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  • Cristianos cubanos perseveran fielmente
    La Atalaya 1981 | 1 de abril
    • a lo cual respondieron: “¡Claro! Son las personas de mejor comportamiento aquí.”

      Verdaderamente la fe de los cristianos cubanos es una inspiración para sus hermanos de todo lugar. Podemos esperar que leeremos más acerca de su fiel perseverancia.

  • Preguntas de los lectores
    La Atalaya 1981 | 1 de abril
    • Preguntas de los lectores

      ● Al hablar acerca de “la señal de [su] presencia y de la conclusión del sistema de cosas,” Jesús dijo a sus discípulos: “En verdad les digo que de ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” (Mat. 24:3, 34) ¿Cómo hemos de entender esto?

      Esta profecía, que se pronunció en el año 33 E.C., tuvo un notable cumplimiento típico que duró hasta el año 70 E.C., cuando el sistema de cosas judío fue destruido, y el templo de Jerusalén fue derribado, ‘sin que quedara piedra sobre piedra.’ Según el historiador Josefo, tan solo en Jerusalén murieron 1.100.000 judíos. Aunque muchos de los primeros discípulos de Jesús habían muerto en las persecuciones que se habían lanzado contra ellos hasta aquel tiempo, parte de la generación que había estado con Jesús y que había presenciado sus obras poderosas permaneció viva también para ver el fin de aquella “conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 24:2, 3) Eran personas de la generación de Jesús, sus contemporáneos.

      Sin embargo, de la profecía de Jesús podemos deducir que sus palabras tendrán un cumplimiento posterior mayor, que culminará en una “grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” Esta “grande tribulación” abarcará no solo al “sistema de cosas” judío, sino también al entero mundo de la humanidad, sí, a “todas las naciones” a quienes los testigos de Jehová tienen que ‘predicar estas buenas nuevas del reino antes de que venga el fin.’ Los “dolores de aflicción” que comenzaron a afligir a esta tierra, comenzando con la I Guerra Mundial, muestran que la “señal” de Jesús está teniendo su gran cumplimiento antitípico desde 1914 en adelante.—Mat. 24:3-8, 14, 21.

      ¿Qué es, pues, la “generación” que “de ningún modo pasará . . . hasta que sucedan todas estas cosas”? No se refiere a un espacio de tiempo, el cual algunos han tratado de interpretar como de 30, 40, 70 o hasta 120 años, sino que, más bien, se refiere a gente, a la gente que vive durante el “principio de dolores de aflicción” para este sistema mundial que está condenado a destrucción. Es la generación de personas que vio los sucesos catastróficos que estallaron con relación a la I Guerra Mundial desde 1914 en adelante.

      Como se indicó en un artículo de la página 56 de U.S. News & World Report del 14 de enero de 1980: “Si se da por sentado que un suceso crea una impresión duradera en la mente de alguien cuando esa persona tiene 10 años de edad,” entonces existen actualmente más de 13 millones de estadounidenses que pueden “recordar la I Guerra Mundial.” Y si el sistema inicuo de este mundo sobreviviera hasta principios del próximo siglo, lo cual es poco probable en vista de las tendencias mundiales y el cumplimiento de la profecía bíblica, aún habría sobrevivientes de la generación de la I Guerra Mundial. No obstante, el hecho de que el número de ellos está mermando es una indicación más de que “la conclusión del sistema de cosas” se está procurando a su fin.

      A este respecto, la revista The Economist del 15 de marzo de 1980 hizo una interesante reseña de un libro intitulado “The Generation of 1914” (La generación del 1914), escrito por Robert Wohl. En la revista se hizo el siguiente comentario: “Finalmente el Sr. Wohl nos deja saber sus propias opiniones acerca de la generación de 1914. En el último capítulo, que es breve y condensado, él sugiere que las generaciones no se pueden definir matemáticamente en términos de cantidades de años, sino que se agrupan en torno a crisis históricas importantes, de las cuales la primera guerra mundial es el ejemplo supremo.” Esto armoniza muy bien con el punto de vista bíblico que los testigos de Jehová adoptan con relación a “la generación de 1914.”

