al otro lado del río desde Oporto. Dos hermanas estaban haciendo una de sus últimas visitas antes del almuerzo cuando un ama de casa aceptó el libro La verdad. Ella pidió a las hermanas que esperaran mientras conseguía el dinero, pero se apresuró a llamar a la policía. Cuando la policía llegó, dio a la señora la inesperada noticia de que ella, también, tendría que acompañar a la policía al cuartel. Aunque ella protestó, porque estaba preparando la comida para su esposo, quien pronto llegaría, la policía insistió.
En el cuartel de la policía se preparó un informe completo acerca del incidente, y el ama de casa comenzó a manifestar más perturbación. La policía le advirtió que aquello era solo el principio, porque si el asunto iba a la corte debería esperar que perdería mucho más tiempo. Afligida, la señora respondió: “¡Ay! La única razón por la cual llamé fue porque el cura nos dijo que la mejor manera de tratar con los testigos de Jehová era llamar inmediatamente a la policía. Si yo hubiera sabido en lo que me estaba metiendo, ¡nunca hubiera hecho lo que hice!” Por sugerencia de la policía, gustosamente retiró las acusaciones.
PARÍS... ASAMBLEA DE 1969
El gran acontecimiento de 1969 fue la Asamblea Internacional “Paz en la Tierra,” en París, Francia, desde el 5 hasta el 10 de agosto, en el Estadio Colombes. Todo el mundo se emocionó al ver un total de 2.731 personas en la sesión portuguesa, una cantidad tres veces mayor que la que había habido en Tolosa tan solo un año antes. Especialmente nos alegramos de tener representantes de Madera, las Azores, las islas de Cabo Verde y la remota Angola. Para muchos, ésta fue su primera asamblea grande.
El superintendente de la sucursal tuvo una interesante experiencia en esta asamblea. Por razones de seguridad las sesiones en portugués fueron aisladas de las demás. Solo personas que tuvieran un pase especial podían entrar. Cuando él llegó con el hermano Knorr, quien había de pronunciar un discurso, el hermano que vigilaba, por no reconocerlos, no quiso dejarlos entrar. ¡Por lo menos estaba funcionando el sistema de seguridad!
LA IGLESIA SE METE EN LA POLÍTICA
Patentemente ciertas facciones de la Iglesia Católica no estaban contentas. El 27 de septiembre de 1970, en una transmisión nacional por radio y televisión, el primer ministro Marcello Caetano dio una fuerte reprensión pública a unos clérigos agitados. Según informó el periódico O Século, de Lisboa, el 28 de septiembre de 1970, él declaró:
“Ciertas secciones de la Iglesia Católica manifiestan tendencias que no pueden menos que perturbar a las autoridades civiles. . . . Los que gobiernan no pueden permanecer indiferentes al hecho de que ciertos miembros del clero pretenden aprovecharse de su calidad de sacerdotes y del respeto tradicional que inspiran, así como de la libertad de cultos y de adoctrinamiento de que disfrutan, para participar en una acción política que es antisocial y antipatriótica.”
LA PROPUESTA LEY DE “LIBERTAD RELIGIOSA”
Especialmente interesante para los testigos de Jehová llegó a ser la intención del gobierno de someter a la Cámara Corporativa, el 6 de octubre de 1970, un proyecto de ley que llevaba el título de “Libertad Religiosa.” La ley ampliaría el ámbito de la libertad religiosa. ¿Qué respuesta hubo a este proyecto de ley? La Iglesia Católica se destacó en su posición de criticarla. Los obispos católicos, por temor de perder su posición de favor, se expresaron en contra del proyecto de ley.
Un artículo que particularmente desconcertaba a la Iglesia Católica era el Artículo IV del proyecto de ley, que dice: “(1) El Estado no tiene religión particular, y sus relaciones con las organizaciones correspondientes que representan a diferentes grupos religiosos se basan en el principio de separación. (2) Las confesiones religiosas tienen derecho a igual trato.”
LAS TENDENCIAS TOTALITARIAS NO DESAPARECEN FÁCILMENTE
Sin embargo, la mentalidad de estado policíaco continuaba, como se puede ver por el siguiente despacho marcado “Confidencial” acerca de los testigos de Jehová, firmado por el ministro del Interior:
“(1) Mediante la Circular Núm. S.I.—981/70, Prec. 21088 de 1.a Sec/2.a División del Mando G., con fecha de 21 de octubre de 1970, se han compilado instrucciones en cuanto a la ilegalidad de la secta bajo consideración y especialmente acerca de su propaganda.
“(2) Recientemente la prensa publicó los términos de un proyecto de ley sobre ‘Libertad Religiosa,’ el cual, por su misma naturaleza, pudiera llevar a diferentes interpretaciones en cuanto a su objetivo, especialmente por ciertos jóvenes que pretenden eximirse del servicio militar.
“(3) En vista de lo que se declara en la Cláusula 2, estos hechos fueron presentados a Su Excelencia el Ministro del Interior, a quien le pareció bien formular el siguiente despacho:
“‘El proyecto de ley de Libertad Religiosa de ninguna manera altera las condiciones que se han impuesto a los testigos de Jehová por razones del más elevado interés nacional, y debe continuarse poniendo alto a sus actividades.’”
CONTINÚA LA PERSECUCIÓN EN ANGOLA
Mientras tanto, en Angola, una nueva ola de persecución se perfiló. El 16 de marzo de 1970, en Nova Lisboa, siete personas que se interesaban en la verdad fueron arrestadas por estudiar la Biblia y publicaciones de la Sociedad. Estas siete personas recibieron sentencias que variaban de dos a cinco años. Una carta de una de estas siete personas describe cómo se les trató: “El 10 de junio nos transfirieron al distrito de Huíla, Sá da Bandeira. Permanecimos allí cuatro días, durmiendo sobre tablas, sin mantas y encerrados en una celda sin luz. El único alimento que recibíamos era una cucharada de sopa a las cuatro de la tarde cada día.”
Había buena razón para creer que las autoridades coloniales de Angola pensaban que había llegado el tiempo para “detener y destruir” la obra de los Testigos. El hermano João Mancoca finalmente había sido puesto en libertad en agosto de 1970, después de pasar más de nueve años en campamentos de trabajo penal; pero para abril de 1971 volvió a la prisión, junto con más de treinta otros fieles Testigos.
LA PERSECUCIÓN ESTIMULA EL PROGRESO
A pesar de una nueva ofensiva contra los testigos de Jehová en Angola, el mensaje del reino de Dios continuó llegando al corazón de los que tenían disposición correcta respecto a la vida eterna. Entre los más de cinco millones de habitantes de esta vasta tierra —mayor que Francia, Alemania e Italia combinadas— centenares de personas estaban aprendiendo la verdad. En 1971 hubo un máximo de 487 publicadores, un aumento de 88 por ciento sobre el promedio del año anterior, y 1.311 personas asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo.
En 1961, al mismo principio de las dificultades, había unos mil publicadores en Portugal; ¡10 años después el máximo sin precedente fue de 9.086 publicadores! A la Conmemoración celebrada en aquel mismo año asistió la cantidad de 20.824 personas, ¡una nueva marca!
CAMBIOS EN EL AMBIENTE
El 15 de junio de 1971 la Asamblea Nacional, compuesta de 120 diputados, se reunió para considerar el proyecto de ley sobre libertad religiosa. Periódicos y revistas publicaban ahora artículos de fondo que muchos jamás se hubieran imaginado que pudieran sobrevivir a la censura del gobierno. Por ejemplo, lo siguiente salió en la revista semanal noticiosa más prominente del país, Vida Mundial, el 26 de marzo de 1971, bajo el encabezamiento “El catolicismo y la nacionalidad”:
“Recientemente se han hecho ciertas alegaciones con la intención de, bajo disfraz, obtener [para la Iglesia Católica] privilegios que de ninguna manera armonizan con la situación real de la Nación Portuguesa en cuanto a su vida religiosa. No somos una Nación Católica. Somos una nación en la cual la mayoría dice que es católica, y, sobre todo, somos muchas razas y muchas religiones. No podemos negar esto. . . . Por atractivo que parezca, no es propio el que las autoridades civiles se inclinen a favor de cierta religión . . . Si a una religión se le reconoce, entonces a todas las religiones se les debe reconocer en el nombre de los más sanos principios de la libertad.”
