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¿Existe una guía confiable?¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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¿Existe una guía confiable?
PARA que una guía sea confiable y le sea verdaderamente útil a la humanidad debe llenar ciertos requisitos: Debe ser sencilla, franca y entendible. Debe elevar el nivel del pensamiento del hombre y darle ánimo y esperanza. Debe ser práctica, aplicable a la gente de toda época y sociedad, y estar disponible a todos.
La Biblia es un libro que afirma ser esto. Se presenta a sí misma como una comunicación del Creador. Afirma ser una lámpara para guiar el camino de uno.—Sal. 119:105.
Algunas personas han criticado la Biblia debido a su antigüedad, pues dicen que en el día actual el hombre ha progresado más allá del alcance de la Biblia. ¿Es válida esta crítica? Es cierto que desde el comienzo la sociedad humana ha sufrido cambios, y actualmente estamos en una edad tecnológica. Pero en el sentido de ser criaturas humanas ¿no somos lo mismo que siempre? ¿No son los sentimientos, las esperanzas y los deseos básicos de la humanidad los mismos que ha tenido desde el comienzo?
Lo que es más, ¿dónde hallamos hoy la mayoría de los problemas? En el círculo familiar y en las relaciones de unos con otros. La tecnología meramente ha intensificado los problemas y los ha hecho aparecer más pronto. El tener un propósito en la vida, el disfrutar de seguridad y felicidad son tan importantes como siempre, y las necesidades de la humanidad realmente no han cambiado de lo que eran hace miles de años.
Puesto que las necesidades humanas básicas no han cambiado con el transcurso de los siglos, ¿no sería más valiosa una guía con una larga historia que otra que no haya resistido la prueba del tiempo? ¿No daría un cuadro más completo de los asuntos de que trata una guía que se apoya en las experiencias de muchas generaciones en vez de solo una? Por eso, más bien que ser una debilidad, ¿no sería la antigüedad de la Biblia un factor que apoya su afirmación de ser una guía confiable?
Es cierto que hay otros escritos muy antiguos. Pero ninguno de éstos puede señalar a orígenes tan remotos como los de la Biblia. Aunque la escritura de la Biblia comenzó hace aproximadamente 3.500 años, tuvo su comienzo como la palabra hablada de Dios mucho antes de eso, porque el registro muestra que Dios le habló al primer hombre Adán. Después de eso, Dios tuvo comunicación con el hombre hasta el diluvio de los días de Noé, así es que los hombres que usaron su palabra como guía pudieron ‘andar con Dios,’ resultando en que Él los hallara justos.—Gén. 1:28; 6:9; 7:1.
¿Es la Biblia el producto de meros hombres?
‘Pero la Biblia fue escrita por meros hombres,’ dirán algunos. ¿La hace eso menos autorizada o eficaz? Dios pudo haber entregado a los hombres un libro completo, tal como escribió los Diez Mandamientos sobre las tablas de piedra para Moisés. Pero, ¿hubiera hecho eso más aceptable el libro para la gente actual que un libro escrito por hombres que reconocieron abiertamente que habían sido inspirados por Dios? ¿Cómo podría alguien hoy día probar que un libro ahora en existencia provino directamente del Hacedor del hombre hace miles de años? ¿No impediría esa pretensión difícil de probar el que se aceptara el libro como una guía confiable? Por otra parte, nadie puede negar la afirmación de la Biblia de ser un libro escrito por hombres. Y la persona que lee la Biblia puede ver por sí misma si lo que contiene está de acuerdo con la afirmación: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:16, 17.
Además, cuando hombres sinceros y temerosos de Dios escribieron desde lo profundo de su corazón lo que Dios les reveló, el registro producido de este modo contenía un afecto que no hubiera tenido si sencillamente hubiera sido un relato objetivo, carente del elemento humano. Sí, las expresiones registradas por los hombres que tuvieron las mismas experiencias, emociones, problemas y pruebas que pasamos nosotros hacen un llamamiento al corazón.
Las muchas profecías que la Biblia contiene proveen la prueba más notable de que fue escrita por hombres que fueron inspirados por Dios. Predijo la permanente desolación de tan poderosas ciudades como Nínive y Babilonia de la antigüedad. (Isa. 13:19, 20; Sof. 2:13, 14) Aun el nombre del conquistador de Babilonia, Ciro, fue declarado años antes de su nacimiento. (Isa. 45:1, 2) Las mismísimas condiciones que han señalado al siglo presente están vivamente descritas. Por ejemplo, en 2 Timoteo 3:1-5, leemos: “Sabe esto, que en los últimos días se presentarán tiempos críticos, difíciles de manejar. Porque los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, temerarios, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder.” Pero la Biblia no deja los asuntos allí. Señala más allá de los “últimos días” a un tiempo en que la Tierra será un hogar seguro para el hombre y muestra lo que debemos hacer para estar entre los que la disfrutarán. (Rev. 21:3, 4) ¿Conoce usted algún otro libro que contenga información tan exacta y animadora?
De valor duradero
También revela el valor de la Biblia el hecho de que ha perdurado a pesar de la más rigurosa oposición y empeñados esfuerzos por destruirla. Como lo señaló un escritor:
“Ninguna otra posesión humana ha sido tan apreciada y condenada como la Biblia. Ha sido ridiculizada, proscrita y quemada. Pero también ha sido atesorada y protegida. Y ha perdurado.
“Muchas personas han muerto defendiéndola. Otras la han mantenido escondida para impedir su secuestro por la policía. Hombres han sido ejecutados por traducirla a lenguajes comunes. . . .
“Hace unos dos siglos Voltaire declaró que ‘se necesitaron 12 hombres para establecer el cristianismo. Yo demostraré al mundo que un solo hombre lo puede hacer añicos. En cien años, la Biblia se convertirá en un libro anticuado, que ha de ser relegado a los polvorientos anaqueles de los anticuarios.’”—George W. Cornell, escritor de la AP para el Star de Montreal, 22 de diciembre de 1973.
Lo que sostuvo Voltaire, y otros como él, resultó sin fundamento. La historia ha demostrado bien la verdad bíblica de que “toda carne es como hierba, y toda su gloria es como una flor de la hierba; la hierba se marchita, y la flor se cae, pero el dicho de Jehová [Dios] dura para siempre.” (1 Ped. 1:24, 25) Sí, el “dicho” de Jehová tal como lo tenemos expuesto en la Biblia ha sobrevivido, mientras que muchos que han atacado la Biblia han vuelto al polvo inanimado desde hace mucho.
Por consiguiente, ¿no diría usted que la Biblia merece que usted haga un examen cabal de ella? Creemos que al hacer tal esfuerzo quedará convencido de que “toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa.”—2 Tim. 3:16.
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¿Un libro de mitos o una guía tergiversada?¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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¿Un libro de mitos o una guía tergiversada?
UN LIBRO lleno de mitos difícilmente podría ser una guía confiable. Sin embargo, muchas ideas que comúnmente se le atribuyen a la Biblia definitivamente no son sensatas. ¿Por qué? ¿Está la Biblia verdaderamente errada? ¿O, pudiera ser que, mientras la Biblia es una guía verdadera y confiable, muchas creencias populares acerca de sus enseñanzas no son más que mitos? Considere:
Lo que la gente le ha atribuido a la Biblia
Dios creó la Tierra y toda la vida en ella en seis días de veinticuatro horas. ¿Cree usted esto?
Lo que dice la Biblia
La Biblia no define los días de la creación como períodos de veinticuatro horas cada uno. Con respecto al punto de vista de Dios acerca del tiempo, dice: “Mil años son a tus ojos solo como el día de ayer cuando ha pasado, y como una vigilia durante la noche.” (Sal. 90:4) “Un día es para con Jehová como mil años y mil años como un día.”—2 Ped. 3:8.
Lo que la gente le ha atribuido a la Biblia
Las almas inmortales de las personas malas van al infierno, un lugar de eterno tormento ardiente.
Lo que dice la Biblia
“Todas las almas... a mí me pertenecen. Como el alma del padre así igualmente el alma del hijo... a mí me pertenecen. El alma que esté pecando... ella misma morirá.” (Eze. 18:4) “El salario que el pecado paga es muerte, mas el don que Dios da es vida eterna por Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23) “En cuanto a los muertos, ellos no están conscientes de nada en absoluto.” (Ecl. 9:5) “Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismísimo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabiduría en el Seol [infierno, “Versión Douay”], el lugar adonde estás yendo.”—Ecl. 9:10.
Lo que la gente le ha atribuido a la Biblia
Algunos dicen: ‘Dios maldijo a la raza negra.’
Lo que dice la Biblia
El hombre Noé pronunció una maldición profética sobre su nieto Canaán, pero jamás se pronunció una maldición sobre la raza negra. (Gén. 9:25) La Biblia se opone a los sentimientos de superioridad de tribu, nación y raza. Dice: “Dios no es parcial, sino que en toda nación el que le teme y obra justicia le es acepto.” (Hech. 10:34, 35) “Hizo de un solo hombre toda nación de hombres.”—Hech. 17:26.
