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  • Estudiando el folleto El nombre divino
    Ministerio del Reino 1985 | febrero
    • lo general, las preguntas se deben hacer una a la vez.

      5 Los grandes recuadros contienen información importante y deben considerarse inmediatamente después del párrafo que más se refiera a éstos. Por ejemplo, el recuadro de la página 7 puede considerarse después del segundo párrafo de la página 11. El recuadro grande de la página 21 puede considerarse después que se haya estudiado la porción que se asignó para esa semana. Y el recuadro de la página 25 puede seguir a la consideración del cuarto párrafo de la página 25.

      6 En algunos casos el conductor quizás prefiera que se lean de seguido todos los párrafos de un recuadro y entonces se considere el recuadro completo, en vez de hacerlo párrafo por párrafo. (No es necesario leer el contenido del recuadro de la página 8.) Los que asistan al estudio pueden comentar sobre los recuadros secundarios y las ilustraciones. Si no lo hacen, el conductor debe, según sea apropiado, dirigir la atención de ellos a la información que se halla en éstos.

      7 El estudiar el folleto El nombre divino que durará para siempre nos ayudará a pensar en el nombre de Jehová (Mal. 3:16). Si nos preparamos cuidadosamente y estamos presentes en cada estudio, estaremos equipados para ayudar a otros también a meditar sobre el nombre de Jehová.

  • Ayudemos a satisfacer algunas de las necesidades urgentes para más Salones del Reino
    Ministerio del Reino 1985 | febrero
    • Ayudemos a satisfacer algunas de las necesidades urgentes para más Salones del Reino

      1 La formación de 159 nuevas congregaciones durante el último año de servicio y el aumento continuo en la asistencia a las reuniones han hecho necesario construir y ampliar centenares de Salones del Reino. Aunque el aumento en el costo de las propiedades y el continuo aumento en el costo de los materiales de construcción han hecho imposible el que muchas congregaciones edifiquen nuevos salones por su cuenta, nuestros esfuerzos unidos para juntar las contribuciones de todas las congregaciones en un fondo común, el Fondo de la Sociedad para Salones del Reino, han hecho posible que todos tengamos parte en satisfacer algunas de las necesidades más urgentes. Por ejemplo, tres congregaciones se reunían en un edificio que había de demolerse a fin de abrir paso para la construcción de una nueva vía para unir dos autopistas. Otra congregación se reunía en el sótano de la casa de un hermano, quien tenía que mudarse.

      2 El fondo es para ayudar a las congregaciones que con urgencia necesitan un Salón del Reino. Si ciertas congregaciones desean reconstruir su salón actual solo para cambiar la apariencia de éste, o reemplazar un Salón del Reino adecuado por otro que sea más moderno, deben planear para financiar su propio proyecto sin la ayuda de la Sociedad. Los cuerpos de ancianos y las congregaciones de la localidad tomarían la decisión al respecto. No es apropiado que las congregaciones soliciten de otras congregaciones contribuciones para Salones del Reino ni que les pidan que provean alimento para los trabajadores de dicho proyecto. Por supuesto, puede que algunas congregaciones vecinas deseen ayudar y voluntariamente ofrezcan tal ayuda, pero ésta sería una decisión que ellas mismas tomarían.

      3 A nivel local, las congregaciones que estén proyectando construir o reconstruir en el futuro pueden tener una caja de contribución para Fondos de Construcción, además de la caja para el Fondo de la Sociedad para Salones del Reino. Esto dejará que los publicadores ayuden a satisfacer sus propias necesidades locales, además de participar en ayudar a otros.

      4 Todavía hay mucho que hacer. Las congregaciones que han terminado de pagar su Salón del Reino contribuyen generosamente cada mes; así están ayudando a que otros disfruten de la bendición de tener un Salón del Reino que sea adecuado, a fin de que más personas se reúnan con nosotros, todo para la alabanza de Jehová. (Heb. 10:24, 25.)

  • Presentando las buenas nuevas... mediante ofrecer las suscripciones en las revisitas
    Ministerio del Reino 1985 | febrero
    • Presentando las buenas nuevas... mediante ofrecer las suscripciones en las revisitas

      1 Aunque es cierto que se obtienen muchas suscripciones cuando las ofrecemos en nuestro ministerio de casa en casa, muchos publicadores han tenido buen éxito en obtener suscripciones en las revisitas. Podemos visitar a las personas que han prometido suscribirse, a las que han indicado que tal vez se suscriban, a personas para quienes tengamos hojas de suscripción por vencer, a las que visitamos en nuestra ruta de revistas o aquellas con quienes hemos conducido un estudio antes. ¿Cómo podemos llevar a cabo tales visitas?

      2 Si alguien indica que desea suscribirse pero que al presente no tiene dinero para hacerlo, podemos llenar la hoja de suscripción y preguntarle cuándo quiere que volvamos para obtener la contribución por la suscripción. Por supuesto, no entregaríamos la suscripción hasta que no obtuviéramos la contribución por ésta. No obstante, muchos publicadores han hallado que pueden obtener suscripciones si llenan la hoja de suscripción en la visita inicial y, entonces, regresan al tiempo sugerido por el amo de casa.

      3 Si alguien desea leer un número suelto antes de decidir si suscribirse o no, podemos dejarle los últimos números por la contribución usual y hacer arreglos para volver a visitarlo. Cuando regresemos, podemos recordar al amo de casa lo que habíamos hablado y compartir con él algunos puntos adicionales. Entonces podemos recordarle que él había mencionado que quizás se suscribiera después de haber podido leer el último número. A menudo se han obtenido suscripciones en tales visitas.

      4 La Sociedad envía notificación a la congregación cuando las suscripciones están por vencer. El hermano encargado de las suscripciones en la congregación averigua quiénes obtuvieron las suscripciones que están por vencer y les entrega las hojas. Si cierto publicador se ha mudado de la congregación, tal vez se pida que usted visite a la persona a quien tal publicador suscribió. Al hacer estas visitas, se puede destacar algún punto interesante que se consideró últimamente en la revista, y entonces animar al suscriptor a renovar la suscripción en seguida para que no pierda ni un número.

      5 Puede que en nuestra ruta de revistas haya quienes no siempre encontremos en casa cuando los visitamos, o tal vez tengamos mucho territorio para trabajar y no podamos llegar a todas estas personas cada vez que salen los nuevos números de las revistas. Podemos decirles que, si se suscriben, no perderán ni un número de las revistas; y puede que de este modo obtengamos suscripciones.

      6 También hay las personas con quienes se conducían estudios bíblicos, pero que, por una razón u otra, han dejado de estudiar. La Sociedad ha sugerido que las visitemos de vez en cuando para ver si se puede despertar el interés de ellas nuevamente. Pudiéramos visitarlas y ofrecerles la oportunidad de suscribirse, si aún no están suscritas. Tal vez algo que lean en una de las revistas reavive su interés en volver a estudiar la Biblia con nosotros.

      7 Tenemos las mejores revistas del mundo, y ciertamente queremos hacer todo lo posible para ayudar a otros también a beneficiarse de ellas. Cuando alguien se suscribe, todos en el hogar tienen la oportunidad de leer la información bíblica que se publica en La Atalaya y ¡Despertad!, y se les puede ayudar a seguir el camino que conduce a vida eterna. (1 Tim. 4:16.)

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