DIPUTADOS RECIBEN TESTIMONIO
Llegó el tiempo para informar a los legisladores de la nación acerca de los testigos de Jehová. Se hicieron arreglos para entrevistas con 14 miembros de la Asamblea Nacional de los cuales se sabía que favorecían la libertad religiosa. Por primera vez los testigos de Jehová lograron hablar con miembros del más encumbrado cuerpo legislativo del país. En algunos casos se invitó a los Testigos a los hogares de estos diputados, y hubo conversaciones afables que duraron horas. A cada diputado se le dio una declaración de 12 páginas acerca de nuestras creencias, junto con varias publicaciones.
En Oporto, el hermano Armando Monteiro tuvo la oportunidad de hablar con un diputado que había sido estudiante de escuela secundaria junto con él, el Dr. Sá Carneiro. Este tenía ahora la reputación de ser el vocero del país respecto a las libertades civiles. Él dijo al hermano Monteiro: “Para adquirir reconocimiento ustedes tienen que estar listos para una dura batalla, especialmente debido a la guerra de Angola y a que ustedes no se envuelven en tales conflictos. Sin embargo, yo estoy a favor de la libertad religiosa para todos y haré todo lo que esté en mi poder para que se pase una ley que garantice libertad religiosa.” Es interesante el hecho de que algún tiempo después este hombre llegó a ser el primer ministro del país, hasta su muerte en 1980.
LA LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA
Portugal llegó a un punto de importancia en el capítulo de las libertades civiles el 21 de agosto de 1971, cuando se adoptó la ley 4/71, que otorgaba libertad religiosa. Esta ley exigía que la religión que buscara reconocimiento presentara una petición formal, firmada por 500 miembros, que tendría que ser sometida junto con mucha información detallada en cuanto a creencias, reuniones, publicaciones, y así sucesivamente.
El año siguiente, para gran sorpresa de todos, se presentó otra ley, una que exigía que toda firma de la petición fuera certificada. En noviembre de 1972 se presentó al Ministerio de Justicia un documento de cinco centímetros de espesor. Así, los testigos de Jehová fueron el primer grupo religioso que buscó reconocimiento legal bajo la nueva ley. Por declaraciones que hicieron ciertos funcionarios, quedó claro que no habría de esperarse una respuesta pronta.
CANCELADA LA ASAMBLEA DE DISTRITO DE 1971
Puesto que en Portugal las asambleas continuaban prohibidas, el viaje anual a Francia era el gran acontecimiento del año. Los tres mil quinientos hermanos que esperaban ansiosamente asistir a la Asamblea de Distrito “Nombre Divino” en Tolosa se sacudieron sobremanera al enterarse, precisamente una semana antes del tiempo que habían fijado para su partida, que la asamblea había sido cancelada debido a la amenaza de una epidemia de cólera. ¿Qué podía hacerse? Los hermanos de Lisboa descubrieron que en Londres, Inglaterra, se celebraría una asamblea en las mismas fechas. Rápidamente hicieron arreglos para conseguir nuevos contratos con las compañías de autobuses. ¡El obstáculo final quedó atrás cuando el gobierno, dentro de un período sin precedente, emitió permisos de viaje para 10 autobuses!
Después del largo viaje los hermanos quedaron sorprendidos por el tamaño de Londres y por lo que les pareció que era vagar interminablemente para hallar el lugar donde se celebraría la asamblea, en Twickenham. Algunos, completamente perdidos en la ciudad, solo pudieron suplicar en inglés chapurrado: “Yo testigo de Jehová, ¿dónde Twickenham?” La policía británica fue muy servicial, y escoltó a algunos hermanos al lugar de la asamblea. En el Betel de Mill Hill se presentaron finalmente varios autobuses bien temprano por la mañana. Los hermanos nunca olvidarán la afectuosa acogida que recibieron cuando, apresuradamente, el Salón del Reino del Betel de Londres fue transformado en un dormitorio.
ARRESTAN A HERMANOS SORDOS
En octubre de 1971 un celoso grupo de hermanos sordos estaba celebrando reuniones con regularidad en Lisboa. La policía se presentó de repente en el Estudio de Libro de Congregación de ellos, pero nadie contestó cuando la policía tocó a la puerta, puesto que no podían oír. Perplejos, los agentes de la policía esperaron hasta que la reunión terminó y, cuando los hermanos salieron de la casa, los arrestaron. ¡A la policía le pareció extraño el que nadie contestara sus preguntas o siquiera dijera una palabra!
Cuando los hermanos, tranquilos, hicieron ademanes para mostrar que no podían hablar ni oír, las sospechas de la policía aumentaron. Realmente era cómico ver a agentes de la policía en confusión, puesto que algunos creían que se trataba de una treta. Los agentes encontraron cerca de allí al dueño de la casa y lo llevaron a la comisaría junto con los 17 hermanos sordos. La policía sometió a exámenes a los arrestados para cerciorarse de que de hecho eran sordomudos. Cuando las autoridades quedaron convencidas de ello, retiraron las acusaciones.
CORRIENTES OCULTAS
Extraño como parezca, en vista de la tendencia hacia la libertad religiosa, en la primavera de 1972 hubo rumores de que se reanudaban las medidas de represión. Un boletín de la Guardia Nacional Republicana (G.N.R.) llegó a nuestras manos mediante un agente de la policía que estaba interesado en la verdad. Era el “Boletín Núm. 1441/3a. Cuartel Republicano General,” con fecha de 9 de marzo de 1972 e intitulado “ACTIVIDADES DE LA SECTA TESTIGOS DE JEHOVÁ.” Decía en parte:
“Respecto al tema susodicho, el General y Oficial al Mando me ha encargado que notifique que se deben intensificar los esfuerzos por descubrir sus actividades y obrar en conformidad con ello. Está claro que esta secta es de naturaleza subversiva y las leyes actualmente en vigor permiten restringir su actividad.”
Así, no fue sorpresa el que en la noche de la Conmemoración, el 29 de marzo de 1972, la policía irrumpiera en tres lugares de reunión de Lisboa y se llevara a todos los presentes a la jefatura. Los agentes, sin embargo, no exigieron dinero como fianza, y pronto soltaron a todos los hermanos. No se informaron otros incidentes, lo cual indica que los miembros comunes de esta fuerza especial de la policía no se inclinaban a lanzar una campaña nacional contra los testigos de Jehová.
JEFES DE LA POLICÍA AYUDAN
De hecho, muchos policías manifestaban tolerancia para con los Testigos. Dos hermanas relatan esta experiencia: “En el ministerio de casa en casa, cierto hombre, encolerizado, vino a la puerta en traje de dormir. Nos excusamos cortésmente y pasamos a otra casa y continuamos testificando. Mientras salíamos del edificio, vimos que el hombre, en traje de dormir, nos estaba esperando. Era miembro de la policía e insistió en que lo acompañáramos. Sugerimos que se pusiera un abrigo encima y le aseguramos que no huiríamos. En los pocos minutos que se tardó en conseguir su abrigo, escondimos nuestra literatura en un cubo de basura cercano.
“Al entrar en el cuartel de la policía, el hombre que nos había arrestado se jactó con arrogancia: ‘Aquí traigo a dos Testigos a quienes sorprendí predicando. ¡Arréstenlas!’ ¡Qué sacudida se llevó cuando el jefe de la policía lo reprendió diciendo: ‘Usted debe avergonzarse: ¡un policía en la calle en traje de dormir! ¡Vuelva a su casa y vístase como debe vestirse!’ Con eso nos despidió y nosotras regresamos a recoger nuestra literatura.”
En otra ocasión, cuando dos hermanos que habían sido arrestados en el ministerio del campo llegaron al cuartel de la policía, el agente declaró con orgullo: “¡Aquí están otros dos Testigos! ¡Métanlos en la cárcel!” El jefe de la policía replicó: “¿Qué le pasa a usted? No quiero que me traigan más Testigos aquí. ¡Si las cosas siguen como van, usted pronto va a traerme aquí a mi propia madre!” El jefe puso en libertad a los hermanos sin decir nada más.
DE REGRESO A LOS TRIBUNALES
Puesto que el boletín de marzo de 1972 emitido por la Guardia Nacional Republicana (G.N.R.) no terminó con las actividades de los testigos de Jehová, en noviembre de 1972 se pasó una ley que se convirtió en un instrumento de la Policía de Seguridad Pública (P.S.P.) para detener nuestras reuniones. Estalló una ola de arrestos contra nuestros hermanos en lugares como Gondomar, Torres Vedras, Parede, Lisboa y Funchal en Madera. Como resultado, hubo una serie de litigios en los cuales unos jueces valerosos dictaron fallos de absolución a los Testigos y se expresaron denodadamente a favor de la libertad religiosa.
