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No me satisfizo ser estrella de “rock”¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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espectáculos haya concluido, estoy muy agradecido a Jehová Dios de que toda una nueva “vida que lo es realmente” se me haya abierto. (1 Timoteo 6:19.)
Sí, ¡todavía me encanta la música! Disfruto especialmente de la música clásica, el rock folklórico, y algunas piezas musicales de jazz, pero ahora ejerzo buen juicio al seleccionar la clase de música que escucho. El tema de algunas canciones modernas se inclina a la inmoralidad y las drogas. Ese tipo de música no me ayuda a poner mi vida y mis pensamientos en conformidad con la voluntad de Dios. Ahora canto sencillamente por el placer de cantar. Por esa razón hoy día disfruto mucho de reunirme con mi esposa y mis amistades en pequeñas reuniones sociales en las que todos tenemos la oportunidad de cantar.
Cuando miro retrospectivamente a mi carrera de cantante, puedo ver que mi felicidad disminuía a medida que aumentaba mi popularidad. Pero ahora que he abandonado el mundo de los espectáculos y he llegado a ser testigo de Jehová, quizás mi popularidad haya disminuido, pero mi felicidad no ha cesado de aumentar.
Las personas que no conocen esta organización internacional de los testigos de Jehová piensan que me he sumido en el desánimo o que me aferro a la Biblia como si fuera una muleta. Un locutor de radio, después de tocar uno de mis discos, dijo acerca de mi vida: “Desafortunadamente, los asuntos no le salieron muy bien a Bruce. Se ha convertido en testigo de Jehová”. Lo único que digo en respuesta es: “Vean por ustedes mismos lo que la Biblia puede hacer por ustedes. Para mí, fue lo mejor que pudo haber sucedido”.
“Efectivamente —concuerda Danièle—, el adquirir conocimiento de la verdad bíblica nos ha permitido a Bruce y a mí dar verdadero propósito a nuestra vida.”—Según lo relató Bruce Huard.
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¿Qué hay de nuevo sobre la violencia en el entretenimiento?¡Despertad! 1985 | 22 de septiembre
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¿Qué hay de nuevo sobre la violencia en el entretenimiento?
¿Dan ideas a los espectadores las escenas referentes a lo sexual y a la violencia que se representan gráficamente en el cine y en los programas de televisión y los inducen a que obren de manera parecida en la vida real? Últimamente se ha dado un nuevo giro a este tema que ha causado controversia por mucho tiempo.
“Usualmente estas ideas son controladas por nuestras inhibiciones”, explica el doctor Leonard Berkowitz, profesor de sicología, de la Universidad de Wisconsin (E.U.A.). Pero cuando dichas películas y programas se promueven en el nombre de la expresión artística y tal vez se publiquen reseñas favorables de algunos críticos, dice Berkowitz, “esto ayuda a legitimar no solo la película, sino la conducta, lo cual toma al espectador desprevenido y hace que sea menos probable que sus inhibiciones sean tan fuertes”. Si se añade el elemento sexual, como a menudo sucede en estos casos, esto “produce un mayor grado de excitación y hace que sea más probable que la persona sí obre conforme a sus ideas”.
La conclusión a que llega el doctor Berkowitz, que es el resultado de más de 20 años de investigación, está citada por el periódico The New York Times en un artículo sobre varias películas de esta índole. El artículo dice que para muchas personas estos programas “son particularmente censurables precisamente porque se nota que dan un aura de respetabilidad a la representación de las más violentas y horrorosas agresiones”.
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