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  • Parte 5—”Hágase tu voluntad en la tierra”

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  • Parte 5—”Hágase tu voluntad en la tierra”
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1959
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Parte 5—”Hágase tu voluntad en la tierra”

El capítulo 1 del libro “Hágase tu voluntad en la tierra” presentó la pregunta desafiadora “¿La voluntad de quién?” y probó que era la voluntad irresistible de Jehová Dios la que había de hacerse en la tierra como se hace en el cielo. Además, este hecho regocijador significaba que esta tierra, la morada que Dios le ha dado al hombre, nunca habría de ser destruída; más bien, le será una grandiosa experiencia al género humano vivir en la tierra cuando se haga en ella la voluntad del Padre celestial. Ya hemos entrado en el segundo capítulo del libro, intitulado “Por qué tiene que hacerse en la tierra.” El párrafo 6 ya ha declarado que “para que el hombre y los animales puedan sobrevivir sobre esta tierra y tenerla como su hogar eterno” tiene que hacerse en ella la voluntad supranacional de Dios el Creador. Consta prueba de que es la voluntad del Creador que la tierra siga existiendo para siempre y continúe siendo habitada la oración que el Señor Jesucristo dirigió a Dios el Creador: “¡Venga tu reino! ¡Hágase tu voluntad en la tierra así como también en el cielo!” ¿Cómo es eso? Sigamos leyendo.

9. El reino de Dios vendrá y la voluntad de él se hará debido a ¿qué propósito divino concerniente a la tierra?

9 Manifiestamente, el reino de Dios viene a la tierra y entonces la voluntad de él se hace en la tierra porque es su propósito que la tierra permanezca para siempre como parte del dominio universal sobre el cual él es el Rey de la eternidad, el Soberano Altísimo. Cuando se haga aquí la voluntad de Dios bajo su reino habrá un cambio deleitable sobre esta tierra. Entonces, ¿por qué destruir este territorio de su reino? ¿Por qué remover la gente que hace la voluntad de Dios en la tierra de este territorio de su reino? Eso no es lo que Dios hará, porque él inspiró al sabio rey Salomón de la antigüedad a escribir este proverbio: “En la multitud de pueblo está el adorno de un rey, pero en la falta de población está la ruina de un oficial elevado.” (Pro. 14:28) Fué porque el primer hombre no continuó haciendo la voluntad de su Creador que Dios lo sentenció a morir y volver al polvo de la tierra. (Gén. 3:17-19) Cuando la gente haga la voluntad de Dios en la tierra bajo el reino de Dios, él le dará el derecho a la vida eterna sobre este territorio del dominio de su reino. En el interés de esto él preservará esta tierra para la gloria eterna de él como Creador de ella.

10. ¿Cómo prueba la oración modelo que la venida del cristianismo no cambió los asuntos en cuanto a la tierra?

10 La cristiandad, sin embargo, argüirá por medio de sus sacerdotes y clérigos que la venida del cristianismo cambió los asuntos en cuanto a la tierra. Pero, ¿cómo podría ser eso? Jehová Dios usó a Jesucristo como el mismo Caudillo del cristianismo, ¡y fué este mismo Caudillo del cristianismo quien nos dió la oración en que pedimos que venga el reino de Dios y que se haga la voluntad de Dios en la tierra como se hace en el cielo!

11. ¿Cuál era la esperanza y deseo de los hombres santos de Dios de la antigüedad concerniente a su futuro?

11 El Caudillo del cristianismo no podría estar equivocado en cuanto a lo que enseñó concerniente a la tierra. Él no se equivocó. Hombres santos de Dios, que fueron impulsados por el espíritu de Dios para hablar y escribir profecías antes del día de Cristo, no tenían esperanzas ni deseos de ir a la región desconocida del cielo. De hecho, no recibieron invitación de Dios para ir al cielo, ni estaba abierto entonces el camino para que hombres subieran al cielo. Ellos no esperaban que al morir irían al cielo. Ellos no esperaban la destrucción total de esta tierra y su luna en una conflagración universal. Es verdad que ellos esperaban una vida futura, pero no una vida futura en el cielo. Su esperanza era regresar de entre los muertos a una vida reanudada en esta tierra, pero había de ser cuando Dios gobierne sobre el Medio Oriente y el resto de la tierra.

12, 13. (a) ¿Por qué no probó la venida de Jesús a la tierra que estaban equivocados en su esperanza? (b) Concerniente a esto, ¿qué dijo Pedro, para confirmar lo que Jesús mismo había dicho?

