-
Reconozca que hace falta el entretenimiento¡Despertad! 1979 | 22 de mayo
-
-
Reconozca que hace falta el entretenimiento
LA FALTA Y EL EXCESO IGUALMENTE DAÑINOS
EN TIEMPOS pasados cuando se tenía en mucho la ética laboral, muchos consideraban que el jugar era un desperdicio de tiempo. En la actualidad muchos tienen la búsqueda de los placeres como el propósito principal de la vida. Sin embargo, debe haber un equilibrio entre el trabajo y el juego.
El trabajo de la clase correcta le da significado y propósito a la vida. El juego apropiado repone las fuerzas al trabajador cansado y es un cambio grato que recrea en él el entusiasmo por más trabajo. Demasiado trabajo durante un período demasiado largo rinde el cuerpo y deprime el espíritu. Las vacaciones prolongadas más de lo necesario para refrescar a uno se hacen aburridas. No se dedique excesivamente a una actividad mientras pasa por alto la otra.
No debemos cometer el mismo error que los puritanos religiosos y tener por mala toda diversión. No debe condenarse el comer porque algunos sean glotones. El beber no está prescrito porque algunos se emborrachan. Tampoco debe uno desaprobar el entretenimiento porque algunos extremistas abusan de él. Debemos interesarnos en el entretenimiento para determinar las clases correctas y las cantidades correctas, y no con la idea de rechazarlo.
Disfrutando del aire libre
En algunos lugares la gente va a las playas, montañas y parques en números tan grandes que el apiñamiento llega a ser un problema. Sin embargo, estas zonas verdaderamente ofrecen una variedad infinita de entretenimiento... caminatas, natación, la carrera al trote, acampar, giras campestres, estudio de la naturaleza y así sucesivamente.
Pero en muchos casos no es necesario viajar largas distancias. Muchos viven cerca de un monte. Hasta en el mismo patio de uno se pueden erigir pajareras y estaciones para alimentar a los pájaros. O alguna vez tiéndase boca abajo en la hierba y observe un espacio de unos 100 centímetros cuadrados, y vea si no lo fascinan los insectos, hormigas y arañas con toda su actividad. ¿Vive usted en una ciudad grande, en una selva de asfalto? Aun allí tiene a su disposición parques y zoos. Los museos y planetarios deleitan e instruyen.
Padres, planeen tales actividades para sus hijos. Denles alguna dirección, algún estímulo por medio de señalar las posibilidades. Tal vez les puedan explicar el ciclo de vida de una mariposa o de una hormiga. Satisfagan la curiosidad de sus hijos acerca de la creación de Jehová. Una manera divertida de interesar a sus hijos en Jehová Dios y en sus creaciones terrestres es enseñarles acerca del propósito de Dios para la Tierra y para ellos como los cuidadores de la Tierra. Hagan como se nos recomienda en Job 12:7-10: “Pregunta, por favor, a los animales domésticos, y ellos te instruirán; también a las criaturas aladas de los cielos, y ellas te informarán. O muéstrale tu preocupación a la tierra, y ella te instruirá; y los peces del mar te lo declararán.”
A veces el trabajo mismo es un recreo. El hombre que trabaja en una oficina, o el estudiante que pasa toda la semana absorto en los libros, pudiera esparcirse al trabajar en el patio, o hallar el establecimiento de un pequeño huerto un proyecto satisfaciente. Aun en una ciudad grande puede que esté disponible una pequeña porción de terreno. O se pudiera plantar flores o hierbas aromáticas en macetas en el antepecho de las ventanas. Para muchas personas el cultivar plantas dentro de la casa es una afición fascinadora y útil para embellecer la casa. Se pueden criar canarios u otros pájaros dentro de la casa. Las peceras también constituyen un proyecto fascinador.
Hay muchas maneras de introducir en la casa las creaciones interesantes de Jehová a fin de estudiarlas y entretenernos con ellas. De nuevo hay que usar la imaginación y los padres tienen que dirigir la atención de los hijos a las diferentes posibilidades.
