-
El espíritu de Dios y su Palabra... provisiones divinas para la vidaLa Atalaya 1968 | 1 de febrero
-
-
esfuerzo. Entonces no cederemos a la tentación ni ‘dejaremos lugar para el Diablo.’ (Efe. 4:27) Con nuestras mentes despiertas, vivas y ansiosas de hacer la voluntad de Dios, podremos mover la carne para que obedezca a pesar de sus limitaciones e imperfecciones.—1 Cor. 9:26, 27; Rom. 6:12-14.
16. (a) ¿Qué continúa obrando en oposición de nuestra mente renovada? (b) ¿Qué se necesita a fin de triunfar sobre los deseos de la carne?
16 De modo que, Dios no ejecuta un milagro en nuestro caso ni remueve de nuestros cuerpos la imperfección ni la inclinación al pecado. Aún están allí, y estamos muy conscientes de ello día tras día, aunque nos aplicamos diligentemente a un derrotero piadoso. “Hallo, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es correcto, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios conforme al hombre que soy por dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley que guerrea contra la ley de mi mente y que me conduce cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. . . . Así pues, con la mente yo mismo soy esclavo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:21-25) No podríamos triunfar sobre los deseos de la carne con nuestras propias fuerzas. Es por eso que Dios nos concede la ayuda que necesitamos por encima de lo que podemos hacer nosotros mismos para llenar los requisitos, “para que el poder que es más allá de lo normal sea de Dios y no el que procede de nosotros.” (2 Cor. 4:7) Él nos da su espíritu, no para ejecutar un milagro para quitar el problema, sino para darnos el entendimiento sobre cómo enfrentarnos a él, para aguantarlo, para ser entrenados por él, para probar integridad mediante él. “Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de buen juicio.”—2 Tim. 1:7; Luc. 11:13.
17. (a) Al pasar por varias pruebas, ¿qué no debemos perder de vista? (b) ¿Por qué a veces somos sometidos a grado cabal a la prueba?
17 No debemos creer que nuestras pruebas siempre son especiales que envuelven el gran punto en cuestión de la soberanía universal, como fue la prueba de Job, y sin embargo nunca debemos ir al otro extremo y creer que no estamos contribuyendo a la vindicación del nombre de Jehová mediante nuestro proceder de fidelidad bajo prueba. El Diablo y sus demonios quisieran obrar para destruir a los siervos de Dios sin ninguna misericordia y lo harían si Dios no proveyera la protección necesaria y el ambiente en que la fe, esperanza y amor pudieran fomentarse y la integridad pudiera labrarse. El Diablo repetidamente pone en duda la integridad y rectitud de los siervos de Dios y a menudo maniobra las cosas para que seamos tentados, injuriados, amenazados o de otra manera estorbados. Algunos puntos en cuestión están muy bien definidos, y a veces quizás parezca ser una decisión muy cuidadosa en cuanto a si el individuo mantendrá integridad y fidelidad bajo prueba. Si Jehová efectuara liberación milagrosa indistintamente, entonces habría base para que el Diablo desafiara a Jehová con escarnio, de que él no dejó que el punto en cuestión prosiguiera hasta su fin: ‘Jehová lo ayudó precisamente en el punto crucial; si Él no lo hubiera librado precisamente entonces, ciertamente habría fallado en la prueba que puse en esa ocasión.’ Así los resultados serían inconclusos en cuanto al punto en cuestión.—Pro. 27:11; Rev. 7:1-4, 9-17.
18. ¿Qué podemos esperar a modo de alivio de parte de Jehová?
18 Por otra parte, si la prueba está siendo llevada más allá de lo razonable, más allá del punto donde no probaría nada tocante al punto en cuestión, entonces habría justificación para que Jehová interviniera misericordiosamente con alivio, con alguna operación, ya sea mediante sus santos ángeles que son siervos públicos a favor de los santos en la Tierra o de otra manera. El individuo quizás no sienta esta ayuda especial, pero sentirá el alivio. Jehová puede mandar que se detengan las cosas, disponiendo una salida, si la prueba ha servido su propósito, o puede permitir que prosiga hasta su fin, en algunos casos, si la fidelidad hasta la muerte es la única manera en que se puede zanjar el punto en cuestión. “En consecuencia, el que piensa que está en pie, cuídese que no caiga. Ninguna tentación los ha tomado a ustedes salvo lo que es común a los hombres. Pero Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.”—1 Cor. 10:12, 13; 2 Cor. 4:7-12.
19. Puesto que Jehová está “avaluando los espíritus,” ¿de hacer qué debemos tener cuidado?
19 Cuán confortantes las palabras de Pablo: “Por lo tanto no nos rendimos, mas aunque el hombre que somos exteriormente se va desgastando, ciertamente el hombre que somos interiormente va renovándose de día en día.” (2 Cor. 4:16) Es el “hombre que somos interiormente” el que queremos mantener renovado y el que queremos salvaguardar. A medida que aguantamos, recordamos que Jehová está “avaluando los espíritus.” (Pro. 16:2) El vigila para ver si estamos dejando que el espíritu de este mundo y su sabiduría nos motiven, o si estamos manteniéndonos cerca de su Palabra y respondiendo a su espíritu. “No estén contristando el espíritu . . . sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová. . . . sigan llenándose de espíritu.”—Efe. 4:30; 5:17, 18; Gál. 5:16-26.
20. Jehová nos ha dado su espíritu y su Palabra, ¿con qué propósito? ¿Qué mostrará el siguiente artículo?
20 Si vamos a lograr entrar en el nuevo orden de cosas de Dios para la humanidad, tenemos que aprovecharnos de todas las provisiones que Jehová ha hecho para la vida. En este artículo hemos visto cómo su espíritu y su Palabra son ayudas indispensables de las cuales no podemos prescindir. Hay una tercera provisión que es indispensable también, y en el siguiente artículo veremos cómo también es una provisión amorosa de parte de Jehová para su pueblo en su búsqueda de la vida.
-
-
Reconociendo el papel que desempeña la organización de JehováLa Atalaya 1968 | 1 de febrero
-
-
Reconociendo el papel que desempeña la organización de Jehová
“El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.”—Pro. 18:1.
1. ¿Qué deseo vehemente puso Jehová dentro de las criaturas humanas, y qué sucede cuando éste no puede satisfacerse apropiadamente?
CUANDO Jehová Dios creó al hombre y luego creó a la mujer de éste, se propuso que multiplicaran su género sobre la Tierra y llenaran la Tierra. Con el tiempo, la Tierra estaría llena de criaturas humanas perfectas, no obstante no llena en demasía. No fue la voluntad de Dios que algunos llevaran vidas que no estuvieran relacionadas con otros. Habrían de vivir como una enorme familia feliz de Dios, cada uno interesándose en los que lo rodeaban y teniendo en cuenta a los mismos. El hombre es gregario por naturaleza. A todos nos encanta la asociación de otros. Uno de los medios extremados de castigo que hay es el de poner a una persona incomunicada. Algunos de los siervos de Dios han sido tratados así y se hizo necesario
-