La popularidad en aumento de la astrología

¿HA NOTADO usted recientemente que vecinos, compañeros de trabajo y hasta figuras de la radio y la televisión hablan acerca de la astrología más de lo que lo hacían hace unos cuantos años? Términos relacionados con la astrología brotan de sus labios con frecuencia y de manera natural. Es posible que usted también haya notado un aumento en el número de los libros, revistas y artículos que se publican sobre la astrología. Es indudable que está teniendo un ascenso repentino de popularidad.

Tan solo en los Estados Unidos aproximadamente diez millones de personas son seguidoras celosas de la astrología, y aproximadamente cuarenta millones más, muchas de las cuales son mujeres, son aficionadas a ella. En la Gran Bretaña aproximadamente dos tercios de la población lee horóscopos, un rasgo de la astrología. En Alemania aproximadamente dieciocho millones de personas son seguidores de ella, y en Francia la gente paga más de 650 millones de dólares anualmente a los adivinos y a los astrólogos. Una encuesta reciente descubrió que el 58 por ciento del pueblo francés conoce su propio signo del zodíaco y que el 53 por ciento lee diariamente su horóscopo.

Hace veinte años en los Estados Unidos apenas había cien periódicos que publicaban columnas de horóscopos. En la actualidad hay aproximadamente mil doscientos. Las revistas de astrología que en un tiempo se llenaban de polvo en los anaqueles ahora tienen gran demanda. Se venden por millones anualmente en los Estados Unidos. En Francia, una de estas revistas tiene una circulación de 400.000 ejemplares. Las librerías que complacen los gustos de los estudiantes de enseñanza superior han ensanchado sus secciones sobre astrología debido al creciente interés que le están mostrando estos estudiantes.

Cuando la estación de televisión neoyorquina WPIX-TV comenzó a incluir horóscopos en los intervalos entre un programa y otro, descubrió que eran tan populares que empleó a un astrólogo para producir un programa semanal de treinta minutos. Otra evidencia de su popularidad son los símbolos astrológicos que aparecen en diversas clases de mercancía. Quizás usted los haya visto en la vajilla de cristal, joyas, ropa para niños y papel para escribir.

La demanda de servicios astrológicos basta para mantener ocupada a una máquina calculadora. En 1966 se formó una compañía para producir horóscopos y análisis escritos mediante calculadora. Los análisis pueden constar hasta de unas 15.000 palabras, y el éxito de ese negocio refleja el creciente interés del público en la astrología. El servicio de la compañía se vende a través de 350 tiendas de departamentos en los Estados Unidos y 15.000 personas al mes obtienen horóscopos y análisis por medio de éste. Una sola tienda que publicó un anuncio del servicio efectuó 500 ventas de servicio astrológico en el transcurso de una semana.

Un cliente paga 20 dólares por el servicio y recibe en diez días una descripción escrita que le dice lo que se supone que revela la astrología acerca de su personalidad, salud, relación romántica y lo que le espera por un año en el futuro.

El servicio ha sido un éxito financiero tan grande que la compañía, que ha funcionado por tres años, tuvo una proporción anual de ventas para 1969 de aproximadamente 1.800.000 dólares. Está planeando ensanchar su servicio al Canadá e Inglaterra.

La astrología les ha resultado un negocio lucrativo a algunos practicantes. Uno, por ejemplo, que es favorito de las estrellas cinematográficas, tiene ingresos que se calculan en centenares de miles de dólares.

En la India la astrología continúa su popularidad milenaria. Está enclavada profundamente en el modo de vivir de los hindúes. Hasta algunos comunistas de la India buscan consejo astrológico consultando sus horóscopos para determinar cuál es el día más propicio para presentar su candidatura.

En Ceilán, donde los periódicos diariamente publican anuncios de familias que buscan cónyuges adecuados para sus hijas, la astrología desempeña su papel. Como en la India, las familias comúnmente exigen que el pretendiente traiga su horóscopo para poder compararlo con el de la hija para ver si el casamiento sería “favorable.”

Por todo el Lejano Oriente la astrología ocupa un lugar prominente en la vida de la gente. Pero, ¿a qué se debe el que en Occidente una cantidad cada vez mayor de personas manifieste vivo interés en ella? ¿Qué les ofrece la astrología? ¿Es compatible con la Palabra escrita de Dios, la Biblia?

¿Qué ofrece la astrología?

SIN duda la popularidad de la astrología se debe al deseo común de la gente de conocer el futuro. ¿No ha sentido usted ese deseo? ¿No es especialmente fuerte cuando uno tiene sentimientos de inseguridad, o se encuentra en confusión e incertidumbre en cuanto a lo que sería lo mejor hacer? Pero, ¿puede usted depender de la astrología para que le dé información confiable acerca del futuro?

La astrología alega que los cuerpos celestes o astros —la Luna, los planetas y las estrellas— controlan los asuntos humanos. Los adherentes a la astrología creen que uno puede asegurarse el buen éxito en algo si lo sincroniza para cuando los movimientos de estos cuerpos celestes le sean “favorables” a uno. También creen que uno puede evitar sucesos desagradables por medio de no emprender lo que piensa hacer mientras los movimientos de los astros sean “desfavorables.”