Aficiones y actividades favoritas
¡A los pequeñuelos les encanta hacer tortitas de barro! Sin embargo, las madres no lo ven con el mismo entusiasmo. Pero no es nada más que tierra, y se elimina fácilmente con el agua. Esta diversión puede convertirse en afición a medida que el niño va creciendo. El barro puede convertirse en arcilla y la tortita en alfarería. Esta artesanía es bastante interesante y es una que diferentes miembros de la familia de las avispas han practicado por largo tiempo con gran destreza instintiva. Otras actividades pudieran incluir el hacer artículos de macramé, proyectos de costura, tejido, cocina, obras de cuero que incluyen el trabajo de entrenzar y repujar, y hay muchas otras.
El ir a ver los escaparates de las tiendas es una actividad que hace temblar a muchos hombres fuertes, pero que deleita a muchas mujeres y muchachas. Las madres hasta pueden hacer instructiva la ocasión. Pueden considerar precios, calidad, gangas y principios económicos. Además, es una excursión poco costosa, especialmente si se va cuando las tiendas están cerradas.
El visitar fábricas puede proporcionar entretenimiento que es tanto interesante como educativo. Lleve la familia a una imprenta, a las oficinas de un periódico, a una planta textil, una chocolatería, una planta automovilística o a una mina de carbón. En muchas fábricas se conducen giras, y es muy interesante y entretenedor ver cómo se elaboran y fabrican muchos productos de uso diario. Y el visitar una acería, por ejemplo, fácilmente pudiera ser el tema de una narración escrita u oral en el aula de clases.
Simplemente para diversión
El entretenimiento no siempre tiene que ser educativo. Puede servir simplemente de diversión. Esto también tiene su valor. Recrea y reanima tanto a los jóvenes como a los de más edad y les repone las fuerzas para los asuntos más serios de la vida.
Sin embargo, no todos tenemos los mismos intereses. Lo que interesa a uno pudiera aburrir a otro. El sexo de uno también puede contribuir a la diferencia de los intereses. ¡También la edad de uno! Los de más edad no deben pensar que los jóvenes siempre estarán satisfechos con sentarse y hablar o leer o participar en un juego de damas simplemente porque ellos lo están. Los adolescentes rebosan de energía que tienen que liberar. Puede que anhelen participar en un juego de béisbol, balonvolea, badminton, balonmano, baloncesto, fútbol, o algún otro recreo activo.
Posiblemente dos o tres familias pudieran ir a un parque y disfrutar de una comida campestre. Después, los que desean pueden quedarse sentados y conversar, otros que tienen energía encerrada que anhela expresarse podrán hacerlo por medio de uno de los juegos ya mencionados. Si hay competición de buen humor no resulta en ningún daño; pero si el ganar llega a ser el punto de toda importancia, entonces surgen argumentos y se arruina la diversión.
Los niños más pequeños pueden hallar columpios o cajones de arena con que jugar. Hasta los cajones de cartón vacíos o unos cuantos palos o cubos de madera se convierten en casas o cuevas, o aviones o automóviles, o cualquier cosa que la imaginación activa de los niños quiera hacer de ellos. Muchas veces los niños dejan a un lado los juguetes costosos mientras pasan toda la tarde en un montón de arena o jugando con una caja de cartón grande, pues sus imaginaciones vívidas convierten estos artículos en cualquier cosa que se les ocurra al momento. Un camión plástico de bomberos que costó 20 dólares siempre es un camión de bomberos. Pero una caja grande de cartón... ¡Ah! ¡eso puede ser cualquier cosa!
A los adultos les da gusto ver a los niños jugar, u observar un juego de pelota, y quizás hasta tomen parte en ello si se sienten así dispuestos. Las familias que pasan tiempo juntas así llegan a ser familias mejores, más estrechamente unidas, y evitan las brechas entre las generaciones. Además, este arreglo suministra la supervisión donde se necesita. Si todos están de acuerdo en cuanto a la adoración de su Creador, entonces evitan el echar a perder los buenos hábitos como resultado de la mala asociación. (1 Cor. 15:33) Las congregaciones pueden aumentar su amor fraternal y comprensión cuando las familias no solo estudian y predican juntas, sino que también disfrutan de recreo limpio juntas.
Música y baile
Algunos miembros de la familia quizás tengan propensión hacia la música. El aprender a tocar un instrumento es desafiador y satisfaciente, y también puede llegar a ser una fuente de entretenimiento para los oyentes. Si dos o tres o hasta más miembros de las familias cristianas hacen esto, posiblemente con el tiempo puedan tocar juntos para su propio disfrute y para el placer de los oyentes. Puede que otros hasta deseen bailar al compás de la música que tocan.