Lo que la gente le ha atribuido a la Biblia
Mientras haya gente habrá guerras. ¿Es cierto eso?
Lo que dice la Biblia
“[Dios] ciertamente dictará el fallo entre las naciones y enderezará los asuntos respecto a muchos pueblos. Y tendrán que batir sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” (Isa. 2:4) “Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad.”—Luc. 2:14.
Lo que la gente le ha atribuido a la Biblia
Algún día la Tierra será quemada.
Lo que dice la Biblia
“Esto es lo que ha dicho Jehová, el Creador de los cielos, Él, el Dios verdadero, el Formador de la tierra y el Hacedor de ella, Él, Aquel que la estableció firmemente, que no la creó sencillamente para nada, que la formó aun para ser habitada.” (Isa. 45:18) Dios promete “causar la ruina de los que están arruinando la tierra.” (Rev. 11:18) “Los cielos y la tierra actuales están guardados para fuego y quedan reservados para el día de juicio y de la destrucción de los hombres impíos.”—2 Ped. 3:7.
Bueno, el comparar con la Biblia algunas creencias comúnmente sostenidas, ¿qué revela? Que la Biblia ha sido tergiversada. Por lo tanto, no permita que lo predisponga en contra de la Biblia lo que otros dicen acerca de ella o el modo en que actúan los que afirman seguirla. ¿Por qué no comprueba por usted mismo si la dirección que ella da puede señalarle a una vida más feliz ahora y a un futuro maravilloso?
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¿Es práctica la Biblia?¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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¿Es práctica la Biblia?
PARA que una guía sea práctica, no solo tiene que estar libre de mitos o conceptos falsos, sino que también tiene que proveer buen juicio acerca de los asuntos y los problemas que encaramos. En cuanto a esto, comparemos lo que la gente piensa y pronostica para el futuro con lo que dice la Biblia.
A pesar de las amenazas de una inflación constante, del desempleo y de numerosos problemas internacionales, muchas personas creen que las cosas mejorarán. Ven soluciones de largo alcance a las diferencias políticas, a las disputas raciales y nacionalistas, a las escaseces de alimento y a la crisis de energía. Creen que el mundo está en los umbrales de la paz y la seguridad.
Una revista estadounidense recientemente expresó la opinión de que “en resumen, hay una perspectiva optimista para [los] EE. UU. a medida que entran en un período de paz. . . . La historia sugiere que se está preparando [el] escenario para un crecimiento económico, para épocas más felices para el país. [Los] EE. UU. han salido de dificultades peores en el pasado, y volverán a salir.”
Tocante a la perspectiva del mundo, George W. Shepherd, hijo, dijo en The Christian Century: “El mundo verdadero . . . es uno en el cual se puede edificar la paz, trabajosamente, solo sobre la base de un acuerdo internacional, reconociendo a grado cabal los derechos e intereses de la mayoría de las naciones, en particular las del Tercer Mundo. El único sistema que tenemos dentro del cual posiblemente se pueda hacer que funcione semejante acuerdo es [la Organización de] las Naciones Unidas. Es por eso que estamos viendo un reavivamiento de ese cuerpo, junto con el desarrollo de lo que pudieran llamarse nuevas medidas de ‘acción pacífica’ para la paz.”
Pero, ¿qué llamamiento vemos que hagan los líderes mundiales para mantener la esperanza de la gente cifrada en la continuación de los sistemas actuales o en “un mundo mejor”? ¿No hacen las mismas promesas que se han hecho por siglos? ¿No ha llamado la atención cada potencia mundial pasada a su propia gloria y poder, haciendo que la gente creyera que ella era la esperanza del mundo? Pero, ¿dónde está ahora la gloria de esas potencias? ¿No se hace el mismo llamamiento hoy día? Y aunque muchas personas han perdido la fe en sus líderes, por falta de una esperanza mejor piensan que de algún modo puede que aparezca un hombre que pueda corregir los asuntos. ¿Es práctico creer eso?
Un ejemplo de un proyecto humano “profético” para este mundo es la declaración que hizo Walter Lippmann, ya difunto, según se registra en The World Book Encyclopedia: “Cuando miremos bajo la superficie, veremos que está en marcha lo que podríamos llamar la Gran Revolución, y es en esta Gran Revolución que tenemos que confiar como el medio de lograr la paz y la estabilidad sobre la cual con el tiempo la sociedad universal pueda florecer.
“ . . . ¿Qué es la Gran Revolución? Es un cambio radical en la condición humana. Es un producto del conocimiento progresivo del hombre, su conocimiento de cómo controlar las condiciones materiales de su vida en la Tierra.”
Sin embargo, algunas personas consideran que esas “profecías” no son más que un sueño. U.S. News & World Report del 5 de mayo de 1975, dijo: “En estos días uno oye hablar cada vez menos acerca de ‘un nuevo orden mundial.’ Eso no sorprende mucho. Parece que el mundo está cada vez más limitado a agrupaciones regionales, a menudo competitivas, rara vez cooperativas. Hasta éstas dan la impresión de estar cada vez más afligidas, desgarradas por el nacionalismo, inseguras.”
El punto de vista bíblico... ¿es práctico?
Por otra parte, el punto de vista bíblico no confunde ni es vacilante. Indica por qué fracasan los planes del hombre y por qué con cada década nueva hay problemas más graves. La Biblia, la inspirada Palabra de Dios, nos dice que la angustia de la humanidad se debe a la imperfección de parte de todo el género humano. (Rom. 5:12) La Biblia dice: “No le pertenece al hombre que está andando siquiera dirigir su paso.” (Jer. 10:23) Además la Biblia nos informa que la guía de Dios podría ayudar ahora mismo, aun en este mundo imperfecto, si los hombres la siguieran. (Pro. 2:6-9) Pero los hombres, particularmente los líderes mundiales, rehúsan amoldar su derrotero a los principios bíblicos, y en consecuencia siegan el desorden y la corrupción. ¿Por qué? Básicamente, porque quieren tener soberanía independiente de Dios. No quieren reconocer a Dios como el supremo Consejero y Rey.—Hech. 4:24-26; Rev. 17:12-14.
Sí, la Biblia es práctica y se dirige a la raíz de los problemas de la humanidad. Ofrece un punto de vista sólido de la condición actual y por qué existe. ¿Qué hay en cuanto al futuro? ¿Profetiza la Biblia solo un “horrendo” día de juicio final, u ofrece una esperanza animadora?
¿Un punto de vista práctico del futuro?
Para una respuesta, miremos la profecía que Jesús les dio a sus discípulos que le habían preguntado: “¿Qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?” (Mat. 24:3) Jesús, bajo inspiración, describió con precisión el tiempo en que vivimos, diciendo: “Se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.”—Mat. 24:7, 8.
La gente que vive en esta generación ha visto el cumplimiento de esta profecía, desde 1914. ¿No señaló este año un “principio de dolores de aflicción” diferente de las guerras y escaseces de alimentos pasadas? James Cameron en su libro intitulado “1914,” dice: “En el año 1914 el mundo, tal como se le conocía y se le aceptaba entonces, llegó a su fin. Mucho más que ningún otro año antes o desde entonces fue éste el año sobresaliente del siglo veinte.”
¿Por qué se dice eso? Porque las guerras que ha visto esta generación no fueron guerras corrientes. Bien se les ha denominado “Guerras Mundiales.” Además Jesús dijo, adicionalmente, que las naciones estarían en ‘angustia, sin conocer la salida’ y que los hombres ‘desmayarían por el temor y la expectativa de las cosas por venir sobre la tierra habitada.’ Estas y muchas otras cosas que profetizó Jesús en el capítulo 24 de Mateo, el capítulo 13 de Marcos y en los capítulos 17 y 21 de Lucas están sucediendo, y son peculiares a nuestra generación. Jesús también predijo que “esta generación [la que experimente estas cosas] no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas.”—Luc. 21:32.
¿Cuáles son “todas las cosas” que han de ocurrir en una sola generación? Estas incluyen el fin de este actual sistema de cosas hecho por el hombre, no de la Tierra literal y la humanidad sobre ella. Significa la liberación de la humanidad de la condición corrupta, opresiva y contaminada en la que ahora se halla. Jesús les dijo a los que quieren obrar lo correcto y que examinan con fe la Biblia: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.” (Luc. 21:28) Por lo tanto, la Biblia no presenta un cuadro sombrío de un “horrendo” día de juicio final, sino un futuro brillante, para los que desean la justicia y la paz. Predice lobreguez solo para los que por egoísmo no quieren desprenderse de las cosas corruptas de este sistema decadente, y que rehúsan reconocer la soberanía de Dios.—2 Tes. 1:6-8.