Un proceso judicial que creó mucha expectación fue el de Peso da Régua, en una provincia norteña de Portugal, un baluarte tradicional del catolicismo. La obra había empezado muy poco tiempo antes en este territorio aislado, y un grupo de 18 personas que recientemente habían manifestado interés en la verdad se hallaba en juicio por estudiar la Biblia en un hogar privado. El hermano Agostinho Valente, el precursor especial que atendía a este grupo, relata lo que sucedió:
“Resultó que el mejor testimonio fue dado por dos señoras de muy humilde origen que se interesaban en la verdad. La atmósfera normalmente aterradora de las austeras salas de tribunal no tuvo ningún efecto en ellas. Explicaron de manera tan natural, clara y vigorosa el gozo que les había dado el aprender tantas cosas maravillosas de la Biblia que fue obvio que el juez mismo quedó impresionado.” Dio un fallo favorable.
PROBADA LA FE DE CRISTIANOS NEUTRALES
El hermano Fernando Silva, de Oporto, recuerda claramente la penalidad que afrontó por mantenerse íntegro y negarse a rendir servicio militar, por razón de su conciencia cristiana: “Me arrestaron en diciembre de 1972 y me dieron 15 meses de prisión. Los esfuerzos repetidos que hicieron para obligarme a transigir fracasaron, incluso la ‘persuasión’ física. Me transfirieron a la prisión de la Trafaria, cerca de Lisboa, y me empezaron a ‘tratar’ con latigazos. Finalmente me pusieron en un avión y me llevaron a Angola.
“Pronto me di cuenta del difícil futuro que me esperaba. Terminé en Nova Lisboa bajo un capitán militar que era famoso por su crueldad. Ahora las palizas llegaron a ser parte regular de mi vida; fueron aumentando en cantidad y severidad. Día por día me debilitaba, porque frecuentemente me privaban del alimento. Constantemente oré a Jehová y puedo decir que él no me abandonó. Mientras más me golpeaban, menos lo sentía. Soldados amigables me traían pan y frutas.
“Una noche el capitán vino a mi celda con papel y pluma. Me dijo que escribiera una carta de despedida a mis padres, puesto que me iban a fusilar. Suplicando a Jehová que me diera fortaleza para soportar aquello, escribí la carta, pues estaba seguro de que pronto moriría. ¡Entonces me enteré de que era una artimaña! Finalmente me sometieron a juicio en un tribunal militar y me sentenciaron a dos años y cuatro meses de prisión.”
Un médico que provenía de una familia prominente se declaró a favor de la neutralidad aun antes de bautizarse. Su hermano había sido condecorado por valentía en la guerra colonial, y se esperaba que él también reflejara el mismo espíritu patriótico. Sin embargo, puesto que él había tomado la decisión de no participar en el conflicto colonial africano, escogió un momento apropiado para explicar su posición bíblica en una reunión de familia. La madre de él, no pudiendo resignarse a aceptar la decisión de su hijo, hizo arreglos para que éste fuera a una entrevista en los cuarteles generales del ejército. José Manuel Paiva mismo es quien mejor relata lo que sucedió en esta ocasión:
“Desde el principio era obvio que a mi madre la perturbaba emocionalmente el hecho de que yo fuera ‘la oveja negra’ de la familia, de modo que solicité que se me permitiera explicar la razón que tenía para mi decisión. Mientras el oficial escuchaba atentamente, mi madre interrumpía la conversación y decía: ‘Son esos testigos de Jehová. Le han lavado el cerebro a mi hijo. ¡Son fanáticos!’ Para sorpresa mía, el oficial respondió: ‘No; yo no creo que sean fanáticos. He escuchado a su hijo explicar las creencias que tiene. Él sabe lo que está haciendo y por qué lo está haciendo. Por supuesto, no puedo concordar con él, puesto que el ejército es mi carrera. Pero respeto a estas personas. He oído a otros Testigos explicar las razones que tienen para no participar en la guerra, y todos ellos pueden explicar inteligentemente su fe. Los fanáticos son los que van a Fátima [lugar sagrado católico en Portugal] sin saber por qué, ni lo que creen.’
“Entonces me dijo: ‘Usted es médico, así que, ¿por qué no hace que dos de sus colegas le firmen un certificado que diga que tiene alguna enfermedad? Nosotros archivaremos esto con sus documentos, y quedará exento del servicio militar.’ Le di gracias por su consideración, pero le dije que no podía hacer tal cosa, puesto que aquello sería falso. Para sorpresa mía, él miró a mi madre y dijo: ‘¿Oyó eso? Yo le dije lo que le dije a propósito, porque sé que los testigos de Jehová ni siquiera mienten. Ese es el calibre de su hijo. ¡Usted debería estar orgullosa de tener un hijo como éste!’” Este hermano es ahora anciano de una congregación.
DESARROLLO RÁPIDO
A fines del año de servicio de 1972 la organización teocrática iba adelantando vigorosamente. Hubo seis máximos consecutivos en la cantidad de publicadores, y por el tercer año consecutivo más de mil personas se bautizaron. Se conducían más de diez mil estudios bíblicos, y un total de 23.092 personas asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo. Lisboa ahora tenía una proporción de un Testigo por cada 226 habitantes, de modo que la sucursal estimuló a los hermanos a mudarse de allí y servir donde había mayor necesidad de ayuda.
Hasta ciudades grandes necesitaban ayuda. Un caso de esto es el de Setúbal, una ciudad con una población de sesenta mil personas y situada a solo 40 kilómetros al sur de Lisboa. En 1968 la congregación tenía solamente 27 publicadores. La sucursal asignó a cinco precursores especiales a aquella congregación, y para 1972 ésta había crecido hasta tener el máximo de 140 publicadores, y una concurrencia de 375 personas a la Conmemoración o Memorial. Hoy Setúbal tiene tres congregaciones.
ASAMBLEA INTERNACIONAL DE 1973
A medida que el crecimiento continuaba, una muchedumbre sin precedente de 8.150 personas asistió a las sesiones en portugués de la Asamblea “Victoria Divina,” celebrada en los terrenos de la Feria Mundial de Bruselas. Hubo allí otros miles de hermanos españoles y belgas, de modo que la concurrencia máxima total llegó a más de cincuenta mil personas. Es sorprendente el que tantos delegados portugueses asistieran, puesto que la mayoría de ellos no tenía pasaporte, y el gobierno no quiso darles uno. Se emitió un “pasaporte colectivo” especial a los Testigos que garantizaran que su grupo de 25 viajeros regresaría a Portugal. Los arreglos de transportación constaron de cuatro trenes especiales con 1.000 delegados cada uno, seis aviones fletados y veintenas de autobuses. Para estos hermanos portugueses aquélla fue una ocasión que vigorizó su fe, por estar unidos de nuevo, personas que habían venido desde lugares tan distantes como Mozambique, Angola, Cabo Verde, Madera y las Azores.
Cuando el amor habla, se le escucha en todo idioma. Esto se demostró una vez más en los arreglos de alojamiento que se hicieron para la asamblea de Bruselas. Imagínese esto: ¡una sola congregación de Bruselas, que contaba con 50 publicadores, hizo arreglos para alojar a 350 hermanos visitantes! Muchos hermanos ofrecieron gustosamente sus propias camas a los visitantes. Algunos alojaron hasta a 25 personas en sus hogares. Un hermano a cuyo hogar fue asignado un grupo de 15 delegados deseó hacer más de lo que había hecho. Por eso alquiló, por todo el período de la asamblea, todas las habitaciones de un hotel pequeño que se hallaba cerca del lugar de la asamblea, y dijo al hermano que se encargaba del departamento de alojamiento: “Puede asignar estas habitaciones a los que estén verdaderamente necesitados.”
La escena de despedida en la estación del ferrocarril fue una vista que jamás se podría olvidar. La memorable despedida estuvo llena de abrazos y besos, y de dar flores y recuerdos. ¡Un miembro de la policía quedó tan conmovido por el despliegue de amor cristiano que decidió hacer un regalo él mismo!