La música no tiene nada de malo, sea cantada o instrumental, tampoco el baile. La música instrumental y el canto estaban incluidos en la adoración de Jehová en Israel. Los jóvenes y los de edad bailaban al son de la música, a veces solos y en otras ocasiones en danzas de grupo. (Éxo. 15:20; Sal. 87:7; 149:3; 150:4; Jue. 11:34; Jer. 31:13, Mat. 11:17; Luc. 15:25) En una de estas ocasiones alguien puso una objeción al baile vigoroso, pero no con la aprobación de Jehová.—2 Sam. 6:20.
No obstante, el bailar es como el comer y beber antes mencionados: puede ser bueno o malo, según el control que se ejerce. La música puede ser suave y fluida, o puede tener un compás fuerte, pero no debe ser estrepitosa o tan fuerte que perjudique el oído de uno o moleste a otros. El que el bailar sea bueno o malo no depende de si es lento o rápido; ¡pero si llega a ser sexualmente insinuante o estimulador, se ha propasado de lo que es entretenimiento correcto!
La experiencia dicta que ocasiones de música y baile tengan supervisión adecuada, no, por supuesto, para impedir o cercenar la diversión limpia e inocente, sino para que no se vaya a extremos que perjudiquen la moralidad cristiana. Hasta el vals puede hacerse inmoral en ciertos ambientes. Se puede participar correctamente de los bailes folklóricos, las contradanzas y la mayoría de los bailes modernos, pero, en el ambiente incorrecto, éstos también pueden degenerarse.
Lectura y conversación
Hay buenos libros y artículos de revistas con que uno puede entretenerse, pero también hay otros que dañan la moralidad. Estos últimos ‘ni siquiera deben mencionarse entre ustedes’ los cristianos. Debe tenerse por norma las cosas que son verdaderas, virtuosas y dignas de alabanza.—Efe. 5:3; Fili. 4:8.
La misma pauta debe aplicar a los cines y a la televisión. Todavía hay algunas películas que son limpias y que entretienen debidamente, pero éstas están llegando a ser la excepción más bien que la regla. Muchos programas de la televisión todavía ayudan a uno a esparcirse y son educativos. Los documentales tratan de la ciencia, la historia natural y asuntos de la actualidad y otros campos interesantes. Estos programas, junto con la buena lectura, nos equipan para conversar agradablemente con otros.
¿Conversar? Sí, el conversar no está muerto. La popularidad de los programas de televisión que presentan charlas manifiesta que el deseo de conversar todavía existe. Pero parece que muchas personas ya no pueden conversar interesantemente. Hablan, pero no comunican pensamientos e ideas estimuladoras. Sin embargo, empleando preguntas se puede hacer que estas personas revelen hechos interesantes acerca de sí mismas. Su niñez, su primer trabajo, por qué escogieron su carrera en particular, cómo llegaron a aceptar su religión... preguntas respecto a estos asuntos resultan en conversaciones muy interesantes.
Si somos perspicaces, corteses, prudentes y sinceros en nuestros elogios, otros que normalmente callan responderán y se comunicarán francamente. El que usted se interese en ellos hace que usted les interese a ellos. Dentro de poco fluye una conversación en que participan dos, cuatro o seis personas, todas las cuales disfrutan de ella a sumo grado. En el primer siglo de nuestra era común la conversación fascinaba a los griegos y a sus visitantes: “Todos los atenienses y los extranjeros que residían allí temporalmente no pasaban su tiempo libre en ninguna otra cosa sino en decir algo o escuchar algo nuevo.”—Hech. 17:21.
Lea, observe, escuche, piense y tendrá ideas nuevas y frescas que contribuir a conversaciones entretenidas. Evite el ser argumentador o dogmático. Eso mata la comunicación. Sea agradable y demuestre buen gusto, un conversador deleitoso.—Pro. 15:1; 16:21-24; 25:11; Ecl. 12:10; Col. 4:6.
En conclusión, sea prudente y no simplemente rechace el entretenimiento censurable. Presente alternativas adecuadas. Si su religión incondicionalmente condena todo entretenimiento, sus hijos lo abandonarán a usted y a ella tan pronto como les sea posible. De modo que no deje vacío el lugar que el entretenimiento debe ocupar. (Mat. 12:43-45) El artículo que sigue ofrece otras posibilidades de entretenimiento.
