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¡No molestar!La Atalaya 1957 | 15 de julio
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hora, todos nos fuimos a casa a disfrutar de nuestra carne asada y nuestra siesta.”
Los cristianos de la clase que no quiere que se le moleste están durmiendo; peor que eso, están espiritualmente enfermos. Esas personas medio dormidas, espiritualmente enfermas, deberían sacar provecho ahora del consejo amonestador: “El día de Jehová viene exactamente como ladrón en la noche. Entonces, pues, no sigamos durmiendo como hacen los demás.”—1 Tes. 5:2, 6, NM.
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Un mundo justo recreadoLa Atalaya 1957 | 15 de julio
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Un mundo justo recreado
UN ESPECTADOR contemplaba desde su asiento la película cinematográfica “La felicidad de la sociedad del nuevo mundo” que fué producida por la sociedad Watch Tówer Bible and Tract of Pennsylvania. La gente feliz y las vistas coloridas de la naturaleza que aparecían en el telón despertaron en él un anhelo de ver toda la tierra radiando tal belleza y hombres pacíficos gozando de ella cabalmente. ¿Cómo sería posible que sucediera eso?
Como si presintiese la pregunta que no había sido expresada, el narrador de la película siguió con sus comentarios alegres. “Las condiciones perfectas que el hombre perdió al tiempo de la rebelión original serán renovadas. Las condiciones paradisíacas del jardín de Edén serán restauradas. Habrá sido destruída toda la iniquidad. Todos los resultados de la rebelión de Satanás habrán desaparecido.”
La Biblia apoya cabalmente las declaraciones del narrador. El paraíso será restaurado, no por la destrucción de la tierra, sino mediante la renovación de la haz de la tierra. Esto no se hará por el poder del hombre insignificante, sino por el poder ilimitado del Creador original de la tierra, Jehová Dios. Acerca de él está escrito: “Envías tu aliento, son creados, y renuevas la haz de la tierra.”—Sal. 104:30.
La renovación de la haz de la tierra se logra por medio de una regeneración o recreación de un arreglo ordenado de criaturas inteligentes, todas trabajando juntas en unidad para efectuar el propósito que Dios tiene para la tierra. Hubo un tiempo cuando existió un arreglo u organización de esa clase. Su oficial presidente era un hijo espiritual invisible de Dios. La parte visible del arreglo la componían los primeros dos humanos, llamados Adán y Eva. Esta asociación de hijos de Dios invisibles y visibles formaba el primer “mundo” (kosmos, griego). Este tenía una asignación específica del Soberano Universal de atender los intereses que tenían que ver con la tierra. Los miembros no habían de meterse en intereses pertenecientes a otras partes de la vasta creación de Jehová. El campo de actividad para ellos era la tierra y habían de permanecer en sujeción a su Señor Soberano, Jehová.
El propósito de Dios respecto a la tierra se declaró a los primeros humanos
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Reteniendo integridad en la Polonia comunistaLa Atalaya 1957 | 15 de julio
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Reteniendo integridad en la Polonia comunista
Los hechos relatados aquí han sido tomados de dos documentos presentados al ministro de justicia de Polonia en Varsovia por el ministro presidente de los testigos de Jehová en ese país.
“EL RÉGIMEN de los soviets no conoce ni libertad ni justicia. Se edifica conscientemente sobre la destrucción de la voluntad individual, sobre la sumisión incondicional. Pero nosotros somos los amos. La represión está confiada a nosotros. Severidad absoluta es nuestro deber. Y al cumplir este deber la crueldad absoluta significa el mérito más elevado.”—Lenín.
Este sólo podría ser el lenguaje de una persona que tuviera el mismísimo espíritu del Diablo. Por supuesto, Lenín, el líder de la revolución rusa de 1917, no creía en poderes sobrenaturales, malos o buenos. Era ateo, como son todos los comunistas ortodoxos. Estos hombres abrazaron y todavía gustosamente abrazan la teoría de la evolución de Darwin como una explicación de la existencia de la vida y el hombre que hace innecesario el dar crédito alguno a un Creador todopoderoso y sapientísimo. El concepto comunista del hombre como producto de la evolución explica por qué el hombre es tenido en muy poco. Para ellos el hombre sólo es un animal que ha alcanzado un nivel evolucionario más elevado que el resto de los animales y puede tratarse con él conforme lo requieran los intereses de la causa comunista.