Aparte de estas evidencias —la angustia de las naciones y el temor que padecen los líderes mundiales por las cosas que le sobrevienen a la Tierra, y el aumento del crimen, la contaminación, la inmoralidad y el peligro de una guerra nuclear— ¿qué prueba tenemos de que está cerca el fin de este sistema? ¿Cómo podemos saber que no puede faltar mucho más tiempo, o que no se postergará para siglos futuros, como dicen algunos?
La última potencia mundial ahora en existencia
La Biblia nos da un registro, ya sea real o profético, de siete potencias mundiales durante la historia de la humanidad. No son potencias pequeñas, insignificantes, sino potencias que tuvieron la más grande influencia durante el transcurso de su existencia. Cada una, durante su tiempo, fue la Potencia Número Uno con la cual las naciones tuvieron que tratar. Estas fueron: Egipto, Asiria, Babilonia, Medo-Persia, Grecia, Roma y la Potencia Mundial Angloamericana. La profecía del libro bíblico de Daniel habló con exactitud de las potencias del propio día de Daniel, a saber, Babilonia y Medo-Persia, y entonces predijo las tres que las seguirían. La profecía llamó por nombre a las Potencias Mundiales Medo-Persa y Griega y describió las siguientes dos. ¿Qué dijo la profecía de Daniel acerca de éstas?
En la visión que le dio Dios, Daniel vio cuatro bestias enormes que representaban o prefiguraban a “reyes.” (Dan. 7:17) Estas bestias simbólicas eran un león (Babilonia), un oso (Medo-Persia) y un leopardo (Grecia), seguidas por una bestia temible con dientes de hierro, diferente de todas las otras, y que tenía diez cuernos. De esta bestia otro “rey,” un cuerno pequeño, creció y se hizo prominente y hablaba palabras grandilocuentes. Este último cuerno se enfrentaba a un juicio, no impuesto por otra potencia mundial, sino a un juicio administrado directamente por el Dios Todopoderoso. La bestia terrible era la Potencia Mundial Romana y el cuerno que crecía de ésta era la Séptima Potencia Mundial, la que habría de constituir la última sobre la Tierra. Esta es la Potencia Mundial Angloamericana.—Dan. 7:2-12; compare con Daniel 8:20-22.
Si verdaderamente estamos en el tiempo del fin de este sistema de cosas, es de máxima importancia y urgencia saberlo. Significa que estamos en el tiempo para que el reino mesiánico gobierne sobre esta Tierra. Para que pudiéramos tener pruebas amplias y no tener duda alguna, Dios nos ha provisto, en el último libro de la Biblia, una plena garantía en cuanto a la veracidad de la profecía de Daniel y de la proximidad del justo gobierno milenario del Mesías sobre la Tierra. El apóstol Juan, que vivió durante el gobierno de la Sexta Potencia Mundial, el Imperio Romano, registra la visión que le dio Dios. Él escribe: “Hay siete reyes: cinco han caído [antes de los días de Juan], uno es [el romano], el otro todavía no ha llegado, pero cuando sí llegue tiene que permanecer un corto tiempo.”—Rev. 17:10.
La parte norteamericana de la Séptima Potencia Mundial solo ha permanecido unos doscientos años... poco tiempo en la historia mundial. Intensificando la proximidad del fin, Juan también habla de un OCTAVO rey. Pero este rey es de una duración muy corta, que “proviene de los siete” y existe al mismo tiempo que la Séptima Potencia Mundial. Este “rey” sería un gobierno compuesto, formado de características de las siete potencias mundiales... una alianza mundial. “Se va a la destrucción” junto con la Séptima Potencia Mundial. Por lo tanto, la Biblia no alista ninguna potencia mundial que sobreviva a la séptima. Es el fin.—Rev. 17:11.
¿Se apega la Biblia a la realidad, entonces, cuando predice las condiciones mundiales exactamente como las vemos hoy, y es práctica cuando nos permite localizar dónde nos hallamos en la corriente de la historia... cuando nos ayuda a ver que se acerca un tiempo de liberación? Ciertamente la Biblia es franca en su identificación de las potencias mundiales. Y nos muestra que los esfuerzos de los hombres no pueden solucionar los problemas a los que ahora se enfrenta el mundo, a fin de traer felicidad a la gente. La Biblia también es práctica y habla sin rebozos al decir que la proclamación de “paz y seguridad” por medio de los esfuerzos de los hombres es un consuelo falso que precede inmediatamente a la destrucción de los sistemas hechos por el hombre.—1 Tes. 5:3.
Sí, la Biblia se apega más a la realidad que las promesas de los políticos, de los expertos económicos y hasta de los clérigos. Muestra por qué existen los problemas del mundo y lo que verdaderamente está por suceder. Pero, ¿puede la Biblia dar consejos para la vida diaria que sean prácticos y que ayuden a la gente ahora? Examinemos este asunto.
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Guía práctica que es eficaz¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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Guía práctica que es eficaz
MUCHAS personas de corazón honrado reconocen hoy día que necesitan ayuda para tratar con sus problemas. Un médico eminente de Florida que también es psiquiatra, dijo: “Un porcentaje alto de personas está sufriendo de perturbaciones emocionales como resultado del modo de vida de hoy día. Creen que pueden habérselas con las drogas, con la promiscuidad sexual, con las presiones de gastar en exceso de sus ingresos, con los cambiantes valores morales y el derrumbe de la vida de familia. Pero no pueden.” ¿Dónde, pues, puede hallar la gente la guía que tanto necesita?
Observando lo práctico que es la Biblia, el estadista Bernard Baruch una vez señaló: “Los Diez Mandamientos y el Sermón del Monte todavía son nuestras mejores guías.” ¿Por qué dijo eso? Consideremos brevemente algunos de los principios que se declaran en el famoso Sermón del Monte. En esa ocasión Jesús dijo esto acerca de las necesidades del hombre: “Nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ . . . Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. . . . Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente, porque el día siguiente tendrá sus propias inquietudes. Suficiente para cada día es su propia maldad.” Más tarde, él señaló: “Aun cuando uno tenga en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee.”—Mat. 6:31-34; Luc. 12:15.
Aquí se da énfasis a la preocupación normal del hombre por la necesidad de alimento, ropa y abrigo. Sin embargo, el mundo materialista a menudo no da énfasis a las necesidades, sino a los deseos del hombre. El comercialismo continúa agitando el deseo por los lujos, para que el individuo nunca esté satisfecho con lo que tiene. Por lo tanto, los que alcanzan el contentamiento no son las personas de grandes recursos, sino las que tienen pocos deseos. La humanidad debería poner en la debida perspectiva lo que realmente son sus necesidades y reconocer la guía práctica que se requiere para satisfacerlas.
La guía bíblica es práctica hoy día
Aunque la Biblia fue escrita hace siglos, su guía todavía es práctica hoy día. El tiempo ha cambiado muchas cosas, pero la naturaleza humana no ha cambiado. Los seres humanos continúan afrontando los mismos problemas que sus antepasados, excepto que hoy día estos problemas son mucho mayores, de mayor alcance. Como lo indica The World Book Encyclopedia: “A pesar de su progreso científico y tecnológico, el hombre no ha tenido éxito en tratar con los problemas humanos.” La única solución confiable para ellos se halla en la Biblia. “¿Quién es sabio? Tanto observará estas cosas como se mostrará atento para con los actos de bondad amorosa de Jehová.”—Sal. 107:43.
Una vida simplificada es una cosa deseable
La simplicidad de la vida es lo que recomienda Dios. “Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” (Miq. 6:8) Cuando una persona vive como debe hacerlo un ser humano, como fue creado para vivir, en armonía con estas pautas prácticas, puede ser relativamente feliz aun en este sistema inicuo. Cuando sobrepasa estas recomendaciones fundamentales, su modo de vivir puede complicarse a consecuencia de muchas cosas que realmente no son esenciales ni importantes. Estas obran para su perjuicio.
Las deudas grandes, el deseo de tener cosas innecesarias, la competencia por el prestigio o la posición, el luchar por una condición social, el tratar de vivir según normas morales que violan la conciencia... todas estas cosas contribuyen a una sociedad “confundida” que está sufriendo de infelicidad, frustración, lucha y aun suicidio. Muchas personas buscan la ayuda de médicos o psiquiatras y recurren a drogas para aliviar la tensión y a consejo que muchas veces empeora la situación.
Si no hubiera otros modos disponibles para probar que es auténtica y práctica, tan solo los principios justos y las normas morales de la Biblia la harían destacarse como un producto de la mente divina. Su calidad de práctico se extiende a toda fase de la vida diaria. Ningún otro libro nos da una explicación tan racional del origen de todas las cosas, particularmente del origen del género humano, y del propósito del Creador para la Tierra y el hombre. Observe cómo su consejo, si se aplicara, sería eficaz.
Actualmente, hay grandes dificultades debido al racismo y al nacionalismo. La Biblia no apoya esas ideologías, sino que dice claramente que Dios hizo “de un solo hombre toda nación de hombres, para morar sobre la entera superficie de la tierra.” (Hech. 17:26) El reconocer este hecho eliminaría muchos problemas graves.