¡Qué efecto tuvo esta asamblea en nuestros hermanos! La escolta de la policía al frente de una caravana de delegados por en medio de la ciudad hizo que un hermano dijera: “¡Qué diferencia! Aquí la policía está al frente, guiándonos. En Portugal siempre está detrás de nosotros, persiguiéndonos.”
Las palabras finales del hermano Knorr a la asamblea portuguesa fueron: “Sigan sirviendo fielmente a Jehová. Nunca se sabe lo que Jehová puede permitir. ¿Quién sabe?, ¡puede que la próxima asamblea internacional a la que ustedes asistan se celebre en Portugal!”
GOLPE DE ESTADO
Desde dentro de las filas del establecimiento militar, el 25 de abril de 1974 se planeó y llevó a cabo una rápida revolución. Se había estado desarrollando descontento debido a la larga guerra colonial en África. No se podía visualizar una victoria militar en Angola, Mozambique ni Guinea-Bissau. En vista de la inflexible norma política del gobierno para con las colonias, los soldados mismos decidieron que era tiempo de terminar la guerra.
La población en general apoyó plenamente aquella revolución casi incruenta. Fue una fuente de sorpresa el ver que poderosas instituciones que habían tenido al país en fuerte agarro se desplomaron de la noche a la mañana. Centenares de agentes de la P.I.D.E. fueron arrestados. ¡Ciertamente fue un gran cambio el ver que los soldados se llevaban a los agentes de la P.I.D.E. a punta de pistola!
PERÍODO DE TRANSICIÓN
El nuevo régimen se apresuró a declarar que había libertad de palabra y restauración de las libertades civiles. Poco después, el ministro de Justicia informó a nuestros abogados que todos los casos de tribunal pendientes contra los testigos de Jehová habían sido eliminados.
También nos enteramos de que el gobierno anterior había archivado indefinidamente nuestra solicitud de reconocimiento legal. Ahora estábamos en comunicación semanal con las autoridades, quienes estaban a favor de otorgar tal reconocimiento a nuestra obra.
LA ÚLTIMA GRAN ASAMBLEA EN EL EXTRANJERO
Durante el verano de 1974 un total de 12.102 portugueses asistieron a la Asamblea de Distrito “Propósito Divino” en Tolosa, Francia. Jamás en la historia de este país se había utilizado transportación tan masiva para una asamblea celebrada en el extranjero. Un inspector de ferrocarril observó a unos hermanos que limpiaban un vagón y dijo: “En mis 25 años de trabajo con el ferrocarril nunca había visto tal cosa. Esto es extraordinario. Ustedes se distinguen de toda otra gente que haya viajado en estos trenes.”
Esta fue la magnífica culminación de lo que había llegado a ser un viaje anual al extranjero. Los hermanos hicieron toda clase de sacrificios para asistir a la asamblea de distrito y prestaron atención cuidadosa desde las palabras de bienvenida hasta las de la última oración. Siempre recordaremos con gran cariño los esfuerzos de todas las personas que nos hospedaron durante aquellos años.
UNA OCASIÓN HISTÓRICA
El 18 de diciembre de 1974 los testigos de Jehová obtuvieron reconocimiento legal. Precisamente tres días más tarde se celebraron dos reuniones inolvidables en las cuales estuvieron presentes los hermanos N. H. Knorr y F. W. Franz, una en Oporto, con una concurrencia de 7.586 personas, y la otra en Lisboa, con 39.284 personas.
Lo significativo de aquella ocasión fue resumido por el periódico de Lisboa Diário Popular del 26 de diciembre de 1974: “Hasta el 25 de abril el ser testigo de Jehová era peligroso y hasta subversivo. Pero los tiempos han cambiado. Ahora es posible, no solo ser Testigo en Portugal, sino también celebrar reuniones públicamente. Esto sucedió en Lisboa, en el Estadio de Tapadinha, donde miles de personas se reunieron libremente. . . . El tema de la paz bajo el singular ‘gobierno por Dios’ resonó mediante los altavoces. Y todo esto sucedió en un estadio de fútbol al cual hemos ido para reuniones mucho menos edificantes.”
SE PROVEE ALIMENTO ESPIRITUAL
Durante los años de la proscripción, Jehová, mediante su organización, nos suministró continuamente el alimento espiritual. Muchas sucursales nos enviaban con regularidad paquetes pequeños de literatura, pero, a medida que los años pasaban, más y más de estos paquetes eran confiscados. Hermanos que venían a pasar sus vacaciones en Portugal introdujeron valiosas cantidades de publicaciones en el transcurso de los años. Con agradecimiento reconocemos el espíritu valeroso que desplegaron estos hermanos, y damos gracias a todos los que estuvieron tan dispuestos a participar en esta actividad.—2 Tim. 1:7.
LOS DEPÓSITOS DE LITERATURA BAJO LA PROSCRIPCIÓN
A medida que la organización fue creciendo necesitamos lugares desde donde trabajar, y en varias ciudades hallamos locales convenientes. A uno de estos lugares se le llamó “el agujero.” Puesto que no tenía abertura por donde pasara la luz natural, hubo que hacer un agujero en la pared para que el aire fresco entrara. Un hermano trabajó fielmente en este lugar durante ocho años. Esto recuerda él: “Especialmente me repugnaban las ratas y los mosquitos. Desafortunadamente, ‘el agujero’ tenía una abundancia de ambas cosas. Al principio yo tenía que saltar sobre las ratas al entrar en ‘el agujero,’ y ellas huían. Después que se hubieron acostumbrado a mi presencia me pasaban lentamente cerca mientras yo trabajaba. Era extraño, pero en medio de aquellas circunstancias especiales pude soportarlas.”
Por medio de nuestros hermanos que trabajaban en imprentas comerciales pudimos importar una edición especial de La Atalaya, y los funcionarios de la aduana obviamente quedaron “cegados” a lo que estaban autorizando. Pudimos efectuar esto durante varios años, hasta cuando llegamos a necesitar demasiadas revistas. Aun durante la crisis del papel en los primeros años setenta Jehová manejó los asuntos de tal manera que toneladas de papel de periódico llegaron a nuestras manos.
Durante años algunos fieles ancianos de las congregaciones hicieron trabajo largo y duro, después de un día entero de trabajo seglar, para asegurarse de que las publicaciones esenciales estuvieran disponibles a tiempo. Los registros muestran que más de un millón cuatrocientos libros se produjeron mediante impresores comerciales, además de millones de folletos, revistas y tratados. La protección y la bendición de Jehová fueron muy patentes.
Sin embargo, puesto que la obra ahora tenía reconocimiento legal, pudimos importar literatura desde la oficina central. ¡Qué emocionante fue recibir nuestro primer embarque de 14 toneladas en 1975, un embarque que contenía el nuevo libro de 416 páginas El reinado de mil años de Dios se ha acercado!
PREPARACIONES PARA LA EXPANSIÓN
Puesto que teníamos libertad de adoración, dimos pasos para modernizar la organización en todo nivel. En Estoril, suburbio de Lisboa, hallamos un local que podía servir de sucursal. El dueño de un edificio moderno de tres pisos vacilaba en cuanto a alquilar el lugar a los Testigos. Todas las dudas se le disiparon después que hubo consultado con su abogado, quien dijo: “No podría tener mejores inquilinos. Los testigos de Jehová cuidarán ese lugar como si les perteneciera.” Compramos este edificio en 1976 y construimos una extensión en 1977, para almacenar literatura e instalar una pequeña imprenta de tipo offset.
Un nuevo privilegio que los hermanos aceptaron gozosamente fue el de organizar sus propias asambleas de circuito y de distrito. Esto no era para ellos un desafío pequeño, puesto que los circuitos no poseían ningún equipo... ni siquiera una olla o una sartén. La sucursal organizó una serie de reuniones para garantizar uniformidad en la construcción de todo equipo para los 12 circuitos. Entonces, debido a la compatibilidad, se podía combinar el equipo de cafetería y sonido para que hubiera muy buen funcionamiento de éstos en las asambleas de distrito. Todo este equipo estuvo listo para ser usado, y fue usado excelentemente, durante el verano de 1975, cuando se celebraron las primeras tres asambleas de distrito en Portugal con una concurrencia combinada de 34.529 personas al discurso público.
