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“¿De qué lado está Dios?”¡Despertad! 1985 | 8 de diciembre
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cuando nuestro hijo llegó a ser misionero en América del Sur, el deseo hasta se intensificó. Pero era una decisión importante, ya que para ese tiempo vivíamos muy cómodamente; teníamos una casa muy buena y yo tenía un empleo bien remunerado. Ya no éramos jóvenes y ambos teníamos nuestros problemas de salud. Y, no obstante, yo sabía que verdaderamente podíamos hacer mucho más.
Después de pensarlo y orar mucho, tomamos la decisión. Vendimos la casa y derramamos lágrimas, pues habíamos vivido en aquella casa por más de 20 años. Y así fue como en junio de 1973 íbamos volando sobre el estéril altiplano de Bolivia rumbo al aeropuerto de La Paz.
Mi hijo y su esposa nos esperaban para recibirnos. Unos minutos después de salir del aeropuerto nos detuvimos, y allí ante nosotros estaba uno de los panoramas más espectaculares que yo haya visto. La capital, La Paz, está en una profunda depresión semejante a una cuenca, un poco parecida a un cráter lunar, a 1.000 pies bajo el nivel del llano altiplano. Estaba cayendo la noche y podíamos ver las luces de toda la ciudad centelleando allá abajo. Más allá, el monte Illimani, con la cima cubierta de nieve, reflejaba los últimos rayos del Sol, que daban paso a la noche.
Cuando estaba en la Real Fuerza Aérea había aprendido a usar siempre oxígeno cuando volaba a más de 10.000 pies de altura. Aquí íbamos a vivir a una altura de casi 12.000 pies... ¡sin mascarilla de oxígeno! ¡Cuánto luchamos para subir las empinadas colinas de La Paz, mientras hacíamos esfuerzos por respirar en la atmósfera enrarecida, durante nuestras visitas de casa en casa! Pero ¡qué agradable era tener días soleados casi de continuo, siempre con una vista de los elevados picos de los Andes, cubiertos de nieve!
Sin embargo, fue más agradable el gran interés que la gente tenía en las buenas nuevas del Reino de Dios. Al principio llevaba escrito en una tarjeta el mensaje que quería presentar, para ayudarme a recordar lo que iba a decir en español. Claro, el idioma era una dificultad a veces. Pero después de estar 12 años allí, podía pronunciar discursos públicos en español y servir de anciano en una de las congregaciones. A través de los años tuvimos algunas experiencias deleitables, ya que estudiamos con 20 personas que luego se bautizaron. No obstante, debido a mala salud, mi esposa y yo tuvimos que regresar a Inglaterra, donde continuamos hablando a otros acerca del Reino de Dios.
Cuando pienso en aquella noche terrible en que bombardeamos a Colonia, todavía me siento mal al pensar en la destrucción y el sufrimiento que causé. ‘¿Bendice Dios en realidad a los que pelean en la guerra?’, me había preguntado a menudo. ¡Cuán agradecido estaba de aprender que Dios no está de ningún lado cuando las naciones van a la guerra! Más bien, como aquel Testigo me explicó: “Dios está del lado de las personas que realmente se aman unas a otras”. (Juan 13:34, 35.)—Según lo relató David Walker.
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¿Se afilian a todo?¡Despertad! 1985 | 8 de diciembre
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¿Se afilian a todo?
¿Cuán religiosos son los japoneses? Esta no es una pregunta fácil de contestar. Sin embargo, las estadísticas preparadas por la Agencia Cultural del gobierno sí aclaran una cosa: El punto de vista japonés de la religión es diferente al del mundo occidental. He aquí lo que muestran los datos:
Sintoístas .................... 117.000.000
Budistas ...................... 87.000.000
Que afirman ser cristianos .... 1.500.000
De otras religiones ........... 15.000.000
Total 220.500.000
Sin embargo, ¡la población de Japón es de solo 120.000.000!
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