Quizás usted haya leído acerca del príncipe del Lejano Oriente que pospuso su casamiento durante un año porque los astrólogos le dijeron que los signos no eran favorables. Este fue el príncipe Palden Thondup Namgyal, de Sikkim. Los astrólogos lo persuadieron a posponer su casamiento de 1962 a 1963. Luego, cuando heredó el trono al morir su padre, lo convencieron de que debía posponer su coronación durante un año por la misma razón.

En el mundo occidental hay personas que no firman un contrato, ni inician un negocio ni comienzan un nuevo proyecto de ninguna clase sin primero consultar a un astrólogo. Según Times Magazine de Nueva York del 15 de diciembre de 1968, en Nueva York y en París la industria de las modas no pensaría en presentar una nueva colección de vestidos en un tiempo que los astrólogos marcaran como desfavorable para ella. ¿En qué se basan estos cálculos de tiempos “favorables” y “desfavorables”?

El zodíaco

Los astrólogos llaman zodíaco a la porción del cielo sobre la Tierra a través de la cual el Sol, la Luna y las estrellas parecen moverse. El nombre proviene del griego y significa “círculo de animales.” Cada uno de éstos recibe el nombre de una constelación de estrellas, que se llama un “signo” del zodíaco. Así, pues, uno de los doce signos, escorpio, se representa con un escorpión y abarca el período del 24 de octubre al 22 de noviembre. Tauro, otro signo, se representa con un toro y abarca el período del 21 de abril al 21 de mayo. Se supone que la gente que nace durante alguno de los períodos abarcados por esos doce signos tiene ciertas características que son diferentes de las que posee la gente que nace en otros períodos; eso afirma la astrología.

Basándose en el zodíaco el astrólogo puede trazar el horóscopo de una persona. Este es un diagrama que muestra la relación que existía entre los cuerpos celestes al tiempo exacto del nacimiento de la persona. Se supone que los astros salientes en ese tiempo hayan ejercido influencia en su personalidad.

La astrología alega que ciertos planetas tienen influencias incompatibles o influencias complementarias y que la acción recíproca de estas influencias puede significar bien o mal para uno. Debido a esta afirmación muchas personas no toman una decisión importante sin primero consultar a un astrólogo. Pero, ¿cuán confiable es su consejo?

¿Cuán exacta?

¿Recuerda usted la alegación que hicieron los astrólogos de la India de que iba a haber una calamidad horrenda en 1962? Se agitaron cuando iba a haber una conjunción de cinco planetas, es decir, que éstos iban a estar situados de tal manera que una línea imaginaria trazada desde la Tierra al espacio pasaría a través de todos ellos. Simultáneamente el Sol iba a ser eclipsado por la Luna. Esta rareza en el movimiento de estos cuerpos celestes iba a suceder en una zona del zodíaco que se considera desfavorable.

Los astrólogos agitaron el ánimo de la gente hasta una fiebre de emoción advirtiéndole que estuviera lista para terremotos, inundaciones, guerras y cosas semejantes. El día fatal, el 3 de febrero de 1962, vino y se fue sin las calamidades predichas. Lo que los astrólogos consideraron como mal agüero realmente no tuvo ningún significado en absoluto. Algunas personas dicen que los astrólogos simplemente interpretaron mal los signos. Sea que hayan interpretado mal o no, en pie queda el hecho de que la astrología no fue reveladora exacta de acontecimientos del futuro.

Un segundo ejemplo de fracaso fue cuando la astronave Apolo 8 entró en órbita alrededor de la Luna. Antes de comenzar el viaje, algunos astrólogos británicos advirtieron: “La probabilidad de que se produzcan cambios en la personalidad entre los astronautas mientras estén en órbita es muy alta.” ¿Por qué? Porque “Júpiter y Urano,” dijeron, “están en conjunción por primera vez en catorce años... y las influencias son muy fuertes.” Sin embargo, la conjunción de estos planetas no tuvo ningún efecto malo en los astronautas.

Un tercer fracaso reciente y notable fue cuando dos astrólogos por separado predijeron que Jackie Kennedy no se volvería a casar en el futuro cercano. El casamiento de ella con un magnate industrial marítimo griego probó que estaban equivocados. Aunque uno de los astrólogos presentó el argumento de que no consideraba esto como casamiento debido a la edad del Sr. Onassis, en pie queda el hecho de que se casaron legalmente y ella ya no está soltera.

Se ha dicho que Hitler tenía cinco astrólogos que le aconsejaban en cuanto a los tiempos propicios para llevar a cabo sus decisiones. A pesar de la confianza de él en la astrología, ésta le falló. Él y sus planes sufrieron desastre.

Lenguaje ambiguo

El lenguaje de la astrología, como quizás usted sepa, por lo general es ambiguo. Esto permite diferentes interpretaciones. Quizás a una persona se le diga que “la relación que tiene con un amigo va a sufrir un castigo,” que en cierta fecha habrá un “desenvolvimiento agradable” en su vida, etc.