SE REABREN SALONES DEL REINO
En enero de 1975 la sucursal informó a las congregaciones que podían abrir Salones del Reino. Con gran gozo las congregaciones aprovecharon la oportunidad, y antes del fin del año se habían abierto más de cien salones. Puesto que la propiedad inmueble es costosa, la única solución fue alquilar salones. Muchos Salones del Reino son los mejores auditorios de la comunidad local. ¡Es muy digno de encomio el ver Salones del Reino que en muchos casos tienen alfombras, cortinas y otras conveniencias que los hermanos no pudieran darse el lujo de tener en sus propios hogares! Los alquileres se iban haciendo exorbitantes; en algunos lugares había que pagar más de $600 (E.U.A.) mensualmente. Para resolver este problema, en la mayoría de las ciudades cuatro o cinco congregaciones usan el mismo salón.
TIMOR
Timor es una isla de las Indias Orientales, al norte de Australia. La mitad oriental de esta isla llegó a ser territorio de Portugal a principios del siglo XVI. En 1975 los habitantes de Timor exigieron independencia de Portugal. Para este tiempo la oficina central de la Sociedad pidió a la sucursal portuguesa que consiguiera un matrimonio de precursores especiales experimentados que pudiera ir a la capital de Timor, Dili, y atender algún interés que había encontrado allí un hermano australiano que había visitado aquel lugar.
El hermano Gabriel Santos y su esposa aceptaron gustosamente la asignación misional. Llegaron a Dili en abril de 1975, pero su ministerio resultó corto. A principios de agosto de aquel año estalló una guerra civil entre los dos partidos políticos rivales. El hermano Santos describe lo que sucedió:
“Precisamente dos días antes de que comenzaran los disparos yo había comprado suficiente alimento como para dos semanas, sin darme cuenta de que pronto seríamos casi prisioneros en nuestro propio apartamento. Cuando las balas empezaron a dar contra nuestro edificio nos dimos cuenta de que el preocuparnos no ayudaría nada, y por eso oramos a Jehová y pusimos nuestra vida en sus manos. Casi dos semanas después, cuando nuestro suministro de alimento casi estaba agotado, quedamos solos en el edificio, pues las otras siete familias habían huido al campamento de refugiados. Precisamente cuando nos preguntábamos qué hacer, el capitán de un barco tocó a nuestra puerta. Nosotros habíamos estado estudiando la Biblia con su esposa, y ahora él había venido, bajo fuego intenso, para sacarnos de allí. Por alguna razón, cuando salimos para el campamento de refugiados el fuego de las armas se detuvo por primera vez en dos semanas. Extraño como parezca, tan pronto como entramos en el campamento los disparos empezaron de nuevo. Después de tres días en el campamento, este capitán nos llevó a un barco noruego que nos transportó, junto con otros 1.157 refugiados, a Darwin, Australia. Habiendo experimentado la mano de protección de Jehová, estamos más deseosos que nunca de continuar sirviéndole fielmente.”
En solo tres meses estos precursores colocaron 567 libros en manos de la gente, y algunas de las personas que empezaron a asistir a las reuniones en Dili se bautizaron finalmente después de haber regresado a Portugal. Indonesia ahora administra este territorio, y habrá que ver lo que se desarrollará en el futuro.
SEÑAL DE COSAS MAYORES QUE VENDRÍAN
Al fin del año de servicio de 1975 fue interesante dar una mirada atrás y notar la multitud de acontecimientos sobresalientes que tuvieron lugar en un solo año de libertad religiosa. Por nueve meses consecutivos se habían alcanzado cantidades máximas de publicadores, y el resultado fue un máximo de 16.183 publicadores. Esto fue un aumento de 23 por ciento sobre el promedio del año anterior. ¡Un total de 3.925 personas se bautizaron, y la concurrencia a la Conmemoración de la muerte de Cristo subió a 41.416! Todo indicaba que todavía vendría más expansión.
LA LIBERTAD TRAE NUEVAS PRUEBAS
La revolución de 1974 trajo grandes cambios en la sociedad portuguesa. Siguió a la revolución un período de inestabilidad durante el cual fuerzas radicales agitaron a la población. Se organizaron grupos de “celdas vecinales” junto con “comités fabriles” que, funcionando frecuentemente como tribunales desautorizados e irresponsables, despedían a los empleados. Por las calles, en las paredes aparecieron carteles y grandes pinturas con las figuras de Stalin, Lenin, Marx y Mao. Era cosa común ver la señal de la hoz y el martillo, y había periódicos comunistas en venta.
Un hecho irónico fue que la opresión que practicó el régimen de ala derecha que fue expulsado del poder, una opresión que había sido condenada en sumo grado, ahora llegó a ser el instrumento de los poderes de ala izquierda. Esto se puede ver por la experiencia que relató Olegário Virginio: “El gobierno invitó a toda persona a trabajar durante cierto domingo como demostración voluntaria de apoyo masivo. Se pidió que todos los ciudadanos salieran a los campos, las fábricas y las oficinas en un ‘día festivo de trabajo en celebración de la victoria de las fuerzas armadas.’ Puesto que yo decidí no presentarme como voluntario para esto, aquel mismo domingo recibí una llamada telefónica en la cual se me trataba de intimidar para que me presentara, o me encararía a grandes dificultades. Al ir al trabajo el día siguiente vi colgando de un árbol, a la entrada de la fábrica, una efigie que llevaba las palabras: ‘Cuelguen a los Jehovás.’
“Entonces se convocó una sesión plenaria de todos los obreros. Había unos 400 presentes cuando me llamaron ante este auditorio y una junta completa de 17 miembros del comité se sentó a juzgarme. Cuando empecé a defender mi neutralidad con relación a la causa revolucionaria, miembros comunistas interrumpieron y atacaron mis creencias religiosas. Acusaron a los testigos de Jehová de ser asesinos por rehusar las transfusiones de sangre y dijeron que éramos antipatrióticos; exigieron que se me despidiera. Otros miembros no pensaban así. Uno habló y dijo que la reunión no era para juzgar las creencias religiosas de nadie, sino para considerar si el empleado era digno de su trabajo. Se presentó un informe favorable acerca de mi registro de trabajo, y al final de la sesión fui retenido como empleado debido a mi conducta ejemplar. Es interesante el hecho de que el hombre que fue responsable por levantar aquella efigie cometió suicidio posteriormente.”
OTRA CLASE DE PRUEBA
Durante este tiempo llegó a ser común el que la gente mostrara reverencia a líderes revolucionarios muertos, como a Salvador Allende, mediante observar cinco minutos de silencio. Durante una de tales ocasiones, que tuvo que ver con la muerte de un soldado portugués, esto le sucedió a Mário Neto:
“Puesto que no participé en esta ceremonia, compañeros de trabajo comunistas aprovecharon la ocasión para acusarme. En el día de la sesión plenaria 250 empleados se reunieron en el auditorio. A una larga mesa se sentaron nueve jueces que representaban diferentes secciones del personal de la oficina. Yo fijé las siguientes condiciones para mi defensa, las cuales fueron aceptadas: (1) No se me interrumpiría mientras hablara; (2) Cualquiera podría hacer preguntas cuando yo terminara mi defensa; (3) Se me permitiría usar la Biblia.
“Puesto que la acusación tenía que ver con reverencia para los muertos, pude explicar lo que la Biblia muestra que es la condición de los muertos. Señalé a la esperanza del Reino como la única solución a los problemas de la humanidad inquieta y explotada. Esta reunión duró tres horas, y considero que fue el discurso público más importante que he tenido el privilegio de pronunciar. Después de la sesión, compañeros de trabajo de la oficina se me acercaron y hablaron favorablemente. Por ejemplo, un comunista dijo: ‘Siempre he temido a la muerte, y especialmente lo que puedan hacerme los muertos. Lo que usted ha explicado tiene sentido, y quiero darle muchas gracias.’ Una católica dijo: ‘¡Lo felicito! Me parecía que estaba en la presencia de un verdadero cristiano, como un moderno San Pablo. Usted se defendió brillantemente. Fue un privilegio oírle.’ La decisión unánime, anunciada una semana después, fue de retener mis servicios en el personal.”
SE ABRE UNA PUERTA GRANDE
La obra ahora crecía a pasos agigantados. ¡En los tres años desde 1975 hasta 1977 se formó, como promedio, una nueva congregación cada semana! Considere estas cifras: ¡Durante los dos años de 1976 y 1977 se distribuyeron más de ciento diez mil Biblias, de modo que los testigos de Jehová llegaron a ser los mayores distribuidores de la Biblia en Portugal! ¡Durante este mismo tiempo la sucursal envió a las congregaciones más de un millón de libros! El máximo en el número de publicadores en 1977 fue de 20.335, y la concurrencia a la Conmemoración alcanzó un máximo sin precedente de 47.787 personas.