12 La venida de Jesucristo a la tierra no probó que estaban equivocados en su esperanza. Su venida no cambió el futuro para ellos ni les abrió el camino al cielo. Mucho después que habían muerto Abrahán, Isaac, Jacob (Israel), Moisés, el rey David, el profeta Isaías y hasta el profeta Malaquías, Jesucristo el Hijo de Dios bajó del cielo a la tierra de manera milagrosa. Él no dijo que esos hombres santos estaban en el cielo al tiempo que él partió de allá. Jesús, como Hijo del hombre sobre la tierra, dijo a un gobernante judío: “Ningún hombre ha subido al cielo sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre.” (Juan 3:13) Cuando el Bautizador, Juan el hijo de Zacarías, estaba en prisión y faltaba poco para que le cortaran la cabeza, Jesús dijo: “Entre los nacidos de mujer no ha sido levantado uno mayor que Juan el Bautista; pero la persona que sea menor en el reino de los cielos es mayor que él.” (Mat. 11:11) Después que Jesús mismo fué muerto en un madero de tormento pero fué resucitado de entre los muertos el día tercero y más tarde regresó a su Padre en el cielo, el apóstol Pedro predicó a más de tres mil judíos y dijo que el resucitado Jesús estaba en el cielo pero que el rey David no estaba allí.

13 Dijo Pedro: “Es permisible hablar con libertad de palabra a ustedes concerniente a la cabeza de familia David, que él falleció y también fué sepultado y su tumba está entre nosotros hasta este día. De hecho David no ascendió a los cielos, sino que él mismo dice: ‘Jehová dijo a mi Señor [es decir, a Jesucristo]: “Siéntate a mi diestra, hasta que haga de tus enemigos un banco para tus pies.”’” (Hech. 2:29, 34, 35) Aquellos fallecidos como David todavía esperan que venga el reino de Dios.

14. ¿Por qué se refirió Jesús al hecho de que iba al cielo, y cómo afectó al propósito de Dios para con la humanidad la invitación de ir al cielo que se hizo a sus seguidores?

14 Jesús se refirió al hecho de que él iba al cielo porque él había bajado de allá por solamente treinta y tres años y medio. Él se refirió a su congregación de fieles seguidores, aquellos que son representados por los veinticuatro “ancianos” en la Revelación a Juan, como invitados para ir al cielo y estar con él. Él dió instrucciones a éstos para prepararlos para ir al cielo. Pero esto no significó que Jesucristo había cambiado el propósito original de Dios concerniente a la humanidad en conjunto.

15. ¿Para bien de quién en general oró Jesús que el reino de Dios viniera, y qué necesitan reexaminar los hombres confusos?

15 Jesús no abrió el camino para que todos los temerosos de Dios entre la humanidad fueran al cielo. Para bien de la humanidad en general él oró que el reino de Dios viniera a la tierra donde la humanidad muerta yace enterrada y que se hiciera la voluntad del celestial Dador de vida en la tierra así como también en el cielo. ¿Querrán el rey David y Juan el Bautista hacer la voluntad de Dios en la tierra bajo Su reino? Ciertamente. Entonces los hombres confusos necesitan reexaminar la Biblia para aprender cuál era la voluntad del Creador para el hombre en el principio. Entonces verán que la voluntad y el propósito de Dios se han hecho más seguros por la venida de Cristo.

EL PROPÓSITO DE DIOS PARA LA TIERRA

16. ¿Cómo nos identifica al Creador de la tierra Jeremías 10:10-13, y entonces, a quién se refiere Génesis 1:1?

16 El Creador de la tierra se nos identifica por nombre. En la profecía de Jeremías leemos la diferencia entre él y todos los dioses falsos: “Pero Jehová es en verdad Dios. Él es el Dios vivo y el Rey hasta tiempo indefinido. Debido a su indignación la tierra se mecerá, y ninguna de las naciones se sostendrá bajo su denunciación. Esto es lo que ustedes les dirán: ‘Los dioses que no hicieron los mismos cielos y la tierra son los que perecerán de la tierra y de debajo de estos cielos.’ Él es el Hacedor de la tierra por su poder, El que firmemente establece la tierra productiva por su sabiduría, y El que por su entendimiento extendió los cielos. A su voz se da una agitación de aguas en los cielos por él, y él hace que asciendan vapores desde la extremidad de la tierra. Él ha hecho hasta compuertas para la lluvia, y él saca el viento de sus almacenes.” (Jer. 10:10-13) Jehová entonces es el Dios a quien se refiere la Santa Biblia cuando principia con las palabras: “En el principio Dios creó los cielos y la tierra.”—Gén. 1:l.a

17. ¿Cómo principió este planeta tierra, y cómo, según la misma declaración de Dios, no quiere él que termine?

