Crimen, violencia y guerra eliminados... paz y seguridad en todo el mundo
¿QUÉ significaría para usted el poder tirar las cerraduras y las llaves y jamás pensar en los ladrones?
¿Le gustaría poder andar por cualquier lugar, a cualquier hora y saber que toda persona que encontrara sería su amigo?
¿No sería para usted un intenso consuelo saber que la guerra hubiera llegado a ser para siempre una cosa del pasado desagradable?
Una paz y una seguridad tan genuinas no son un sueño. Ciertamente vendrán, pero solo bajo el régimen del reino de Dios.
Es verdad que quizás algunos opinen que no es positivo el creer esto. No obstante, esas personas continúan cifrando su confianza en humanos imperfectos que han prometido soluciones que jamás llegan. ¿Es eso ser positivo? No, la persona positiva es aquella que se enfrenta a los hechos y cifra su confianza, no en humanos que fallan, sino en Dios, que “no puede mentir.”—Tito 1:2.
Librándose de los malos
¿Cómo abordará Dios de modo positivo el desafuero que aumenta hoy en día? Bueno, ¿qué hace el agricultor con la mala hierba que ha cubierto un terreno que desea para sembrar? Desarraiga la mala hierba, o le mete el arado, quitándola del camino... ¡sí, por la fuerza! Proverbios 2:22 dice: “En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”
¿Por qué debemos creer que la fuerza tendrá buen éxito en este caso cuando ha fallado bajo el régimen del hombre? Porque Dios tiene control perfecto de su fuerza. Génesis 18:25 dice: ‘Es inconcebible de [Dios] que haga morir al justo con el inicuo.’ ¡Cuán diferente de las naciones de este mundo que destruyen vidas sin distinción alguna en su guerra!
No obstante, uno no debe pensar que el cortar de la existencia a los inicuos solo envuelve a unas cuantas personas. Mucho de lo que acepta la mayoría en estos días le es detestable a Dios. Por ejemplo, muchos no creen que la fornicación, el adulterio y la homosexualidad sean cosas incorrectas. Muchos hacen una práctica del mentir, defraudar y hurtar, y quizás operen detrás de un frente que muestre legalidad. Algunos prefieren ser borrachos; otros promueven la violencia y el asesinato. Sin embargo, la Palabra de Dios advierte que a menos que las personas que practican esas cosas se vuelvan de su derrotero, serán cortadas de la existencia con este sistema inicuo.—Rev. 21:8.
El hecho de que los inicuos que habrán de ser aniquilados serán muchos se prefigura en la profecía bíblica: “Los muertos por Jehová ciertamente llegarán a estar . . . desde un extremo de la tierra hasta el mismísimo otro extremo de la tierra.” (Jer. 25:31-33) Esto será recto y justo, porque Jehová es el juez y puede leer los corazones de los hombres.
¡En consecuencia, con un solo golpe Jehová librará a la Tierra entera de todo crimen y violencia! No obstante, ¿cómo sabemos que este desafuero no brotará de nuevo?
Gobernante justo del reino de Dios
Para preservar la justicia, se necesita un gobernante. Éste tiene que ser alguien que también guarde las normas de ley y orden de Dios.
¿Dónde puede hallarse tal administrador para nuestro planeta Tierra? ¿Quién es aquel que inmutablemente habló la verdad, sostuvo lo que era correcto, defendió la causa de los pobres y oprimidos, y tuvo tanto amor a otros que entregó su vida por ellos?
El único que reúne todos los requisitos es Jesucristo, aquel que fue “probado en todo sentido . . . pero sin pecado.”—Heb. 4:15; Juan 3:16.
Mientras estuvo en la Tierra, Jesús demostró que era fiel a las normas de verdad y justicia de Dios, aun cuando fue sometido a una muerte angustiosa. Su galardón fue que Dios lo resucitó a la vida celestial con el derecho de ser gobernante del reino de Dios. (1 Ped. 3:18; Sal. 110:1) Luego, al llegar el establecimiento de ese reino celestial en este “tiempo del fin,” Cristo comenzó a gobernar. “El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.”—Rev. 11:15.
Puesto que Cristo mismo pone el mejor ejemplo de alguien que guarda la ley y el orden de Dios, sus súbditos se sienten animados a hacer lo mismo. También, las personas de corazón sincero y honrado se sienten atraídas al servicio legítimo y leal de este gobernante justo por lo considerado que es al tratar a sus súbditos. Pues él dijo: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y háganse mis discípulos, porque soy de genio apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para sus almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.” (Mat. 11:28-30) ¡Sí, qué deleite obedecer a un gobernante de esa clase!