Tocante a las predicciones de Nostradamus, un famoso astrólogo del siglo dieciséis, The World Book Encyclopedia dice en su edición de 1966: “De propósito sus profecías eran oscuras e indefinidas, y se prestan a muchas interpretaciones.”

Puesto que una predicción por lo general se expresa de manera ambigua, el astrólogo, prescindiendo de lo que suceda, con la mayor frecuencia puede hacer que parezca que tenía razón. Por ejemplo, si uno resulta lastimado cuando los signos astrológicos son “buenos” para uno, el astrólogo indica que afortunadamente escapó de lo que pudiera haber sucedido si los signos hubieran sido “malos.” Si los signos son “malos” y uno actúa contra ellos sin resultados malos, el astrólogo alega que subconscientemente uno ejerció cuidado debido a la advertencia que se le dio.

En la India un astrólogo obtiene una parte considerable de sus ingresos prescribiendo modos de vencer las consecuencias malas que predice. Cuando las cosas que predice no acontecen, lo atribuye a los artefactos propiciatorios que le vendió al que lo consultó. Quizás éstos sean piedras preciosas montadas en anillos, amuletos que contienen yerbas consagradas, conjuros místicos escritos en corteza e himnos escritos a Kali, la diosa hindú de la destrucción.

Forma de adivinación

La astrología alega que le ofrece a la persona discernimiento del futuro que le concierne. De manera semejante, los idólatras de la antigüedad buscaban agüeros del futuro en marcas que observaban en el hígado de sacrificios animales. Consideraban estas marcas como reflejos en miniatura de los astros, de los cuales creían que ejercían influencia en su vida. También buscaban agüeros en el vuelo de las aves y en el movimiento de las estrellas y los planetas. Todas éstas son formas de adivinación.

Enlazando la astrología con la adivinación, el libro Standard Dictionary of Folklore, Mythology and Legend, por Funk & Wagnalls, declara: “La astrología es una de las formas más antiguas de la adivinación, y predominaba entre las naciones de Oriente (Egipto, Caldea, India, China) en la mismísima alborada de la historia. . . . El astrólogo como adivinador al fin utiliza medios suplementarios de determinación, y encontramos conexión estrecha entre la astrología, por una parte, y la geomancia [adivinación por figuras o líneas] china, la hepatoscopia [adivinación por inspección de hígados de animales] del Cercano Oriente, la adivinación por conchas de tortuga china y japonesa y la quiromancia gitana por otra.”

Comenzó en Babilonia

Cuando uno examina la historia descubre que la astrología siempre estuvo asociada estrechamente con la gente supersticiosa e idólatra. De hecho, evidentemente tuvo su principio en la Babilonia de la antigüedad, la fuente de prácticas religiosas falsas, engañosas y degradantes. El libro Religion of Babylonia and Assyria, por Jastrow, habla de la “profunda impresión que causaron en el mundo de la antigüedad las asombrosas manifestaciones de pensamiento religioso de Babilonia y la actividad religiosa que reinaba en esa región.” Otro libro, The Worship of the Dead, por J. Garnier, dice que “las investigaciones de escritores modernos . . . uniformemente consideran a Babilonia y Asiria como la cuna del paganismo antiguo.”

Indicando que la astrología tuvo su principio en Mesopotamia, donde estaba situada Babilonia, el libro The Ancient Gods por E. O. James declara: “Un cuerpo sumamente organizado de agoreros, videntes y astrólogos desarrollaron allí una ciencia astral complicada con extensa literatura sobre agüeros que comprendía largas series de tablas que trataban de todo aspecto de los fenómenos augurales. . . . De hecho, se consideraba que todo fenómeno celeste tenía su paralelo en los acontecimientos humanos y todo individuo finalmente quedaba bajo la influencia de un planeta o estrella fija que determinaba su destino desde la cuna hasta la sepultura. . . . Las estrellas adquirieron un significado más personal, y junto con el Sol, la Luna y los planetas, determinaban los destinos humanos con una erudición astrológica elaborada que llegó al Mediterráneo oriental y al Egeo tras las conquistas de Alejandro Magno en el cuarto siglo a. de J.C.”

Cerca de donde estaba la Babilonia antigua se han encontrado tablillas de arcilla con expresiones astrológicas que tienen miles de años de antigüedad. La astrología estaba tan estrechamente enlazada a Babilonia que a menudo a los astrólogos de tiempos antiguos se les llamaba caldeos, otro nombre para babilonios. De Babilonia la astrología se esparció a Grecia, Roma y a toda la Tierra.

Arraigada en el paganismo

Los babilonios creían que los astros eran hogares de dioses y, por lo tanto, podían ejercer influencia en la vida de los humanos. Tocante a esto Beacon Lights of History, por Juan Lord, dice, en el tomo uno, página cuarenta y siete: “Todavía había entre los asirios y babilonios otra clase inferior de deidades que recibían adoración, y se suponía que ejercían gran influencia en los asuntos humanos. Estas deidades eran los planetas bajo diferentes nombres.”

