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¿Requiere demasiado Jehová?La Atalaya 1965 | 15 de julio
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No obstante, una persona quizás diga: ‘Soy tan débil; ¡cómo quisiera tener fuerzas! ¡Si yo fuera joven otra vez!’ Pero no se sienta así. Recuerde cómo Pablo lo expresó: “Me complazco en debilidades, en insultos, en necesidades, en persecuciones y dificultades, por Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.” (2 Cor. 12:10) Cuando tenemos dificultades y debilidad física, ¿es eso malo? No necesariamente. Cuando comprendemos que no podemos hacerlo por nuestras propias fuerzas, entonces llegamos a ser poderosos en Jehová Dios, en su espíritu y en su Santa Palabra.
El hecho de que Dios nos ha dado estímulo para efectuar bastante en la obra del Señor requiere que seamos honrados con nosotros mismos. (1 Cor. 15:58) Jesús dijo: “A todo aquel a quien se le dio mucho, mucho se le exigirá.” (Luc. 12:48) ¿Qué se nos ha dado a manera de haberes, como energía y salud y tiempo para estudio bíblico y el ministerio? Si se nos ha dado mucho, mucho se requerirá, pero no demasiado. Se requiere que nos esforcemos de acuerdo con nuestras circunstancias peculiares, dejando campo para hacer más según podamos, aun orando para que las circunstancias nos favorezcan con la oportunidad de hacer más.
Puesto que el apóstol Pablo asemeja la carrera de un cristiano a una pista, Dios requiere que “corramos con aguante la carrera que está puesta delante de nosotros” y lleguemos a la línea de meta. Dios nos dice cómo correr la carrera para ganar—evitando cualquier cosa que nos abrume o nos agobie. Si a veces la carrera es demasiado, quizás sea que usted la está haciendo así por medio de desvelarse muy a menudo por esparcimiento, en vez de hacerlo ocasión para renovar sus fuerzas. Nunca pierda de vista la meta. Jehová no requiere demasiado—solo lo bastante para mostrar dónde está nuestro corazón y solo lo bastante para ganar el premio.—Heb. 12:1.
Mantenga fuerte su aprecio por la verdad; nunca cese de dar a conocer a Dios su gratitud por el privilegio de contarse entre sus siervos y tener la esperanza de vida eterna en su justo nuevo orden; tenga presente la necesidad apremiante de que otros aprendan la verdad y se pongan de parte de Jehová ahora. Sea equilibrado al atender sus responsabilidades. Si usted lo hace, jamás llegará a creer que Jehová requiere demasiado.
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El tinte más antiguo de que se sepaLa Atalaya 1965 | 15 de julio
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El tinte más antiguo de que se sepa
● En tiempos bíblicos no era tan fácil teñir de cierto color alguna tela, porque no se conocían entonces los tintes sintéticos. Algunos de los materiales que usaron los israelitas para el Tabernáculo estaban teñidos de “grana.” (Éxo. 25:4; 26:1; 35:6) Esta expresión se usa en la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, más bien que la palabra “escarlata,” y se refiere a lo que algunas autoridades creen que es el más antiguo tinte de que se sepa. Viene de un insecto pequeño que vive en la encina quermes, una encina achaparrada, frecuentemente arbustiva, siempreviva, de las regiones mediterráneas, muy común en lugares secos. Los machos pueden volar pero las hembras están desprovistas de alas, y viven la mayor parte de su vida casi sin moverse. Los cuerpos de las hembras se hinchan después del apareamiento, y, en este tiempo, antes de que expulsen los huevos, estos insectos redondos y parecidos a guisante se recogían en grandes números y entonces se ponían a secar. Cuando se les ponía en agua, estos insectos secos producían un hermoso tinte de rojo intenso. Los griegos usaban este tinte insectil bajo el nombre de kokkos y los árabes bajo el nombre de quermes, de donde se derivó la palabra española “carmesí.” El carmesí o la grana se usó por largo tiempo como el más brillante tinte rojo conocido.
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