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Prediciendo a aquel a quien pertenece la obediencia de toda la genteLa Atalaya 1962 | 1 de noviembre
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Tu mano estará en la cerviz de tus enemigos. A ti se inclinarán los hijos de tu padre. Un cachorro de león es Judá. De la presa, hijo mío, ciertamente subirás. Se inclinó, se estiró como león y, como león, ¿quién se atreve a provocarlo? El cetro no se apartará de Judá, ni el báculo de comandante de entre sus pies, hasta que venga Shiloh; y a él le pertenecerá la obediencia de la gente. Atando su asno completamente desarrollado a una vid y el descendiente de su propia asna a una vid escogida, él ciertamente lavara su ropa en vino y su prenda de vestir en la sangre de uvas. De color rojo oscuro son sus ojos por el vino, y la blancura de sus dientes es de la leche.”—Gén. 49:8-12.
56. ¿Qué significa el nombre de Judá, y cómo le dio una aplicación Jacob a Judá, al mismo tiempo mostrando un contraste entre sus hermanos y sus enemigos?
56 Así como Lea alabó o dio loor a Jehová por el nacimiento de éste, su cuarto hijo, ella lo llamó Judá, que significa “Loado; [Objeto de] Loor.” (Gén. 29:35) Jacob dejó que el nombre subsistiera, y en su lecho de muerte le dio una aplicación de él también a su portador, Judá. Sus once hermanos lo loarían tanto por sus cualidades como por el servicio que rendiría a la nación. Por supuesto, sus enemigos no lo loarían, por lo menos no voluntariamente, porque la mano de él estaría en la cerviz de ellos. En la guerra él obtendría la victoria y haría huir a sus enemigos o los pondría en sujeción.
57, 58. (a) ¿De qué manera habían de inclinarse a él los hermanos de Judá, y por qué? (b) ¿Cómo, hasta la conquista de la tierra de Canaán, se mostró que el acaudillamiento estaba reservado para la tribu de Judá?
57 En cuanto a cómo sus hermanos lo alabarían, esto no solo sería por palabra verbal sino también por la manera en que se condujeran para con él. Todos sus once hermanos eran hijos de su padre, pero solo cinco además de él mismo eran hijos de su madre Lea. No a Rubén el primogénito, sino a Judá, habían de inclinarse sus hermanos. Esto significó que sus hermanos lo reconocerían como su superior, su gobernante. En ese tiempo en particular él y sus hermanos se inclinaron a José como el primer ministro de Faraón sobre Egipto, donde estaban viviendo entonces. Pero con respecto a los asuntos internos de las doce tribus de Israel, los hermanos, incluyendo a José, habían de inclinarse a Judá. Esto, por supuesto, era hablar en favor de la tribu de Judá, y predijo que el gobernante a quien la nación se inclinaría sería procedente de Judá.
58 Más tarde en 1 Crónicas 5:2 se declaró el asunto muy bien, diciendo: “Pues Judá mismo resultó ser superior entre sus hermanos, y aquél para ser caudillo procedió de él; mas el derecho como primogénito fue de José.” En armonía con esto, cuando Jehová Dios libró a las doce tribus de Israel de Egipto, donde llegaron a estar esclavizados después de la muerte de José, fue la tribu de Judá la que tomó la delantera en la marcha a través del desierto hacia la Tierra Prometida de Canaán. (Núm. 2:3; 10:12-14) Cuando doce espías fueron enviados por delante a la Tierra Prometida para explorarla y volver con un informe, fue Judá la que produjo a Caleb, uno de los dos espías fieles que sobrevivieron para volver a entrar en la Tierra Prometida. Este Caleb participó activamente en subyugar la porción de la tierra asignada a la tribu de Judá. (Núm. 13:6, 30; 14:6-10, 38; Jos. 15:13-20; 14:6-14) Cuando tuvo lugar el echar suertes para repartir la tierra conquistada, a Judá le fue dada la primera asignación. (Jos. 15:1) En la conquista de la tierra para tomar posesión de ella, Jehová Dios designó a la tribu de Judá para tomar la delantera. (Jue. 1:1-8) En ese tiempo el capitán de la tribu de Judá era Salma, que llegó a ser el tatarabuelo de David. (1 Cró. 2:10, 11; Rut 4:20-22; Mat. 1:5, 6) En la Tierra Prometida el territorio de Judá yacía a todo lo largo de la costa occidental del mar Muerto y se extendía hacia el occidente hasta el mar Mediterráneo.
