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No deje que la televisión lo prive de la lectura¡Despertad! 1983 | 22 de abril
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nos instruye de muchas maneras. Nos ayuda a recordar palabras. Profundiza el entendimiento que tenemos de las palabras que ya conocemos. Nos introduce a enteras familias de palabras nuevas a la vez. Las autoridades en la lingüística nos dicen que el aprender el significado de la raíz (o raíces) de la palabra es la recompensa más grande que recibimos al buscar en el diccionario.
En el diccionario hallamos columnas de palabras antes y después de “catalizador” que comienzan con “cata”, de la raíz griega katá, que significa bajo. He aquí unos ejemplos:
“Catacresis”, [Katá, bajo o contra, charesthai, usar] el “uso-bajo” o uso incorrecto de una palabra... algo que queremos evitar.
“Cataclismo”, [Katá, bajo, klysein, lavar] un diluvio.
“Catástrofe”, [katá, bajo, strephein, volverse] ruina, calamidad, desastre [...] Se nos introduce a un mundo de palabras solo mediante una simple raíz.
Así comenzamos a enriquecer nuestro vocabulario. Podemos ampliar el significado de las palabras al añadirles prefijos, partículas antepuestas, y sufijos, partículas pospuestas. Notemos lo que sucede con la palabra “forma” cuando le añadimos un prefijo, como “con” o “in” o “re”; o cuando le añadimos sufijos como “to” o “lidad” o “lismo”.
El dedicar tiempo a estudiar el mismísimo material introductorio que aparece al principio de un buen diccionario es educativo. Y sea que el lector todavía esté en la escuela o no, puede adquirir mayor entendimiento de lo que lee si desarrolla el buen hábito de consultar un diccionario, como se acaba de ilustrar en este artículo.
¿Qué hay que valga la pena leer?
En medio de todo el revoltijo de basura que llena los puestos de periódicos y las librerías, siempre hay algo que valga la pena procurar y leer. Pero ¿qué puede servirnos de guía para identificar el buen material de lectura? Hace casi dos mil años se registró una de las mejores guías tocante a la lectura o cualquier otra forma de comunicación que debemos escoger: “Cuantas cosas sean verdaderas [...] de seria consideración, [...] justas, [...] castas, [...] amables, [...] de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas”. (La Biblia, en Filipenses 4:8.)
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Abogados... ¿dónde se necesitan más?¡Despertad! 1983 | 22 de abril
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Abogados... ¿dónde se necesitan más?
Se informa que en los Estados Unidos, que solo tiene dos veces la cantidad de habitantes del Japón, hay aproximadamente 50 veces más abogados. ¿Por qué es tan grande la diferencia? Varios delegados de una conferencia de abogados que se celebró en Washington dijeron que parte del trabajo que por lo general atienden los abogados en los Estados Unidos, es atendido en el Japón por notarios, mediadores especiales y otros profesionales. Pero “aun después de efectuar ajustes en cuanto a estas diferencias de definición, el Japón todavía tiene menos abogados que nosotros —dijo The Wall Street Journal— y, en particular, menos litigios. Comúnmente los japoneses prefieren resolver sus disputas por mediaciones o negociaciones. [...] Los ejecutivos de las compañías en disputa prefieren resolver sus problemas basados en la confianza personal y el entendimiento”. El que una sociedad no cristiana despliegue estas cualidades, en contraste con la ausencia de ellas en una sociedad que alega ser cristiana, da mucho en qué pensar. ¡Qué mucho se han alejado las naciones de la cristiandad de los principios que Jesucristo enseñó! (Mateo 5:25, 37, 40, 41; 1 Corintios 6:1-8.)
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