-
Crucigrama¡Despertad! 1983 | 8 de octubre
-
-
Soluciones horizontales
1. DEMETRIO
3. ABEJAS
8. CAMBISTAS
11. LAHMÍ
12. ANA
13. CÁRCEL
15. ANCLA
17. DUELO
20. DÍA
22. CERDO
24. NAAMÁ
25. ABISAI
26. LEA
28. ÉBANO
30. BARTOLOMÉ
32. ISAÍAS
33. LAODICEA
Soluciones verticales
1. DECÁPOLIS
2. ROS
4. BALAAM
5. JAH
6. SEIRÁ
7. ASA
9. MACEDONIA
10. ISRAEL
14. ÉXODO
16. CRISÓLITO
18. JACOB
19. PANDERETA
21. CRISTO
23. PALOMA
24. NOEMÍ
27. ABÍ
29. ADÁ
31. TÍO
-
-
¿Cómo puedo desarrollar amor propio?¡Despertad! 1983 | 8 de octubre
-
-
Los jóvenes preguntan...
¿Cómo puedo desarrollar amor propio?
“¡NOS sentimos a gusto con nosotros mismos!” Eso fue lo que declararon más de dos terceras partes de un grupo de jóvenes a quienes se entrevistó recientemente. Un ejemplo típico lo es Edward, de 16 años de edad, quien dijo: “Me siento seguro de mí mismo, y me gusta esa sensación”.
Pero ¿qué hay de la otra tercera parte?
Esos jóvenes combaten sentimientos de inferioridad. Y puede que tú, también, te sientas mal contigo mismo de vez en cuando. Entonces, ¿cómo pueden los jóvenes desarrollar amor propio?
¡Tiempo de hacer un inventario!
En primer lugar, pudiera serte de provecho conocer el activo y el pasivo con que cuentas, o tus buenas cualidades y tus defectos. Cierto sicólogo hace una sugerencia útil: Anota todo lo que te guste y lo que no te guste de ti mismo.
Si eres de los que están “disconformes” la mayor parte del tiempo, tu lista de defectos pudiera ser bastante larga. Tal vez te mortifique tu apariencia, inteligencia y temperamento. Pero verás también que muchos de los llamados defectos o son muy insignificantes, o están fuera de tu control... tu apariencia, por ejemplo. ¿Por qué inquietarte por lo que no se puede cambiar? Por otro lado, el inventario personal que hagas quizás revele defectos graves, como el ser de genio vivo (irritable) o ser egoísta. En el caso de éstos, ¡puedes hacer algo respecto a ello! Trabaja concienzudamente en esos problemas, y de seguro crecerá tu amor propio.
No hagas la vista gorda al activo con que cuentas, o tus buenas cualidades. Quizás creas que no sea tan importante saber cocinar o arreglar un neumático desinflado. Pero para una persona hambrienta o para un automovilista desamparado, ¡tales destrezas hacen de ti un héroe! ¿Y qué hay de tus virtudes? ¿Eres estudioso? ¿Paciente? ¿Compasivo? ¿Generoso? ¿Bondadoso? ¿Eres también humilde, modesto, manso y enseñable? Estas virtudes superan por mucho los defectos físicos. Y, recuerda, ¡todos tenemos cualidades que pueden convertirnos en personas valiosas!
Sin embargo, ¿cuáles son algunos modos específicos de desarrollar amor propio? La breve lista a continuación contiene unos cuantos:
FÍJATE METAS REALISTAS: Si siempre anhelas lo inalcanzable y no lo consigues, puedes sufrir amarga desilusión. Así que fíjate metas que puedas alcanzar.
¿Cuáles pudieran ser algunas de ellas? ¿Qué hay de aprender una destreza, como la mecanografía? Hazte más diestro en la lectura, o extiende la variedad de temas sobre los cuales lees. ¿Has leído la Biblia de principio a fin? Aprovecha la oportunidad de leer el libro de la sabiduría de Dios. Bien pudieras dedicar el tiempo que pasas viendo TV a este útil proyecto. Además hay el desafío de aprender a tocar un instrumento musical o hablar otro idioma. ¡El amor propio es a menudo una consecuencia provechosa del logro!
HAZ BIEN TU TRABAJO: ¿Tienes un empleo de media jornada o trabajas en la casa? Si haces un trabajo de mala calidad, no te vas a sentir muy satisfecho contigo mismo. Dios, no obstante, se deleitó en sus obras creativas y, al concluir los períodos creativos, declaró que eran ‘buenos’ (Génesis 1:3-31). Tú, también, puedes deleitarte en cualquier trabajo que hagas, y hacerlo hábilmente. (Ve Proverbios 22:29.)
HAZ COSAS POR OTRAS PERSONAS: No se desarrolla amor propio sentándote a esperar que otros te traten como a un rey. Más bien, Jesús dijo que “el que quiera llegar a ser grande [...] tiene que ser ministro”, o “esclavo”, de otros. (Marcos 10:43-45.)
