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El alcohol como combustible... ¿será esto la respuesta?¡Despertad! 1980 | 22 de diciembre
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resolverse sino hasta que de entre la humanidad se haya removido a los explotadores egoístas.
¿Tenemos acaso razón para creer que eso haya de suceder algún día? Sí, pero no por esfuerzos humanos. Sin embargo, la Biblia muestra que el propósito de Dios es hacer tal cosa por medio de su reino mesiánico. “De la opresión y de la violencia les redimirá el alma, y la sangre de ellos será preciosa a sus ojos.”—Sal. 72:14.
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“Amarga desilusión”¡Despertad! 1980 | 22 de diciembre
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“Amarga desilusión”
El 8 de diciembre de 1979, la publicación francesa “Journal des combattants” expresó su desilusión por la ineptitud de la ONU en cuanto a establecer la paz: “Habiendo experimentado una horrible matanza [en 1914], los hombres —especialmente los de los lados beligerantes— decidieron formar cierta clase de ‘equipo internacional,’ inspirado únicamente por un espíritu de paz, y que tuviera poder casi absoluto para resolver cualquier cuestión entre los pueblos. . . . Nació la Liga de las Naciones (es decir, de todas las naciones), y no había duda de que, con ella, la contienda ya no podría hacer que los hombres pelearan unos contra otros. Veinte años después, ¡ay!, por la voluntad de un solo individuo todo aquel arreglo se desplomó. . . . Después de 1945, cuando volvió la paz, el corazón humano abrigó de nuevo la idea de una organización internacional para la paz. Por eso los hombres crearon la ONU. . . . También se formaron fuerzas armadas para evitar el resurgimiento de cataclismos como aquéllos. La función de éstas era imponer el cumplimiento de las decisiones que se tomaran en Nueva York. Se esperaría que los soldados de las Naciones Unidas llevaran como adorno una paloma y una hoja de olivo. ¡Ay!, después que se hubo establecido la ONU el mundo ha pasado por más conflictos armados que nunca, y muchos ocurren o han ocurrido simultáneamente. Ya hemos visto [los de] Indochina, Argelia, Angola, el Marruecos antiguamente español, Corea, el duelo entre Grecia y Turquía, África del Sur, Mozambique y Portugal. Y, con tristeza lo decimos, hemos omitido algunos. . . . Todos los que odian la guerra están [una vez] más amargamente desilusionados con la obvia inutilidad de esta nueva organización a favor de la paz.”
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Lo sexual y la salud¡Despertad! 1980 | 22 de diciembre
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Lo sexual y la salud
En “The Western Way of Death” (El camino occidental a la muerte), el patólogo británico Dr. Malcolm Carruthers comenta sobre el papel del ayuntamiento sexual con relación a los ataques cardíacos. Menciona que el adúltero ‘de dos caras’ está “constantemente tratando de estar en dos lugares a la misma vez, sin éxito, y probablemente termine como la cuerda de un emocional juego de la cuerda estirada entre dos mujeres insatisfechas.” El ‘esfuerzo y la agitación intensos por gustar del fruto prohibido en vez de la variedad cultivada en casa’ expone al hombre al peligro de un ataque al corazón. Muchos hombres han muerto de ataques cardíacos que les sobrevinieron durante actos de adulterio. El Dr. Carruthers contrasta esto con la potencialidad de recibir beneficios físicos de las relaciones sexuales con el cónyuge de uno.
Finalmente, él se expresa en cuanto a la naturaleza no satisfactoria de la masturbación: “Los siquiatras dicen que es fundamentalmente un acto de agresión contra uno mismo, por lo común inducido por frustración, tal como lo sugiere la expresión ‘abusar de uno mismo.’ Por lo tanto, la descarga de noradrenalina puede ser relativamente grande y probablemente poco del consiguiente aumento en sustancias grasas en la sangre se use en la actividad muscular envuelta en el proceso.” Él señala que, puesto que esas grasas sanguíneas obstruyen las arterias, quizás haya, ‘después de todo, alguna verdad’ en lo que antiguamente se decía acerca de que la masturbación tiene malos efectos físicos.
Sus declaraciones en general apoyan la recomendación bíblica de que las personas solteras deben cultivar el dominio de sí mismas. Y que las personas casadas deben buscar satisfacción beneficiosa del deseo en relaciones maritales honorables.
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