Al planeta más grande, que ahora se llama Júpiter, le dieron el nombre de su dios Marduk. Los babilonios consideraban al toro como símbolo de Marduk. Este animal llegó a ser uno de los signos más importantes del zodíaco y hoy los astrólogos lo llaman Tauro.

Se creía que todo movimiento y fenómeno celeste, como la salida y puesta del Sol, los equinoccios y solsticios, las fases de la Luna, los eclipses y el movimiento de las estrellas fugaces, eran obras de estos dioses. Por consiguiente, se hicieron cuadros y tablas elaborados de estos movimientos con la creencia de que revelarían lo que sucedería en el futuro en los asuntos humanos.

Ahora bien, ¿honradamente cree usted que puede obtener un conocimiento exacto del futuro al dirigirse a los dioses falsos de la Babilonia antigua? Aunque usted no considere dioses a los planetas y a las estrellas, al cifrar confianza en la astrología usted estaría cifrando confianza en esos dioses. ¿Por qué? Porque fueron el fundamento sobre el cual se edificó la astrología, fueron la razón que hizo pensar que las estrellas y los planetas ejercen influencia en las vidas humanas.

Puesto que ya no se señala a los dioses de la antigüedad como explicación de por qué una persona piensa que la astrología surte efecto, se ha presentado el argumento de que los cuerpos celestes despiden “emanaciones” que afectan a la gente. Los científicos no han detectado ninguna emanación que sea lo suficientemente fuerte como para afectar el carácter y el destino de los hombres. Por eso, ¿a qué atribuye tal persona el poder que está detrás de la astrología? Debe pensar en su corazón que hay alguna fuerza sobrenatural conectada con ella tal como otras personas creen que una fuerza de esa clase obra por medio de un adivino. Realmente está confiando en el espiritismo, sea que quiera reconocerlo o no.

Hemos visto que la astrología no es profeta confiable de acontecimientos futuros, que es una forma de adivinación, que se ideó alrededor de la creencia errónea de que los planetas y las estrellas son dioses, y que está arraigada profundamente en el paganismo babilónico. Tomando en cuenta esto, ¿cree usted que es algo en lo cual deba interesarse el cristiano?

¿Es para cristianos la astrología?

PUESTO que la astrología está aumentando en popularidad entre la gente que afirma ser cristiana, ¿qué actitud debería adoptar un cristiano para con ella? Al necesitar guía, ¿estaría bien que se dirigiera a la astrología? O, quizás solo por curiosidad, ¿podría hacer que un astrólogo le trazara su horóscopo?

Puesto que la astrología esencialmente es prole de la religión politeísta, ¿cómo podría un cristiano verdadero, que cree en un solo Dios, dirigirse a ella para obtener consejo? ¿Consideraría favorablemente el Creador a la persona que procediera así?

Uno pudiera decir que la astrología ya no está asociada con la religión politeísta y ya no se considera a las estrellas como dioses. Es posible que suceda así entre la gente más educada, pero la práctica se originó de tal religión, y su concepto básico brotó de la creencia religiosa falsa de que las estrellas y los planetas eran dioses. ¿No es una rama que crece de un árbol todavía parte del árbol?

Mucho se registra en la Biblia acerca de la nación antigua de Israel y de que llegó a envolverse en las prácticas de las religiones falsas. Considere lo que le sucedió a su relación con Jehová Dios cuando se entregó a prácticas que él condenaba. La experiencia que tuvo puede ayudarle a usted a ver cómo los cristianos deben considerar la astrología.

Debido a que los israelitas permitieron que se les envolviera en las prácticas religiosas falsas, Dios permitió que sus dos reinos fueran destruidos y la gente fuese llevada al destierro. Entre sus pecados estuvo la adoración de los astros como dioses. Se menciona, por ejemplo, al rey Manasés del reino de Judá como el que condujo a la nación en la adoración de tales dioses. “Se puso a inclinarse ante todo el ejército de los cielos y a servirles.”—2 Rey. 21:3.

Más tarde el buen rey Josías trató de extirpar la influencia mala de las religiones falsas de entre la nación. Dice el registro: “Dejó sin negocio a los sacerdotes de dioses extranjeros, que los reyes de Judá habían colocado para que hiciesen humo de sacrificio en los lugares altos de las ciudades de Judá y en las cercanías de Jerusalén, y también a los que hacían humo de sacrificio a Baal, al sol y a la luna y a las constelaciones del zodíaco y a todo el ejército de los cielos.”—2 Rey. 23:5.

A Josías se le menciona favorablemente en la Palabra de Dios por sus acciones. Note que dejó sin negocio a los que estaban haciendo humo de sacrificio al Sol, la Luna y las “constelaciones del zodíaco.” Puesto que Dios aprobó lo que hizo Josías, ¿es razonable esperar que hoy Dios considere favorablemente a las personas que practican la astrología, lo cual envuelve el acudir con reverencia a las “constelaciones del zodíaco”?