Durante este tiempo organizamos una gran campaña para llevar las buenas nuevas a todo territorio no asignado. Veintenas de precursores especiales temporeros salieron agrupados en automóviles. ¡La sucursal recibió llamadas telefónicas para envíos por expreso de 1.000 libros adicionales! Sí, era común el que un grupo de cuatro precursores, el grupo que ocupaba un automóvil, colocara en manos de la gente más de dos mil libros al mes. ¡Se estaba dando extenso testimonio!
PRECURSORES A GUINEA-BISSAU
Guinea-Bissau está en la costa occidental de África, entre Senegal y Guinea, y tiene una población de quinientos treinta mil personas. Es una de las nuevas repúblicas de África, y declaró su independencia unilateralmente en 1973 y la ganó en sentido completo después de la revolución portuguesa de 1974. Gran parte de la población es musulmana.
Con el transcurso de los años varios publicadores visitaron este país e hicieron lo que pudieron para sembrar las semillas de la verdad del Reino. Sin embargo, en abril de 1976 dos precursores especiales enviados desde Portugal comenzaron la actividad organizada. Efectuaron una obra verdaderamente sorprendente en los siguientes 14 meses, como informa Manuel Silvestre: “La gente recibió con gusto la verdad, y entre mi compañero y yo estamos conduciendo ahora un total de 67 estudios bíblicos.”
Hicieron planes para predicar en ciudades distantes durante la visita del superintendente de circuito en mayo de 1977. El informe del hermano Rodrigo Guerreiro muestra los resultados: “Solo podíamos alquilar un automóvil por poco tiempo, de modo que lo cargamos con toda la literatura que podíamos poner en él. Mi esposa y yo y los dos precursores especiales salimos para Mansôa, Bafatá y Nova Lamego. Fue una experiencia común el colocar cinco o seis libros en manos del mismo amo de casa. En solo dos días y medio distribuimos un total de 774 libros y Biblias.”
Se estaban haciendo planes para enviar más predicadores de las buenas nuevas, pero a la Iglesia Católica no le alegró la presencia de los precursores. Cierto día un cura dijo con tono de desprecio al hermano Manuel Silvestre: “Les hicimos pasar malos ratos en Portugal por no querer pelear en África, así que ¡mejor se preparan para la oposición que se le presentará a su obra aquí!”
Poco después los dos precursores especiales recibieron notificación de salir del país dentro de 48 horas, bajo el pretexto de que sus “actividades afectaban la seguridad interna del Estado.” En septiembre de 1977 nos entrevistamos con el embajador en Lisboa en un esfuerzo por determinar qué habían hecho los precursores echados del país que pudiera afectar la seguridad interna del Estado, pero él no dio ninguna explicación.
El tiempo dirá lo que Jehová se propone respecto a este país, pero mientras los precursores especiales sirvieron allí dieron personalmente un testimonio a muchos ministros gubernamentales, incluso al presidente.
PROGRESO EN CABO VERDE
En 1968 Cabo Verde tenía tres publicadores. Para 1974, el año en que las colonias de Portugal obtuvieron su independencia, había un máximo de 14 publicadores allí. El archipiélago estaba en las garras de su séptimo año consecutivo de sequía. En contraste, en el horizonte se podían divisar grandes bendiciones espirituales.
Cuatro precursores especiales de Portugal fueron asignados a dos diferentes islas. Ellos efectuaron trabajo espléndido, y al cierre del año de servicio de 1976 había un máximo de 60 publicadores, o un aumento de 130 por ciento sobre el año anterior. Un grupo celoso, que ahora incluía a 10 precursores, colocó en aquel año más de tres mil Biblias y libros en manos de la gente. Al Memorial o Conmemoración de la muerte de Cristo asistió la cantidad sin precedente de 130 personas.
Un suceso verdaderamente sobresaliente fue la primera asamblea de distrito con todos sus aspectos, celebrada en la ciudad capital, Praia, en 1977. Los hermanos alquilaron el cine principal para la asamblea de cuatro días y presentaron tres dramas bíblicos completos. Un total de 284 personas escuchó el discurso público.
En enero de 1978 sucedió algo inesperado cuando los cuatro precursores especiales portugueses fueron echados del país como personas no gratas. Esta acción solo sirvió para estimular a los hermanos a mayor actividad. Para 1982 tuvimos un total de 21 precursores en el campo en Cabo Verde, y un máximo de 147 publicadores. La concurrencia a la Conmemoración en 1982 alcanzó la cifra de 470 personas. La predicación del Reino se efectúa ahora en cinco islas. Ciertamente todavía se puede esperar una cosecha mayor en este territorio.
LAS BUENAS NUEVAS SE ESPARCEN EN LAS AZORES
La historia reciente de estos isleños ha sido señalada por emigración constante. Al mismo tiempo, ‘como a rebaño en un aprisco’ se ha estado recogiendo constantemente a unidad en congregaciones del pueblo de Jehová a personas mansas como ovejas. La voz de estos alabadores del Reino ha llegado ahora a toda isla.—Miq. 2:12.
Considere este ejemplo: La congregación de Santa Cruz das Flores fue formada en 1975. El hermano José Lima regresó de los Estados Unidos a su isla natal con el propósito de llevar las buenas nuevas a sus parientes y coterráneos. Cuando el superintendente de circuito los visitó, alguien ofreció el uso de un fino salón de banquetes para el discurso público, y 33 personas asistieron. Después de la reunión, el dueño del local dijo: “De paso, este salón es de ustedes una vez al mes, sin pago, para cualquier reunión especial.”
En diciembre de 1981 hubo un máximo de 12 publicadores en esta islita, y en aquel año 50 personas asistieron a la Conmemoración. Recientemente han terminado de construir un excelente Salón del Reino.
El terremoto del 1 de enero de 1980 causó gran destrucción en la isla de Terceira, pues mató a 56 personas y dejó sin hogar a 15.000. Afortunadamente, ningún hermano perdió la vida, aunque muchos de sus hogares fueron damnificados. El Salón del Reino de la ciudad principal, Angra do Heroísmo, fue el único edificio religioso no damnificado, y se usó para ofrecer alojamiento temporero a nuestros hermanos. Con los primeros embarques gubernamentales la sucursal de Portugal envió más de cuatrocientos cincuenta kilogramos de alimento, junto con otros artículos de emergencia. Un superintendente de distrito que fue enviado a investigar la situación informó: “El espíritu de queja y desaliento que se apoderó de tantas víctimas del terremoto no existía entre nuestros hermanos. El interés genuino que mostraron hermanos que fueron enviados inmediatamente desde otras islas para que evaluaran la situación de cada hermano fue una fuente de gran estímulo.”
Año tras año sigue aumentando la alabanza a Jehová en estas islas en medio del Atlántico, cantada en la actualidad por un máximo de 303 publicadores leales.
MADERA ADELANTA
En Madera se alcanzó la cifra de 100 publicadores del Reino durante los primeros años de la década de los setenta, después de casi veinte años de predicación. Nadie pudiera haberse imaginado que en pocos años desde entonces el máximo pasaría de 300 predicadores de las buenas nuevas. La cifra máxima de publicadores ahora es de 396, y, en 1981, por primera vez más de mil personas asistieron a la Conmemoración de la muerte de Cristo.
En 1973 el director de una orquesta popular estuvo dirigiendo su orquesta en los hoteles lujosos de Funchal, la ciudad capital de Madera. Él relata su experiencia: “Yo era mundano hasta el extremo, y frecuentemente me emborrachaba y llevaba una vida inmoral. Después que mi esposa me dejó, uno que había sido músico en mi orquesta empezó a hablarme acerca de la esperanza bíblica que recientemente había hecho suya. Cuando leí las primeras publicaciones que él me dio, vi que la esperanza del Reino era la esperanza mía también. Después del segundo estudio bíblico fui al Salón del Reino, pero me sentí fuera de lugar debido a mi pelo largo y mi barba descuidada. Aun después de haberme limpiado en cuanto a la apariencia comprendí que tenía que efectuar otros cambios si deseaba agradar a Dios.
