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  • ¿Es libertad esto?
  • ¡Despertad! 1970
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¡Despertad! 1970
g70 8/6 págs. 5-8

¿Es libertad esto?

¿QUIERE usted ser libre? Probablemente. De hecho, toda persona cuerda quiere ser libre.

La libertad es una condición sumamente deseable para el hombre. Esto quiere decir la libertad que haga realmente posible disfrutar de la vida.

¿Existe libertad en este mundo? Muchas personas dirían que hay muy pocos países donde la gente disfrute de libertad. Especialmente en el mundo occidental hay países donde por lo general la ley protege las libertades de la gente.

¿Libertad en el hogar, en las calles?

Sin embargo, si usted vive en uno de estos países a los cuales comúnmente se considera libres, pregúntese: ¿Se siente usted libre para andar por cualquier calle de noche? ¿Se siente usted libre para disfrutar de algún parque después del anochecer? ¿Se siente usted libre para dejar las puertas y las ventanas de su hogar sin cerrarlas con llave?

Aun en los países más democráticos, grandes secciones de la población temen andar por calles oscuras. Evitan los parques de noche. Tienen cerraduras en las puertas y ventanas de sus hogares. Y sus comercios están protegidos de manera semejante. ¿Es libertad esto?

En la revista Look del 18 de noviembre de 1969 un reportero describió con exactitud la situación actual, diciendo: “El temor ha llegado a ser un factor dominante en la vida de la nación. La gente me dijo que tenía más miedo que hace unos cuantos años. Los moradores de poblaciones pequeñas vacilan en cuanto a visitar las ciudades grandes. Las mujeres tienen miedo de salir de noche. Muchas zonas fabriles urbanas llegan a ser fantasmagóricos campos armados de noche, con perros, reflectores y sistemas de alarma contra intrusos. Hay más puertas cerradas con llave entre las casas. Hay menos de la antigua recepción animada que se daba a los extraños. El asalto se acepta como un riesgo normal.”

Aun en las zonas suburbanas y poblaciones pequeñas, la gente a menudo no se siente segura en sus propios hogares debido al aumento en el crimen y la violencia. Una persona que vivía en un suburbio aparentemente pacífico dijo: “Estoy aterrado en mi propio hogar.”

En consecuencia, aun en países “libres” grandes secciones de la población viven como si estuviesen sitiados por un ejército enemigo. Realmente, entonces, ¿cuánta libertad tienen las personas que tienen que vivir así?

¿Libertad en la escuela?

A través del mundo, las escuelas secundarias, los colegios de enseñanza superior y hasta las escuelas primarias están plagadas de desórdenes. A estudiantes que quieren proseguir su educación a veces se les niega esa libertad debido a la perturbación y desorganización existentes. En el Japón, como en otras partes, algunas escuelas han sido cerradas por largos períodos debido a protestas y motines.

En la ciudad de Nueva York un grupo de unos veinte jóvenes invadió una escuela secundaria mientras se celebraban las clases. Ataron a dos maestros a sus sillas y les taparon la boca con cinta adhesiva. Entonces los jóvenes arengaron a los estudiantes con invectivas políticas. En otro caso, un grupo de manifestantes fue invitado a la escuela para considerar sus motivos de queja. Mientras se efectuaban las conversaciones, varios del grupo entraron en los salones de clase y les dijeron a los niños que se fueran a su casa. En muchos otros casos, ha habido maestros que han sido asaltados, estudiantes que han sido intimidados y clases que han sido disueltas. ¡Se informa que en una ciudad los maestros están tan aterrorizados que tres de cada cuatro ahora llevan armas de fuego a la clase!

Sin duda muchos de los estudiantes que protestan están genuinamente disgustados por las horribles condiciones del mundo. Ven injusticias, prejuicio, pobreza y guerra y están indignados. No obstante, otros estudiantes también se encolerizan por estas cosas pero no optan por causar desorganización ni recurrir a la violencia. Desean poder continuar su educación. De modo que cuando las maneras de obtener desagravio desorganizan las clases o resultan en violencia y daño, ¿no es esto estorbar la libertad de otros estudiantes? ¿Es libertad el que los maestros renuncien por temor?

¿Libertad económica?

La situación económica también obra contra la libertad en muchos casos hoy. Por ejemplo, en la mayoría de los países los precios aumentan constantemente. Pero los salarios no siempre se mantienen al mismo paso. Los ingresos de muchas personas, en particular las de mayor edad, no aumentan mucho, si es que aumentan. Quizás vivan de pensiones fijas o del “seguro social.” A menudo los pagos máximos de tales pensiones son lastimosamente pequeños al considerar los precios que hay que pagar por alimento, ropa y abrigo.