-
-
Divirtiéndose con juegos caseros¡Despertad! 1979 | 22 de mayo
-
-
Divirtiéndose con juegos caseros
DE NOCHE, y especialmente durante los meses del invierno, quizás sea preciso limitar las actividades que se realizan al aire libre. ¿Qué puede hacer uno para tener entretenimiento dentro de su propia casa?
El ver la TV es un pasatiempo favorito. Pero, tiende a suprimir la conversación, limitando severamente cualquier verdadero intercambio entre las personas. ¿Cómo, pues, pueden las familias divertirse juntas?
Algunos deportes que se juegan al aire libre pueden adaptarse y jugarse en forma modificada, aminorada, dentro de la casa. El tenis es un ejemplo; en muchos hogares al tenis de mesa es muy popular. Algunas familias han arreglado una mesa en su sótano o en algún cuarto disponible, y esto suministra excelente entretenimiento para toda la familia y los visitantes.
El juego de bolos es otro deporte que es posible aminorar y modificar para jugarlo dentro de la casa. Se pueden usar bolos más pequeños, tal vez de plástico, y las bolas pueden ser de material parecido. Hasta se pueden usar pelotas de tenis si los bolos son suficientemente livianos.
Hace mucho que el juego de billar ha sido popular como diversión bajo techo. Sin embargo, los salones de billar de la localidad generalmente han ofrecido un ambiente malo. De modo que algunas familias han puesto una mesa de billar en su propio hogar, y han pasado muchas horas felices jugando juntos y con sus amigos. A otros les gusta jugar las muchas diferentes clases de juegos de naipes.
El proveer entretenimiento casero es un negocio grande, hecho que fue demostrado cuando en un año reciente las ventas de los fabricantes estadounidenses de juguetes y juegos aumentaron más de 30 por ciento. Son especialmente populares los juegos de video. Millones de personas han comprado aparatos de control remoto que pueden adherir a sus televisores. Esto les hace posible jugar partidas de tenis electrónicas así como también juegos de béisbol, ajedrez y así por el estilo.
Juegos en tableros
Los juegos que se ejecutan en un tablero representan una gran porción de las ventas de los fabricantes de juegos. El Monopolio, un juego de comprar y vender bienes raíces y ferrocarriles, por largo tiempo ha sido el más popular. Desde 1934, cuando el juego se puso en venta por primera vez en Filadelfia, Pensilvania, se han vendido más de 80 millones de estos juegos por todo el mundo. En 1975, en tan solo los Estados Unidos, se imprimió dinero de Monopolio por valor de 40 mil millones de dólares, casi el doble de la cantidad de dinero verdadero que la Casa de la Moneda de los EE. UU. imprimió ese año. Se juega Monopolio en unos 46 países, y según el país, los dólares llegan a ser francos, marcos, pesetas, yenes y así por el estilo.
El juego de chaquete, posiblemente el más antiguo de los juegos que se hacen en tablero, está volviendo a cobrar popularidad. En las ruinas de la antigua ciudad caldea de Ur, los arqueólogos desenterraron un juego de chaquete todavía en condiciones de ser usado. Los egipcios y romanos de la antigüedad también lo jugaban. Un factor contribuyente a la popularidad del chaquete es la facilidad con que se puede aprender a jugarlo, aunque es muy difícil ser perito en él. Y, por supuesto, el ajedrez es otro juego que se hace en tablero que desde antaño viene suministrándoles placer a muchas personas.
Los juegos de palabras también son muy entretenidos, y además son excelentes para aumentar el vocabulario. Un favorito es “Scrabble,” que se desarrolló de la idea de los crucigramas. Fue originado en los años treinta, pero realmente no llegó a ser popular sino hasta 1953. Ahora se venden millones de estos juegos de salón cada año.
Inventando sus propios juegos
Sin embargo, para entretenerse no es preciso depender de juegos que otros han inventado. Usted puede idear los suyos propios. Aunque no es exactamente un juego, un señor de edad media relata que cierto entretenimiento que se originó con la familia le causó placer especial a él. Dice: “Mis cuatro sobrinos y sobrinas, de entre 10 y 15 años de edad, nos anunciaron que la noche siguiente iban a hacernos una representación teatral. Prepararon un programa de canciones y bailes bien ideados, y el niño de 10 años de edad fue el maestro de ceremonias. Nos entretuvieron cabalmente por una hora o más.”