Administradores asociados
La Biblia muestra, también, que Cristo Jesús, como gobernante del gobierno celestial de Dios, tiene muchos administradores capacitados como asociados celestiales. (Rev. 20:6) Ascienden a 144.000. (Rev. 14:1) Todos ésos ciertamente bastarán para encargarse de que las normas de ley y orden de Dios se mantengan en toda la Tierra en el nuevo orden.
Estos administradores asociados tienen cualidades muy semejantes a las de Jesús. ¿Cómo lo sabemos? Porque todos habrán servido de seguidores leales suyos en la Tierra, probando su amor a la justicia al mantener lealtad a las leyes de Dios bajo persecución aun hasta la muerte. Por consiguiente, ellos también son remunerados con ser resucitados a la vida de espíritus a fin de regir con Jesús desde los cielos. (Rev. 3:21) ¿Y qué clase de actitud tienen como administradores? Jesús dijo a los primeros que iban en camino a ser de estos asociados:
“Ustedes saben que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas [las personas] y los grandes ejercen autoridad sobre ellas. No es así entre ustedes; antes el que quiera llegar a ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes, y el que quiera ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes.”—Mat. 20:25-28.
¿No desearía usted ser súbdito de gobernantes que fueran honrados, veraces y humildes, que altruistamente atendieran las necesidades de la humanidad? Cristo y sus corregentes han probado ser así. Bajo su régimen, la gente jamás tratará de librarse en desesperanza y frustración debido a parecerle que sus gobiernos no se interesan en ella o no están trabajando honradamente a favor de ella.
Estímulo adicional
Hay otros aspectos del régimen del reino de Dios que estimularán ley y orden. Por ejemplo, hoy la propaganda política y nacionalista incita a mucho odio y división. Películas, programas de televisión y materia de lectura que estimulan las emociones más bajas de la gente incitan a mucha delincuencia e inmoralidad.
Pero en el nuevo orden de Dios todo medio de comunicación se dedicará a lo que es verdadero, sano y edificante, “porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová.” (Isa. 11:9) Esto ayudará a producir un ambiente enteramente nuevo, un espíritu nuevo a través del mundo, un espíritu que estimule a la gente a hacer lo correcto.
También, algo que fuertemente disuadirá de perpetrar el mal será el hecho de que ningún infractor de la ley jamás ‘se saldrá con la suya.’ Hasta con aparatos electrónicos no es posible atrapar a algunos infractores de la ley hoy día. Pero la Biblia nos dice: “Jehová... en los cielos está su trono. Sus propios ojos contemplan, sus propios ojos radiantes examinan a los hijos de los hombres.” (Sal. 11:4) De modo que ninguna delincuencia pasará sin ser detectada por Dios y los representantes de su Reino.
A ninguna persona que obstinadamente rehúse cambiar de un derrotero incorrecto en el nuevo orden de Dios se le permitirá continuar viviendo, porque eso pondría en peligro la paz y la seguridad de otros. La regla será: “En cuanto al pecador, aunque cuente con cien años de edad se invocará el mal contra él.” (Isa. 65:20) Eso significará su destrucción. ¡Qué consuelo y protección será eso para los que desean hacer lo que es correcto!
¿Podemos tener confianza absoluta en que tal administración celestial de ley y orden realmente tenga buen éxito? ¡Sí! Y no tenemos que aguardar hasta el nuevo orden de Dios para obtener prueba. ¡Podemos examinar esa prueba hoy!
Normas de Dios en acción... ¡ahora!
Las profecías bíblicas muestran que cuando los “últimos días” comenzaron en 1914, el gobierno celestial de Dios en las manos del entronizado Hijo de Dios comenzó a regir. Un gobierno tiene súbditos sobre los cuales rige. ¿Quiénes, entonces, son los súbditos del gobierno del reino de Dios? Aquellos que reconocen esto: “Jehová es nuestro Juez, Jehová es nuestro Dador de Estatutos, Jehová es nuestro Rey.” (Isa. 33:22) Son los que adoran a Jehová Dios y dan testimonio a otros acerca de él y de su reino.—Isa. 43:10.
De modo que el gobierno celestial de Dios tiene súbditos en la Tierra hoy... testigos fieles de Jehová. Ahora más de un millón de ellos en 200 diferentes países trabaja activamente a favor de ese reino.—Mat. 24:14.