      Sí, en 1914 vivía una generación de personas que vio los grandes cambios históricos desde una era de relativa tranquilidad hasta la era presente de guerra, desafuero y ruina. Entre ellas estaban muchas personas que ahora son testigos de Jehová. Ciertamente 1914 marcó “el ejemplo supremo” de cambio, pues en ese año comenzó el predicho “principio de dolores de aflicción” entre las naciones. Aún viven muchas personas que pueden decirnos lo catastróficamente que cambiaron las condiciones en la Tierra en el año 1914. Y el mundo continúa hundiéndose en problemas que son cada vez peores. Por lo tanto, debe alegrarnos la seguridad que Jesús nos dio de que habrá sobrevivientes de “la generación de 1914” —que esta generación no habrá pasado completamente— cuando la “grande tribulación” ponga fin a este sistema mundial inicuo.

      ● En cumplimiento de la primera profecía bíblica, registrada en Génesis 3:15, ¿cuándo es magullada por la “descendencia” de la mujer de Dios la cabeza de la “serpiente”?

      La traducción de Génesis 3:15 en la Versión Popular dice: “Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.” La Versión Valera dice: “Esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” La herida que recibió en el talón la “descendencia” de la mujer de Dios resultó en la muerte del Señor Jesucristo. Como represalia, el glorificado Jesucristo aplastará a la serpiente simbólica, Satanás el Diablo.

      Después de tratar del “nacimiento” del reino de Dios al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914, el capítulo 12 de Revelación dice que Miguel y sus ángeles guerrean con el dragón simbólico y sus ángeles demoníacos con el resultado de que a éstos se les echa del cielo, y añade: “De modo que hacia abajo fue arrojado el gran dragón, la serpiente original, el que es llamado Diablo y Satanás, que está extraviando a toda la tierra habitada; fue arrojado abajo a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”—Rev. 12:5, 7-9.

      Inmediatamente después de la descripción que se da en Revelación 19:11-21 de la guerra en Armagedón, en la cual Jesús dirige a las fuerzas celestiales a la victoria sobre todos sus opositores terrestres, Juan ve en visión que se encierra en el abismo a Satanás: “Y vi a un ángel [sin duda el arcángel Miguel] que descendía del cielo con la llave del abismo y una gran cadena en su mano. Y prendió al dragón, la serpiente original, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años. Y lo arrojó al abismo y lo cerró y lo selló sobre él, para que no extraviase más a las naciones hasta que terminasen los mil años.”—Rev. 20:1-3.

      Jesucristo, como la “descendencia” de la mujer de Dios, ciertamente podría aplastar a “la serpiente original” a grado completo, hasta destruirla del todo, en ese tiempo, más bien que simplemente encerrarla en el abismo. Pero Jehová, en su sabiduría, se ha propuesto que la humanidad perfeccionada sea sujeta a tentaciones del mismo desafiador de su soberanía universal, después del reinado de 1.000 años de Cristo. Esto removerá cualquier duda posible acerca de la integridad de los que se niegan a ser engañados por el Diablo.

      Los opositores terrestres, dirigidos por Satanás, hacen un intento final por apoderarse de la Tierra. Juan describe el resultado de esto como si ya se hubiera realizado, al decir: “Fuego descendió del cielo y los devoró.” Con relación al magullamiento de la cabeza de “la serpiente original,” el relato dice: “Y el Diablo que los estaba extraviando fue arrojado al lago de fuego y azufre.” (Rev. 20:9, 10) Esto representa la destrucción completa de él. Por lo tanto, con relación al magullamiento de la cabeza del opositor principal de Dios, no solo queda el universo completamente limpio de opositores, sino que también hay una santificación completa de Su santísimo nombre. Esto cumple de manera cabal la promesa que se hace en Romanos 16:20 a los coherederos de Cristo, de que “el Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.”—Heb. 2:14, 15.

  • Muchos que ahora viven no morirán jamás
    La Atalaya 1981 | 1 de abril
    • Muchos que ahora viven no morirán jamás

      Esta no es una declaración extravagante. Hay buenas razones para creer esto.

      Las revistas La Atalaya y ¡Despertad! señalan con regularidad a esas razones bíblicas. Usted recibirá ambas revistas (cuatro ejemplares cada mes) por un año al enviar solo $5 (moneda de E.U.A.) a la siguiente dirección: Watchtower, Wallkill, N.Y. 12589.

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