Por medio del profeta Sofonías Jehová Dios denunció a los israelitas por sus prácticas religiosas falsas como “los que están inclinándose en los techos ante el ejército de los cielos, y a los que están . . . haciendo juramentos por Malcam [Moloc].” (Sof. 1:5) La astrología y la adoración de Malcam o Moloc estaban estrechamente relacionadas en tiempos antiguos.

El primer mártir cristiano, Esteban, se refirió a estas prácticas malas de los israelitas cuando dijo: “De modo que Dios se volvió y los entregó a que rindiesen servicio sagrado al ejército del cielo, así como está escrito en el libro de los profetas: ‘No fue a mí que ustedes ofrecieron víctimas y sacrificios por cuarenta años en el desierto, ¿verdad, oh casa de Israel? Antes fue la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán que ustedes tomaron, las figuras que ustedes hicieron para adorarlos. Por consiguiente, los deportaré más allá de Babilonia.’”—Hech. 7:42, 43.

Astrología proscrita

Puesto que la astrología es hija de la religión babilónica falsa, ¿no es fácil comprender por qué Jehová Dios la proscribió para su nación de Israel? Al hacerlo reveló el punto de vista que tiene de ella, y hoy los cristianos se guían por esto. En su ley a aquella nación él dijo: “No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia ni nadie que busque agüeros ni hechicero.”—Deu. 18:10.

¿Qué tiene que ver este texto con la astrología? Note la referencia a “adivinación.” Como ya hemos visto, la astrología es una forma de adivinación. La astrología también envuelve el buscar agüeros en los movimientos de los planetas y las estrellas, y el ‘buscar agüeros’ también estaba incluido en esta prohibición divina.

La ley de Dios pasó a decir: “Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová, y a causa de estas cosas detestables Jehová tu Dios está expulsándolas de delante de ti.” (Deu. 18:12) Puesto que Dios no cambia, ¿no podemos esperar que él tenga la misma actitud ahora para con toda forma de adivinación? ¿No encontraría a la astrología tan detestable hoy como en tiempos antiguos cuando formaba parte de la religión babilónica?

Espiritismo

Siendo una forma de adivinación, la astrología puede hacer que uno se envuelva en el espiritismo. Puede hacer que uno se ponga en contacto con “las fuerzas espirituales inicuas en los lugares celestiales.” (Efe. 6:12) ¿Quisiera usted que eso sucediera? Dios enfáticamente condenó el buscar dirección de tales fuerzas. Le dijo a la nación de Israel: “En cuanto al alma que se vuelva a los mediums espiritistas y a los pronosticadores profesionales de acontecimientos para tener ayuntamiento inmoral con ellos, ciertamente fijaré mi rostro contra aquella alma y la cortaré de entre su pueblo.”—Lev. 20:6.

Las fuerzas espirituales inicuas pueden maniobrar los acontecimientos para que a veces le parezca a uno que la astrología es un profeta confiable de acontecimientos. Al seguirla, uno caería en las garras de estas fuerzas. Pero, ¿quiere usted acudir a fuerzas espirituales inicuas para conseguir dirección? ¿Lo van a guiar a usted en un camino que sea para su bien? ¿No debería buscar el cristiano más bien la dirección de Dios?—Isa. 8:19, 20.

La Biblia predijo que la gente en el tiempo en el cual vivimos ahora estaría “prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a enseñanzas de demonios.” (1 Tim. 4:1) Por eso se comprende el aumento que hay en el interés popular en el espiritismo o las artes ocultas. Pero el espiritismo, que es contacto con las fuerzas espirituales inicuas, realmente es una de las obras inmundas de la carne caída.—Gál. 5:19, 20.

Punto de vista cristiano sobre la astrología

¿Qué ha de hacer, entonces, el cristiano cuando ve que la astrología aumenta en popularidad? Puede sacar provecho del ejemplo de los cristianos primitivos que vivieron en el Imperio Romano.

La astrología era popular en el Imperio Romano. Como dice el libro Encyclopædia of Religion and Ethics por James Hastings, en el tomo IV: “Los más influyentes de estos expositores de la adivinación exótica eran los caldeos, o, como se les llamó subsecuentemente, matemáticos, v. g. los profesores de la astrología babilónica, que presagiaban el destino de los individuos por medio del horóscopo . . . y daban información en cuanto al futuro según los movimientos de los cuerpos celestes. Estos astrólogos fueron desterrados de Roma e Italia por primera vez en 139 a. de la E.C. . . . Sin embargo, estas medidas no lograron ninguna disminución considerable en su actividad, ya que en su clientela se incluía gente del rango más alto, y hasta emperadores mismos utilizaban su arte.”

A pesar de su popularidad entre los romanos, los cristianos primitivos no tuvieron nada que ver con ella. Muchos habían estado envueltos en adivinación y otras formas de espiritismo antes de llegar a ser cristianos. Cuando llegaron a ser cristianos se separaron del espiritismo y todo accesorio de religión falsa. Se nos dice que “buen número de los que habían practicado artes mágicas juntaron sus libros y los quemaron delante de todos.” (Hech. 19:19) Es muy probable que hubiera libros sobre astrología entre los que fueron quemados, puesto que era una forma popular de adivinación en aquel tiempo.

