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  • ¿Rige el destino su futuro?
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g74 22/10 págs. 27-28

¿Cuál es el punto de vista bíblico?

¿Rige el destino su futuro?

CADA año los accidentes reclaman las vidas de muchos miles de personas en su hogar, en su trabajo o mientras viajan. Miles más sufren graves lesiones cuando sucede lo inesperado. ¿Por qué? ¿Y por qué es que a veces beneficios imprevistos mejoran la vida de algunos individuos? La mayor parte de la gente considera estas cosas como accidentes, sucesos casuales. ¿Son realmente accidentes?

Ciertas personas dicen que No. Creen que cada acontecimiento en la vida de uno, incluso el momento de la muerte ha sido predeterminado por el destino. Napoleón Bonaparte una vez escribió: “Nuestra hora está señalada, y nadie puede reclamar ni un momento de vida más allá de lo que el destino ha predestinado.”

Entre los que sostienen que el destino rige su futuro hay muchos que creen en Dios. Piensan que Dios debe preconocer todos los acontecimientos futuros. Y, basándose en esa suposición, razonan que todos los acontecimientos futuros están predeterminados, porque lo que Dios preconoce no puede dejar de llevarse a cabo. Algunos extienden esta idea a creer en la predestinación divina, lo cual significa que Dios ha predeterminado a algunos de la raza humana a la salvación y al resto al castigo eterno.

¿Ha preconocido Dios verdaderamente todas las cosas que han acontecido en el transcurso de la historia? ¿Conoce él ahora definidamente todo lo que sus criaturas harán en los días por venir? ¿Rige tal destino su futuro?

La Biblia explica claramente que muchas cosas que le sucede a la gente verdaderamente son accidentes, “porque el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos.” (Ecl. 9:11) Además, Jehová Dios les extiende a sus criaturas inteligentes el privilegio y la responsabilidad de la elección libre. Al Israel de la antigüedad se le aconsejó “escoger la vida” por medio de escuchar a Jehová Dios. El profeta Sofonías instó a los mansos a ‘buscar a Jehová.’ (Deu. 30:19, 20; Sof. 2:3) La Palabra de Dios, en Revelación 22:17, extiende a “cualquiera que desee” la invitación de aprovecharse de las provisiones de Dios para la salvación.

Las Escrituras inspiradas presentan a Jehová como un Dios misericordioso, justo, imparcial y amoroso. (Deu. 4:31; 32:4; Hech. 10:34; 1 Juan 4:8) ¿Estimularía a la gente un Dios así a escoger lo que es correcto si él ya supiera que el destino impediría que muchos lo hicieran?

El preconocimiento es diferente al destino

Es cierto que Dios puede preconocer cosas. Las Escrituras se refieren a él como “Aquel que declara desde el principio el final, y desde hace mucho las cosas que no se han hecho.” (Isa. 46:10) Pero el saber algo por adelantado no es lo mismo que causarlo. Un meteorólogo, por ejemplo, pudiera hacer un pronóstico exacto debido a su familiaridad con los modelos del tiempo. Pero nadie alegaría que él causó el tiempo pronosticado.

Cuando Dios sí predice lo que individuos o grupos harán, frecuentemente esto se basa en su observación de modelos de ideas ya evidentes. Por lo tanto, al profetizar que la nación de Israel quebrantaría su pacto, Jehová dijo: “Bien conozco su inclinación.” (Deu. 31:21) Las profecías acerca del fiel derrotero terrenal de Jesús se basaron en el anterior conocimiento que Jehová tenía de él durante sus milenios de existencia prehumana.—Juan 6:62; 17:5, 25.

Si Jehová decide hacerlo, él puede leer el código genético de un descendiente y por medio de éste conocer los rasgos que desarrollará. Evidentemente que sobre esta base, en el caso de los hijos mellizos de Isaac Jacob y Esaú, que Jehová predijo: “El mayor servirá al menor.” (Gén. 25:23) En unos pocos casos (como el del juez israelita Sansón y el rey Ciro de Persia) Dios predijo antes de su concepción ciertas cosas que harían los individuos. (Jue. 13:3-5; Isa. 44:28–45:3) Pero en ningún caso el destino rigió cada acto o acontecimiento en la vida de estas personas.