La prueba de esto puede hallarse en la historia de las cuatro décadas pasadas de la Unión Soviética, en los millones de trabajadores esclavos que ha mantenido en cientos de campamentos y en las multitudes innumerables que han perecido miserablemente. También puede verse en lo que ha sucedido y está sucediendo en Hungría, y puede verse en la persecución que los testigos de Jehová han sufrido bajo el gobierno comunista desde el fin de la II Guerra Mundial, tal como la persecución en Polonia.
LA PERSECUCIÓN COMIENZA
En el otoño de 1905 un ministro cristiano dedicado, un “estudiante de la Biblia,” se mudó de Suiza a Varsovia, llegando a ser allí el gerente de una fábrica de encaje. Como lo hacen todos esos ministros cristianos, él dió a conocer a otros la esperanza que tenía concerniente al reino de Dios, teniendo que hacer esto al principio por medio de un intérprete. Algunos oyeron, creyeron, se dedicaron también a servir a Jehová y comenzaron a decir las buenas nuevas a otros. De ese principio pequeño, hace unos cincuenta años, la obra de los testigos de Jehová en Polonia ha crecido hasta llegar a ser un árbol hermoso, fuerte e imponente, capaz de aguantar todas las tormentas que golpean contra él, incluyendo dos guerras mundiales y las dictaduras nazista y comunista.
Con el fin de la II Guerra Mundial los testigos de Jehová obtuvieron libertad para predicar, pero no por mucho tiempo. Poco a poco la oposición comunista comenzó a manifestarse hasta que para 1948 llegó a ser imposible celebrar las asambleas anuales y semestrales conocidas como asambleas de distrito y de circuito. En un campo de concentración nazista algunos de los testigos de Jehová habían sido compañeros de prisión de José Cyrankiewicz, quien llegó a ser primer ministro de 1947 a 1952 y otra vez del 19 de marzo de 1954 en adelante. Ellos habían compartido su alimento con él, le ayudaron de muchas otras maneras y el excelente comportamiento de ellos había sido una inspiración para él. En ese tiempo él les dijo que si llegaba a ocupar un puesto encumbrado en Polonia después de la guerra y los testigos se hallaban en dificultad que deberían ir a verlo. En 1948 cuando las cosas se pusieron tan difíciles para los testigos una delegación de ellos lo visitó. Él los recibió de buena gana, les dijo que sabía lo que estaba pasando pero que no podía hacer nada acerca de ello.
Antes de este tiempo, sin embargo, en febrero de 1946 la oficina de seguridad de distrito de Lodz arrestó a ciertos miembros principales de la oficina sucursal de la Sociedad en ese país. A uno de ellos se le dijo: “Usted tiene que nadar con la corriente, de otro modo no será puesto en libertad.” Cuando preguntó qué se daba a entender por esa expresión, un funcionario le dijo:
“Usted cooperará con nosotros. Firmará una declaración que guardaremos en una caja fuerte. Usted recibirá un seudónimo y los informes firmados con el seudónimo los traerá usted a esta oficina o a mi casa particular o alguien de aquí irá por los informes al domicilio de usted. Usted organizará a los testigos de Jehová de tal manera que asistan a todos los servicios católicos romanos y escuchen cuidadosamente los sermones de los sacerdotes. Tomarán nota de todas las declaraciones dirigidas contra el gobierno del pueblo o que pudieran perjudicar al estado.”
El testigo rehusó, diciendo que los testigos luchaban contra sus enemigos sólo con la verdad bíblica y que amaban a sus semejantes. Los testigos arrestados fueron puestos en libertad más tarde a causa de una protesta presentada al embajador polaco en Berna, Suiza.