“Tenía un deseo ardiente de hablar a otros acerca de lo que estaba aprendiendo, pero estaba bajo contrato y tenía que cumplir con éste en las Azores. Antes de partir, recogí unos setenta números viejos de las revistas para estudiarlas. Después de leerlas todas, quise pasarlas a otras personas. Por eso, después de dirigir la orquesta hasta las tres de la mañana, fui de casa en casa y coloqué una revista debajo de cada puerta con una nota personal que la acompañaba. Al fin de mi segundo mes de estudio bíblico dediqué mi vida a Jehová.
“Mi madre, que era católica fervorosa, quedó sorprendida al ver mi nueva manera de vivir. Cierto día me dijo: ‘Muchas veces había orado a Dios que te librara de aquella mala vida. ¡Cuánto me alegra ver que Jehová es ese Dios, y que él ha contestado mis oraciones!’ Mi madre de setenta y tres años de edad se bautizó después de seis meses de estudio.” Hoy el hermano John Vieira rinde servicio como anciano de congregación.
A muchos hermanos se les hizo difícil creer lo que oyeron cuando se anunció que el Estádio dos Barreiros había sido contratado para la Asamblea de Distrito “Lealtad al Reino” de 1981. El ayuntamiento de Funchal regaló, generosamente, madera por valor de $2.000 (E.U.A.) para que se usara en la asamblea. La prensa, la radio y la televisión dieron excelente publicidad. Para el discurso público hubo una concurrencia sin precedente de 832 personas.
ACONTECIMIENTOS EMOCIONANTES EN ANGOLA
En enero de 1974 vinieron noticias excitantes desde Angola. El Ministerio del Extranjero anunció que las leyes de libertad religiosa que se habían adoptado en Portugal aplicarían a las colonias. Entonces se desarrolló una serie de acontecimientos que tuvo tremendo efecto en la obra del Reino. Para marzo de 1975 los hermanos sometieron todos los documentos necesarios para recibir reconocimiento legal, con el nombre y la dirección de 500 publicadores. Puesto que se había restaurado el derecho de libre asamblea, los hermanos no perdieron tiempo en aprovechar la oportunidad de celebrar su primera asamblea de circuito pública. ¿Dónde? En el mejor pabellón de deportes de Luanda, Cidadela Desportiva, en los fines de semana del 16 y el 23 de marzo.
Octacílio Figueiredo tiene placenteros recuerdos de lo que sucedió entonces: “La primera asamblea se restringió a publicadores y a los que asistían con regularidad a las reuniones. Nos emocionó ver la concurrencia de 2.888 personas para el discurso público. Puesto que todo marchó bien, seguimos adelante y celebramos la segunda asamblea. Esta vez invitamos a todas las personas que habían mostrado interés en la verdad. ¡Es difícil comunicar la tremenda sorpresa que fue ver una concurrencia de 7.713 personas para el segundo discurso público! Algunos de los presentes habían pasado más de quince años en las prisiones y campos de trabajo coloniales. Lágrimas de gozo les resbalaban por el rostro mientras cantaban la última canción.” ¡Un momento conmovedor en la vida de estos hermanos fieles!
El hermano Luis Sabino relata una experiencia que tuvo lugar en esta asamblea de circuito: “Puesto que ahora estaba viéndose mucha contienda entre los tres movimientos políticos que habían peleado contra los portugueses, las autoridades enviaron policías para proteger la asamblea. La semana anterior había estallado un alboroto en este mismo pabellón durante una reunión política. Un miembro de la policía decidió entrar en el pabellón para escuchar lo que se estaba diciendo, pues había oído muchas cosas polémicas acerca de los Testigos. Quedó tan impresionado que se apresuró a ir a su casa y traer consigo a su esposa e hijos. Como resultado de esto, se comenzó un estudio bíblico con él y su familia.”
El 5 de septiembre de 1975 el boletín gubernamental oficial declaró que los testigos de Jehová eran una “religión autorizada.” La correspondencia recibida reveló la presencia de cientos de personas interesadas en la verdad en toda provincia. Cuando un superintendente de circuito hizo una visita a un grupo aislado distante, ¡qué sorpresa se llevó cuando 583 personas se presentaron para escuchar el discurso público!
PROSCRITA LA OBRA EN ANGOLA
En este país que tan desesperadamente procuraba la independencia, estalló una guerra civil. Aunque el 11 de noviembre de 1975 señaló oficialmente el fin de la gobernación colonial y la fundación de la nueva república, a esto siguió un período de dificultades, pues había muchos problemas internos. De repente, el 14 de marzo de 1978, se impuso una proscripción a los testigos de Jehová. Sin embargo, ellos continúan viviendo una vida ejemplar y orando que los que ahora están en posición gubernamental encumbrada examinen los hechos. Estos hablan por sí mismos y vindican plenamente a los testigos de Jehová como personas que aman la paz. En Angola los Testigos están resueltos a ‘seguir llevando una vida tranquila y quieta con plena devoción piadosa y seriedad.’—1 Tim. 2:1, 2.
PRIMERA ASAMBLEA INTERNACIONAL DE PORTUGAL
Mientras tanto, allá en Portugal, se anunció que Lisboa sería el lugar para una Asamblea Internacional “Fe Victoriosa” en 1978. Esto creó mucha expectación. En vez de ser huéspedes en otro país, los hermanos portugueses tendrían por primera vez el privilegio de ser anfitriones.
El lugar ideal para esta asamblea resultó ser el estadio de Restelo, cerca del río Tajo y del más largo puente colgante de Europa. Vinieron delegados de más de doce países, la concurrencia máxima fue de 37.567 personas, y 1.130 personas se bautizaron. Unos seis mil delegados participaron en el servicio del campo, y muchos de los que efectuaron testificación en la calle lo hicieron por primera vez. Trabajaron en estaciones de trenes y autobuses, parques públicos y mercados, y distribuyeron 250.000 hojas sueltas y 25.000 revistas.
Para este tiempo un hermano filipino que viajaba en un buque petrolero se acercaba a Portugal. Él había tenido grandes deseos de asistir a una asamblea internacional, pero ahora se hallaba en el mar. No obstante, persistía en sus oraciones sobre este asunto. Cuando su buque subió por el río Tajo, enfocó sus gemelos en la costa. Y ¡mire! ¡un cartel enorme anunciaba el discurso público de la asamblea internacional que se celebraría en Lisboa! Se suponía que el buque estuviera en el puerto tan solo unas cuantas horas, pero, para sorpresa del hermano, el capitán anunció que una pequeña reparación que tenía que efectuarse los obligaría a quedarse varios días. Nuestro hermano dio gracias a Jehová por hallarse entre los felices delegados a la asamblea.
Esta asamblea resultó en un encuentro feliz. Años antes, Maria y Elisa habían sido buenas amigas. Sin embargo, Maria había emigrado a los Países Bajos. Mientras tanto, Elisa llegó a ser Testigo. En julio de 1974 Elisa se preparaba para asistir a una asamblea de distrito en Francia cuando sonó el timbre de la puerta de su casa. Era Maria, quien había venido de los Países Bajos para pasar unos días de vacaciones en Portugal con Elisa. Al notar las maletas, Maria preguntó: “¿Adónde vas?”
“Vamos a Tolosa para asistir a una asamblea.”
“Pero tú nunca viajabas a ningún sitio... ¿qué clase de asamblea es ésa?”
“Es una asamblea de los testigos de Jehová.”
“¡Ay!, no... ¿cómo puedes asociarte con un grupo tan terrible?”
Maria, molesta, salió de allí rápidamente. Pero, ¿dónde pasaría ahora sus vacaciones? Una cosa era segura: ¡no sería en la casa de ninguna Testigo! Visitó a otra amiga, y, cuando se le dijo que entrara, de nuevo notó maletas por todas partes. Vacilando, preguntó: “¿Adónde vas con todas esas maletas?”
La respuesta fue: “¡Salgo para Francia mañana!”
“¡Espero que no sea a Tolosa!”
“¡Sí, a Tolosa voy! Voy a una asamblea de los testigos de Jehová. Pero, ¿cómo lo sabías?”
“No importa —esto es para asustar a cualquiera— yo me voy ahora mismo.”
