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El origen de los naipes¡Despertad! 1979 | 8 de febrero
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están el Juego de los Ciento, la Brisca, el Tute, y Hombre. Los juegos de naipes de hoy día pueden catalogarse en cuatro grupos (para alistar unos cuantos entre éstos): (1) Los juegos de envite... Póquer, Faraón, Monte, Bacará, y Veintiuna; (2) juegos de tertulia... Casino, el Juego de la Vieja o la Mona (3) los juegos en que se elige un palo como triunfo... “Napoleón,” “Quinientos,” Hombre; y (4) los juegos del tipo de solitario, de los cuales hay más de 350 variaciones.
El número de jugadores varía según los diferentes juegos. Hay juegos para dos, tres o cuatro personas; en el Póquer pueden jugar hasta diez; en la “Canasta” pueden jugar de dos hasta seis jugadores; mientras que en el “Whist” y el “Bridge” pueden jugar de 20 a 40 personas divididas en grupos de cuatro, y cada pareja victoriosa pasa a la próxima mesa.
El origen del “Whist” es oscuro. Se alude por primera vez a este juego en 1529 E.C. Edward Hoyle publicó un tratado pequeño sobre el Whist en 1742 E.C., pero el juego cobró popularidad entre la sociedad filosófica en la década posterior a 1860 debido a los esfuerzos de Henry Jones y William Pole.
Según la Encyclopedia de Funk y Wagnalls, el “Bridge” es otra variedad de “Whist,” y apareció por primera vez en Grecia temprano en los años ochenta del siglo pasado.
Las probabilidades envueltas
El aspecto de variedad que la baraja encierra no estaría completo si no mencionáramos el factor de probabilidad asociado con los 52 naipes. El Guinness Book of World Records declara que las probabilidades matemáticas de dar 13 cartas de un solo palo son de uno en 158.753.389.899. Las probabilidades en contra de que cada uno de los cuatro jugadores reciba un palo completo son de uno en 2.235.197.406.895.368.301.559.999.
Así es que aunque se requiere considerable habilidad para jugar a los naipes, la probabilidad de la casualidad desempeña una gran parte. Esta sin duda es una de las razones por la cual los juegos de naipes son populares... atraen a jugadores de muchas clases diferentes, pues algunos juegos están diseñados para los hábiles, otros para los que meramente desean relajarse y sosegarse. Además, los naipes suministran un entretenimiento barato.
Sin embargo, cuando uno oye la popular frase: ‘¿Quién quiere jugar a las cartas?’ es bueno recordar que los juegos de naipes, como todas las otras formas de entretenimiento, pueden consumir mucho tiempo. Cuando cualquier diversión o entretenimiento va más allá de lo que en realidad es bueno para relajarse, el tiempo que se usa en él se convierte en tiempo desperdiciado, tiempo en que se debería haber atendido a cosas más importantes. Como consecuencia, los individuos envueltos a menudo sufren, tanto material como espiritualmente. El estar consciente de este hecho, así como ejercer dominio de uno mismo, evitará que la persona deje que el entretenimiento se convierta en un lazo para ella misma y para otros. Y la Biblia condena el uso de los naipes para la adivinanza, pues nos dice que todas las formas de adivinanza y espiritismo son detestables a la vista de Dios.—Deu. 18:9-14.
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¿Habría tantas guerras si . . . ?¡Despertad! 1979 | 8 de febrero
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¿Habría tantas guerras si . . . ?
En una sesión especial que se celebró en las Naciones Unidas para tratar del desarme mundial, el embajador Jamil M. Baroody de Arabia Saudita hizo una declaración que nadie podía criticar, según un informe de la UPI. Sugirió limitar los ejércitos a hombres que tuvieran entre 40 y 60 años de edad, y también recomendó que las madres constituyeran el personal de los ministerios de defensa. Así se daría un paso gigantesco hacia el desarme mundial, dijo él, puesto que los hombres de edad madura son los que “generalmente toman las decisiones de pelear las guerras” y posiblemente lo pensarían dos veces si también tuvieran que participar en ellas.
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