En junio de 1946 el funcionario de Lodz vino a la oficina sucursal y demandó que los testigos cooperaran. El advirtió que habría consecuencias deplorables si se rehusaba y prometió los mejores salones en las diferentes ciudades para las reuniones de los testigos de Jehová si cooperaban. “Nadie nos puede detener,” se le dijo al testigo. El testigo permaneció firme y por lo tanto el agente comunista salió encolerizado. Al día siguiente el testigo fué secuestrado de manera tan astuta que nadie se dió cuenta de ello. Sin embargo, al aparecer ante el fiscal del gobierno fué puesto en libertad.
El 21 de abril de 1950, a las 22:30 horas, funcionarios de seguridad acometieron la oficina sucursal y arrestaron a los trabajadores principales. No se habían expedido órdenes de arresto, lo que mostró que la incursión se hizo sin que lo supiera el fiscal del gobierno. Poco después todos los trabajadores de la oficina sucursal fueron arrestados y la obra fué proscrita oficialmente por toda Polonia.
EN LAS MANOS DE LOS FUNCIONARIOS DE SEGURIDAD POLACOS
¿Qué clase de tratamiento fué dado a los testigos que fueron arrestados? Casos típicos se dan aquí. Incidentalmente,es de interés notar que el presente gobierno polaco bajo la dirección de Wladyslaw Gomulka ha condenado las violaciones de la “legalidad socialista” de parte de los stalinistas y ha decidido llamar a cuentas a los funcionarios del anterior Ministerio de Seguridad por sus malos hechos.
Los testigos fueron llevados a la oficina de seguridad de distrito de Lodz y al instante fueron sometidos a un interrogatorio inquisitorial. Al testigo A lo atormentaron y maltrataron por ocho días y ocho noches sin interrupción. El testigo B recibió tratamiento semejante por seis días.
Al testigo A le dieron golpes hasta que quedó amoratado. Repetidas veces se le dijo que cesaría la ordalía si confesaba haber sido espía. Sus atormentadores también exigieron que firmara una declaración en la que dijera que había ordenado la construcción de una radiodifusora por la cual se transmitía información que traicionaba los intereses de Polonia. Cuando él preguntó cómo podía firmar una declaración que era absoluta insensatez, se le dijo: “Insensatez o no, usted firma o no obtiene su libertad.”
Cuando perdía el sentido a causa de la golpiza, le echaban agua fría hasta que volvía en sí y hasta que toda la sangre había sido lavada de su ropa. En una ocasión fué obligado a permanecer arrodillado por setenta y dos horas. Después de eso lo enviaron al Ministerio de Seguridad en Varsovia, pues el tormento que se le impuso en Lodz no logró quebrantarlo. Este maltrato arruinó su salud para toda la vida. Pero nótese que su integridad no sufrió; ¡brilló más que nunca!
Al testigo C se le negó comida por tres días. Fué golpeado con un garrote porque rehusó firmar una declaración que acusaba falsamente a sus cotestigos. ¡Amenazaron con ahorcarlo, pero la fanfarronada no surtió efecto! Fué arrojado al piso y los funcionarios lo golpearon y pisotearon, y las plantas de sus pies fueron golpeadas con porras de hule. Le rompieron los tímpanos e igualmente las costillas. En total sufrió treinta y dos días de tratamiento de esa clase.
En Varsovia, el testigo A fué puesto desnudo en un hoyo pequeño oscuro en el cual no podía ni sentarse, ni acostarse, ni estar de pie. Permaneció allí por veinticuatro días. Vez tras vez sus atormentadores demandaron que se rindiera, y finalmente lo amenazaron con destruir a su esposa y a su hija y hacer un trapo de él. Él les dijo que no podía ser infiel a Dios a pesar de lo que le hicieran a él o a ellas.
Llevando a cabo sus amenazas, arrestaron a su esposa y a su hija. Tanto maltrataron a su esposa que sufrió de hemorragias por cinco años. La hija fué tratada aún peor, de modo que su mente quedó afectada. En una celda junto a la de él pusieron a una muchacha que tenía una voz parecida a la de su hija, la cual lloraba y suplicaba sin cesar: “¡Déjenlos salir, porque son inocentes! ¡Déjenme ir con mi mamá!,” etc. Todo el tiempo el testigo A creyó que era la voz de su hija.