Pasaron años, y ninguna de nuestras dos hermanas volvieron a oír de Maria. Entonces, precisamente antes de la asamblea internacional, Elisa recibió una carta de Maria, y en ésta ella le pedía perdón por las palabras ásperas que le había dicho y su conducta descortés. Su única solicitud era ésta: “¿Podrías permitir que tu hermana usara una cama en tu casa durante la asamblea internacional de Lisboa?” ¡Imagínese el gozo de estas personas que antes habían sido amigas íntimas!... ¡unidas ahora como hermanas por su victoriosa fe!
En un informe sobre la asamblea, la revista noticiosa Opção del 10 al 16 de agosto de 1978 declaró: “Para cualquiera que haya estado en Fátima durante el tiempo de las peregrinaciones, esto en realidad es muy diferente. . . . El ambiente religioso es diferente. Aquí desaparece el misticismo, y lo que hay es la celebración de una reunión en la cual creyentes que están en armonía consideran sus problemas, su fe y su punto de vista espiritual. La conducta de unos para con otros da la marca distintiva de una relación afectuosa.”
MÁS BENDICIONES
En septiembre de 1981 la sucursal informó que los hermanos podían tener de nuevo suscripciones personales de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Estas se habían suspendido desde el comienzo de la persecución en 1961.
En febrero de 1982 el hermano F. W. Franz dedicó el Salón de Asambleas de Lisboa, que había sido construido poco antes. Aquella ocasión fue como una reunión de familia, puesto que él había sido el primer miembro del Cuerpo Gobernante que había visitado a Portugal después de la segunda guerra mundial allá en 1947. Este excelente establecimiento, con asientos para 1.315 personas, fue construido por los hermanos y rinde servicio a nueve circuitos de Lisboa y sus suburbios.
RESULTADOS POR EL PODER DE DIOS
Allá en 1947, cuando se envió el primer informe de servicio del campo a Brooklyn, nadie podía imaginarse lo extensa que sería la actual organización teocrática en Portugal. Hermanos celosos, demasiados para recibir mención por nombre en este informe, salieron con el poder de Jehová a predicar las buenas nuevas en todo rincón del país. Precursores han ido a Madera, las Azores, Cabo Verde, Guinea-Bissau, Angola, Timor y Macao. Como dijo el apóstol Pablo, “según su poder que está operando en nosotros” Dios ha hecho “más que sobreabundantemente en exceso de todas las cosas que pedimos o concebimos,” y se ha dado un magnífico testimonio.—Efe. 3:20.
Algunos de los primeros precursores todavía siguen activos en sus asignaciones. La cantidad de los precursores especiales ha aumentado a 202. ¿Cómo se sienten éstos? La hermana Maria José Henriques, quien ha servido de precursora especial por más de 20 años, dice: “Tengo 60 años de edad, pero todavía tengo el mismo gozo en el servicio y el mismo deseo de ayudar a otras personas. Ha sido mi privilegio ayudar a 89 personas a adelantar hasta el bautismo y dejar a muchas otras personas bien encaminadas a la dedicación cuando cambié a nuevas asignaciones. Doy gracias a Jehová por todo su cuidado y su bondad inmerecida.”
Otra hermana, Graciete Andrade, quien ha servido por 18 años como precursora especial, dice: “Ha sido emocionante el ayudar a 106 personas a aprender la verdad, así como colocar la base para tres congregaciones. El ver a hombres maduros tomar la dirección de las congregaciones como ancianos y saber que yo tuve el privilegio de ayudarles me produce gran satisfacción.”
La obra continúa creciendo, y el máximo del año de servicio de 1982 ha aumentado a 22.515 publicadores del Reino en 393 congregaciones y grupos aislados. Aunque la proporción general es de un Testigo por cada 413 habitantes, todavía hay mucho trabajo que hacer, pues 10 por ciento de la población vive en territorio no asignado. La última cifra de concurrencia al Memorial o Conmemoración fue de 58.003 personas, lo que revela espléndidas posibilidades para crecimiento futuro.
La organización de Jehová ha guiado y dirigido la obra en Portugal durante tiempos de dificultad y de rápida expansión. Jehová mismo, el Gran Pastor de su rebaño, realmente está cumpliendo su magnífica promesa registrada en Jeremías 23:3: “Y yo mismo juntaré al resto de mis ovejas de todas las tierras a las cuales las había dispersado, y ciertamente las haré volver a su apacentadero, y de veras serán fructíferas y llegarán a ser muchas.” Nuestros hermanos portugueses siguen adelante alegremente para completar la predicación del Reino, mientras ayudan a muchas otras personas mansas como ovejas a aprovecharse de este día de la salvación.
[Fotografías en la página 138]
Virgílio Ferguson, asignado en 1926 a atender los intereses del Reino en Portugal, y João Feliciano, quien regresó a su país de origen en 1929 para esparcir las buenas nuevas
[Fotografía en la página 143]
Cuando joven, Eliseu Garrido se interesó en la verdad y ayudó a encabezar el avance de la obra en Portugal
[Fotografías en la página 146]
Delmira M. S. Figueiredo y Deolinda P. Costa, celosas hermanas que organizaron el grupo de estudio bíblico de Almada
[Fotografía en la página 151]
John Cooke fue el primer misionero de los Testigos en Portugal y desempeñó un papel de importancia en organizar la obra. Aquí se le ve con su esposa, Kathleen
[Fotografía en la página 153]
El apartamento de planta baja de este edificio de Lisboa sirvió como el primer Salón del Reino de Portugal
[Fotografía en la página 159]
La casa donde se pronunciaron los primeros discursos públicos en las Azores cuando A. Nunes regresó a su isla natal, Pico
[Fotografía en la página 167]
António Manuel Cordeiro, quien fue uno de los primeros precursores auxiliares de Portugal, y su esposa, Odete, todavía precursores ambos
[Fotografía en la página 169]
Una de las “comidas campestres” celebradas para refrigerio espiritual
[Fotografía en la página 191]
D. Piccone, primer superintendente de circuito de tiempo completo, y su esposa, Elsa, (pareja a la izquierda) y Joaquim Martins y familia
[Fotografía en la página 240]
La sucursal en Estoril
[Fotografía en la página 255]
Salón de Asambleas de Lisboa
[Mapas en la página 135]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Portugal
Monção
Braganza
Braga
Oporto
Gondomar
Peso da Régua
Vila Nova de Gaia
Aveiro
Guarda
Coimbra
Lousa
Caldas da Rainha
Torres Vedras
Estoril
Parede
Lisboa
Almada
Setúbal
ESPAÑA
OCÉANO ATLÁNTICO
[Mapa]
Azores
FLORES
Santa Cruz
GRACIOSA
PICO
TERCEIRA
Angra do Heroísmo
SAN MIGUEL
Ponta Delgada
SANTA MARIA
[Mapa]
Is. Madera
PORTO SANTO
MADERA
Funchal
[Mapa]
OCÉANO ATLÁNTICO
AZORES
IS. MADERA
EUROPA
ÁFRICA
[Mapas en la página 175]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Macao
ASIA
MACAO
AUSTRALIA
OCÉANO ÍNDICO
[Mapa]
CHINA
MACAO
MAR DE MACAO
TAIPA
COLÔANE
[Mapas en la página 177]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
OCÉANO ATLÁNTICO
ÁFRICA
IS. CABO VERDE
GUINEA-BISSAU
ANGOLA
OCÉANO ÍNDICO
ASIA
[Mapa]
Angola
Luanda
Nova Lisboa
Mossâmedes
ZAIRE
ZAMBIA
NAMIBIA
OCÉANO ATLÁNTICO
[Mapa]
Is. Cabo Verde
SANTO ANTÃO
SÃO VINCENTE
SANTA LUZIA
SÃO NICOLAU
SAL
BOA VISTA
MAIO
SÃO TIAGO
Praia
FOGO
BRAVA
[Mapa]
Guinea-Bissau
Nova Lamego
Bafatá
OCÉANO ATLÁNTICO
SENEGAL
GUINEA
[Mapas en la página 239]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Timor
TIMOR
Dili
MAR DE TIMOR
INDONESIA
AUSTRALIA
OCÉANO ÍNDICO
[Mapa]
ASIA
ÁFRICA
OCÉANO ÍNDICO
OCÉANO PACÍFICO
TIMOR
AUSTRALIA
[Tabla en la página 234]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Aumento en la cantidad de publicadores
22a
1982
20
1978
18
16
14
12
10
8
6
1968
4
2
1958
1948
1938
0
[Nota a pie de página]
a Miles de publicadores