17 Los astrónomos y científicos no han podido establecer prueba alguna de que existan criaturas vivientes en otros planetas de nuestro sistema solar, pero el propósito directo del Creador para con nuestra tierra fué diferente. En lo que concernía a ella él no quería que fuera un planeta vacío y sin vida al tiempo de su principio; él no desea que jamás termine en esa condición. Preguntémosle a él acerca de esto. “Esto es lo que Jehová ha dicho, el Santo de Israel y el Formador de él: ‘Pregúntenme aun acerca de las cosas por venir concerniente a mis hijos; y concerniente a la actividad de mis manos ustedes deben mandarme. Yo mismo he hecho la tierra y he creado aun al hombre sobre ella. Yo—mis propias manos han extendido los cielos, y a todo el ejército de ellos yo he mandado.’ Porque esto es lo que Jehová ha dicho, el Creador de los cielos, Él, El Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella. Él, El que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada: ‘Yo soy Jehová, y no hay otro. En un lugar de escondite no hablé.’” (Isa. 45:11, 12, 18, 19) Él formó esta tierra para ser habitada para siempre.

18. Después de crear las criaturas vivientes que eran inferiores a las humanas, ¿qué más dijo Dios concerniente a la tierra y las criaturas que entonces vivían?

18 Esas palabras inspiradas presentadas por medio del profeta Isaías están completamente de acuerdo con el registro escrito concerniente a la preparación de esta tierra para la realización del propósito de Dios. Después que él hizo de esta tierra un lugar muy interesante por medio de poner peces y monstruos marinos en sus aguas y aves en sus árboles y cielos y animales e insectos de toda clase en su tierra, él reveló para quién había hecho esta tierra realmente como hogar eterno. “Y Dios prosiguió y dijo: ‘Hagamos al hombre [adam] a nuestra imagen, de acuerdo con nuestra semejanza, y que tengan [el hombre multiplicado] en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y los animales domésticos y toda la tierra y todo animal reptante que se arrastra sobre la tierra.’ Y Dios procedió a crear al hombre [adam] a su imagen, a la imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.” (Gén. 1:26, 27) No se dijo de las otras criaturas, todas aquellas inferiores al hombre, que Dios las había creado a su imagen y de acuerdo con su semejanza. Solamente el hombre fué creado así.

19. ¿Qué manifiesta que fué perfecto el hombre al crearlo Dios, y por eso, qué sabía Dios que podía entonces hacerse en la tierra?

19 Aunque este hecho elevó al hombre mucho más alto que todos los peces, aves y bestias brutas, también manifestó que el hombre fué creado perfecto, que fué una criatura perfecta desde su principio, cabalmente capacitada para desplegar sobre la tierra cierta imagen, cierta semejanza, de su Creador perfecto. Por supuesto, todas las otras criaturas también fueron hechas perfectas, cada una de acuerdo con su propio género familia. La perfección del universo material inanimado, que ahora cuenta con miles de millones de años de edad, vino de este mismo Creador. ¿Por qué habría de haber menos que perfección en la creación de criaturas vivas e inteligentes? “Porque yo declararé el nombre de Jehová. ¡Atribuyan ustedes grandeza a nuestro Dios! La Roca, perfecta es su actividad.” (Deu. 32:3, 4) De modo que Dios dió a la humanidad un principio perfecto. De esa manera él sabía que su voluntad podía hacerse sobre la tierra perfectamente por criaturas humanas a su imagen y semejanza.

20. ¿Qué les dijo Dios al hombre y a la mujer que era su propósito al crearlos, y por qué?

20 El Creador no mantuvo secreta su voluntad concerniente a la humanidad, para que nosotros la adivináramos. Porque el hombre fué creado a la imagen y semejanza de Dios él podía decirle al hombre y a la mujer cuál era su propósito y voluntad para con ellos. Él les podía dar mandamientos que pudieran entender y cumplir a perfección. “Además, Dios los bendijo y Dios les dijo: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla, y tengan en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y toda criatura viviente que se arrastra sobre la tierra.’”—Gén. 1:28.

21. ¿Qué indicó la bendición de Dios sobre ellos, y por qué?

21 Dios los bendijo; él habló para el bien de ellos, no para su perjuicio como si estuvieran maldecidos. Durante el día o período de tiempo creativo antes de éste Dios había bendecido a los peces y a las criaturas volátiles aladas que él había hecho. Esa bendición indicó que habían de multiplicarse en su habitación natural, porque “Dios los bendijo, diciendo: ‘Sean fructíferos y háganse muchos y llenen las aguas en las cuencas de los mares y háganse muchas en la tierra las criaturas volátiles.’” (Gén. 1:22, 23) De modo que la bendición de Dios sobre el hombre y la mujer indicó que habían de multiplicar su género y llenar esta tierra, no llenar el cielo ni proveer una población para el cielo; así como la bendición de Dios sobre los peces y las criaturas volátiles no indicó que éstos habían de proveer peces y criaturas volátiles aladas para los ángeles del cielo. Dos criaturas humanas no eran suficientes para esta tierra cuya superficie es de 510,071,000 kilómetros cuadrados (196,940,000 millas cuadradas). Por esto el hombre y la mujer perfectos habían de llenar la tierra con su género perfecto hasta el grado de plenitud que los peces y las aves llenan su parte de la tierra y alrededores con su propio género.