Moralidad
La Biblia se refiere a las relaciones sexuales sin el beneficio del matrimonio como “fornicación.” El consejo práctico es “huyan de la fornicación,” porque, “ningún fornicador . . . tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.” (1 Cor. 6:18; Efe. 5:5) Además la Biblia dice que ninguno que es “culpable de adulterio o de perversión homosexual . . . poseerá el reino de Dios.” (1 Cor. 6:9, 10, New English Bible) ¡Y cuánta infelicidad, odio y enfermedades se podrían eliminar por medio de seguir este consejo bíblico!—Rom. 1:24-27.
Matrimonio y vida de familia
En cuanto a consejo relacionado con el matrimonio, la Palabra de Dios recomienda: “Que las esposas estén en sujeción a sus esposos como al Señor.” “Los esposos deben estar amando a sus esposas como a sus propios cuerpos.” “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo.”—Efe. 5:22, 28; 6:1.
No se puede recalcar en demasía la importancia de la unidad de familia. La Biblia dedica mucho espacio a aconsejar acerca de los aspectos de las relaciones de esposo y esposa, la enseñanza y disciplina de los hijos y la felicidad familiar. ¿Cuán prácticos son esos consejos? El Dr. Charles W. Socarides, en su artículo “La homosexualidad es un desorden, no un modo de vivir,” se refiere a un libro escrito por el Dr. Irving Bieber intitulado “La homosexualidad: Un estudio psicoanalítico de varones homosexuales.” En un informe acerca de 106 homosexuales varones y 100 varones heterosexuales, se observó que en las familias de los homosexuales frecuentemente la madre era estrechamente restringente, excesivamente íntima y el padre hostil, desinteresado.
El Dr. Socarides continúa diciendo: “Estoy convencido de que la homosexualidad es la consecuencia de no completar el ser humano la fase de separación-individuación temprano en la niñez, que normalmente se logra para la edad de tres años, lo cual es decisivo para producir la identidad de los sexos. Cuando no se completa la fase como debe, resulta en deficiencia de masculinidad en los varones, con una correspondiente intensificación y continuación de la identificación primaria femenina con la madre. Así comienza el derrotero del desarrollo homosexual.”
La homosexualidad es solo uno de los muchos frutos malos que parcialmente resultan de rehusar reconocer los lugares apropiados del esposo y la esposa, padre y madre, e hijos en la unidad de familia. ¿Cómo puede haber una guía apropiada de los hijos donde han desaparecido la unidad de familia, la fe, la confianza y la felicidad? Los hogares rotos, o los hogares donde no hay comunicación o una relación amorosa, donde faltan el orden y la disciplina, son un factor que produce toda forma de crimen. ¿Puede alguien decir verdaderamente que el pasar por alto las instrucciones bíblicas acerca de la vida de familia ha producido buenos resultados?
Malas asociaciones
Aunque en muchos casos las malas tendencias tienen su comienzo en los antecedentes de la familia, hay, por supuesto, otros factores que ocasionan la diseminación de las perversiones morales. El leer literatura pornográfica es una forma de asociación mental con los autores de esas publicaciones. También la asociación real con otras personas de baja moral arrastra a los que inicialmente no estaban inclinados en esa dirección, trayéndolos al bajo sumidero de disolución. (1 Ped. 4:4) La Biblia aconseja meditar en las cosas buenas y advierte que “las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” (1 Cor. 15:33; Fili. 4:8) No podemos evitar las prácticas malas si hacemos de los que participan en prácticas y tratos malos nuestros “amigos.” En términos muy directos la Biblia dice: “El que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” (Pro. 13:20) ¿No es éste un consejo bueno, sabio y práctico?
Tratos comerciales
La Biblia hasta da consejos en el campo de los tratos comerciales. Declara el principio: “Dos suertes de pesas y dos suertes de medidas de efa [una para comprar y otra para vender]... las dos juntas son una cosa detestable a Jehová,” y, “No le robes al de condición humilde porque es de condición humilde.” (Pro. 20:10; 22:22) Además, condena la actitud de los que, debido a que no quieren trabajar, adoptan el lema: “Estrujen a los ricos.” El principio bíblico es que se debe practicar la imparcialidad tanto con el rico como con el pobre: “No debes tratar con parcialidad al de humilde condición, y no debes preferir la persona de un grande.”—Lev. 19:15.
La instrucción práctica de toda la Biblia sobre las relaciones humanas se puede resumir en las palabras de Jesús: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos; esto, de hecho, es lo que significan la Ley y los Profetas.” (Mat. 7:12) ¡Si se obrara conforme a este principio, piense en lo que significaría para el mundo! ¡Cuánto más felices seríamos todos!
Guía esencial para la felicidad
Resalta el hecho de que la mayoría de las personas no han aplicado el consejo bíblico, aunque muchas poseen la Biblia y algunas la leen. Meramente esto, o el tener una religión, no es suficiente. Si uno quiere felicidad tiene que aplicar los principios bíblicos. Y aunque algunas personas quizás sean escépticas, el consejo bíblico puede aplicarse con buen éxito a pesar de que estamos viviendo en un sistema de cosas corrupto. Por medio de aplicarlo ahora, uno puede estar seguro de mejorar la calidad de su vida, tal como dicen las Escrituras: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8) Esta no es una mera teoría, sino una realidad, como lo demuestran cabal y convincentemente muchas personas cuyas vidas suministran una abundancia de prueba.
[Ilustración de la página 17]
El ser honrado en los tratos produce clientes satisfechos
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Personas cuyas vidas suministran prueba¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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Personas cuyas vidas suministran prueba
EN ESTE mundo confundido se le hace difícil a uno simplificar su vida y hallar paz mental y felicidad. ¿Verdaderamente efectúan esto los principios y consejos bíblicos si se ponen en práctica? Ciertamente si realmente se practica una cosa buena debería producir resultados concretos satisfacientes. ¿Existen pruebas de que la Biblia puede impulsar a las personas a hacer los cambios necesarios para una vida feliz? ¿Puede ayudar a la gente sin importar cuál sea su posición y sus circunstancias en la vida?
Sí, puede. En la actualidad hay por lo menos dos millones de personas en el mundo que verdaderamente estudian la Biblia y que se esfuerzan en aplicar su consejo en toda fase de su vida. Han hallado que el hacer de la Biblia su única guía las ha llevado a vivir vidas provechosas, productivas. A estas personas se las conoce como testigos de Jehová. La mayoría de éstos son personas que han vivido vidas normales, observantes de la ley, aunque algunos en el pasado vivieron desaforada e inmoralmente. Hay entre ellos anteriores concurrentes a las iglesias y otros que no eran religiosos, personas de familias unidas o de familias rotas. Pero todos tenían una cosa en común: Sentían la necesidad de una seguridad emocional y deseaban realizar algo que valiera la pena y fuera permanente en su vida. Dios se interesa por cualquiera que anhela una vida feliz, que quiere hacer lo que es correcto, aprender de él y servirle. Suministran prueba de esto las siguientes experiencias.
Un psicólogo ve cómo la Biblia ayuda a una familia
La Biblia puede lograr mucho para ayudar a la gente, hasta a familias enteras. El observar esta verdad en acción sorprendió y convenció a un hombre en el campo de la psicología. Él dice:
“Estimulado por mi padre, me dediqué a una carrera universitaria. Al completar mis estudios como licenciado en psicología, comencé a trabajar en el campo correccional. Esto me produjo un sentimiento de logro, al sentir que yo realmente estaba ayudando a la gente.
“Sin embargo, después de algunos años, empecé a ver que los métodos que empleábamos no cambiaban mucho a los jóvenes. Es cierto, había cambios superficiales. Pero había pocos cambios personales o sociales que fueran duraderos. Esto me perturbaba mucho. La aplicación de lo que había dedicado años para aprender no tenía en realidad mucho impacto para el bien.”
En el desempeño de su cargo de supervisor de los delincuentes juveniles en libertad bajo palabra de honor, trató un caso que verdaderamente lo hizo pensar. Tenía que ver con una familia de tres hijos, todos los cuales estaban en dificultades. Durante un intervalo de nueve meses no se ocupó del caso, el cual él consideraba sin remedio. Pero cuando volvió a ver a esta familia, observó un cambio notable. El hogar que había estado muy sucio y desordenado ahora se hallaba aseado y limpio. Los hijos estaban vestidos decentemente y parecían más seguros. ¿A qué se debió este asombroso cambio? La madre había empezado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y estaba aplicando los principios bíblicos a la vida familiar. Al ver esta transformación extraordinaria se preguntó si no había algo que podría producir mejores resultados que los que él podía obtener con su entrenamiento.