Un matrimonio del norte de Alemania se decidió a instruir a sus hijos acerca de la gente de otros países y hacerlo en forma de juego. Hacían como que iban de viaje a diferentes lugares. Como atracción especial, tenían una comida típica del país que habían escogido de antemano. Entonces esa noche hablaban acerca de ese país, veían cuadros de él, y les decían a sus hijos algo acerca de las características y costumbres de esa tierra.
Según su horario se suponía que cierta noche esta familia “volara en avión de reacción” al Japón. Se les enseñó a los hijos a sentarse en el suelo al estilo japonés, y a comer con palillos chinos. Por supuesto, todos los que han comido alguna vez con estos palillos, o que por lo menos han tratado de comer con ellos, saben que el primer esfuerzo no es fácil. Habiendo llegado a cierto punto, la chiquilla Andrea de cuatro años de edad rogó: “Papaíto, ¡por favor volemos de regreso a Alemania!” Aunque la mayoría de las familias pasan por alto posibilidades como ésta de entretenerse, ¿no se percata de lo interesantes que pudieran ser?
En muchos países es popular presentar relatos bíblicos en pantomima, permitiendo que los invitados adivinen de quién o de qué se trata. Noé trabajando en la construcción del arca, David venciendo a Goliat, Rut trabajando en el campo de Booz, y un sinnúmero de otros relatos populares pueden presentarse en pantomima fácil y brevemente. El que identifica correctamente lo que se representó puede presentar la siguiente dramatización, sin que nadie presente dos hasta que todos hayan tenido un turno.
Otra posibilidad es el usar sonidos grabados en la cocina, en el lugar de su empleo o en algún otro lugar, y entonces tocarlos para que el grupo los identifique. O puede que el juego requiera que se identifique la fuente del sonido que una persona hace detrás de una cortina. ¿Está rompiendo un pedazo de papel, abriendo una botella, partiendo una nuez y así por el estilo?
El cantar en grupo también puede ser verdadero entretenimiento. Y en vez de estar satisfechos con solo conocer y cantar la melodía, ¿por qué no ampliar su canto y aprender las otras voces —contralto, tenor, bajo— de una canción? El aprender a cantar en armonía las cuatro voces puede ser muy entretenedor y beneficioso.
“Juegos de cartas” hechos por uno mismo
Muchos se han divertido con los siguientes juegos: Primero, de un pedazo de cartón o papel grueso corte 20 o más cartas de jugar. Entonces pegue sobre ellas cuadros de modo que tenga parejas que hagan juego, unas 10 parejas, o, si los participantes tienen más experiencia, es preferible tener más parejas que hagan juego. Después de mezclar las cartas, se colocan boca abajo. Por turnos, se le permite a cada jugador escoger dos. Si escoge dos que tienen el mismo cuadro, puede quedarse con ellas. De otro modo, tiene que devolver las cartas a su posición original. Cuando el jugador no recoge dos cartas con cuadros que hacen juego, es turno del siguiente jugador. La meta es recoger el mayor número de cartas que hacen juego. Así se pone a prueba su habilidad de recordar dónde vio qué cuadro.
Esta es otra posibilidad: Aliste en cada carta la ocupación de cierto personaje bíblico, algunas de sus cualidades o características sobresalientes, también algunos acontecimientos en los que participó o estuvo envuelto. Algunos de los indicios pueden ser fáciles, otros más difíciles. Por turno, cada jugador lee un indicio tras otro de su carta hasta que alguien del grupo acierte el individuo de quien se trata.
Otro juego pudiera llamarse “Hallemos un texto bíblico.” Se distribuyen cartas, cada una de las cuales tiene una situación, como las siguientes: Un compañero de trabajo se queja del alto costo de la vida; a una madre le es difícil dominar a su hijo ingobernable; un amigo escolar piensa en probar las drogas. Cada persona lee la situación anotada en su carta y todos tratan de hallar un texto bíblico que sería apropiado para tratar con ella. Para que el juego no se prolongue demasiado se puede imponer un límite de tiempo, después de lo cual se pueden considerar los diferentes textos recomendados.