En una ocasión se le dijo que su propio sufrimiento, así como el de su esposa y su hija, cesaría si él trabajaba para los comunistas; le dieron tres días para pensarlo. El respondió: “Jamás he sido espía o soplón y jamás lo seré. No tendré ninguna otra respuesta en tres días. Esta es mi respuesta final aun si me cuesta la vida y la vida de mi esposa y mi hija.” Entonces fué trasladado a Mokotow, que se suponía que era una prisión aún peor.
¿Cómo podría ser aún peor la prisión de Mokotow? Cierto, el tormento no podía ser mucho peor, aunque allí el testigo A recibió golpes tan fuertes en el pecho que por años le causaba dolor el respirar profundamente. Más bien, allí los comunistas eran especialmente adeptos en la formulación de preguntas para entrampar a sus víctimas. Tergiversaban lo que las víctimas decían y cuando éstas aparecían ante el tribunal se dictaba la sentencia sobre la base de dicho testimonio.
El testigo B recibió tratamiento semejante. Además de lloverle golpes en la cabeza y el estómago le desgarraron los ligamentos de la quijada de modo que no pudo comer por días. Se le dijo: “Aunque usted pasó casi cinco años en un campo de concentración alemán a causa de oponerse a Hitler, nosotros haremos de usted, si queremos, un hombre de la Gestapo de primera clase.” El testigo D recibió tratamiento muy semejante al que recibió el testigo A, pues se le colocó en el hoyo estrecho y le dieron golpizas, y repetidamente lo sacaron de allí para exigirle que confesara haber sido espía, lo cual él resueltamente rehusó hacer.
MÁRTIRES FIELES
Los testigos ya mencionados y muchos que sufrieron como ellos vivieron para contar los sufrimientos que aguantaron, pero otros no. Así, el 2 de agosto de 1950 se pidió que el testigo F apareciera en la Oficina de Seguridad de Cieszyn. Porque rehusó servir a los comunistas y trabajar contra sus cotestigos un funcionario le disparó dos balazos. Lo llevaron al hospital, donde murió una hora después. Precisamente antes de morir dijo a un doctor de cabecera: “Un funcionario del Ministerio de Seguridad disparó contra mí porque serví fielmente a Jehová.” Verdaderamente fué un testigo fiel hasta la muerte.
El 15 de agosto de 1950 el Servicio de Seguridad de Kolbuszowa arrestó al testigo G, un ciudadano norteamericano. Lo golpearon en la cabeza y luego los funcionarios le pisotearon la espina dorsal con los tacones. Su mente quedó afectada y en el transcurso de seis días murió.
El testigo H fué arrestado el 12 de enero de 1953 por la Oficina de Seguridad de Pinczow. Se oyó que un agente le dijo a otro: “Dile que se despida de su esposa, porque no va a regresar.” Ocho días después fué muerto.
La S.S. (tropa escogida) de Rybnik arrestó al testigo I el 10 de agosto de 1950. El 12 de septiembre de 1950 se le informó a su esposa que él había sido ejecutado como espía. Rehusaron concederle la petición que ella hizo de ver el cuerpo, así como la de abrir el féretro al tiempo del funeral. También les negaron peticiones semejantes a los parientes del testigo M, de Lublin, quien murió después de aproximadamente cuatro meses de prisión. Se alegó que él mismo se había ahorcado.
El 20 de junio de 1950, funcionarios de Bialistok arrestaron al testigo J. Fué atormentado tanto que no podía andar. Literalmente fué golpeado hasta morir unas cinco semanas después de su arresto. Pero pasó un año y medio antes de que se le informara a su madre, en febrero de 1952, lo que le había sucedido a él.
La noche del 19 de junio de 1950 funcionarios de Hrubieszow arrestaron al testigo K. Durante el tercer día de su inquisición se le pidió que comentara sobre cierto texto bíblico impreso y mientras lo hacía hicieron fuego contra él y lo mataron. Se halló que su cuerpo estaba amoratado y lacerado del maltrato que había recibido.
En el mismo día el testigo L fué arrestado por funcionarios de la S.S. de Sandomierz y llevado a la S.S. de Kielce. Durante el interrogatorio fué arrojado al piso, pateado en la cabeza y pisoteado. Sus pulmones y riñones fueron arrancados de su lugar y la sangre fluyó de su boca y recto hasta que murió.