¿Qué están haciendo en cuanto a ley y orden ahora mismo? Ante todo, están obteniendo el fundamento correcto para ello. Con regularidad adquieren conocimiento de las leyes de Dios que están en su Palabra. (Juan 17:3) Hacen esto en estudio privado, en sus estudios bíblicos de familia y en sus más de 25.000 congregaciones esparcidas por todo el mundo donde todas las reuniones están dedicadas a educación bíblica y a aplicación práctica de principios bíblicos al modo de vivir cotidiano.
¡Ley y orden ahora!
¿Qué ha producido esto? Entre otras cosas, el cumplimiento de la profecía: “No alzarán espada, nación contra nación, ni aprenderán más la guerra.” (Miq. 4:3) ¡Sí, entre los testigos de Jehová el problema de la guerra ya ha sido resuelto! —1 Juan 3:10-12; 4:20, 21.
Lo que es verdad acerca de la guerra también es verdad acerca de la delincuencia y la violencia. Estas cosas casi no existen entre los testigos de Jehová. Ellos han aprendido a respetar la vida, propiedad y derechos de su prójimo.—Rom. 14:19; Gál. 5:19-23.
Otros que examinan la sociedad de los testigos de Jehová que se basa en la Biblia reconocen la elevada calidad de su ley y orden.
Cuando funcionarios municipales de Pasadena, California, observaron a los testigos de Jehová durante una de sus asambleas grandes, exclamaron: “¡Asombroso!” “¡Jamás vi algo semejante en mi vida!” Una persona del ayuntamiento de aquel lugar dijo: “Es asombroso tener a más de 100.000 visitantes [testigos de Jehová] en una ciudad durante más de una semana y no informar a la policía un solo incidente del grupo.”
Fuente de su éxito
¿Cómo pueden efectuar lo que este mundo no ha efectuado? Debido a que la Biblia es su ‘constitución,’ y viven en armonía con ella. Cuando ésta les dice que sean pacíficos y observantes de la ley dondequiera que vivan, rindiendo a “César las cosas de César,” obedecen. Pero cuando les dice que rindan “a Dios las cosas de Dios,” se aseguran de hacer eso también. Y cuando hay conflicto entre Dios y “César,” ellos ‘obedecen a Dios como gobernante más bien que a los hombres.’—Mat. 22:21; Hech. 5:29.
Las leyes de Dios tienen tan buen éxito porque se basan en amor, el cual llega al corazón. Jesús dijo: “Tienes que amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente,” y “tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo.” (Mat. 22:37-39) Este amor genuino y arraigado profundamente a Dios y al prójimo, cultivado mediante educación bíblica apropiada, es lo que más fuertemente disuade de la guerra, la delincuencia y la violencia. Mueve el corazón e impele a la gente a querer hacer lo correcto.
Aun bajo la persecución más tenaz, los testigos de Jehová permanecen leales a las leyes de Dios. Por ejemplo, cuando los nazis bajo Hitler exigieron que los testigos de Jehová en Alemania quebrantaran las leyes de Dios, ellos rehusaron hacerlo. De modo que fueron enviados a campos de concentración. Un recluso de esos campos, N. Gun, más tarde escribió lo siguiente en su libro The Day of the Americans: “Los miembros de los Testigos de Jehová, debe decirse, mostraron tal ánimo, osadía, virtud y estoicismo en la adversidad que merecen un saludo especial. Fueron como rocas en un mar de lodo.”
No son los edificios gubernamentales ni los ejércitos los que muestran si un gobierno verdaderamente tiene buen éxito. Es lo que el gobierno produce y cómo lo apoyan sus súbditos. Ahora bien, ¿qué gobierno de nuestro tiempo produce tal ley y orden entre sus súbditos que no se necesiten policías ni ejércitos? ¿Qué gobierno recibe apoyo tan de todo corazón que sus súbditos como un cuerpo voluntariamente optan por sufrir y morir más bien que desobedecer sus leyes? Solo el reino de Dios que rige sobre sus súbditos está efectuando estas cosas hoy en día.
En consecuencia, cuando la Biblia habla de la ley y el orden en el nuevo sistema de Dios, no está hablando acerca de algo que quizás tenga buen éxito. Está teniendo buen éxito... ¡y ahora mismo! Y sus efectos visibles serán aun más evidentes después que los inicuos sean exterminados, eliminando su mala influencia. Entonces, “los mansos mismos poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la abundancia de paz.”—Sal. 37:11.