Otro factor que llegó a causarle gran preocupación fue el deterioro en las condiciones mundiales y el hecho de que la agencia con la que trabajaba no podía hacer frente a los problemas sociales. Él señala lo siguiente:
“La agencia intentó varios medios para conseguir resultados buenos. Se redujo la asignación de casos, se probaron métodos nuevos. Las técnicas que se usaron en el pasado fueron resucitadas bajo nombres nuevos. Pero todos estos esfuerzos parecían en vano.”
Como consecuencia, este hombre empezó a buscar algo mejor. Trató de leer la Biblia pero no consiguió mucho entendimiento. Su madre, que había llegado a ser testigo de Jehová cuando él comenzó su carrera universitaria, había tratado previamente de explicarle las cosas, pero él no se había interesado mucho en lo que ella decía. Pero por fin fue a un Salón del Reino de los Testigos de Jehová y entonces empezó a estudiar la Biblia en serio. También observó a algunos jóvenes, entre los cuales había anteriores aficionados a las drogas y delincuentes que habían cambiado su personalidad y su modo de ver las cosas y ahora eran individuos responsables y morales. Desde entonces ha llegado a comprender, hasta en su propio caso, que la aplicación de los principios bíblicos puede producir cambios verdaderos en la personalidad, no meramente cambios superficiales.
Un preso cambia de vida violenta
Un caso similar se informó en el News del 11 de mayo de 1975 de South Middlesex (Massachusetts). Bajo el título de “Recluso paga deuda religiosa,” se facilitaron datos acerca de un preso de mediana edad.
Se ubicó a este hombre en una celda con un preso que se había hecho testigo de Jehová. El hombre, que era católico, relata: ‘Todo lo que decía el Testigo iba en contra de todo lo que se me había enseñado, pero con el tiempo empecé a reconocer que los testigos de Jehová refutan todas las contradicciones.’ Ahora este anterior criminal dice que se le ha dado un fundamento sólido y metas, “lo cual nunca antes tuve en mi vida.” Puesto en libertad bajo un programa de trabajo, ha estado ayudando a los Testigos a construir un Salón del Reino en Framingham, Massachusetts. Su conocimiento bíblico, dice, le ha ayudado a cambiar “toda una tendencia de violencia” en su familia.
Su psicólogo lo respalda, diciendo que su paciente ha cambiado de una “persona amoral, destructiva, a una con una conciencia.” “Atribuyo esto enteramente a su experiencia con los Testigos, el que haya hecho estos cambios. Han sido responsables de una reeducación social de un poder e impacto enormes, durante los pasados dos años y medio. Absolutamente no hay modo de que este tipo pudiera haber llegado hasta aquí por medio de la terapia. Lo he visto apartarse de una actitud amoral, destructora a un sentido sólido de responsabilidad, lo cual es muy difícil.”
El psicólogo recalcó que aunque la gente “quizás se pregunte si es que esto durará,” especialmente con una persona con los antecedentes de este hombre para quien “ésta es una clase de cosa tremendamente potente,” él está muy seguro de que es un cambio permanente. Él añadió: ‘Por supuesto, no hay un documento acerca de esto, ni garantía, pero creo que él ha hallado todo un grupo social de referencia que ha alterado su vida.’
Verdaderamente el consejo bíblico, cuando se aplica, puede tener un impacto saludable sobre la vida de las personas, prescindiendo de sus antecedentes. Hasta personas que han vivido una buena vida moral y que obtienen una medida de satisfacción de su trabajo hallan que solo la Biblia con su esperanza mejor y principios elevados puede proveer una vida plena y feliz.
Educación bíblica aun mejor que la educación de sanidad pública
Considere la experiencia de una mujer en la ciudad de Nueva York. Ella había elegido una vida dedicada a la educación en la sanidad pública, con miras a ayudar a sus semejantes. Esta era una actividad encomiable, y ella todavía sigue en su profesión de enfermera. Sin embargo, con el tiempo, llegó a reconocer que necesitaba algo más que su carrera para disfrutar de felicidad total y satisfacción verdadera. Pero había algo que impedía el que ella aceptara la Biblia como la clave para hallar lo que faltaba en su vida. Ella relata lo siguiente:
“Yo no era una persona religiosa. De hecho, tenía serias dudas acerca de la existencia de Dios. Sencillamente no podía entender por qué morían los bebés, mientras que ancianos afligidos de enfermedades que los incapacitaban, y paralíticos desahuciados, seguían viviendo. No obstante, mi profesión, enfermera asociada con la sanidad pública y educación, me proporcionaba alguna satisfacción.
“Mi trabajo requería alguna participación en los asuntos de la comunidad. Recuerdo que en una ocasión visité a una escuela pública y observé la condición peligrosa que presentaba una escalera de madera desvencijada. Yo representaba el Servicio de Enfermeras de Sanidad Pública en un comité compuesto de comerciantes, médicos, abogados y maestros, organizados para ayudar a la comunidad a tratar con sus problemas. Este comité redactó una carta a la Junta de Educación recomendando que se hiciera algo para remediar esta peligrosa condición en la ruinosa escuela. Pasaron tres años, pero no se hizo nada. Nuestro comité escribió tres cartas durante este período, en cada caso se hizo acuse de recibo y se dio encomio por nuestro interés en la comunidad. Sin embargo, la peligrosa situación continuó.
“También estaba disgustada con el sistema de condición social que se basa en los prejuicios culturales. Cuando le mencioné estos asuntos a mi hermano, que era testigo de Jehová, él explicó que hasta las manos de los funcionarios están atadas. ‘El sistema,’ dijo él, ‘impide que persistan con sus mejores propósitos hasta realizarlos.’ Esto me hizo pensar.
“Mi hermano me dio alguna literatura bíblica. Aunque yo no tenía verdadero interés, comencé a examinarla, solo para criticarla. A veces me alteraba por lo que leía. Entonces verificaba las declaraciones con mi Biblia y hallaba que eran verdaderas. Así es que decidí que lo mejor sería primero leer la Biblia antes de discutir.
“Con el tiempo llegué a reconocer que la Biblia es confiable e inspirada por Dios. Lo que particularmente me impresionó fue la profecía bíblica. Me sorprendió ver que lo que Dios había dicho hasta con siglos de anticipación se cumplía. Además, el significado de la palabra ‘pecado’ me ayudó a ubicarme exactamente. Nunca pensé de mí misma como una persona inicua. No era mentirosa, ladrona ni una adúltera. El rótulo ‘pecador’ me parecía fanático. Pero cuando aprendí que ‘pecar’ en el idioma original de la Biblia significa ‘errar el blanco,’ pude entender. Porque, igual que todos los demás, yo sabía que tenía mis faltas.
“Entonces cuando aprendí que estamos viviendo en los últimos días de este viejo sistema y que nuestro Padre celestial se propone restaurar la familia humana a salud perfecta en una Tierra limpia, empezando en el futuro cercano... bueno, ¡éste sí que sería el mejor programa de bienestar social! Ahora, aunque todavía ayudo a otras personas en lo físico, también puedo ayudarlas espiritualmente.”
Felicidad en el matrimonio
El contraste entre la vida con la guía bíblica y sin ella, y el correspondiente efecto en la vida familiar se ilustran bien en el caso de un joven que sirvió en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
Estando todavía en la Fuerza Aérea este hombre comenzó a llevar una vida de inmoralidad y con el tiempo se sintió obligado a casarse con una joven que quedó embarazada de un hijo suyo. Aun entonces no aceptó su responsabilidad como esposo y padre sino que envió a su esposa de regreso a vivir con la madre de ella, y él no le fue fiel. Con el tiempo el primer matrimonio terminó en divorcio y su esposa anterior volvió a casarse.
Al ser dado de baja de la vida militar, este hombre regresó a su hogar para vivir con su padre, madre y hermano. En ese tiempo ellos estaban estudiando la Biblia con los testigos de Jehová. Así es que él, también, comenzó a estudiar y a progresar en vivir según la Biblia. Con el tiempo se volvió a casar, ya que bíblicamente estaba libre para hacerlo. Al contrastar el presente con el pasado, él relata:
“En el pasado no respetaba a las mujeres. Por el modo en que viví, me acarrié mucha infelicidad a mí mismo y a otros, especialmente a mi primera esposa. Después de empezar a vivir según la Biblia, pude ver que el aplicar sus principios era el mejor modo de vivir. Al tratar a mi segunda esposa de un modo cristiano, amándola como me amo a mí mismo, he hallado verdadera felicidad en el matrimonio. Nuestro matrimonio de diez años ha estado relativamente libre de problemas. Cuando otros me consultan acerca de problemas matrimoniales, los dirijo a lo que dice la Biblia. Sé por experiencia personal que el aplicar su consejo da buen resultado. Por otra parte, los que la desatienden, a sabiendas o sin saberlo, experimentan mucha infelicidad y congoja.”
Salvado del suicidio
La guía que suministra la Biblia hasta puede salvar a una persona de una condición de desesperación total y brindarle una vida con propósito. Esta fue la experiencia de un joven de la parte occidental de los Estados Unidos.