59. ¿Cómo resultó ser como un cachorro de león la tribu de Judá?
59 De modo que la tribu de Judá era como león entre las bestias del bosque. (Miq. 5:8) Con toda propiedad pudo decir el patriarca Jacob: “Un cachorro de león es Judá.” La tribu de Judá proveyó la dinastía permanente o familia de reyes para la nación de Israel. David llegó a ser la cabeza de esta dinastía de reyes, porque Jehová Dios hizo con él un pacto para una soberanía real eterna en su familia. Al principio la tribu de Judá pudo haber sido como un cachorro de león, cuando el rey Saúl de la tribu de Benjamín gobernó a todo Israel, y David, el matador del gigante, llegó a ser oficial en el ejército del rey Saúl. Pero Dios decidió en contra de continuar la soberanía real sobre Israel en la familia de Saúl debido a la desobediencia voluntariosa de Saúl; y por eso en 1070 a. de la E.C., después de morir el rey Is-boset, hijo de Saúl, las doce tribus de Israel hicieron a David de la tribu de Judá su rey.
60, 61. (a) ¿Cómo vivió David en conformidad con el nombre de su tribu, y qué relación hubo entre él y Jesucristo? (b) ¿Qué debemos esperar nosotros los lectores para una explicación adicional de la profecía de Jacob?
60 Así en una escala magnífica se cumplió la profecía de Jacob, de que los hermanos de Judá lo loarían y se inclinarían a él. (2 Sam. 4:5 a 5:5) En su mayor parte, David, a quien la tribu de Judá proveyó como el caudillo nacional, se portó de una manera loable. Llegó a ser un tipo profético del venidero Rey a quien la obediencia unida de toda la gente pertenecería, como predijo Jacob. En realidad, David llegó a ser el antepasado ilustre de Aquel que fue predicho, Jesucristo; y del rey David, Jesucristo heredó el derecho de gobernar sobre Israel.—Luc. 1:26-33.
61 Sin embargo, para un examen adicional de la profecía de Jacob concerniente a Este a quien la obediencia de toda la gente pertenece debemos esperar la publicación del artículo “Gobernantes asociados del ‘León de la Tribu de Judá.’”
(Vea el número de La Atalaya del 15 de noviembre de 1962.)
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Jóvenes y ancianos honran a JehováLa Atalaya 1962 | 1 de noviembre
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Jóvenes y ancianos honran a Jehová
● Frecuentemente refugiados procedentes de la Alemania Oriental tienen que estar conformes con vivir en un solo cuarto de una casa, y los niños visitan frecuentemente a otras familias. Esto también le sucedió a una niñita que visitó con frecuencia el cuarto de unos testigos de Jehová. Allí, sin embargo, notó algo que nunca antes había visto—que antes de las comidas se daba gracias a Jehová. En su propia casa cuando su padre venía a casa deseaba a la familia “¡Buen apetito!” y entonces todos comenzaban a comer. Después de oír muchas veces la expresión de gracias, ¿qué hizo esta niñita? Un día, antes de empezar a comer en su casa, inclinó la cabeza y oró en alta voz: “Te damos gracias, Jehová, por este alimento. Amén.” ¡Cuánto se sorprendieron los padres! La madre le preguntó inmediatamente a la niñita cómo era que ella sabía esta oración sencilla, y su hija le dijo lo que había oído y visto en el hogar de un testigo de Jehová. Como resultado la madre visitó a la familia de Testigos y preguntó acerca de la oración e hizo muchas otras preguntas sobre la Biblia. Esto llevó a un estudio bíblico con el padre y la madre y la niñita y, no mucho tiempo después, los tres se bautizaron en símbolo de su dedicación a hacer la voluntad de Jehová.
● Además, en las Filipinas, hace poco tiempo, un hombre de buena voluntad que quería conformarse a los requisitos justos de Dios se presentó en uno de los hogares misionales de los Testigos para que lo casaran. ¿Su edad? Tenía noventa y siete años de edad, y su novia tenía ochenta y nueve años. Habían estado viviendo juntos como marido y mujer por treinta y siete años, y ahora, como resultado de habérseles enseñado la verdad en cuanto al matrimonio, querían vivir juntos en una condición que fuera bíblicamente honorable.
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