Ellos hicieron lo correcto. ¿Cómo podría un cristiano ‘comer a la mesa de los demonios’ participando en adivinación y también ‘comer a la mesa de Dios’ alegando estar identificado como cristiano y ser participante del alimento espiritual que Jehová suministra en su Palabra escrita?

Si un cristiano fuese a confiar en la astrología, ¿no se estaría colocando en la misma posición que los israelitas desobedientes? ¿No estaría cifrando su confianza en los dioses estelares babilónicos falsos que fueron la base de la astrología? ¿No se haría seguidor de un derivado de una religión idólatra y falsa hacia la cual su Creador expresó odio?—Rev. 22:15.

Tomando en cuenta las raíces que la astrología tiene en la religión idólatra de Babilonia y su enlace con el espiritismo, ¿cómo podría algún cristiano verdadero considerarla con aprobación? Uno de los primeros cristianos, el apóstol Pablo, señaló el derrotero apropiado que se debe emprender cuando dijo: “No lleguen a estar unidos bajo yugo desigual con los incrédulos. Porque ¿qué consorcio tienen la justicia y el desafuero? ¿O qué participación tiene la luz con la oscuridad? ‘“Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,” dice Jehová, “y dejen de tocar la cosa inmunda.”’”—2 Cor. 6:14, 17.

La gente que quiere ser cristiana tiene que evitar la astrología. Sin embargo, esto no significa que no puede conocer el futuro. Realmente tiene una manera mucho más confiable de aprender acerca de estos asuntos importantes.

Algo mejor que la astrología

EL DESEO de saber lo que el futuro encierra es natural y apropiado. Uno se interesa en su propio bienestar y en el de los que están allegados a uno, y quiere tomar ahora decisiones que resulten en lo mejor para todos. Quizás usted a menudo haya dicho: “Si yo hubiera sabido entonces lo que ahora sé no hubiera hecho esto o aquello.” Siempre es más fácil mirar atrás y ver dónde hemos cometido errores, pero es un asunto bastante diferente el tratar de prever lo que viene.

Es por esta razón que muchas personas se dirigen a la astrología y a otras formas de adivinación. No hay nada de malo en su deseo de conocer el futuro, pero la astrología no es la fuente en la cual buscar la información.

Diríjase al Creador

En vez de tratar de prever el futuro llegando a conclusiones por los movimientos de los planetas y las estrellas, ¿no es más razonable dirigirse al Creador vivo de estos cuerpos celestes? Si usted quiere saber algo en cuanto a matrimonio, ¿no podría decirle Él más acerca de esta relación humana que los astros inanimados, puesto que Él dio origen al matrimonio? En su Palabra, la Biblia, usted hallará lo que él ha dicho acerca de ello, y si usted sigue su consejo puede evitar errores serios.

La Biblia, por ejemplo, advierte al joven apasionado que no vaya tras la mujer inmoral, y se le dice por qué. (Pro. 7:6-27) Al prestar atención a la advertencia puede evitar errores que más tarde le pesarían intensamente. A los esposos y a las esposas se les da consejo que puede ser la base para un matrimonio largo y feliz si le prestan atención. (Efe. 5:22-31) También se les dice cómo evitar errores al criar a sus hijos para que más tarde no tengan que sufrir.—Efe. 6:1-4.

A menudo se pueden evitar circunstancias calamitosas si uno presta atención al consejo de la Biblia sobre las relaciones humanas en general. En ella se dan principios que pueden ayudar a uno a evitar argumentos violentos y los daños que por lo general resultan de ellos. (Efe. 4:31, 32) Quizás la astrología trate de decirle a uno la clase de individuos con los que se puede llevar mejor, pero la Palabra de Dios le muestra cómo llevarse bien con gente de toda clase. También le muestra cómo conseguir amigos amorosos y un futuro pacífico. ¿No es esto mejor que el consejo dudoso de la astrología?

Al seguir lo que la Palabra de Dios le dice a usted, mucho es lo que usted puede hacer ahora acerca de su futuro. Usted puede modelar el futuro a un grado grande por la manera en que vive, y hacerlo bueno o malo para usted mismo. Por supuesto, hay calamidades que no se pueden evitar. La Biblia reconoce esto, al decir que “el tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos.” (Ecl. 9:11) Pero cuando tales cosas suceden la Biblia le puede ayudar a usted a enfrentarse a ellas. Por ejemplo, puede ayudarle a aguantar el golpe de perder a una persona amada en la muerte por un accidente imprevisto.—1 Tes. 4:13; Hech. 24:15.

Los profetas de Jehová predijeron el futuro

Como fuente confiable de información acerca del futuro, la palabra de Dios por medio de sus profetas inspirados es insuperable. Ellos predijeron acontecimientos que estaban muy en el futuro desde el día de ellos. Debido a esta presciencia son muy superiores a los astrólogos.