A la edad de doce años este niño perdió a su padre por la muerte. Su madre era una alcohólica y por lo tanto no podía proveerle mucha guía materna. Esto lo hizo sentirse muy inseguro. Su asociación con otros adolescentes lo llevó a comenzar a beber en exceso, a fumar marihuana y con el tiempo a tomar barbitúricos. Todo esto contribuyó a agravar su depresión. Desarrolló un complejo de inferioridad y la vida se le hizo muy difícil.
Entonces, a la edad de diecisiete años, comenzó a buscar ayuda por medio de la religión. Durante el período de vacaciones iba a la iglesia católica por la mañana, al mediodía y por la noche, pasando varias horas allí cada día. Oraba extensamente y comenzó a leer la Biblia. Halló que le ayudaban y lo reanimaban mucho los Salmos y el libro de Proverbios. Sin embargo, a pesar de sus sinceros esfuerzos y oraciones, no le parecía que estaba progresando mucho.
Una noche al caminar a casa de la iglesia, se sentía extremadamente deprimido. Oró y entonces, aproximadamente a las 11:30 de la noche, llamó por teléfono a su cuñada y le dijo que estaba tan deprimido que estaba listo para quitarse la vida. Sin saber qué decir exactamente, su cuñada le dijo que esperara y que ella volvería a llamarlo. Prontamente llamó por teléfono a una compañera de trabajo, una testigo de Jehová, que le había ayudado mucho a hacer frente a los problemas.
Esta Testigo entonces llamó al joven por teléfono y esa misma noche se hicieron arreglos para reunirse con él en la casa de la cuñada. Alrededor de las 11:45 de la noche la Testigo y su hijo adolescente llegaron para llevarlo en el auto. La relación de confianza entre la madre y su hijo así como su conducta lo impresionaron mucho. Durante tres horas consideraron preguntas tales como: ¿Dónde están los muertos? y, ¿Por qué ha permitido Dios la iniquidad? Se estimuló al joven a aprender que, según la profecía bíblica, el sistema actual está en sus “últimos días” y pronto será reemplazado por un nuevo sistema justo. Quedó emocionado al saber que había una posibilidad de que él no tuviera que esperar a envejecer y morir antes de poder reunirse con su padre. De hecho, posiblemente tendría la oportunidad de sobrevivir al fin de este sistema y poder recibir a su padre de vuelta de la muerte.
Al preguntársele si le gustaría estudiar la Biblia, pensó por un momento. Lo que había oído realmente le había ayudado. Así es que accedió, sintiendo que mayor bien podría resultar de un estudio regular de la Biblia. Ciertamente resultó así. El estudiar las Escrituras y el aplicarlas le dio una meta en la vida y una esperanza sólida para el futuro. Le fue posible cambiar toda su manera de pensar. Su ánimo cambió de la tristeza y depresión a un gozo profundamente arraigado. En la actualidad usa sabiamente su tiempo ayudando a otros a aprender acerca de la excelente guía que contiene la Biblia.
Tal como se ve en las experiencias relatadas, los testigos de Jehová en todas partes de la Tierra han hallado que, al grado que se han dirigido por la Biblia, sus vidas han sido felices. Por supuesto, hay problemas que no se pueden resolver perfectamente. Pero el consejo bíblico hace posible que uno les haga frente a los problemas de tal manera que la vida de uno no se altere.
“Feliz es el hombre que ha hallado sabiduría, y el hombre que consigue discernimiento, porque el tenerla como ganancia es mejor que tener la plata como ganancia y el tenerla como producto que el oro mismo. Es más preciosa que los corales, y todos tus otros deleites no pueden ser igualados a ella. Largura de días está en su diestra; en su siniestra hay riquezas y gloria. Sus caminos son caminos de agradabilidad, y todas sus veredas son paz.”—Pro. 3:13-17.
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Un llamamiento que abarca el futuro¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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Un llamamiento que abarca el futuro
‘¿QUÉ provecho saco ahora?’ Frecuentemente ésta es la respuesta que se recibe al presentarle una nueva idea a una persona. Y ciertamente es natural desear buenas cosas ahora. Al mismo tiempo no podemos negarnos a considerar el futuro. Por cierto, una guía para la vida sería tristemente deficiente si no ofreciera alguna esperanza o meta para el futuro. Porque, prescindiendo de lo que una persona tenga ahora, su modo de ver el futuro tiene una fuerte influencia sobre su derrotero actual.
La Biblia sí provee una esperanza segura para el futuro, una meta por la cual trabajar. El apóstol Pablo, después de casi treinta años de vivir según los principios cristianos, dijo: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:8.
En el artículo anterior usted ha leído las experiencias de personas que ahora se están beneficiando debido a que cambiaron su modo de vivir. ¿Lo lograron meramente por medio de decidir cambiar y entonces ponerlo en práctica? No. Vieron que lo que estaban haciendo no era bueno o no les estaba brindando la vida satisfactoria que deseaban. Querían alguna clase de cambio. Pero no sabían qué ajustes tenían que hacer, o cómo hacerlos. En algunos casos observaron a los testigos de Jehová y vieron que los Testigos eran felices y que habían modificado su vida de tal modo que fue provechoso. Pero no pudieron hacer esos ajustes por su propia voluntad y fuerza. Tuvieron que estudiar la Biblia y ver el propósito de Dios para la humanidad. Necesitaban la ayuda de Dios y de otros cristianos para poder entender en su corazón por qué deberían hacer los cambios y para comprender que recibirían la ayuda de Dios para hacerlo. También vieron que había verdaderos beneficios para ellos mismos y sus familias. Necesitaban un propósito en la vida, y aprendieron que es menester que ese propósito esté modelado en conformidad con el propósito de Dios.
Sí, estas personas sinceras hallaron que si querían una vida mejor ahora tenían que aprender a vivir de la manera que el Creador hizo al hombre para que viviera... en paz con su familia y con su prójimo, temiendo y sirviendo a Dios, que solo puede guiar a uno por el camino correcto. La Biblia dice: “Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” (Miq. 6:8) Además vieron que la devoción piadosa encierra una promesa de la vida “que ha de venir.”
Se necesita salud para disfrutar de felicidad completa
¿Qué necesitamos para ser felices en la vida que nos espera? Probablemente lo primero que se le ocurre a uno es la buena salud. Sin ésta, no hay disfrute. ¿Cómo se proveerá ésta en ‘la vida que ha de venir’?
La Biblia nos asegura que la buena salud será la feliz porción de la gente cuando solo el gobierno de Dios rija la Tierra. Aun ahora, la obediencia a los principios y mandatos de Dios le ayudan a uno a evitar muchas tensiones y enfermedades que minan su salud. Los buenos dichos de la Biblia “son vida a los que los hallan y salud a toda su carne.” (Pro. 4:22) Las enseñanzas de la Biblia son “sanas palabras,” no solo en un sentido espiritual, sino también en un sentido físico, porque es reconocido que en todo caso el bienestar espiritual es esencial para la salud física.—2 Tim. 1:13; 4:3.
Pero las criaturas humanas también necesitan verdadera curación física antes que puedan llegar a la perfección de salud y vigor. El solo vivir correctamente no producirá esa curación del cuerpo. Se necesita algo más. ¿Cómo se suministrará esta curación?
El hombre no se puede curar a sí mismo, debido a que es imperfecto por herencia. (Sal. 51:5) Hace cosas que no son correctas, especialmente cuando está bajo presión. Esto se debe a que todos son pecadores, aun los que no quieren hacer lo que es incorrecto. La palabra bíblica que se usa para pecado en realidad significa “errar el blanco.” El hombre no puede por sus propios esfuerzos salir de la mala situación en que se halla. Tampoco puede un hombre rescatar a otro, debido a que todos están en el mismo “fango” de la imperfección que con el tiempo resulta en la muerte. El salmista escribió que, prescindiendo de la condición del individuo —rico, sabio o poderoso— “ninguno de ellos puede de manera alguna redimir siquiera a un hermano, ni dar a Dios un rescate por él; . . . para que todavía viva para siempre y no vea el hoyo.”—Sal. 49:6-9.
Por lo tanto, la ayuda tiene que venir de Dios. En la Biblia, la enfermedad está ligada con el pecado, y la curación se relaciona con el perdón. El rey David comprendió la situación de la humanidad y escribió a Israel: “Bendice a Jehová, oh alma mía, y no olvides todos sus hechos, aquel que está perdonando todo tu error, que está sanando todas tus dolencias.” (Sal. 103:2, 3; compare con Lucas 5:18-25.) Tenemos que esperar con confianza esta ayuda si deseamos vivir en salud perfecta. ¿Cuándo llegará esta curación? Durante el reinado de mil años del Hijo de Dios, Jesucristo. Todas las evidencias indican claramente que el comienzo de este reinado que Dios ha prometido está muy cercano.—Mat. 24:32-34.
