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¿Quién es el cabeza de su casa?¡Despertad! 1976 | 22 de agosto
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¿Quién es el cabeza de su casa?
ESTA no es una pregunta ociosa hoy día. Al informar sobre los comentarios de un profesor en un seminario que trataba del papel respectivo de hijos y padres, el Star de Toronto dijo: “Es alarmante cómo ha aumentado el número de ‘hijos ebrios de poder’ en América del Norte que dominan y manipulan la vida de sus padres.”
Bueno, ¿qué puede decir usted acerca de su hogar? Observe que este profesor no dice que los padres quieren que sea así, ni que confiesan que los hijos tienen el dominio. Pero si los hijos “dominan y manipulan la vida de sus padres,” ¿quién es realmente el cabeza de la casa?
Por ejemplo, puede que por medio de gritos y rabietas los hijos consigan sus deseos. No, quizás no lo logren cada vez, pero con suficiente frecuencia para que continúen haciéndolo. En algunas familias los hijos virtualmente esgrimen el poder del veto sobre lo que sus padres hacen, hasta dictando cuándo van y vienen los padres.
Sea que exista esta situación en su hogar o no, el hecho de que está tan generalizada obliga a cada familia a considerarla. En primer lugar, ¿por qué se desarrolla este problema? ¿Cómo es posible hacerle frente o evitar que esto ocurra en su hogar, y con qué resultados?
Niños tiranos, ¿por qué?
¿A qué se debe que un hijo trate de ser el “cabeza” de la casa? Una razón básica es que él (o ella) es imperfecto, lo mismo que los adultos. La Biblia menciona esto, diciendo: “Repleta de tonterías está la mente en la muchachez.” (Pro. 22:15, Knox) Y agregue a esa inclinación imperfecta algunos de estos factores e influencias:
El primer paso que da un hijo en dirección a hacerse “cabeza de la familia” puede ser el que da cuando los padres tratan de sobornarlo para que se porte bien, como cuando le dicen: ‘Si te portas bien en la tienda, te compro dulces.’ No, no le estarían dando meramente un regalo, algo que podría mostrarle el amor y la generosidad de los padres. Por medio de esta clase de soborno realmente están poniendo a su chiquillo en una posición de dominio, complaciéndolo en sus gustos. ¿Cree usted que un niño no percibe esto?
Muchos pequeñuelos aprenden así a dominar a sus padres, por cierta forma de exacción. Un niño dijo: “Consigo lo que quiero porque sigo haciendo que mamá piense que seré malo.” Sí, él la domina. ‘Pero,’ alguien pudiera pensar, ‘¿no está aprendiendo a portarse bien?’ Al contrario, este niño agregó: “Por supuesto, tengo que ser malo con suficiente frecuencia para convencerla de que no me está pagando por nada.” Por lo tanto, ¿quién es el que realmente gobierna?
Otro factor es la influencia del ambiente del niño. Tal vez ve a otros niños que ordenan a sus padres, así es que lo prueba. Si usted es un padre o una madre, esté alerta para que ante la primera señal de los esfuerzos de su hijo en esta dirección pueda actuar con firmeza y sin embargo con amor, y así ayudarlo a ver que el no es el cabeza.
En Ulster, Irlanda, muchos niños forman pandillas que arrojan piedras y que ejercen considerable poder en la escuela y en la vecindad. Esto se extiende fácilmente al hogar; también quieren dominar allí. Un informe reciente acerca de la situación en Irlanda, dijo:
“Parece que algunos padres están aterrorizados de sus hijos. ‘Es más poderoso que un hombre,’ dijo la madre de un muchacho de once años de edad. ‘Por eso lo llevé a ver al médico principal. Me tenía asustada.’”
Además, el niño quizás trate de ser el “jefe” en la casa por estar confuso en cuanto a quién tiene el dominio. Quizás sus padres discutan y griten acerca de lo que se ha de hacer. El padre vocifera que él es el jefe, y enseguida la madre replica a gritos rebelde y sarcásticamente. ¿Dónde deja eso al hijo? Quizás se valga de la fricción, poniendo al padre contra la madre o vice versa, en provecho suyo, y así manipule las cosas de tal modo que el hijo es, hasta cierto grado, el cabeza.
¿Qué hacer?
Aunque son muchos los factores y problemas que hacen que los hijos usurpen la jefatura, es indisputable que los resultados son malos. El niño no es feliz... sufre y su desarrollo se daña.
Un informe israelita dijo: “El poder que ejercen estos déspotas jóvenes dentro de la familia evidentemente los deja con ansiedades acerca de tener que enfrentarse a una realidad más dura fuera del hogar. . . . Temen que no tendrán a quién recurrir en un momento de necesidad.”
Entonces, ¿cuál es la solución? No es alguna teoría nueva ni un desenvolvimiento reciente originado por un psicólogo de niños. Básicamente, es la aplicación del consejo que se registró hace muchos años en la Biblia.
Parte del consejo del Creador es el de considerar a un niño en la familia como una parte de un arreglo en el cual el padre es el cabeza asignado. Él no ha de ser un déspota ni un jefe duro, sino un cabeza amoroso y considerado tanto de su esposa como de sus hijos. (Col. 3:18-21) Obviamente, para que un hijo perciba y respete esto, el padre tiene que cargar con sus responsabilidades. Además, la madre debe manifestar constantemente que respeta el arreglo y cooperar con él.