Tocante a esto declaró Look: “La gente que depende de ingresos fijos modestos está desesperada, preguntándose si quedará empobrecida por un diluvio de papel moneda sin valor. Algunas compradoras se han puesto histéricas debido al alza vertiginosa de los precios de la carne y los abarrotes.” ¿Es libertad esto?

También, ¿está realmente libre todo el mundo para efectuar el trabajo que quiere y del cual disfruta? ¿A cuántas personas conoce usted que realmente tienen la clase de trabajo que les produce satisfacción genuina? ¿No es un hecho que lo que con mayor frecuencia sucede es que las personas trabajan en lo que pueden conseguir, o en lo que es más remunerador, más bien que en lo que verdaderamente les gusta? Aun los que quizás prefieran cierto oficio a veces no pueden ejercerlo debido a diversas normas de la administración o los sindicatos. ¿Es libertad esto?

Además, ¿cuánta libertad tiene usted para siquiera inhalar aire fresco? Aproximadamente 150 millones de toneladas de sustancias contaminadoras se despiden al aire ahora cada año, la mayor parte de ellas gases potencialmente letales. Las grandes corporaciones continúan contaminando el aire aunque hay leyes en contra de ello. Simplemente pagan la multa, la cual por lo general es pequeña, y siguen adelante contaminando. ¿No es el poner en peligro la salud de otros una perversión de la libertad?

¿Libertad en los deportes?

Cuando el equipo de béisbol de los Mets de Nueva York ganó el título de su división, sus fanáticos se regocijaron. Pero, ¿qué sucedió entonces? El Times de Nueva York informó: “El campo de juego del Estadio Shea se parecía a la superficie llena de cráteres de la Luna ayer. Pero no ondeaba allí ninguna bandera estadounidense, porque se la habían robado. De hecho, casi todo lo que no estaba clavado se lo llevaron los alborotados fanáticos.”

El jefe de los que cuidaban el terreno dijo con incredulidad: “Jamás he visto que se dañara a este grado un campo.” La muchedumbre arrancó de 300 a 500 metros del césped del campo de juego y se lo llevó como “recuerdo.” Y el campo quedó lleno de papeles y latas.

¿Significa la libertad que uno tiene el derecho de apoderarse de la propiedad de otros y destruirla? Si su vecino le destrozara el césped, estropeara las paredes de su casa, rompiera los vidrios de las ventanas y le robara los muebles, ¿consideraría usted estas acciones como expresiones de libertad, o como actos criminales?

La libertad dentro de la ley es provechosa

La verdadera libertad no significa la ausencia de leyes que sean correctas y provechosas. Para disfrutar a salvo de la libertad ésta tiene que estar dentro de la estructura de la ley.

Las leyes físicas que Dios ha puesto en funcionamiento mantienen al universo en armonía maravillosa. Estas leyes físicas obran para bien del hombre. Por ejemplo, ¿se siente usted oprimido por la gravedad? Impide que uno salga volando de la Tierra a una muerte segura. Hace que uno ande de un lado a otro sin la tensión constante de la ingravidez.

Sin embargo, ¿qué pasaría si uno deliberadamente pasara por alto la ley de la gravedad y saltara de un edificio alto? Resultaría muerto al caer o quedaría gravemente lesionado. Uno no puede pasar por alto las leyes físicas sin recibir castigo. No obstante, cuando uno obra dentro de la estructura de ellas, siega los beneficios.

Si no hubiese leyes físicas que gobernaran el universo, la creación estaría en anarquía. Pronto la vida humana se extinguiría. ¡Cuán agradecidos debemos estar por estas leyes físicas confiables! Por ellas sabemos que el Sol saldrá todos los días. La Tierra continuará en su órbita correcta, con la inclinación y rotación apropiadas. Las leyes del desarrollo permanecerán constantes para que las plantas y los árboles suministren alimento.

El hombre jamás puede librarse de estas leyes físicas. O disfruta de la libertad dentro de sus límites, o las pasa por alto, para su propio mal.

Leyes para el comportamiento humano

¿Deberíamos pensar que Dios daría existencia a las leyes físicas, pero dejaría a la humanidad sin leyes que gobernaran su comportamiento social? De ninguna manera.

Las leyes del Creador para la humanidad se escribieron y se conservaron para que pudiésemos saber la mejor manera de manejar nuestros asuntos. (2 Tim. 3:16, 17) De la calidad de esas leyes la Biblia dice: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma. El recordatorio de Jehová es fidedigno, hace sabio al inexperto. Las órdenes de Jehová son rectas, hacen regocijar el corazón.”—Sal. 19:7, 8.

Sin embargo, ¿no fue creado el hombre con libre albedrío? Sí, lo fue. Es un maravilloso don de Dios. Pero esa libertad tiene que usarse dentro de los límites apropiados... los que Dios fija. Y Dios se propuso que esta libertad fuese relativa, no total.