Esto es algo que esperamos con gran interés —una verdadera meta para nuestra vida— un real incentivo para aprender acerca de la voluntad de Dios para nosotros y para obedecerla. Pero, quizás se pregunte uno, ¿qué garantías tenemos de que Dios hará estas cosas por nosotros? Observe, ahora, con qué detalles la Biblia explica, como una base sólida para nuestra plena confianza y fe, los cuidadosos arreglos que Dios ha hecho para lograr la curación y rehabilitación del género humano.
Los arreglos que Dios hizo para la curación de la humanidad
Jehová Dios ama lo que ha creado, lo mismo que un padre ama a sus hijos. Jesús, cuando estuvo en la Tierra, dijo: “Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Este Hijo originalmente vivió con su Padre en el cielo desde antes que fuera creada la Tierra. (Juan 1:1; Rev. 3:14) Cuando estuvo en la Tierra él aludió a su existencia prehumana cuando en oración le pidió a Dios: “Padre, glorifícame al lado de ti mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el mundo fuese.”—Juan 17:5.
¡Piense en lo que le costó a Dios enviar a su Hijo a la Tierra, transfiriendo su vida al seno de una muchacha judía, para que naciera un hombre, para vivir entre un pueblo imperfecto y pecador! Y piense en la obediencia del Hijo de Dios y de su amor a Dios al dejar las riquezas celestiales, para ser tratado en la Tierra peor que un esclavo y finalmente morir una muerte ignominiosa. (1 Ped. 2:21-25) El apóstol Pablo escribió acerca de lo que Jesús hizo: “Aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración a un arrebatamiento, a saber, que debiera ser igual a Dios. No, antes bien se despojó a sí mismo y tomó la forma de esclavo y vino a estar en la semejanza de los hombres. Más que eso, hallándose en estilo de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, sí, muerte en un madero de tormento.”—Fili. 2:6-8.
¿Por qué fue necesaria su muerte como un medio para liberar a la humanidad de la muerte? Bueno, por no ser el padre de la raza humana, no era el cabeza de la familia humana. Tampoco era el dueño de la humanidad. La raza humana le pertenecía a Jehová Dios. Dios, al mantener su justo gobierno soberano sobre el universo, no podía permitir el pecado ni pasarlo por alto. No podía dejar, como lo hacen muchos gobiernos y jueces actualmente, que los criminales “se salgan con la suya” con sus crímenes, debilitando por este medio la fibra moral de la nación. Tenía que haber un sacrificio, el pago de un rescate como precio de compra. Ese precio tenía que ser una vida humana perfecta, como la que el antepasado de la humanidad, Adán, había tenido pero había perdido por medio de pecar. Su prole fue vendida, sin su consentimiento, en esclavitud al pecado y a la muerte. (Rom. 7:14; 8:20) Jesucristo, al llegar a ser hombre, tenía ese precio de compra necesario, el cual él dio. Por lo tanto Jesús tenía que llegar a ser un segundo o “último Adán,” para que justa y legalmente pudiera ser un dador de vida para la prole de Adán. (1 Cor. 15:45) Así se equilibraron los platillos de la justicia. Dios mantuvo justicia y rectitud perfectas en el gobierno a la vez que manifestaba misericordia al proveerle a la humanidad, que se hallaba absolutamente incapaz de ayudarse a sí misma, la oportunidad de conseguir vida.—Rom. 3:23, 26.
Jesucristo es ahora el Comprador de la humanidad. Cada miembro de la raza humana le pertenece, para que trate con ellos según la voluntad de Dios. Para Cristo, que compró a todas las personas con su propia sangre vital, todas son preciosas. Aunque uno quizás se sienta insignificante, su vida es muy importante ante los ojos de Cristo. Él no permitirá que una sola persona merecedora pierda la vida. Por lo tanto podemos estar seguros del trato más bondadoso y paternal bajo el gobierno del Reino. (1 Ped. 1:18, 19; compare con Lucas 15:4-10.) Así es que uno puede estar absolutamente seguro de recibir la ayuda correcta, justa y misericordiosa, que incluye la curación de todas sus enfermedades, si acepta de todo corazón los principios universales de Dios de amor y obediencia a él y amor al prójimo, y se adhiere firmemente a ellos.—Mat. 22:37-40; Rom. 13:8-10.
¿Cómo sabemos que Cristo puede hacer esto? Bueno, ante todo, él está vivo de nuevo, habiendo sido resucitado por su Padre, Jehová Dios. (Hech. 2:32) No solo posee él a la raza humana por derecho de compra, sino que también tiene el poder para hacer todo lo necesario por ellos... cosas que no pudo hacer mientras permanecía en la Tierra. El apóstol Pablo escribe: “Por esta misma razón [su obediencia hasta la muerte] . . . Dios lo ensalzó a un puesto superior y bondadosamente le dio el nombre que está por encima de todo otro nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en el cielo y de los que están sobre la tierra y de los que están debajo de la tierra.”—Fili. 2:9, 10.
Por lo tanto la resurrección de Cristo es un fundamento para la fe... una garantía de que recibiremos ayuda. Aun más que eso, es también una garantía de que “los que están debajo de la tierra,” los muertos en sus tumbas, recibirán una resurrección. (Hech. 17:31) Sea que su vida pasada haya sido buena o mala, tendrán la oportunidad de aprender acerca de la provisión del rescate, de asirse de ella y de ser obedientes durante el justo gobierno del Reino. (Hech. 24:15) Con el tiempo podrán lograr la perfección y, lo mismo que el resto de la humanidad obediente, llegarán a ser miembros de la familia de Dios.—Rom. 8:21.
Una “nueva tierra” justa
Quizás no nos sea posible comprender plenamente lo que querrá decir llegar a ser hijos de Dios. No obstante, en la Biblia hallamos lo suficiente para obtener un vistazo de lo grandioso que esto será. Piense en vivir en una Tierra hermosa, libre de contaminación, enfermedad, crimen, odio, tensión racial y guerras. Imagínese cómo se disfrutará de las bellezas de la Tierra... las majestuosas montañas, los sombreados y refrescantes bosques, los jardines repletos de flores, los arroyos y ríos centellantes y los océanos no contaminados. Estos, como se nos asegura en las Sagradas Escrituras, constituirán nuestro hermoso hogar permanente.
Pero aun más deleitables serán las personas... saludables, radiantes, rehabilitadas a perfección de mente, corazón y cuerpo. Para estar feliz uno también necesitará trabajo tanto para la mente como para el cuerpo. Esto significa que la Tierra paradisíaca no estará exenta de desafíos, aunque sí estará exenta de las ansiedades y las situaciones opresivas, las cuales serán cosas del pasado.
Los hombres y las mujeres llevarán a cabo el mandato que originalmente se le dio a la humanidad, pero el cual dejaron de cumplir. ¿Qué mandato? El de “sojuzgar” la Tierra y tener en sujeción a toda la creación animal, sobre la tierra y en el mar y el aire. Al hacer esto se hallarán frente a una variedad de problemas interesantes que demandarán y ejercitarán su habilidad e ingenio.
El criar animales domésticos y cultivar plantas complacerá a muchos. El hacer por los demás cosas para las cuales uno tiene el talento y la habilidad será un placer. La Tierra es un inmenso “laboratorio” científico, con suficientes secretos para mantener a los hombres ocupados para siempre en el estudio y la investigación. Cada descubrimiento abre nuevas puertas, nuevas vistas, con beneficios para la humanidad. Así es que de Jehová Dios, la fuente de sabiduría y de energía que nunca disminuye, vendrán gozosas ocupaciones eternas para los hombres y las mujeres. (Isa. 40:28, 29) La vida verdaderamente tendrá un propósito. Y nada malogrará la seguridad de ese mundo, para empañar el esplendor de vivir. En cuanto a las molestias del pasado, la Palabra de Dios nos asegura: “Las cosas anteriores no serán recordadas, ni subirán al corazón.”—Isa. 65:17.
Estas descripciones no son meramente sueños llenos de esperanza. Las promesas de estas cosas están escritas en la Biblia, la Palabra de un Dios que “no puede mentir.” (Tito 1:2; Heb. 6:18) Cuando Jesús estuvo en la Tierra dio amplia seguridad de que puede sanar y bendecir a la humanidad y de que lo hará. (Mar. 1:40, 41) Él realizó innumerables curaciones de toda clase de enfermedades. Al hacerlo no dependió de la fe del individuo, sino que lo hizo por su propio poder y debido a su amor a la humanidad. Sus curaciones fueron instantáneas, no un tratamiento gradual por medios médicos ni requerían dietas especiales, cirugía y hospitalización. Los sanados no solo quedaban “bien de salud,” sino capacitados para trabajar.—Juan 5:9.