El compartir verdades bíblicas con otras personas es especialmente un modo excelente de ayudar a otros, y produce mucha satisfacción personal. Por ejemplo, Kim, de 17 años de edad, dedicó 60 horas cada mes de las vacaciones de verano a predicar a otras personas. Ella dice: “Me ha acercado más a Jehová. También me ha ayudado a cultivar amor genuino por la gente”. ¡Es improbable que esta joven feliz no tenga amor propio!
ESCOGE A TUS AMISTADES CUIDADOSAMENTE: “La relación que tengo conmigo misma es muy desdichada”, dijo Bárbara, de 17 años de edad. “Cuando estoy en medio de personas que confían en mí, hago bien las cosas. En medio de las que me tratan como si fuera un accesorio de una máquina, me convierto en una tonta.”
Las personas que son arrogantes o insultadoras ciertamente pueden hacerte sentir mal contigo mismo. De modo que escoge a amigos que de veras estén interesados en tu bienestar, amistades que te edifiquen (Proverbios 13:20). Y no te limites a personas de tu propia edad. Aunque entre David y Jonatán existía una gran diferencia de edad, disfrutaron de una amistad muy edificante. (Ve 1 Samuel 18:1.) Es cierto que quizás no se te haga fácil trabar amistad. Pero la Biblia muestra que si das de ti mismo altruistamente, atraerás amistades. (Ve Proverbios 11:25.)
HAZ DE DIOS TU AMIGO MÁS ÍNTIMO: “Jehová es mi peñasco y mi plaza fuerte”, declaró el salmista David (Salmo 18:2). Él no puso su confianza meramente en sus propias habilidades, sino en su amistad estrecha con Jehová. Por lo tanto, cuando posteriormente le sobrevinieron calamidades, pudo aguantar fuerte crítica sin perder la calma. (2 Samuel 16:7, 10.)
¡Tú, también, puedes ‘acercarte a Dios’ y así ‘jactarte’, no en ti mismo, sino en Jehová! (Santiago 4:8; 1 Corintios 1:31.)
Unas palabras de advertencia
Aunque la necesidad de tener amor propio está implícita en textos bíblicos como Mateo 19:19 y Efesios 5:28, 29, ¡las Escrituras advierten con mucha más frecuencia contra el pensar demasiado de uno mismo! ¿A qué se debe eso?
Aparentemente, a que la mayoría de nosotros, en nuestro esfuerzo por desarrollar confianza en nuestras aptitudes, nos pasamos de la raya. Muchas personas se hacen egotistas. Otras exageran excesivamente sus habilidades y destrezas, o son propensas a degradar a otras. Esas personas son jactanciosas y fanfarronas. No obstante, su amor propio sobrepasa su verdadera valía.
Hasta los cristianos pueden caer en esa trampa. La rivalidad entre los judíos y los gentiles (no judíos) era un mal que existía en la congregación de la Roma del primer siglo. Por eso, el apóstol Pablo dio consejo franco. Recordó a los gentiles su pasado sórdido. Solo por la “bondad” de Dios habían sido ‘injertados’ en una posición en la que disfrutaban del favor de Dios (Romanos 11:17-36; 1:26-32). Los judíos que desplegaban una actitud farisaica, también, tenían que enfrentarse a sus propias imperfecciones. “Porque todos han pecado y no alcanzan a la gloria de Dios.” (Romanos 3:23.)
No obstante, ¿los despojó Pablo de su dignidad?, ¿los redujo a pordioseros acobardados? No, ¡nada de eso! “Pues por la bondad inmerecida que se me dio —continuó diciendo Pablo— digo a cada uno [...] que no piense más de sí mismo de lo que es necesario pensar” (Romanos 12:3). Era “necesario” tener cierta medida de amor propio. Pero tenían que evitar excederse. (Ve Romanos 11:20.)
El cristiano, por lo tanto, evita los extremos. Como observa el Dr. Allan Fromme: “La persona que tiene un concepto adecuado de sí misma no está triste, pero no tiene que estar en un estado de felicidad delirante. [...] No es pesimista, pero su optimismo no es desenfrenado. No es ni temeraria ni está libre de temores específicos [...] Se da cuenta de que no ha tenido el éxito más sobresaliente de todos los tiempos, ni es un fracaso perenne”.
Así que sé modesto. “Dios se opone a los altivos, mas da bondad inmerecida a los humildes” (Santiago 4:6). Reconoce tus buenas cualidades, pero no pases por alto tus defectos. Más bien, esfuérzate por corregirte.
Con todo y eso dudarás de ti mismo de vez en cuando. Pero no debes dudar nunca de tu propia valía ni de que Dios se interese en ti. Porque “si alguien ama a Dios, éste es conocido por él”. (1 Corintios 8:3.)
[Ilustración en la página 24]
¿Te sientes desalentado, inferior? Hay solución
[Ilustración en la página 25]
La confianza que tienen en sí mismos los jactanciosos y fanfarrones sobrepasa su verdadera valía
-