El testigo N fué arrestado en Staw cerca de Kalisz el 17 de enero de 1951. Seis días de maltrato bastaron para matarlo. Se le dió el tratamiento típico que reciben los testigos en ese lugar: Se le había obligado a sentarse en un banquillo de una sola pata que tenía una clavija que penetraba en el recto. Se le habían aplicado corrientes eléctricas a sus pies y mentón. Colgado hasta perder el conocimiento, lo habían arrojado a una tina llena de agua. Después que había vuelto en sí se habían reanudado los tormentos. Sus atormentadores habían insistido en que confesara haber sido espía.
El 25 de enero su esposa pidió ver el cuerpo de su esposo pero no se concedió esto. Sin embargo, por la noche se le avisó por teléfono que fuera por el cuerpo y lo enterrara. El fiscal del estado le permitió entrar en el necrocomio. Aunque el testigo N sólo tenía veintiocho años de edad y estaba en buena salud y fuerte seis días antes, ahora parecía un esqueleto. Desde la cabeza hasta los pies su cuerpo llevaba las señales de maltrato, con manchas rojas e hinchadas. Sus órganos genitales también estaban magullados e hinchados, etc.
La S.S. de Szczecin arrestó al testigo O el 20 de mayo de 1952 y lo llevó a una prisión de Varsovia y unos cuantos meses después a una prisión de Lodz. Unos dos años después su esposa se enteró de que estaba en un hospital y finalmente obtuvo permiso para verlo. Estaba tan esquelético que no lo reconoció. Un abogado le aconsejó que solicitara que su esposo fuera librado del “estado de examen,” lo cual le fué concedido finalmente y ella pudo traerlo a casa el 3 de septiembre de 1954. Él tuvo el gozo de ver su casa y a su hijo una vez más, pero murió ocho días después. Dos mil personas asistieron al funeral y protestaron contra estos métodos brutales de la policía comunista, a los que ahora llaman comúnmente “berianismo.”
TREGUA PARA LOS TESTIGOS
Otros testigos perdieron la vista a causa del maltrato, otros perdieron todos los dientes y muchos quedaron lisiados para toda la vida e incapaces de ganarse su propia subsistencia. Después de la reunión del Vigésimo Congreso del partido comunista en Moscú, el cual marcó el principio del programa de “desstalinización,” la acusación de espionaje fué abandonada. El berianismo es una cosa del pasado en lo que toca a Polonia, por lo menos por ahora. Los estadistas polacos han dicho que su poder judicial hará todo lo que esté en su poder para enmendar los daños que se hicieron a miles de personas inocentes, incluyendo a los testigos de Jehová.
Pertinente aquí es el siguiente extracto del anuario Yearbook of Jehovah’s Witnesses para 1957: “Un funcionario muy prominente del gobierno declaró: ‘Estoy entusiasmado por su actitud intransigente.’ Además siguió diciendo que hay tres razones principales por las cuales los testigos de Jehová han sido considerados de nuevo por el gobierno en Polonia, y ellas son éstas: (1) Las enseñanzas de los testigos de Jehová no han cambiado a pesar de la proscripción de seis años. (2) Que a pesar de arrestos y muchas otras dificultades ellos valiente e impávidamente continúan practicando su religión. (3) Que durante todo el período de la proscripción la cantidad de ellos se cuadruplicó.”
Verdaderamente los testigos de Jehová en Polonia han retenido su integridad a pesar de todo lo que los gobernantes comunistas hicieron. Han mostrado el mismo espíritu que Job cuando declaró: “¡Aunque me mate, esperaré en él!”—Job 13:15.
Los testigos de Jehová así como todos los demás amadores de la justicia por todo el mundo pueden regocijarse al ver la manera en que los testigos de Polonia han retenido su integridad y pueden cobrar ánimo de ello. Ven en ello un cumplimiento de las palabras del profeta: “Ninguna arma forjada contra ti tendrá éxito; y a toda lengua que en juicio se levantare contra ti, condenarás. Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su justicia es de mí, dice Jehová.”—Isa. 54:17.
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