Algunos fueron resucitados por Jesús, aunque, por lo menos en un caso, ya se había iniciado la descomposición del cuerpo. (Juan 11:38-44; Luc. 7:11-17; Mat. 9:18-26) Sin embargo, todas estas personas que fueron sanadas y resucitadas murieron. Su curación no resultó en la perfección del cuerpo. ¿Por qué no? Porque todavía no era el tiempo para que gobernara el reino de Cristo y para quitar el actual sistema de cosas. Esto se tiene que hacer primero. De otro modo el viejo sistema sería un obstáculo para la salud, la seguridad y la vida de familia feliz y la paz. El gobierno de Cristo procederá como con una vara de hierro y quitará este sistema en lo que será una “grande tribulación” para este mundo. (Mat. 24:21) Este sistema de cosas, junto con sus injusticias y opresiones, tiene que pasar de la escena para siempre. Esto preparará el camino para el gobierno ininterrumpido de justicia. Los que verdaderamente viven según la guía bíblica sobrevivirán. (Rev. 7:9, 14, 15) Por consiguiente, no debemos temer este acontecimiento, sino más bien considerarlo como una liberación para nosotros.—1 Juan 2:17.
Entonces, según nos dicen los capítulos finales de la Biblia, el “río de agua de vida” comenzará a fluir hacia la humanidad. Al beber de esta “agua,” la cual simboliza las provisiones de Dios para vida por medio de Cristo, y al comer el “fruto” de los “árboles” que crecerán a lo largo de sus orillas, empleando “las hojas de los árboles . . . para la curación de las naciones,” los habitantes del paraíso terrenal serán elevados a la perfección. (Rev. 22:1, 2; 7:15-17) Por medio de este arreglo Dios “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.
Aun la vida óptima, la más feliz y productiva que uno pudiera tener ahora sería muy inferior a la vida en el nuevo orden de Dios. Esa vida no durará unos escasos setenta años, ni siquiera cien o mil, sino para siempre. Ciertamente la devoción piadosa hoy día también tiene un llamamiento que abarca el futuro, ya que ofrece una “promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” (1 Tim. 4:8) Solo un Creador todopoderoso, sapientísimo y amoroso podría proveer esto. Jehová Dios y su Hijo esperan con gran expectación el tiempo en que Él hará esto. ¿No lo impulsa este conocimiento del buen propósito de Dios para la humanidad a ajustar su vida en armonía con la Biblia, la guía que Dios ha provisto para sus criaturas humanas? Si es así, usted, también, puede esperar con gran anhelo el gobierno milenario del reino de Dios sobre la Tierra.
[Ilustración de la página 25]
Dios garantiza que toda la Tierra llegará a ser un paraíso. ¿No lo estimula esto a aprender acerca de la voluntad y el propósito de Dios?
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¿Qué escogerá usted?¡Despertad! 1976 | 22 de abril
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¿Qué escogerá usted?
LA HISTORIA da testimonio de que las ideas y las teorías de los hombres siempre están cambiando. Por lo tanto, sencillamente no se puede confiar en que lo que los hombres dicen suministre una guía segura para vivir. Por otra parte, la Biblia, como se demostró por un período de muchos siglos, ha provisto una guía segura para los que verdaderamente la han seguido. En vista de esto, ¿según qué guía desea vivir usted... según la Biblia, o según las opiniones y filosofías cambiantes de los hombres?
No se desanime por el hecho de que hoy día pocas personas viven según la Biblia. El que no lo hagan no se debe a que sea demasiado difícil seguir la guía de la Biblia. Por ejemplo, observe lo que Dios les dijo a los israelitas, por medio de Moisés, acerca de la Ley que se les dio: “Este mandamiento que te estoy mandando hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. No está en los cielos, para que se diga: ‘¿Quién ascenderá por nosotros a los cielos y nos lo conseguirá, para que nos deje oírlo para que lo pongamos por obra?’ Tampoco está al otro lado del mar, para que se diga: ‘¿Quién pasará por nosotros al otro lado del mar y nos lo conseguirá, para que nos deje oírlo para que lo pongamos por obra?’ Porque la palabra está muy cerca de ti, en tu propia boca y en tu propio corazón, para que la pongas por obra.”—Deu. 30:11-14.
Por no conocer el significado profético que el apóstol cristiano Pablo asigna a estas palabras de Moisés en Romanos 10:5-8, puede que los judíos hayan pensado que todo lo que se quiso decir fue esto: El mandamiento no era tal que no podían cumplirlo, para así conseguir la misericordia de Dios. Por medio del mandamiento podían comprender fácilmente qué hacer. El que los judíos aprendieran lo que quería Dios no requirió escalar alguna montaña que llegara hasta el cielo, para consultar allí con un representante de Jehová Dios. Nadie tuvo que viajar a un país lejano “al otro lado” del vasto mar, quizás para sentarse a los pies de otro hombre de Dios y recibir instrucción de él. La Ley se había puesto por escrito y se había leído en su totalidad a los israelitas. Por lo tanto, se podía decir de ella que estaba en la boca y el corazón de ellos. Los israelitas la podían hacer tema de su conversación, de su examen, de su reflexión y profunda consideración.
Igualmente hoy día, lo que requiere Dios no está fuera del alcance de nadie. No se necesita emprender un costoso viaje con miras a recibir un entrenamiento especial para sacar el mejor partido de la vida en la actualidad. De hecho, la guía que se necesita para una vida de familia feliz y para mantener buenas relaciones con los semejantes puede estar en su mismísimo hogar en la forma de un ejemplar de la Biblia. Si usted no tiene una Biblia, sin duda no tendría dificultad en conseguir un ejemplar en un idioma que pueda leer. Hay disponibles traducciones de la Biblia, completas o en parte, en idiomas que habla el 97 por ciento de los habitantes de la Tierra.
Si usted se halla entre los millones de personas que han leído por lo menos partes de la Biblia, bien puede ser que a usted le parezca que no siempre es fácil de entender. Esto es cierto de algunas porciones de las Sagradas Escrituras. Pero cuando la Biblia trata con asuntos de la vida cotidiana, es clara y directa.
No obstante, uno no debe limitarse a las porciones de la Biblia que son fáciles de entender. Puesto que, no solo una parte, sino toda ella es “inspirada de Dios y provechosa,” ciertamente uno debe querer entender tanto como pueda de la Biblia.—2 Tim. 3:16.
Quizás a usted, también, le gustaría entender mejor las Sagradas Escrituras. Puede que su actitud sea como la del funcionario instruido que servía en la corte de la reina Candace de Etiopía. Mientras este funcionario leía el libro bíblico de Isaías, se le aproximó el evangelizador cristiano Felipe y le preguntó: “¿Entiendes lo que estás leyendo?” “¿Cómo lo voy a entender,” contestó el hombre, “si no hay quien me lo explique?”—Hech. 8:30, 31, Versión Popular.
Si le parece que está en una situación parecida, los testigos cristianos de Jehová de su localidad tendrán gusto en brindarle la clase de ayuda que Felipe le dio al funcionario etíope. A una hora conveniente para usted, gustosamente estudiarán la Biblia con usted por aproximadamente una hora cada semana, sin ningún coste para usted. Entre los temas que podría considerar están: “¿Quién es Dios?” “Por qué envejecemos y morimos” “¿Dónde están los muertos?” “¿Por qué ha permitido Dios la iniquidad hasta nuestro día?” “Cómo orar y ser oído por Dios” y “Edificando una vida de familia feliz.” ¿No pudiera una consideración de esos temas junto con su Biblia ayudarle en gran manera a obtener los beneficios de una relación estrecha con Dios? Cada año se ha ayudado a decenas de millares de personas a hacer precisamente eso por medio de tener con ellas consideraciones semanales de la Biblia. Además, se les ha ayudado a hallar soluciones satisfactorias a los problemas que en un tiempo las tenían perplejas y a comprender con aprecio que la vida realmente puede tener verdadero significado y propósito.
A medida que uno crece en el conocimiento correcto de la Biblia, halla que está mucho más capacitado para enfrentarse a los problemas que surgen en la vida. En su propio caso verá el cumplimiento de las siguientes palabras animadoras de las Sagradas Escrituras: “Si alguno de ustedes tiene deficiencia en cuanto a sabiduría, que siga pidiéndole a Dios, porque él da generosamente a todos y sin reconvenir; y le será dada.”—Sant. 1:5.
La sabiduría dada por Dios para hacer frente a las pruebas y a los problemas con éxito es verdaderamente algo deseable. ¿No es ésa la clase de sabiduría que usted quisiera tener?
Por lo tanto, si usted no está estudiando la Biblia ahora con los testigos cristianos de Jehová, ¿por qué no lo hace y averigua qué maravillosa guía para vivir proveen las Sagradas Escrituras? Estamos seguros de que usted, lo mismo que millones de otras personas —jóvenes y ancianas, solteras y parejas casadas y grupos familiares— se sentirá feliz por haber actuado ante este estímulo. Por favor, comuníquese con los testigos cristianos de Jehová en su localidad, o escriba a los editores de esta revista, expresando su deseo de tener un estudio bíblico en su hogar o en otro lugar conveniente. Entonces se harán arreglos para que alguien lo visite.
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