Hay una necesidad crítica de límites apropiados a la libertad del hombre. ¿Por qué? A fin de que no se esclavice a sí mismo ni estorbe la libertad de otros. Y cuando una persona sí obedece las leyes de Dios, disfruta de la más elevada forma de libertad que existe.

Disfrutando de libertad bajo las leyes de Dios

Hoy, existen centenares de miles de personas por todo el mundo que disfrutan de esa clase de libertad. ¿Quiénes son? Son los testigos de Jehová.

¿Por qué se puede decir que disfrutan de la más alta forma de libertad? Porque la obediencia a las leyes de Dios resulta en la eliminación de cosas que oprimen a otros y que le niegan la libertad aun a uno mismo. Como resultado, pueden disfrutar entre ellos mismos de estar libres de la guerra, del odio, del prejuicio racial, de la explotación, de la injusticia y del crimen, así como de la superstición religiosa. Todo esto tiene un maravilloso efecto liberador. El conocimiento de las leyes de Dios resulta en verdadera libertad; como dijo Jesús: “La verdad los libertará.”—Juan 8:32, 40.

¿Significa opresión el obedecer las leyes de Dios porque esto suministra límites para la libertad? No, tal como no es opresiva la ley de la gravedad. A los testigos de Jehová ciertamente no les parece que las leyes correctas de Dios estorben o restrinjan su disfrute de la vida. Porque aunque las leyes de Dios suministran límites apropiados, al mismo tiempo permiten una zona extensa dentro de la cual el individuo puede disfrutar de su libre albedrío. No obstante, el cometer cualquier acto que lo perjudique a uno mismo o perjudique a otros no es libertad, sino que es criminal a la vista de Dios.

Libertad verdadera en el futuro

Los que obedecen las leyes de Dios comprenden que están obligados a obedecer las leyes de la nación en que viven. (Mat. 22:21) Por consiguiente, el cristiano no está autorizado para hacerse justicia propia cuando ve injusticias. La libertad no le da derecho a amotinarse, destrozar, lastimar y matar. La ley de Dios declara: “El esclavo del Señor no tiene necesidad de pelear, sino de ser amable para con todos, capacitado para enseñar, manteniéndose reprimido bajo lo malo.”—2 Tim. 2:24.

Esto no significa que los cristianos pasan por alto las muchas injusticias que despiertan la indignación justa de muchas personas hoy día. En realidad, el obedecer las leyes de Dios significa odiar estas injusticias, pues la Biblia dice: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo.” (Sal. 97:10) De hecho, cuando hay un conflicto entre la ley del hombre y la ley de Dios, la regla de la Palabra de Dios es: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 5:29.

Pero, ¿no debe la persona que está interesada en lo que es correcto tratar de corregir las situaciones incorrectas? Es verdad, puede hacer cuanto sea posible dentro de los límites de las leyes de Dios, y las del hombre. Pero todas las personas que aman justicia deben tomar en cuenta este hecho: ¡Dios no se propone cambiar a este presente sistema de cosas ni salvarlo! Está tan avanzado en la corrupción, la injusticia y el desafuero que el propósito claramente expresado de Dios es destruirlo como se le haría a un edificio condenado. Él lo reemplazará con un nuevo sistema de cosas justo bajo su gobierno celestial en las manos de Cristo.—Dan. 2:44.

No, Dios no tratará de salvar a este sistema que está en decadencia con toda su iniquidad y derramamiento de sangre. Más bien, lo quitará del todo. Por eso es inútil que los humanos traten de cambiar las cosas mediante la violencia. No pueden hacerlo. En realidad, la Biblia advierte que las condiciones irán de mal en peor hasta que Dios les ponga fin aniquilando a los inicuos.—2 Tim. 3:1-5, 13; Sal. 37:9, 10.

Aun los que obedecen las leyes de Dios ahora no disfrutan de libertad en el sentido más cabal. ¿Por qué no? Porque ellos, así como todas las demás personas, todavía están esclavizados a la ley del pecado y de la muerte heredada de nuestros primeros padres. (Rom. 5:12) Todavía se enferman, envejecen y mueren.

Sin embargo, ¡hoy las personas temerosas de Dios pueden esperar con deleite el ser libertadas, no solo de este inicuo sistema, sino también de la esclavitud a la enfermedad, la vejez y la muerte! Esta libertad le vendrá a la humanidad durante el reinado de mil años de Cristo, que ahora se ha acercado. Grande será el regocijo en ese nuevo orden cuando Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento, ni clamor, ni dolor.”—Rev. 21:4.

En consecuencia, en el nuevo orden de Dios se disfrutará a grado cabal de libertad dentro de los límites apropiados de las leyes de Dios. Es por eso que el salmista pudo predecir esto: “Los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.

[Ilustración de la página 5]

¿Cuánta libertad tiene usted para andar fuera de su casa por la noche?

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