Otro juego popular en las reuniones sociales puede describirse con el título “¿Quién soy?” Se escriben los nombres de los personajes bíblicos en cartas o pedazos de papel grandes y se prende uno en la espalda de cada persona que desea jugar. La persona no sabe qué nombre lleva prendido a su espalda. Tiene que averiguar el nombre que lleva en la espalda haciendo preguntas como: “¿Viví antes de nacer Jesús?”; “¿Fui un rey?”; “¿Un rey fiel?” y así por el estilo. Las únicas respuestas que se permite dar son “sí,” o “no” y “no sé.”
Conviene hacer una advertencia. El anfitrión debe asegurarse de que sus convidados se sientan cómodos. Posiblemente no todos quieran participar en los juegos. Quizás prefieran observar; esto puede causarles más gozo. Por lo tanto no insista en que todos participen. Además, escoja juegos adecuados para las personas presentes. Los juegos no deben ser demasiado complejos o difíciles. Y trate de evitar el desarrollo de un espíritu de rivalidad, pues esto hace que algunos se sientan abochornados o desalentados por no poder hacer las cosas tan bien como otros.—Gál. 5:26.
Juegos de palabras y letras
Se puede iniciar un juego sencillo de palabras al mencionar alguien el nombre de un personaje bíblico. La persona que sigue tiene que responder con un personaje bíblico cuyo nombre empieza con la última letra de la persona previamente mencionada. Por ejemplo, si la primera persona dice Adán, entonces la siguiente pudiera decir Nehemías, la siguiente, Saúl, y así uno tras otro. Puede hacer el juego más excitante si pide que no se use el mismo nombre dos veces. En un juego parecido, los participantes van de una letra a otra del alfabeto, y cada persona dice el nombre de un personaje bíblico cuyo nombre empieza con las letras sucesivas del alfabeto, a-b-c, etcétera.
Si está preparado para pasar a cada uno un pedazo de papel y lápiz, puede jugar un juego popular en Suecia que se llama un cuadrado de palabras. Cada participante traza cuatro líneas horizontales y cuatro verticales dentro de un espacio cuadrado, así dividiendo el espacio en 25 casillas. Entonces, por turno, cada jugador anuncia una sola letra del alfabeto, la cual cada jugador entra en una de las 25 casillas de su cuadrado. Estas no se pueden transferir a otra casilla después. El objeto es formar cuantas palabras sea posible, tanto horizontal como verticalmente. Estos juegos de formar palabras pueden tener un efecto provechoso en su habilidad para deletrear.
Un juego o dos pueden ser suficientes para avivar una reunión nocturna y suministrar material para más conversación. ¡No canse a sus convidados jugando por demasiado tiempo o jugando un solo juego por largo tiempo! Esto puede aburrir y cansar tanto como el dejar que el tiempo pase lentamente sin hacer nada.
Ciertamente hay muchas formas de entretenimiento de entre las cuales escoger. La clase correcta puede refrescar la mente y el corazón, ocasionando placer y acabando con el aburrimiento. Por lo tanto no deje de reconocer que hace falta el entretenimiento. Pero, al mismo tiempo, no se convierta en amador de placeres más bien que amador de Dios. (2 Tim. 3:4) Mantenga el entretenimiento en su debido lugar.
-
-
Compartiendo la verdad en el “Día de compartir”¡Despertad! 1979 | 22 de mayo
-
-
Compartiendo la verdad en el “Día de compartir”
◆ Los alumnos de tercer grado en una escuela pública de Washington, D.C., fueron invitados a participar en un “Día de compartir.” En ese día alumnos elegidos deberían traer a la clase algo de su hogar y compartirlo con sus condiscípulos. Cuando le llegó su turno, el pequeño Jaime de nueve años de edad, cuya madre es testigo de Jehová, se preguntaba qué traer, qué “compartir” con sus condiscípulos.
Con el permiso de su maestra trajo a la escuela un ejemplar del libro De paraíso perdido a paraíso recobrado que su madre había usado para instruirlo acerca de la Biblia. El libro deleitó a la maestra de modo que ‘compartió’ con toda la clase el capítulo “Cómo el hombre vivió a través de un diluvio que cubrió toda la tierra.” Esto resultó ser tan informativo y agradable para la maestra y los otros alumnos que ella continuó leyendo el capítulo siguiente, “Dios promete a su amigo bendecir a todas las familias humanas.”
Cuando uno sabe de noticias buenas y preservadoras de vida, ¿no es cosa lógica compartirlas con otros?
-