Cuando el profeta Daniel vivía en Babilonia se le halló diez veces mejor que todos los sacerdotes practicantes de magia, sortílegos y astrólogos de todo el dominio del rey Nabucodonosor. (Dan. 1:20) Esto se hizo patente cuando el rey pidió que sus astrólogos y magos le dijeran cuál había sido su sueño cierta noche, ya que lo había olvidado. Los adivinadores caldeos dijeron: “No existe hombre en la tierra seca que pueda mostrar el asunto del rey.” (Dan. 2:10) Sin embargo, Daniel pudo satisfacer el deseo del rey.

Él reveló cómo pudo saber lo que el rey había soñado, diciendo: “El secreto que el rey mismo pide, los sabios, los sortílegos, los sacerdotes practicantes de magia y los astrólogos mismos no pueden mostrarlo al rey. No obstante, existe un Dios en los cielos que es un Revelador de secretos, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de ocurrir en la parte final de los días.”—Dan. 2:27, 28.

¿No fue esta experiencia prueba de que Daniel tenía una fuente de información que era mejor que la astrología? Usted puede sacar provecho de esa Fuente, Jehová Dios, si acude a la Biblia para obtener información acerca del futuro. El Dios verdadero, el Creador del hombre, es una fuente mucho más confiable de conocimiento en cuanto al futuro que cualquier arte oculto.

La astrología le falló a Babilonia

¿Pudo la ciudad de Babilonia evitar el desastre por medio de confiar en la guía astrológica? No; ¡de hecho, bajo inspiración por Dios, el profeta Isaías predijo que sus astrólogos ni siquiera podrían salvarse ellos mismos! Dijo: “Que se pongan de pie, ahora, y te salven, los adoradores de los cielos, los contempladores de las estrellas, los que divulgan conocimiento en las lunas nuevas respecto a las cosas que vendrán sobre ti. ¡Mira! Se han hecho como rastrojo. Un fuego mismo ciertamente los quemará por completo. No librarán su alma del poder de la llama.”—Isa. 47:13, 14.

Los astrólogos babilónicos no pudieron prever la caída de su poderosa ciudad en manos de los medos y los persas en 539 a. de la E.C. Por otra parte, Daniel lo previó. En la mismísima noche que sucedió Jehová Dios hizo que una escritura misteriosa apareciera en la pared del palacio del rey Belsasar. El rey y sus nobles estaban banqueteando, sintiéndose seguros detrás de los poderosos muros de la ciudad. Cuando apareció la escritura, él pidió a sus astrólogos y sortílegos que la interpretaran, pero no pudieron hacerlo.—Dan. 5:7, 8.

Entonces llamaron a Daniel, y éste pudo leerla y dar la interpretación. Él interpretó así el significado de la escritura: “Dios ha numerado los días de tu reino y lo ha terminado. . . . has sido pesado en la balanza y has sido hallado deficiente. . . . tu reino ha sido dividido y dado a los medos y los persas.”—Dan. 5:26-28.

Más tarde aquella mismísima noche los medos y los persas entraron repentinamente en la ciudad y la tomaron. La astrología no pudo advertir a los babilonios de la calamidad horrenda que les sobrevino. Otra vez este profeta demostró que en cuanto al futuro tenía una fuente de información que era mejor que los astrólogos.

¿Qué le vendrá a nuestra generación?

Se ha predicho que a nuestra generación le vendrá una calamidad que será mucho mayor que la que le sobrevino a la Babilonia de la antigüedad. Cobrará un sinnúmero de millones de vidas y eliminará el presente sistema de gobiernos de hechura humana. En la Biblia este desastre para las naciones políticas se llama “la guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Rev. 16:14) Es el tiempo en que Jehová Dios derramará sobre ellas su indignación por la encallecida desatención de ellas a Sus leyes.—Sof. 3:8; Dan. 2:44.

Será un desastre para los que cifran su confianza en la astrología. Ninguno de ellos sobrevivirá, por haber practicado lo que es detestable a Dios. Después, de ninguna manera permitirá él que se practique la astrología ni ninguna otra forma de adivinación.

Después del venidero desastre para las naciones habrá mil años de paz y seguridad, con abundancia para toda la humanidad. Un gobierno justo, el reino de Dios, regirá a toda la humanidad. La gente ya no morirá como ahora, sino que tendrá la oportunidad de vivir indefinidamente. Estas son algunas de las cosas que los profetas inspirados de la Biblia, no los astrólogos, predicen para nuestro futuro. Los profetas de la Biblia han resultado ser confiables en cuanto a otras profecías que se han cumplido, de modo que, ¿qué razón sólida hay para dudar de que las cosas restantes también se cumplan? La fuente de información de ellos fue nuestro Creador, que no puede mentir.—Sal. 37:11; Rev. 21:4; Isa. 55:11.