22. ¿Cuándo terminaría la necesidad de multiplicarse la humanidad, y qué había de sojuzgar el hombre?

22 Puesto que el hombre y la mujer fueron creados perfectos y recibieron una bendición y no una maldición o condenación a muerte, llegaría el tiempo en que llenarían la tierra hasta el grado correcto, necesario y cómodo, sin que muriera persona alguna y creciendo cada niño hasta la madurez. Entonces terminaría la necesidad de multiplicarse, y el nacimiento de más niños cesaría. No se dió mandato de que produjeran más niños para trasladar el exceso de la población humana a la luna o a otros planetas de nuestro sistema solar. “Llenen la tierra y sojúzguenla,” fué el mandato de Dios a los primeros humanos, varón y hembra. “Sojúzguenla,” es decir, la tierra, no la luna, ni el llamado Venus o Mercurio o Marte. Pero ¿cómo habrían de sojuzgar la tierra?

23. ¿En qué parte general de la tierra colocó Dios el hogar edénico del hombre, y para que aumentara el género humano qué le dió al hombre?

23 Dios creó al hombre perfecto en una parte de la tierra cerca del Medio Oriente de hoy día, porque el relato bíblico asocia los ríos Éufrates y Tigris (Hiddekel) con su hogar original. Fué un lugar placentero en que crear al hombre, y bien se llamó Edén, que significa “Placer.” Pero aun más que eso. “Jehová Dios plantó un jardín en Edén, hacia el este, y allí puso al hombre que había formado. . . . Ahora bien, había un río que salía de Edén para regar el jardín, y de allí comenzaba a dividirse y se convertía, como si fuera, en cuatro cabezas. . . . Y el nombre del tercer río es Hiddekel [Tigris]; es el que va al este de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates. Y Jehová Dios procedió a tomar al hombre y colocarlo en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara.” (Gén. 2:8-15) En seguida, con el fin de aumentar la raza humana, Dios dió a este primer hombre Adán una esposa perfecta. Dios la había formado de una costilla tomada del cuerpo de Adán para que fuera su ayudante, un complemento de él.

24. ¿Qué se les mandó al hombre y a la mujer que hicieran, y qué efecto tendría esto en su hogar paradisíaco y en que se hiciera la voluntad de Dios?

24 A esta pareja humana perfecta su Creador dió el mandato de usar sus órganos de reproducción y producir hijos y llenar la tierra con ellos. Pero al mismo tiempo que llenaran la tierra del género humano ellos tenían que ‘sojuzgarla.’ Todos estos hijos perfectos deberían vivir en un jardín edénico o Paraíso. El jardín original en que Adán y Eva fueron establecidos llegaría a ser demasiado pequeño después que aumentara grandemente su familia, con hijos, nietos, biznietos, y así sucesivamente, y sin que ninguno de ellos muriera por tener que pagar la pena del pecado. De modo que sería necesario que todos ellos sojuzgaran la tierra fuera del jardín original o Paraíso de Edén mediante el extender los límites del jardín, cultivando poco a poco las partes no habitadas hasta que el jardín paradisíaco abarcara toda la tierra, desde el este hasta el oeste y desde las regiones del polo norte hasta el polo sur. Este Paraíso abarcador de toda la tierra requeriría la atención y cuidado constantes de todos ellos. Junto con el cuidado de este jardín ellos también habrían de tener en sujeción todas las criaturas vivientes que se movían sobre la tierra, a través de sus aguas o por sus cielos. Así la voluntad de Dios, que empezó a hacerse en el Paraíso original de Edén, por fin se haría en toda la tierra.

25. Cuando esa culminación gloriosa se cumpliera, ¿qué cosa no sería bíblico pensar que Dios desearía hacer?

25 Esta era la culminación gloriosa y redundante en honra para Dios que Jehová Dios se propuso para toda la tierra. Cuando ese gran propósito amoroso se cumpliera cabalmente, ¿por qué habría de desear Dios destruir la tierra paradisíaca? ¿O por qué habría de desear despoblar el Paraíso llevándose a los que hacían su voluntad en él a algún otro lugar, dejando el Paraíso desatendido y ya no un lugar donde se hiciera la voluntad divina así como se hace en el cielo? No es bíblico pensar que Dios haría eso, porque haría que su gran propósito quedara en nada.

(Continuará)

[Notas]

a Para una consideración bíblica acerca de la tierra y sus criaturas vivientes vea el libro “Nuevos cielos y una nueva tierra,” capítulos 3 y 4.

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