Pero si Dios tiene la habilidad de preconocer las cosas que sucederán, ¿no equivale su capacidad para preconocer a un destino inalterable que rige todos los acontecimientos futuros? No, no es lo mismo. ¿Por qué no? Porque esa opinión iguala incorrectamente lo que Dios puede hacer con lo que realmente hace. Aunque Jehová Dios tiene la habilidad de preconocer las cosas, él puede escoger no ejercer plenamente esa habilidad. Considere, por ejemplo, la manera en que Jehová usa el poder. Aunque Todopoderoso, Dios no emplea toda su fuerza en cada situación, sino que la usa al grado necesario para realizar su propósito. Semejantemente, Dios restringe su uso de la precognición.

Esto puede verse de los textos bíblicos que describen a Dios haciendo un examen de ciertas situaciones para obtener conocimiento de éstas. Observamos que Jehová le declaró a Abrahán su decisión de investigar los asuntos de Sodoma y Gomorra para “ver si obran del todo conforme al clamor acerca de ello que ha llegado a mí, y, si no, podré llegar a saberlo.”—Gén. 18:20, 21.

¿Qué hay acerca de la predestinación?

Pero, ¿qué hay de los textos que hablan de algunos como “escogidos según la presciencia de Dios,” ‘escogidos antes de la fundación del mundo,’ ‘predeterminados a la adopción como hijos de Dios’? (1 Ped. 1:1, 2; Efe. 1:3-5, 11) Sobre la base de referencias bíblicas como éstas, líderes religiosos como Agustín, Martín Lutero y Juan Calvino enseñaron que Adán y Eva estuvieron destinados a desobedecer a Dios aun antes de ser creados; y que toda su posteridad fue seleccionada por adelantado ya sea para salvación o para ruina eterna.

Pero, ¿enseñan realmente esos versículos esa predestinación de individuos? Si es así, sería imposible para cualquiera de los escogidos perder el favor de Dios. Sin embargo los mismos apóstoles que escribieron las palabras anteriores (Pedro y Pablo) mostraron que algunos que fueron “comprados” y “santificados” por medio de la sangre de Cristo se apartarían más allá del arrepentimiento y se acarrearían destrucción.—2 Ped. 2:1, 2, 20-22; Heb. 6:4-6; 10:26-29.

Consecuentemente los textos susodichos se deben referir a la predeterminación de la congregación cristiana como una clase.

¿Cómo fue escogida la congregación cristiana “antes de la fundación del mundo”? Jesús, en Lucas 11:50, 51, relacionó esa “fundación” con Abel. Así es que fue antes del nacimiento de Abel, pero no antes de que Adán y Eva escogieran desobedecer a Dios, que él predeterminó la clase que llegaría a ser heredera con Cristo en su reino.—Rev. 20:6.

Como en el caso del Israel de la antigüedad, Dios insta a la gente hoy en día a que se ‘vuelvan de sus transgresiones y sigan viviendo.’ (Eze. 18:23, 30-32) Pedro escribió que Dios “no desea que ninguno sea destruido, sino desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2 Ped. 3:9) ¿Cuán sincero sería ese deseo si el destino ya hubiera consignado a muchos, quizás a millones, a vidas malvadas? ¿Y podría ser verdad la enseñanza bíblica de que Cristo Jesús “se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos” si el destino excluyó a muchos del beneficio de ello?—1 Tim. 2:6.

No, el destino no rige ni su futuro ni el de ninguna otra persona inteligente. Uno puede escoger servir a Dios o no servirle. Pero “cada uno de nosotros rendirá cuenta” por la elección que hace. (Rom. 14:12) ¿Cuál será la suya?

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