Beneficios ahora

Al seguir la dirección de la Biblia los testigos de Jehová en conjunto están disfrutando de muchos beneficios ahora. Esto les ha ayudado a disfrutar de tranquilidad de ánimo, felicidad y unidad. No participan de la inquietud del mundo acerca del futuro, porque saben lo que el futuro traerá. No se dirigen a la astrología buscando información acerca de su personalidad, su matrimonio, ni asuntos semejantes. Los principios que se manifiestan en la Biblia los guían. En realidad, los resultados de su modo de vivir guiada por la Biblia han impresionado intensamente a los observadores.

Una señora que quedó impresionada por la felicidad, paz y unidad de una familia de testigos de Jehová que vivía junto a ella les habló y dijo: “Quiero estudiar la Biblia con ustedes. He observado su familia ya por dos años, y he decidido que ustedes son los cristianos de este vecindario. Yo quiero ser como ustedes.”

Al prestar atención al consejo y los principios de la Palabra de Dios, los Testigos han descubierto que pueden evitar muchas de las cosas desagradables sobre las cuales otras personas buscan consejo astrológico. También tienen la feliz expectativa de sobrevivir al desastre global que está por sobrevenirles a las naciones y disfrutar de la vida pacífica en el nuevo orden de cosas que vendrá después. En consecuencia, saben lo que el futuro encierra para ellos.

Por eso, en vez de dirigirse a algo tan indigno de confianza como la astrología, algo que es detestable a Dios, ¿por qué no confiar en su Palabra inspirada, la Biblia? Sus pronósticos del futuro nunca han fallado. Es una guía verdadera y confiable.

¿No es mejor confiar en la Palabra de Dios que en la astrología, que le ha fallado a tantas personas, incluso a los babilonios entre los cuales se originó? ¿No es más razonable el buscar dirección y el conocimiento del futuro de Aquel que hizo las estrellas y los planetas que imaginarse que los movimientos de los astros pueden indicarle algo acerca de usted mismo y del futuro? ¿No sabe el Creador vivo más acerca de usted que las masas de materia inanimada que flotan en el espacio?

Es apropiado querer saber el futuro y conseguir dirección para la vida de uno, pero, ¿por qué no buscar ambas cosas en la Palabra de Dios, donde uno puede hallar información confiable? Si usted le permite que lo haga, ésta obrará como lámpara para su pie y luz para su vereda. La sabiduría de ésta hará accesibles para usted caminos de paz, agradabilidad y vida eterna.—Sal. 119:105; Pro. 3:13-18.

Solo Jehová Dios, no la astrología, puede preservarlo a usted a través de la calamidad que le ha de sobrevenir a nuestra generación. Solo él puede darle a usted un futuro de paz y seguridad en su nuevo orden de cosas. Por eso, al confiar en la Palabra escrita de Dios usted hallará conocimiento acerca de usted mismo y acerca del futuro que es muy superior a lo que ofrece la astrología.

[Ilustración de la página 13]

Daniel tuvo mejor fuente de información acerca del futuro que los astrólogos, que no pudieron leer la escritura misteriosa

La vida con Rikki-Tikki-Tavi

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Liberia

ES POSIBLE que usted haya leído el cuento de Rudyard Kipling acerca de la valerosa mangosta Rikki-tikki-tavi. Al encontrarse con una serpiente cobra india, la Rikki de Kipling hábilmente esquivó los ataques repetidos del reptil hasta el momento oportuno, ¡y entonces, velozmente, la mangosta saltó y atrapó entre sus quijadas la cabeza de la cansada culebra! ¿Cómo serviría un eliminador potencial de culebras como ése de animal doméstico favorito? Mi esposo pensó que valdría la pena ver qué sucedería y por eso un día regresó a casa con una mangosta pequeña acurrucada afectuosamente en sus brazos.

Con optimismo le pusimos a nuestro nuevo animal favorito el nombre del héroe de Kipling. Nuestra Rikki era una variedad africana de la mangosta, que medía unos treinta y seis centímetros desde la nariz hasta la punta de la cola. En consecuencia, era una mangosta bastante pequeña en comparación con las mangostas de noventa centímetros que hay en la India. Su cara era larga y puntiaguda, con orejitas redondas, y su cola gruesa era casi del mismo tamaño que el resto de su cuerpo. Patas muy cortas sostenían su delgada estructura, que estaba cubierta de tosco pelo gris. ¿Le gustaría que la acariciaran? Con algunas dudas la acerqué a mí. Le encantaba, como a un bebé.

En realidad Rikki, por lo cariñosa que era, compensaba en sumo grado por su apariencia de roedor. Todas las tardes como expresión de bienvenida a casa se estiraba y se frotaba contra los pies con calcetines de mi esposo. A nuestra mangosta le gustaba que le pasáramos los pies de un lado al otro sobre su lomo como si fuera un tapete para los pies. Librándose con sus movimientos, saltaba para investigar lo que había en todo bolsillo con su largo y puntiagudo hocico, sacando plumas, lápices o llaves. Súbitamente salía huyendo con una de estas cosas. La mayoría de las veces, cuando queríamos