Se puede apreciar lo importante que es que ambos padres trabajen para lograr esto si se considera lo que ocurre cuando no lo hacen. El libro Between Parent & Child menciona hogares donde el padre esquiva su responsabilidad y la madre es “el tribunal supremo en todos los asuntos de importancia.”
“El esposo en un hogar de esa índole parece evitar ser el jefe de la casa. Se refiere abiertamente a su esposa como ‘el jefe.’ Cuando sus hijos le piden una decisión, por lo general su respuesta es: ‘Pregúntale a mamá.’ En esos hogares, los hijos crecen con poco respeto o admiración por los hombres. Tanto los niños como las niñas ven al padre a través de los ojos de la madre: un muchacho amable, pero inmaturo, un atolondrado bonachón.”
En contraste, la Palabra de Dios aconseja: “Padres, no exasperéis a vuestros hijos, sino formadlos más bien mediante la instrucción y la corrección según el Señor.” (Efe. 6:4, Biblia de Jerusalén) Sí, el padre es el cabeza de la familia y tiene que dirigir la crianza de sus hijos y participar en ella. ¿Se hace así en su familia?
La Biblia también muestra lo importante que es la contribución de la madre en la familia. Respetando la jefatura de su esposo, ella puede trabajar unidamente con él en dirigir a los hijos. Proverbios 14:1 dice: “La mujer verdaderamente sabia ha edificado su casa, pero la tonta la demuele con sus propias manos.”—Compare con Proverbios 1:8; Levítico 19:3.
¿Significa esto que al hijo no se le concede la oportunidad para el desarrollo o expresión personal? De ninguna manera. Pero los padres le pueden dar alguna responsabilidad e independencia y hacerlo de tal modo que él todavía sepa que no es el cabeza. En vez de preguntar la madre: ‘¿Qué deseas de desayuno?’ podría decir: ‘Hoy tenemos cereal. ¿Cuál de estos tres deseas?’ Así se le da al niño una medida de independencia y elección pero al mismo tiempo se le hace consciente de que no es el cabeza de familia.
Un ingrediente esencial
Se requiere disciplina si los hijos han de aprender que no son el cabeza del hogar. Algunos padres se oponen a esto. Y podemos estar seguros de que también se oponen muchos hijos. No obstante, observe los comentarios del psiquiatra de niños Wayne Weisner:
‘Los hijos necesitan disciplina para hacerse civilizados. Y ellos mismos la desean. La aceptan más fácilmente de padres que son firmes, pero siempre justos. Ambos padres tienen que estar completamente de acuerdo en cuanto a lo que debe ser la disciplina, de otro modo el radar del hijo recoge el desacuerdo, y la invitación implícita a desobedecer.’
Por supuesto, esos sentimientos son meras repeticiones de lo que Dios registró hace mucho en cuanto al mejor derrotero para los padres: “La vara y la corrección dan sabiduría, mas el muchacho consentido es la vergüenza de su madre.”—Pro. 29:15, Nieto.
Reconocidamente, hay muchos hogares donde los hijos solo el cabeza, ordenando y dominando a sus padres. Pero esos hogares no son felices. Los padres no son felices. Los hijos no son felices, ni lo serán. La Palabra de Dios muestra claramente que se obtiene el mayor éxito y felicidad cuando el padre amoroso ejerce la jefatura en unión con su esposa respetuosa y cooperativa. Este arreglo provee el clima seguro y la guía firme esenciales para el mejor desarrollo de los hijos en adultos equilibrados y maduros.
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Aprendiendo a vivir en conformidad con la Biblia¡Despertad! 1976 | 22 de agosto
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Aprendiendo a vivir en conformidad con la Biblia
◆ A un joven judío que vivía en una ciudad euroasiática lo estaban estimulando los rabinos locales a que emprendiera entrenamiento rabínico. Lo animaban a hacer esto a pesar de saber que él no llevaba una vida moral. Mientras él consideraba sus apremios, los testigos de Jehová tuvieron la oportunidad de hablar con él. Aunque él conocía bien las Escrituras Hebreas, accedió a estudiar la Biblia con los Testigos. Pronto se dio cuenta de que no basta con solo saber lo que enseña la Biblia, sino que también es importante practicar lo que dice. Al leer un artículo de La Atalaya acerca del punto de vista cristiano del cortejo, quedó convencido de que su modo de vivir no agradaba a Dios. Se dirigió a sus rabinos y les señaló que no le habían enseñado la importancia de vivir en armonía con las Sagradas Escrituras. Los rabinos no pudieron darle respuestas satisfacientes.
Él decidió que los testigos de Jehová no solo estaban enseñando la religión verdadera sino también viviendo en conformidad con ella. Así es que continuó su estudio bíblico con aun mayor aprecio y comenzó a cambiar su vida. Hasta visitó a todas las muchachas con las que tenía relaciones ilícitas, se sentó con ellas y les leyó el artículo acerca del cortejo. Dos de estas muchachas ahora comparten activamente la verdad de la Biblia con otros, y él mismo ha llegado a ser un discípulo bautizado de Jesucristo.
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